Los cereales disparan los precios de los productos básicos en toda Europa

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País Europa

El regreso a la «normalidad» en el presente mes de setiembre va a ser este año más cuesta arriba de lo que ya es habitual, ya que al desemboslo económico que supone la compra de material escolar se unen las subidas de los precios de los productos básicos de la cesta de compra que se producirán este otoño: pan, leche, huevos, carne y todos los productos que en algún momento de su elaboración incluyan cereales. Las subidas afectarán a prácticamente a toda Europa

Dicen los expertos que la subida de tipos de interés está muy cerca de tocar techo y que, probablemente, el Banco Central Europeo (BCE) no suba hoy los tipos en la reunión que el banco celebra tras la crisis bursátil provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU. En cualquier caso, los analistas estiman que la subida hasta el 4,25% llegará antes de fin de año y auguran un nuevo tirón, hasta el 4,50%, a comienzos del próximo año.

Si bien muy importante, el de los tipos de interés, directamente ligado con las hipotecas para la compra de viviendas, no es el único frente abierto para los consumidores. Setiembre presenta para el bolsillo bastantes más aristas que la ya de por sí tradicional «vuelta al cole» -cada vez más cara-, pues sólo es cuestión de tiempo para que se hagan efectivas las subidas anunciadas en aquellos productos relacionados con los cereales, desde el pan, los productos lácteos, carne de vacuno y de ovino, especialmente.

La escalada de precios de productos básicos de la cesta de la compra, que sin duda reducirá el poder adquisitivo de los consumidores este otoño, no encuentra fronteras y afectará a prácticamente todos los países europeos: subidas entre un 5% y un 8% de la tradicional baguette en el Estado francés, además de los productos lácteos, mientras que en Alemania anuncian un aumento del 50% del precio de la mantequilla.

¿Cómo imaginar hoy en día que hace veinte años uno de los problemas de Europa era qué hacer con las montañas de mantequilla que abarrotaban los refrigeradores comunitarios?

Los expertos apuntan a los cereales como los causantes de la cascada de subida. Subida que, como indica el sindicato agroganadero EHNE tanto daño está causando a los ganaderos y agricultores de Euskal Herria.

Así, los contratos de futuros sobre 50 toneladas de trigo que se negocian en el mercado de futuros de París (Euronext.liffe) marcaron el pasado lunes un nivel récord de 266 euros por tonelada. Esos contratos marcan los niveles de referencia en Europa. El precio se ha duplicado en un año, pero el ascenso ha sido especialmente vertical en las últimas semanas.

A partir de ahí las explicaciones, o las especulaciones son varias, aunque la pregunta que lanza EHNE, «¿quién se queda con lo que tú pagas», adquiere de nuevo toda vigencia, ya que no son los productores en origen los beneficiarios de la escalada de precios.

Se habla de China, de India y también de Rusia a la hora de dar con las claves del tema cerealcista, mientras que una nueva variable ha entrado con fuerza en el panorama mundial para explicar la escalada, como es el uso de cereales para la obtención de agrocombustibles y biocombustibles.

Pero vayamos por partes. Por un lado, nos dicen que el considerable incremento de la demanda de cereales en China, India y otros países de extremo oriente han desequilibrado el mercado. Entretanto, los analistas especulan con que el último detonante de la escalada del precio del trigo es Rusia, cuarto mayor exportador de este grano en el mundo. Indican que Moscú impondrá restricciones a la exportación de trigo porque trataría así de frenar, en vísperas de un año electoral, la subida de precios en el mercado interno, atribuible sobre todo a la sequía en las regiones cerealistas más importantes del país.

Entretanto, el secretario de Agricultura del Ministerio español, Josep Puxeu, acusó ayer, tras reunirse con representantes de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE), que algunos sectores agroalimetarios «quieren hacer el agosto en setiembre». Lo que indica que, además de las teorías que inciden a nivel mundial, la existencia de razones más oscuras y poco confesables. En este sentido, desde otros sectores se apunta a negociantes sin escrúpulos que retendrían los preciados granos para especular.

Puxeu dijo que el escenario agrario en el Estado español «es óptimo para el sector -habló de una cosecha récord de 23,7 millones de toneladas de cereal, la mejor desde el año 2000-» y, en su opinión, sólo hace falta que se ponga en marcha para que los flujos de mercancía circulen con normalidad».

Sin embargo, en este contexto internacional de escasez de alimentos -la producción de cereales del Estado español sólo representa una mínima parte en el contexto globlal-, el fenómeno parece ir más allá de la lógica del mercado, o quizá no, por la enfermiza obsesión de multinacionales e intereses políticos por producir agrocombustibles.

Al respecto, la organización internacional Grain. en un documento titulado `No a la fiebre de los agrocombustibles', afirma que esta obsesión está sentando las bases de nuevas crisis alimentarias y de escasez de agua.

Grain indica que «la agenda de los agrocombustibles no la han hecho autoridades preocupadas por evitar el calentamiento global o la destrucción ambiental (...) La forma en que se van a expandir los agrocombustibles ya ha sido definida, y ese camino lo siguen las transnacionales y sus aliados políticos. Quienes tienen el control son algunas de las empresas más poderosas del planeta: las industrias del automovil y petroleras, los comerciantes del rubro alimenticio, las compañías biotecnológicas y las firmas de inversiones a nivel mundial».

Por su parte, Mikel Kormenzana, presidente de EHNE Bizkaia, opinó respecto a los agrocombustibles que se trata de «un gran fraude». «Qué sentido tiene que la política europea destine esfuerzos a incentivar la producción de biocombustibles y no a la reducción del consumo energético? Porque lo sotenible es una actividad agraria ligada a la producción de alimentos y políticas energéticas dirigidas al ahorro», indicó Kormenzana.

Desde la Unión Europea (UE) la visión es diferente. La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, aseguró que las recientes subidas de precios de productos como la leche y los cereales se deben a las leyes del mercado y no son consecuencia de las reformas de la UE o del desarrollo de biocombustibles.

En su opinión, «estas subidas harán que los agricultores europeos reaccionen y la agricultura de la UE sea competitiva».

Malestar en EKA-OCUV

Koldo Nabaskues, presidente de la asociación de consumidores y usuarios vascos EKA-OCUV, se mostró indignado con las subidas. En su opinión, las explicaciones al respecto no son creíbles. «Hablan del precio del petróleo, de las malas cosechas de cereales, del aumento del consumo en China y en India, pero son simples excusas. Cuando las cosechas son grandes no ocurre lo contrario. ¿Por qué el vino no baja cuando cuando la cosecha de uva es grande?».

«Vemos lo que se le paga al ganadero o al agricultor y lo que pagamos nosostros, los consumidores. Lo entenderíamos si esas subidas repercutieran en los productores, para subir los precios en origen, pero no es así. Ahí están los intermediarios, que son los que se llevan los beneficios. El problema está en los que controlan la producción, las gran grandes multinacionales, interesadas sólo en los beneficios, porque cuando hay excedentes se tiran a la basura para mantener los precios. Los productores y los consumidores somos meras comparsas. Los dos extremos del sistema somos los que soportamos las subidas de precios, unos al alta y otros a la baja, mientras que los beneficios se los llevan los del medio», añadió Nabaskues.

EHNE acusa a las grandes cadenas de distribución

El sindicato agrario EHNE denunció ayer que, mientras los precios de los productos agrarios están subiendo para el consumidor, descienden para el agricultor, al que «apenas se le incrementa el precio en origen», y responsabilizó de la situación de crisis que atraviesa el sector a «la especulación de las grandes cadenas de distribución». En una rueda de prensa, la central dijo que agricultores y ganaderos están soportando importantes incrementos de los costes de producción que no pueden repercutir en el precio de venta de sus producciones. Así, señaló que, en los últimos meses, el precio de los piensos y de otros insumos han experimentado una considerable subida. «Algunas explotaciones ganaderas familiares ya están vendiendo por debajo del coste de producción», lamentaron.

En su opinión, esta situación también está empezando a repercutir en los precios que paga el consumidor por determinados productos básicos, como pan, pollo o leche, aunque «la diferencia entre el porcentaje que subirán los precios en origen dista mucho de la que lo hará en los precios al consumidor», debido a «la especulación de las grandes cadenas de distribución».

EHNE denunció que la industria y los intermediarios de la cadena alimentaria «serán los grandes beneficiados de una situación de la que los agricultores no son los responsables», ya que «después de varias décadas con precios muy bajos ahora lo único que han hecho es situarse en niveles razonables». «El ganadero se verá perjudicado al ver cómo se incrementan sus costes de producción y no tanto sus precios en origen, al igual que el consumidor, por el incremento de los precios en destino, debido a la especulación y a la falta de regulación del mercado». Así, EHNE adelantó que el lema de su nueva campaña es: «¿Quién se queda lo que tú pagas?».

Para el sindicato, crecimiento de los precios de los cereales se ha debido a diversas circunstancias. Así, destacó que, salvo en el caso del maíz en EEUU, el consumo de cereal destinado a los biocarburantes «no ha sido lo suficientemente representativo como para ser la causa de la agitación de los mercados». Así, indicaron que, entre las causas de la subida, se encuentra el descenso continuado de las reservas o el déficit continuado de la producción respecto al consumo, que ha hecho que los precios creciesen de manera continua, sobre todo en el caso del maíz. «Los movimientos especulativos se han acentuado con los datos y previsiones de campaña que demostraban déficit de producción respecto al consumo».

Para EHNE, la actual situación es fruto de «una mala política agraria, dependiente de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y tendente a la liberalización de los mercados y a la desregulación de los mercados agrarios decididos en las últimas reformas agrícolas». El sindicato también añadió que «de forma repetida se ha cuestionado el carácter estratégico de la agricultura», por lo que «se ha avanzado de forma poco reflexiva en su liberalización, como si se tratase de un sector económico más».

J.M. URIBARRI | DONOSTIA

Fuente: GARA

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