MST realiza balance negativo de reforma agraria en Brasil durante 2007

Idioma Español
País Brasil

Durante 2007 las grandes corporaciones transnacionales aumentaron su control de la tierra y la agricultura en Brasil, al tiempo que fue posiblemente el año en que menos se expropiaron predios improductivos, de los últimos 12 transcurridos, para otorgar a los campesinos sin tierra. Por eso el balance del proceso de reforma agraria en Brasil durante 2007 es negativo, explicó João Pedro Stédile, integrante de la coordinación nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST)

En entrevista otorgada al medio brasileño Radioagencia Noticias do Planalto, Stédile reconoció que fueron pocos los logros de los movimientos sociales en Brasil durante el año pasado. No obstante, aclaró que “eso no significa que no valga la pena luchar”.

“Lo que vimos a lo largo de 2007 fue que las fuerzas del capital y las empresas capitalistas avanzaron más sobre la agricultura, compraron más tierras, controlaron más la producción y los bienes de la naturaleza. Eso generó un proceso de mayor concentración de la propiedad de la tierra en las manos de menos personas”, dijo Stédile.

Esa realidad es la que lleva al dirigente campesino a decir: “infelizmente, el balance que el MST hace del proceso de reforma agraria durante 2007 es negativo para los campesinos y la clase trabajadora en general, porque en esencia, reforma agraria significa democratización del acesso a la propiedad de la tierra”.

Stédile fue consultado sobre el papel jugado por el gubernamemtal Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). Explicó que por diversas razones de índole política que afectaron al instituto, 2007 fue tal vez el año en que menos se expropiaron estancias improductivas de los últimos 12. “Entonces, aunque hayan sido asentadas de 20 000 a 30 000 familias (campesinas), eso es insignificante frente a la ofensiva que el capital hizo con la compra de tierras y el control de la producción”, evaluó el dirigente.

Brasil es uno de los principales impulsores a nivel mundial de los agrocombustibles, como biodiesel y etanol, en alternativa al uso de combustibles fósiles para la generación de energía. Movimientos y organizaciones sociales de diversas partes del mundo han rechazado enfáticamente el impulso a estos productos. Su desarrollo implica el desplazamiento de comunidades locales en varias zonas de América Latina para implantar inmensos monocultivos trasgénicos. El maíz, la soja, la caña de azúcar y la palma aceitera son algunos de los cultivos que sirven de materia prima para la producción de agrocombustibles.

Se trata de la producción de alimentos para abastecer automóviles, explicaron desde la organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional durante las actividades paralelas a la COP 13 sobre Cambio Climático en Bali, Indonesia, en las dos primeras semanas de diciembre de 2007. El impulso a los agrocombustibles es “una falsa solución” al cambio climático, agregaron.

Stédile se refirió a este asunto. Dijo que “durante 2007 asistimos a una ofensiva del capital internacional, que vino a Brasil para comprar usinas y controlar la producción de agrocombustibles, en especial la producción de etanol, de alcohol para exportar a Estados Unidos y Europa”.

“Se estima que la producción de caña de azúcar se duplicará, pasando de cinco a diez millones de hectáreas. Eso también traerá grandes consecuencias como la expulsión de personas del campo”, agregó. El dirigente del MST manifestó además que los monocultivos de caña de azúcar destruyen la biodiversidad, su implantación afecta la producción de alimentos y conduce al aumento de sus precios.

En tanto, Stédile catalogó al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva como “ambivalente”. “En su interior hay fuerzas del capital que están a favor de los monocultivos de caña de azúcar y de las exportaciones, y hay otro sector que está a favor de los campesinos y de la agricultura familiar”, explicó. Pero aseguró que “la correlación de fuerzas dentro del gobierno de Lula es favorable a los agronegocios, y esa relación sólo será destruida cuando consigamos reunir en nuestras movilizaciones a la sociedad en general”.

En esta línea, Stédile aseguró que el MST y todos los movimientos de la Vía Campesina de Brasil (red de organizaciones de agricultores) realizaron grandes movilizaciones durante 2007, aunque reconoció que los logros fueron escasos. “Nuestra movilización tuvo apenas victorias políticas, de concientizar a la población y alertar sobre el peligro de desnacionalización de nuestra agricultura. Infelizmente, no conseguimos avanzar en la resolución de los problemas concretos de la clase trabajadora. En el balance, terminamos el año en negativo”, manifestó Stédile.

“Sin embargo, eso no significa que no valga la pena luchar”, alertó. “Esperamos que las movilizaciones aumenten en 2008 y que lleguen a concientizar al propio gobierno de Lula”, manifestó el dirigente campesino.

Radio Mundo Real, Internet, 2-1-08

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