Kenia: prohíben venta de semillas de maíz vinculadas con organismos genéticamente modificados

Idioma Español
País África

El gobierno ha suspendido la venta de semillas de una variedad de maíz proveniente de Sudáfrica, sospechada de estar contaminada con el material genéticamente modificado denominado MON 810 originario de EE.UU. La prohibición permanecerá en vigencia hasta que el gobierno complete tests independientes, afirmó el Dr. Chagema Kedera, director del Servicio de Inspección para la Sanidad Vegetal de Kenia (KEPHIS).

El Dr. Kedera también expresó sus dudas acerca de la autenticidad de los resultados del test de detección emitido por un laboratorio especializado extranjero y la fiabilidad de los métodos utilizados por la organización que afirma haber identificado el controvertido material. “El certificado presentado con los resultados del test no estaba firmado, por tanto surgió el tema de la autenticidad”, manifestó el Dr. Kedera.

Tests de laboratorio

Pero ahora, la aserción del Dr. Kedera ha motivado la réplica de Greenpeace Internacional, que puso a disposición del periódico Sunday Nation una copia del certificado firmado. Con rúbrica del director del laboratorio de Eurofins, Dr. Castor Menéndez, el certificado 35353-FR0760746-1 fue firmado el 27 de diciembre del pasado año.

Eurofins GeneScan es un laboratorio comercial especializado en el testeo de organismos genéticamente modificados, con presencia en 29 países. Su clientela incluye gobiernos, multinacionales productoras de alimentos y minoristas.

Algunos integrantes de Greenpeace participaron del muestreo de las semillas del maíz en cuestión, y también facilitaron sus tests a Eurofins GeneScan en octubre el año pasado. “Participamos, conjuntamente con ONG keniatas, del muestreo, las pruebas y el envío del material, y apoyamos financieramente la investigación”, manifestó Jan van Aken, miembro de la campaña de Agricultura Sustentable de Greenpeace. Añadió que un biólogo de Greenpeace estuvo presente durante todos los procedimientos de muestreo, molienda, pruebas de detección, descontaminación y envío.

“Compramos lotes de semillas comerciales de 0.5 a 2 kilogramos cada uno, en establecimientos comerciales de Kenia, en octubre de 2007”, refirió el Sr. Aken, agregando que los granos se adquirieron en la región de Eldoret entre el 17 y 19 de octubre del año pasado.

Anteriormente, el Dr. Daniel Maingi, un científico afiliado a la Coalición por la Biodiversidad de Kenia - Kenya Biodiversity Coalition ( KBioC)- había expresado al Sunday Nation: “Nuestros tests fueron completamente aleatorios. Todas las muestras fueron tomadas de pequeños comercios en los que cualquier agricultor compraría.”

Afirmó que junto con representantes de Greenpeace, KBioC había recolectado un total de cuarenta y tres muestras (43), las cuales “fueron examinadas al momento con un kit de test rápido”. Fue después de estos tests rápidos, que diecinueve (19) de las muestras fueron identificadas “como positivos probables (y) se enviaron a Europa para un nuevo análisis molecular”.

El Sunday Nation pudo informar también que el procedimiento utilizado en el testeo rápido había incluido inspeccionar las bolsas que contenían las semillas de muestra y fotografiarlas antes de ser abiertas. El Sr. Aken dijo que después, se separaron unos trescientos granos y se molieron utilizando una licuadora y la harina obtenida fue colocada en bolsas de plástico y etiquetada con el nombre y el número de la variedad de semilla.

Según el Sr. Aken, entonces las semillas fueron sometidas a los tests para sondear la presencia de proteína del Bacilo thurigienis ( Bt) o del producto roundup-ready identificado como CP4EPSPS. Ninguno de los tests rápidos dio resultado positivo definitivo.

Mientras que Bt es una bacteria que expresa una toxina capaz de eliminar plagas, el roundup es un herbicida químico propiedad de Monsanto, una compañía con base en EE.UU. Monsanto también es el productor del evento MON 810. El Sr. Aken afirma que cuando regresó a Alemania donde vive, envió algunas semillas de maíz para un análisis preliminar a Eurofins Genescan en Friburgo, Alemania.

Las muestras de semillas de maíz fueron analizadas y la variedad PHB 30V53 dio positivo para MON810 mientras que todas las otras muestras dieron resultado negativo en los tests. El Sr. Aken envió entonces el facsímil del certificado firmado por Eurofins al Sunday Nation.

Con presencia en cuarenta países, Greenpeace Internacional ha intervenido en campañas por la paz mundial y la conservación del medio ambiente. Entre sus campañas clave ha estado el total rechazo de los organismos diseñados genéticamente, la protección de la biodiversidad y la agricultura responsable.

Atendiendo el reclamo de la KbioC, el KEPHIS ha expedido una “Orden de Suspensión de Ventas” de la variedad PHB 30V53 de la compañía Pioneer. El Dr. Kedera afirmó que la suspensión será levantada solamente “después de resultados negativos concluyentes en los tests”. Manifestó que el Kephis ya ha testeado catorce (14) de las muestras de la variedad PHB 30V53 de la marca Pioneer tomadas en varias partes del país y que “ninguna dio positivo.”

Pero este argumento fue refutado por Aken, quien solicitó al Kephis que hiciera público su método de detección, y se preguntó si Kenia tiene un laboratorio especializado (laboratorio PCR) apto para tests avanzados. “Necesitamos conocer su método de muestreo y detección… si utilizaron tiras Elisa, claro que (probablemente) dan negativos (los resultados), porque la contaminación es muy baja.”

Según el Dr. Kedera, el nivel alegado del 0.1 por ciento de contaminación con MON 810 en la variedad PHB 30V53 de Pioneer, implica “un nivel de baja presencia” del material ofensor. “Todos los países del mundo reconocen que un nivel de baja presencia es esperable y eso es lo que se denomina como presencia adventicia (o no intencional)”.

Para Aken sin embargo esto no es así. “La afirmación del KEPHIS de que un bajo nivel de contaminación es común en todas partes, es un claro equívoco. En Europa, más aún para los alimentos (sic) hay tolerancia cero para las variedades no aprobadas y las reglas para las semillas comerciales son todavía más estrictas”.

El peligro que la contaminación de los OGM representa para Kenia es que una vez que haya tenido lugar se quedará con nosotros para siempre. “Una vez liberados en el ambiente, se establecerá su presencia en el maíz keniata de una vez y para siempre” dijo Aken, quien agregó que los riesgos para el ambiente son potencialmente altos. Esto se debe a que la bacteria emisora de veneno (o emisora de toxina), inyectada ostensiblemente para armar a la semilla con la capacidad artificial de matar plagas, normalmente apunta a insectos y otros organismos útiles.

Cargada en el polémico evento MON 810 se encuentra una bacteria que también actúa como insecticida. Los expertos dicen que el evento MON 810 podría quedar limitado al suelo durante algún tiempo. Pero si esa contaminación no se contiene, existe el riesgo de que eventualmente el MON 810 sea llevado en el futuro del suelo a los ríos y otros ecosistemas del país por centenares de miles de millones de granos de polen de maíz contaminado transportados por el viento.

El asunto entró en el foco de los medios de comunicación después de que un grupo de cuarenta y cinco ONG y asociaciones de agricultores que operan bajo los auspicios de la Coalición por la Biodiversidad de Kenia lanzaran los resultados de los tests encargados a Eurofins GeneScan, que prueban que la variedad de maíz en cuestión (PHB 30V53) está contaminada con un material genéticamente modificado, el evento MON 810.

Este último es un gen diseñado artificialmente por Monsanto para permitir que la planta resista las plagas del taladro del maíz. Fue aprobado primeramente en EE.UU., en 1995. Monsanto es una compañía biotecnológica de punta con sede en EE.UU. Dados a conocer por nuestra publicación hermana, el Sunday Nation, los resultados del test mostraron que una de las muestras de semillas recolectadas en comercios agro-veterinarios de la ciudad de Eldoret está contaminada con trazas del evento MON 810.

La controversia que rodea la modificación genética se convirtió recientemente en un asunto religioso después de que la Iglesia católica declarara “Pecado Mortal” a tal aventurerismo científico. En Kenia, una ley de bioseguridad que no pasó por el parlamento el año pasado había tratado el tema de la contaminación de las semillas tradicionales o convencionales.

FUENTE: Daily Nation, Kenya
AUTOR: John Mbaria
URL: Daily Nation
FECHA: 30.03.2008

Distribuido por GENET

Traducción: Gladys Guiñez para Acción por la Biodiversidad

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