AGROcombustibles: cultivar para quemar o cultivar para nutrir

Idioma Español

¿A qué mente se le ocurrió que debíamos producir para quemar, en lugar de producir para nutrir? Quedamos en que debíamos aprovechar los residuos como recursos, en que debíamos cerrar los ciclos imitando a la naturaleza. ¡Quienes han ordenado y permitido tal dislate, no tienen perdón!

Los agrocombustibles son un invento más que, para salvar la “historia” del cambio climático, para atemorizar a la gente, para hacerla bailar al son que tocan los traficantes de semillas, los productores de transgénicos y los petroleros. Los agrocombustibles son el gran invento para concentrar el poder en pocas manos; el gran invento para tener a los tontos a sus pies.

Cómo es posible que ni una sola mente clarividente, previera lo que -estaba cantado- iba a suceder: La competición entre cultivos para quemar y cultivos para nutrir. ¿Qué da más: quemar o nutrir? Donde se adora a un solo dios –don dinero- no puede suceder otra cosa. Don dinero no tiene corazón ni entrañas.

Comprar futuros para retener es un viejo juego, que la competencia, nutrientes- combustibles, hace más fácil. Este no es la solución de nada; es el camino más recto que lleva al control total de las semillas.

¡Sembrad en el desierto! –Ver el descubrimiento de Masanobu Fukoka-. Esto si, es la solución para reducir el excedente de CO2, que se busca dónde esconder. Sólo la vegetación atrae la lluvia y almacena agua en el subsuelo; sólo la vegetación puede retrasar el cambio climático; sólo la vegetación reduce el CO2 –un residuo- y produce oxígeno -nuestro recurso esencial- y nutrientes -nuestro segundo recurso-.

La misma confusión a que nos ha llevado la “cultura del agua” –el tercer elemento que produce más movimiento de dinero en el mundo-, nos está llevando la “cultura de los agrocombustibles” que ya estamos sufriendo con el aumento del precio de los alimentos.

¡Arruinad al mundo! Esta es la orden –de don dinero-. Cada día, más millones de seres humanos caen en la desnutrición en países pobres –pobres en nutrientes- y también en países ricos –ricos en comestibles que no nutren, aunque hinchen y ocupen hospitales-.

Impidiendo el cultivo para la autosuficiencia alimentaria, la necesidad de alimentos elevará su precio a cotas insospechadas. Impidiendo el cultivo local de nutrientes, regalando semillas y subsidiando la producción de agrocombustibles, se está desnutriendo la humanidad.

Ya se habla de la “agroTransformación”; probablemente la última transformación que viva el ser humano –dicen-.

Antes se achacaba el aumento del precio de los comestibles, al aumento de precio del transporte –y éste, al aumento de precio del petróleo-; ahora sucede lo contrario: el aumento de los comestibles hace subir el precio del transporte. Todo ello por la manía de no comer “local” –lo que se cultiva sobre el suelo que oisamos-.

Leo que en América ya se rechazan las fábricas de etanol, y en Europa se ha frenado la producción de agroCombustibles. Yo pienso que la autosuficiencia alimentaria, debe estar siempre por encima de la autosuficiencia energética, aunque pueden conseguirse ambas al mismo tiempo, sin competir: Cultivando para nutrir y cerrando ciclos, reduciendo los residuos a combustibles.

Univerd, Internet, 30-4-08

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