Encuentro agrícola: la hora de la soberanía alimentaria

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La crisis que enfrenta el mundo ante la notable subida de los precios del arroz, el maíz, y otros productos, demuestra hoy más que nunca la necesidad de que los países subdesarrollados alcancen la soberanía alimentaria

Así lo considera el mexicano-norteamericano Peter Rosset, del equipo técnico de la Organización Vía Campesina, quien participa en el VII Encuentro de Agricultura Orgánica y Sostenible, inaugurado la víspera en el Hotel Nacional, y al cual asisten delegados de 26 naciones incluida Cuba.

En conversación con Prensa Latina, el experto afirmó que esa crisis llevó a primer plano el tema de la seguridad alimentaria, cuya importancia la venimos señalando desde hace más de una década, apuntó.

El control de la producción de semillas, es uno de los planteamientos principales de Vía Campesina, alianza global de organizaciones campesinas, que siempre ha abogado por la producción de alimentos y la recuperación de la soberanía alimentaria, aseveró.

En ese objetivo es primordial el control de las semillas, el eslabón principal de la cadena productiva, puntualizó Rosset.

Si uno no controla sus propias simientes y depende de una empresa transnacional que domina los precios que paga por las simientes transgénicas, peligrosas, y no adaptadas a la realidad de su país, es imposible recuperar la soberanía alimentaria, enfatizó.

En este sentido es esencial el dominio sobre las semillas criollas producidas por nuestros campesinos, las cuales son el resultado de miles de años de trabajo, la herencia de la labor de comunidades campesinas, indígenas.

Este legado de siglos debe estar a disposición de la humanidad y no al servicio de Monsanto u otras compañías transnacionales, añadió.

Rosset, quien también pertenece al Centro de estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM) y la Red de Investigación sobre la Tierra, añadió que es necesario prohibir la privatización de las semillas.

El especialista se manifestó opuesto a la importación de simientes transgénicas e insumos químicos, y abogó por el desarrollo y la utilización de las semillas criollas, adaptadas a las condiciones de cada localidad.

Aseguró que mediante su utilización se pueden lograr productividades muy similares a las de aquellas, y menos dependencia a los insumos extranjeros.

Cuando las simientes provienen de una empresa transnacional, son seleccionadas para requerir elevados insumos que la misma compañía vende, pues su interés es el agro-negocio y no resolver las necesidades alimentarias de las comunidades campesinas, resumió el experto.

Prensa Latina, Internet, 14-5-08

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