México: “si acabamos con los bosques, vamos a perderlo todo”

Idioma Español
País México

Un país que no invierte en el desarrollo de la ciencia estará condenado a ser una colonia tecnológica, afirmó María de los Ángeles Velasco Ramírez, experta en microbiología agrícola del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, quien exhortó al gobierno federal a invertir en ciencia, pues de lo contrario “no tendremos futuro”

Especialista en el estudio de los microorganismos de suelo y su interacción con el desarrollo de las plantas, lo que la llevó a descubrir una importante bacteria filamentosa fijadora del nitrógeno –compuesto químico indispensable para la vida en el planeta–, destacó que generar nuevos saberes requiere de apoyo financiero “oportuno y suficiente para contender con todos los retos que enfrentamos, que no son pocos”.

Ganadora por unanimidad en la categoría de tecnología y diseño, aseguró que recibir el máximo galardón que entrega México a los científicos y artistas más destacados es un “compromiso muy grande para seguir trabajando”, y definió a la ciencia como mecanismo para “tratar de entender a la naturaleza y sacarle de las entrañas la verdad, lo que resulta apasionante”.

No obstante, reconoció que ser mujer y dedicarse a las ciencias agronómicas “no fue fácil. Era una disciplina en la que predominaban los hombres, y no faltaron las frases misóginas; pero hoy puedo decir que he logrado una gran cooperación con mis colegas, además de que hay más investigadoras en este campo”.

Con más de 20 años de experiencia en el estudio de los bosques, afirmó que la tala inmoderada aún es el principal riesgo que enfrentan estos ecosistemas, de los cuales, afirmó, “como sociedad no hemos entendido lo que representan. Son muy sensibles a los cambios que introduce el hombre, por lo que destruirlos puede llevar sólo un día, pero intentar recuperarlos puede ser una tarea de años de investigación y siembra”.

– ¿Cómo se relaciona el mundo de lo microscópico con el bosque?

– Todas las plantas viven asociadas con microbios; de ellos reciben todos los nutrientes que se necesitan para vivir, pues metabolizan los que están en el suelo para que las plantas los utilicen. El nitrógeno es el nutriente más importante para los seres vivos; los seres humanos lo consumimos como proteína y las plantas como minerales; por eso me he dedicado a estudiar la asociación de las plantas con ciertos microorganismos.

– ¿Qué la impulsó a estudiar un campo científico tan complejo?

– Yo quería ser agrónoma, pero cuando quise ingresar no pude hacerlo. En ese tiempo no se admitían mujeres en la Universidad de Chapingo, porque tenía un internado sólo para hombres.

“Desde que era joven me preocupé mucho por la desertificación y por la pérdida de cubierta forestal. Crecí en el norte árido del país, y me preocupaba mucho este fenómeno, por lo que quise estudiar la forma en que las plantas produjeran más, aun en condiciones de erosión de los suelos, y fue mediante mis estudios que entendí que las plantas, de forma natural, dependen de los microbios del suelo.”

– ¿Cuál es la situación que enfrentan los bosques en México?

– Se siguen deforestando. Hace poco, el ex gobernador del estado de México (Arturo Montiel) tiró no sé cuántas hectáreas dentro de la reserva de la mariposa monarca para hacer un parque que llamó ecológico, pero eso no es ecología. No se pueden tirar hectáreas y hectáreas de bosque para hacer tiendas comerciales. No hemos entendido lo que representan los bosques. Se necesita mucha concientización y mayor divulgación científica, pero de forma sencilla.

– ¿Se ha perdido el valor de la preservación de la naturaleza?

– No sé si se ha perdido recientemente o nunca lo ha tenido, porque en general en nuestro país se percibe gran desprecio por la naturaleza.

“Hoy día la tala clandestina es un problema muy grave, y quienes cuentan con permisos son empresarios que tienen cuates en el gobierno y tiran mucha masa forestal, sin pensar que están arrasando con todo un ecosistema, porque no sólo se trata de árboles, sino de un hábitat para flora y fauna; hay muchos servicios vinculados al bosque, y eso qué le va a importar a un empresario.”

– ¿Cuál es el riesgo que enfrentamos de continuar perdiendo masa forestal a ritmo acelerado?

– Los bosques son indicadores del cambio climático. Son muy susceptibles a los daños que el humano le puede hacer, y si perdemos los bosques, vamos a perderlo todo. Ya tenemos problemas en el suministro de agua, y estos ecosistemas no sólo regulan el clima: nos proveen de muchos servicios, entre ellos agua, pero también protegen el suelo de la erosión. Además, México, por su orografía, tiene vocación forestal.

Leyes muy bonitas, pero sin efecto

– ¿Cuáles son las principales amenazas para los bosques?

– La tala inmoderada; mientras todos los que han obtenido permiso para talar lo hacen en reservas, porque tienen permiso del gobierno, y esto es una amenaza pavorosa, porque si los bosques son reguladores del clima y los seguimos destruyendo, qué clima vamos a tener en México. La desertificación avanza.

– ¿Faltan políticas públicas para proteger los bosques?

– En México hay leyes muy bonitas, pero no se cumplen. Esto es gravísimo, porque creo que ya no se requiere legislar más, sino garantizar que se cumplan las leyes que existen.

– ¿Cuánto tarda en recuperarse un bosque que ha perdido un importante porcentaje de su masa forestal?

– En buenas condiciones, se puede crear un pequeño bosque en unos años, pero si hablamos de árboles maduros, que tienen 100 o 200 años, quizá se pueden destruir en un solo día, pero para recuperarlos se invierten años de trabajo, de investigación y siembra. Un árbol aporta muchos servicios, en promedio genera 20 litros de agua al día, para enriquecer la atmósfera de humedad.

“Los bosques –agregó– se pueden explotar de forma racional porque generan muchos servicios, como agua, madera y celulosa, pero además regulan el clima. Además son el hábitat de millones de organismos vivos, no sólo de los que viven asociados con las raíces de árboles y plantas, pues las bacterias se pueden contar por billones por gramo de suelo, además de las que viven en tallos y hojas.”

La Jornada, México, 26-1-09

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