Chile: bosques en la mira de los biocombustibles

Idioma Español
País Chile

Chile apuesta a producir en menos de cinco años agrocombustibles de segunda generación a partir de biomasa forestal. Pero antes debe evaluar los impactos ambientales y socioeconómicos de esta actividad, alertan expertos y activistas

Los problemas de su gran dependencia energética y el aumento progresivo de sus emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del recalentamiento planetario, llevaron a este país sudamericano a interesarse en las energías renovables no convencionales, como la solar, la eólica, la geotérmica y la producida con biomasa.
La biomasa --materia orgánica renovable de origen vegetal y animal y sus subproductos-- sirve para generar electricidad, para la producción térmica y la elaboración de combustibles líquidos, como el bioetanol y el biodiésel.
Una ley promulgada en abril de 2008 exige que desde 2010 por lo menos cinco por ciento del suministro eléctrico provenga de fuentes no convencionales, incluida la biomasa. Desde 2015 esa proporción aumentará 0,5 por ciento anual hasta llegar a 10 por ciento en 2024.
En octubre se crearon dos consorcios para investigación y desarrollo de biocombustibles lignocelulósicos, es decir, refinados a partir de fibra de madera.
El propósito es "superar las limitaciones de expansión y los graves conflictos que pueden generar los actuales agrocombustibles" destilados de alimentos como maíz o caña de azúcar, explicó a Tierramérica el coordinador del Grupo de Biocombustibles de la Oficina Regional de la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Guilherme Schuetz.
Alemania, Estados Unidos y Suecia lideran la investigación mundial de estos productos en fase de laboratorio o de proyecto piloto. Se calcula que de tres a cinco años Europa podría utilizarlos de manera significativa, "aunque algunos países pueden estar a punto de comenzar su uso", indicó Schuetz.
La Agencia Internacional de Energía estima que los costos de producción del bioetanol y el biodiésel de segunda generación están hoy entre 80 centavos de dólar y un dólar por litro.
Esto equivale a un precio del petróleo de entre 100 y 130 dólares el barril de 159 litros, aseveró Schuetz, caro para la cotización actual del crudo. "Sin embargo, se estima que estos costos se reducirán a la mitad hacia 2030, si los biocombustibles de segunda generación se producen comercialmente", añadió.
Según el VII Censo Nacional Agropecuario y Forestal 2006-2007, en Chile hay 15,8 millones de hectáreas destinadas a la producción agropecuaria y 15,9 millones de hectáreas forestales: 2,7 millones de plantaciones y 13,2 millones de bosque nativo.
"Con la premisa de conciliar la producción silvoagropecuaria" para el mercado interno y externo y de "mantener una actividad agrícola sustentable y sostenible en el tiempo, preservando el agua y el suelo", producir biocombustibles de segunda generación es "una opción viable" para Chile, aseguró a Tierramérica Iván Nazif, director de la gubernamental Oficina de Estudios y Políticas Agrarias.
Estos se producirían con desechos agrícolas y forestales y con plantaciones dendroenergéticas, como el álamo (familia de las Salicaceae), la paulownia (Paulowniaceae), el aromo (Acacia caven) y el miscantus (Miscanthus sinensis). También se destacan las microalgas del norte del país y la grasa animal del sur, acotó Schuetz.
Pero las especies dendroenergéticas, de crecimiento rápido, se plantan en altas densidades, por lo que extraen velozmente los nutrientes del suelo y demandan mucha agua, advirtió a Tierramérica Daniela Escalona, del no gubernamental Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y de la Red de Acción por la Justicia Ambiental y Social.
También poseen alto valor calórico y son más aptas para el uso energético.
Según Nazif, "la producción de biocombustibles de segunda generación necesariamente debería contar con la experiencia de los de primera generación", por lo que ya se reguló el mercado y hay experiencias piloto en algunas regiones, principalmente de biodiésel.
Los agrocombustibles de segunda generación "sólo traen buenas noticias" para un país con una industria forestal consolidada, dijo a Tierramérica Aldo Cerda, gerente del área forestal de la Fundación Chile, una institución público-privada dedicada a la innovación y al desarrollo del capital humano del país.
"Tendremos más demanda de fibra de madera, con beneficios para todos los propietarios, y más demanda de manejo del bosque nativo", y recuperaremos terrenos degradados, planteó Cerda, para quien esta industria tendrá "actores sofisticados", que trabajarán con predios certificados para no exponerse a críticas ambientales.
Fundación Chile participa en Bioenercel, uno de los dos consorcios impulsados por el gobierno, junto a las principales empresas forestales del país --Masisa, CMPC y Arauco-- y dos universidades estatales.
Con un presupuesto quinquenal de 10 millones de dólares, el consorcio desarrolla protocolos para producir bioetanol "barato y competitivo".
Sin embargo, Escalona expresó su preocupación por los efectos que estos combustibles tendrán en el ambiente y en las comunidades campesinas e indígenas que habitan las regiones forestales del país.
Para Schuetz, los riesgos "dependen de la escala de producción y de la disponibilidad de la materia prima". Por eso ve ventajas en el biodiésel a partir de rastrojos agrícolas y forestales.
"Con respecto al bosque nativo, es muy importante que la legislación sólo permita utilizar los desechos lignocelulósicos que se obtienen de su manutención", recalcó.
La pérdida de hábitat naturales por monocultivos y la posible propagación de árboles genéticamente modificados con impactos desconocidos son otros peligros a evaluar, advirtió.
El país requiere "sopesar con cuidado todos los pros y los contras" de esta actividad, como "el balance de dióxido de carbono de todo el ciclo, las repercusiones sobre la biodiversidad, el ciclo de nutrientes de los suelos y el ciclo hidrológico", además de sus impactos socioeconómicos, resumió Schuetz.
Rebelión, Internet, 6-2-09

Comentarios

14/02/2009
Biocombustibles, por Luis Monasterio
BIOCOMBUSTIBLES:..¡CUIDADO!

Seamos MESURADOS ante esta algarabía que existe por los biocombustibles. Se está abordando el tema en forma reduccionista, desestimando varios aspectos negativos de una producción indiscriminada, tanto para la Naturaleza como para el Calentamiento Global. No se está yendo al fondo del problema que se soluciona en gran medida REDUCIENDO EL CONSUMO DE ENERGÍA. Debo aclarar que no estoy en contra de los biocombustibles ni de su desarrollo, pues pueden ser sustentables en el tiempo, siempre que se produzcan y usen RACIONALMENTE.

Considerando lo que dice la 1ª Ley de la Termodinámica “LA ENERGIA NO SE CREA NI SE DESTRUYE, SOLO SE TRANSFORMA”, podremos concluir que la cantidad de energía contenida y disponible en los vegetales, que serían la base se los biocombustibles, depende de un flujo constante, pero limitado. Este dependería, entre otros aspectos, del clima y de la cantidad de días con sol.

El máximo de energía disponible en estos vegetales (ver: representación esquemática más adelante) será la que estos puedan obtener, solamente, en la superficie que ocupen. En otras palabras, si tenemos una hectárea de vegetales para ser transformados en biocombustible, la energía disponible de aquellos NUNCA será superior a la cantidad de energía que ha entregado el sol en dicha superficie, en el período en cuestión. Como dato diremos que la energía que recibe la tierra proveniente el sol es de 1 (caloría por centímetro cuadrado por minuto).

EJEMPLO:

Un techo de una casa de 10 x 10, (100 metros cuadrados), recibirá, en un día caluroso, 1.000 Kilocalorías por minuto. El techo de 100 (m2) recibe, 500.000 (Kcal por día). Este calor es equivalente a quemar 53 (litros) de gasolina.

Para ilustrar más claramente, mostraremos una representación esquemática del flujo de energía proveniente del sol, y cuanta sería la energía disponible para la producción del biocombustible.






Observando, vemos que la cantidad de energía proveniente del sol es:(5.000.000 Kilocalorías por metro cuadrado al año) y solo podemos utilizar 2000 (sólo un 0,04 por ciento del total), que sería la que acumulan los vegetales en este período, algo que a simple vista nos dice que es bastante escasa, para la creciente e irracional demanda actual.

Aclarado en parte el tema de la energía que pueden almacenar los vegetales (0,04%), sólo nos cabe suponer que para cubrir la creciente demanda, se tendría que aumentar las superficies de cultivo para tal fin, y no debemos olvidar que los suelos fértiles son escasos y no estarían todos disponibles porque también tenemos que comer, recrearnos y mantener nuestra biodiversidad.

Todo el petróleo proviene de la descomposición de antiquísimos vegetales, que tomaron parte de la energía del sol y a través de un proceso de millones de años se logró el producto. El consumo a gran escala de éste, solo data de no más de un siglo y por lo visto tiene sus días contados. Ahora bien, si el petróleo que demoró millones de años en formarse está siendo “devorado” en poco más de un siglo, ¿que podríamos esperar de este nuevo biocombustible que demora solo un año?.

Por otro lado ¿quién ha reparado en que al producir biocombustible de los restos de vegetales (hojas, ramas, semillas, etc), como proponen algunos, provocaríamos un DESEQUILIBRIO en el delicado proceso de regeneración natural de los suelos?. Las hojas y ramas que caen al suelo sirven para la formación del HUMUS, que es uno de los encargados de la manutención y fertilidad de los suelos. Si se llegase a cortar este ciclo natural, las consecuencias serían altamente peligrosas para la subsistencia de los vegetales en la tierra, que entre sus tantas cualidades tienen la de extraer el CO2, principal culpable del calentamiento global.

Imaginemos el FUTURO con este biocombustible. En primer lugar, ¿qué va a pasar con las Grandes Selvas que aún quedan en el planeta?. Las Trans- Nacionales de los combustibles tratarán de convencer a los Gobiernos de los distintos Países que sería más rentables convertirlas en biocombustible que mantenerlas como Selvas. En segundo lugar, a muchos Agricultores les va a ser más rentable sembrar vegetales apropiados y específicos (transgénicos) para los biocombustibles, que tener arbolitos frutales, flores, yerbas, hortalizas, legumbres, cereales u otros. En tercer lugar, las grandes Alamedas, jardines y parques no serán rentables como tales, así que serían transformadas en el tan esencial (..?) biocombustible.

En fin, creo que si se sigue esta política del crecimiento indefinido, de competitividad y por ende de consumo desenfrenado de energía, el paisaje terrestre se transformará en un gran DESIERTO VERDE. Que no nos vaya a pasar lo del “Rey Midas”, que todo lo que toquemos lo transformemos en BIOCOMBUSTIBLE y muramos de sed y hambre.

La verdadera solución, está en nuestras manos “REDUZCAMOS EL CONSUMO DE ENERGÍA” y cambiemos nuestra conducta depredatoria, pero, ¡ahora! y así podremos ocupar petróleo o biocombustible en forma racional y… por largo tiempo.

Luis Monasterio Opazo
Ingeniero U de C
www.accionecologica.cl Diciembre 2006


14/02/2009
Biocombustibles, por Luis Monasterio Opazo
BIOCOMBUSTIBLES:..¡CUIDADO!

Seamos MESURADOS ante esta algarabía que existe por los biocombustibles. Se está abordando el tema en forma reduccionista, desestimando varios aspectos negativos de una producción indiscriminada, tanto para la Naturaleza como para el Calentamiento Global. No se está yendo al fondo del problema que se soluciona en gran medida REDUCIENDO EL CONSUMO DE ENERGÍA. Debo aclarar que no estoy en contra de los biocombustibles ni de su desarrollo, pues pueden ser sustentables en el tiempo, siempre que se produzcan y usen RACIONALMENTE.

Considerando lo que dice la 1ª Ley de la Termodinámica “LA ENERGIA NO SE CREA NI SE DESTRUYE, SOLO SE TRANSFORMA”, podremos concluir que la cantidad de energía contenida y disponible en los vegetales, que serían la base se los biocombustibles, depende de un flujo constante, pero limitado. Este dependería, entre otros aspectos, del clima y de la cantidad de días con sol.

El máximo de energía disponible en estos vegetales (ver: representación esquemática más adelante) será la que estos puedan obtener, solamente, en la superficie que ocupen. En otras palabras, si tenemos una hectárea de vegetales para ser transformados en biocombustible, la energía disponible de aquellos NUNCA será superior a la cantidad de energía que ha entregado el sol en dicha superficie, en el período en cuestión. Como dato diremos que la energía que recibe la tierra proveniente el sol es de 1 (caloría por centímetro cuadrado por minuto).

EJEMPLO:

Un techo de una casa de 10 x 10, (100 metros cuadrados), recibirá, en un día caluroso, 1.000 Kilocalorías por minuto. El techo de 100 (m2) recibe, 500.000 (Kcal por día). Este calor es equivalente a quemar 53 (litros) de gasolina.

Para ilustrar más claramente, mostraremos una representación esquemática del flujo de energía proveniente del sol, y cuanta sería la energía disponible para la producción del biocombustible.






Observando, vemos que la cantidad de energía proveniente del sol es:(5.000.000 Kilocalorías por metro cuadrado al año) y solo podemos utilizar 2000 (sólo un 0,04 por ciento del total), que sería la que acumulan los vegetales en este período, algo que a simple vista nos dice que es bastante escasa, para la creciente e irracional demanda actual.

Aclarado en parte el tema de la energía que pueden almacenar los vegetales (0,04%), sólo nos cabe suponer que para cubrir la creciente demanda, se tendría que aumentar las superficies de cultivo para tal fin, y no debemos olvidar que los suelos fértiles son escasos y no estarían todos disponibles porque también tenemos que comer, recrearnos y mantener nuestra biodiversidad.

Todo el petróleo proviene de la descomposición de antiquísimos vegetales, que tomaron parte de la energía del sol y a través de un proceso de millones de años se logró el producto. El consumo a gran escala de éste, solo data de no más de un siglo y por lo visto tiene sus días contados. Ahora bien, si el petróleo que demoró millones de años en formarse está siendo “devorado” en poco más de un siglo, ¿que podríamos esperar de este nuevo biocombustible que demora solo un año?.

Por otro lado ¿quién ha reparado en que al producir biocombustible de los restos de vegetales (hojas, ramas, semillas, etc), como proponen algunos, provocaríamos un DESEQUILIBRIO en el delicado proceso de regeneración natural de los suelos?. Las hojas y ramas que caen al suelo sirven para la formación del HUMUS, que es uno de los encargados de la manutención y fertilidad de los suelos. Si se llegase a cortar este ciclo natural, las consecuencias serían altamente peligrosas para la subsistencia de los vegetales en la tierra, que entre sus tantas cualidades tienen la de extraer el CO2, principal culpable del calentamiento global.

Imaginemos el FUTURO con este biocombustible. En primer lugar, ¿qué va a pasar con las Grandes Selvas que aún quedan en el planeta?. Las Trans- Nacionales de los combustibles tratarán de convencer a los Gobiernos de los distintos Países que sería más rentables convertirlas en biocombustible que mantenerlas como Selvas. En segundo lugar, a muchos Agricultores les va a ser más rentable sembrar vegetales apropiados y específicos (transgénicos) para los biocombustibles, que tener arbolitos frutales, flores, yerbas, hortalizas, legumbres, cereales u otros. En tercer lugar, las grandes Alamedas, jardines y parques no serán rentables como tales, así que serían transformadas en el tan esencial (..?) biocombustible.

En fin, creo que si se sigue esta política del crecimiento indefinido, de competitividad y por ende de consumo desenfrenado de energía, el paisaje terrestre se transformará en un gran DESIERTO VERDE. Que no nos vaya a pasar lo del “Rey Midas”, que todo lo que toquemos lo transformemos en BIOCOMBUSTIBLE y muramos de sed y hambre.

La verdadera solución, está en nuestras manos “REDUZCAMOS EL CONSUMO DE ENERGÍA” y cambiemos nuestra conducta depredatoria, pero, ¡ahora! y así podremos ocupar petróleo o biocombustible en forma racional y… por largo tiempo.

Luis Monasterio Opazo
Ingeniero U de C
www.accionecologica.cl Diciembre 2006