El cambio climático está aumentando número de refugiados en el mundo

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“Sólo en 2008, unas 20 millones de personas fueron desplazadas por los efectos de fenómenos climáticos repentinos. Esta cifra ni siquiera tiene en cuenta a los que se han debido marcharse por la degradación gradual del medio ambiente”, así lo dio a conocer la Organización Mundial para las Migraciones (OIM)

El jefe de la División sobre Diálogo Internacional de la Organización Mundial para las Migraciones, Philippe Boncour, enfatizó que el fenómeno del calentamiento del planeta ya está afectando a los patrones de movimiento de las personas, y recordó que un promedio de 211 millones de personas resultan directamente afectadas por los desastres naturales (muchos de ellos relacionados con las alteraciones climáticas) cada año.

Estas afirmaciones de la OIM fueron dadas a conocer durante la realización de la reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), que concluyó recientemente en la ciudad alemana de Bonn.

Durante el encuentro, un grupo de agencias que brindan asistencia humanitaria hicieron un llamamiento para que los impactos del cambio climático en sus tareas sean incluidos en el acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto cuando éste expire en 2012.

Los “refugiados ambientales”

En 1990 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático observó que la migración humana podría ser la consecuencia más grave del cambio climático. Millones de personas se tendrían que desplazar a causa de la erosión de la línea costera, de las inundaciones del litoral y de los estragos en la agricultura. Desde entonces, varios analistas han intentado estimar el volumen de los futuros flujos de migrantes climáticos (a veces llamados “refugiados ambientales”) y la mayoría de las predicciones para el año 2050 giran en torno a 200 millones de personas.

Un informe sobre el tema, elaborado por la OIM, señala que Los efectos meteorológicos del cambio climático sobre la migración se pueden dividir en dos factores condicionantes: por un lado los procesos climáticos como la elevación del nivel del mar, la salinización del suelo de uso agrícola, la desertificación y la creciente escasez de agua; y por otro lado los fenómenos meteorológicos como las inundaciones, las tormentas y las crecidas repentinas de los lagos glaciares.

Asimismo, también desempeñan un importante papel factores que no tienen relación con el clima como las políticas gubernamentales, el crecimiento demográfico y la capacidad de recuperación de las comunidades después de un desastre natural. Todo ello determina el nivel de vulnerabilidad de la población.

La Organización Internacional para las Migraciones reconoció que “predecir futuros flujos de migrantes climáticos es una tarea complicada, ya que la proyección se ve dificultada por la carencia de datos de base, deformada por el crecimiento demográfico y depende de la evolución del cambio climático así como de la cantidad de futuras emisiones”

Sin embargo, la agencia especializada de la ONU consideró que es posible identificar tres diferentes escenarios posibles en base a diversas predicciones de emisiones. Con ellos se trata de abarcar desde un escenario que se plantearía en el mejor de los casos, es decir con una importante reducción de las emisiones de gases y la aplicación de un “Plan Marshall” para la adaptación, hasta un modelo de escenario “de seguir como hasta ahora” en el cual la barruntada migración a gran escala y los más sombríos análisis se realizan e incluso quedan cortos.

Un panorama todavía gris

Según informó la radio pública alemana, Deutsche Welle (DW), la conferencia internacional sobre cambio climático que se realizó en la ciudad de Bonn finalizó el pasado viernes 12 sin que ninguno de los países industrializados anunciase metas concretas de reducción de gases invernadero y niveles considerados seguros para el planeta.

El titular de la secretaría de la Convención sobre el Cambio Climático (UNFCCC), Yvo de Boer, consideró que durante los debates se produjeron algunos avances. Reconoció, sin embargo, que es preciso un mayor esfuerzo a fin de consolidar logros concretos en el tema.

El encuentro de Bonn fue el segundo de una serie de cinco grandes debates promovidos por la Organización de las Naciones Unidas, de cara al encuentro de diciembre en la capital de Dinamarca, donde se espera lograr un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto, con metas concretas de reducción de gases contaminantes lanzados a la atmósfera, a cumplirse en el año 2020.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático se necesita una reducción de 25 a 40 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, en relación a los registrados en 1990, a fin de evitar un colapso climático provocado por el calentamiento global. De no ser así, el planeta registrará un aumento de 4 grados centígrados en la temperatura global, aseguran los científicos del IPCC.

A partir de estas previsiones, unos cuantos analistas, de los cuales el más conocido es Norman Myers, profesor de la Universidad de Oxford, han intentado estimar el número de personas que, a largo plazo, se verían forzadas a desplazarse como consecuencia directa del cambio climático.

“Cuando el calentamiento de la tierra cobre fuerza”, expone el profesor Myers, “puede que haya hasta 200 millones de personas afectadas por las alteraciones de los sistemas monzónicos y otros tipos de precipitaciones, por sequías de una virulencia y duración sin precedentes, y por la elevación del nivel del mar e inundaciones de las zonas litorales”.

La ONU ha dicho que las naciones industrializadas para 2020 deben recortar sus emisiones entre un 25 y un 40% de los niveles que tenían en 1990, si se quiere revertir el calentamiento global.

Ecoestrategia, Internet, 15-6-09

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