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Desde los orígenes de la humanidad los dorados oropeles vienen nublando la vista, la ética y el sentido común de más de un codicioso. Desde entonces la capacidad del planeta para absorber requerimientos, ambiciones y maltrato permitió abusos que se mantienen hasta nuestros días

Pero hace tiempo que la Naturaleza está dando señales de agotamiento. Desde la Revolución industrial la influencia negativa de las actividades humanas ha crecido exponencialmente, cuantitativa y cualitativamente, y los estudios realizados vaticinan agravamientos a corto plazo en muchos escenarios.

Destrucción de Bosques nativos y humedales, deforestación, desertificación, incremento de ganado para consumo, extinción de especies, destrucción de la capa de ozono, calentamiento global, falta de agua potable, reaparición o incremento de plagas y enfermedades, derretimiento de polos y glaciares, alteraciones climáticas graves y contaminación creciente de aire, agua y tierra.

También, es una decisión de graves consecuencias la reciente decisión del gobierno de Brasil de sentenciar a muerte al ecosistema de la Amazonia que aún sobrevivía permitiendo su deforestación para dedicarlo a cultivos comerciales.

Dado este panorama inquietante y para reducir o postergar en el tiempo las consecuencias que se avecinan, muchos actores sociales están adoptando medidas para modificar ciertas prácticas.

Algunas de ellas son: Uso intensivo de energías renovables como la solar y la eólica, reducción de las emisiones de CO2, eliminación del uso del CFC y PCB, desarrollo de motores híbridos o basados en combustibles renovables, uso masivo de lámparas de bajo consumo y electrodomésticos más eficientes, exigencia en el cumplimiento de estudios de impacto ambiental para ciertas obras, adecuado tratamiento de los desechos industriales y domiciliarios y prácticas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) entre otras.

En todo el espectro de actividades ha comenzado una lenta migración hacia formas de consumo más amigables con los recursos naturales. Es perentorio instruir a la población sobre estos aspectos dado que resultarán vitales para la futura supervivencia.

También conocer cómo evitar el 'greenwashing' o sea, creer en empresas que intentan vender como ecológico aquello que no lo es. La activa participación de todos permitirá alcanzar las metas de mitigación más rápidamente.

Pese a lo expuesto, algunos continúan negando sus responsabilidades, depredando y contaminando sin inmutarse.

Entre estos: Las actividades mineras intensivas a cielo abierto, uso de ciertos agrotóxicos en la agricultura, desmonte de bosques nativos para plantación intensiva de especies comerciales, uso de combustibles fósiles en el transporte y habitat, industrias químicas que liberan gases o líquidos contaminantes, derroche del agua potable, desprotección de polos y glaciares, caza y pesca indiscriminadas rayanas en la depredación y otras.

Muchas de estas todavía pueden desarrollarse gracias a la inestimable colaboración de funcionarios venales a quienes les interesa solo un Futuro. El suyo.

Para estos empresarios y funcionarios el porvenir se presenta dorado.

Blogs Clarín, Internet, 26-6-09

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