Ecuador: Acción Ecológica opina “Yasuní, un territorio libre con pueblos libres”

Idioma Español
País Ecuador

"La realidad en la Amazonía llegó una vez más bañada en sangre. Un nuevo acontecimiento de violencia ocurrido el pasado 10 de agosto en la comunidad Los Reyes, dentro del Bloque 17, ha dado dado origen a renovados debates, opiniones sesgadas y con mucha desinformación, sobre el futuro de los pueblos Taromenane y Tagaeri que viven en aislamiento voluntario"

La realidad en la Amazonía llegó una vez más bañada en sangre. Un nuevo acontecimiento de violencia ocurrido el pasado 10 de agosto en la comunidad Los Reyes, dentro del Bloque 17, ha dado dado origen a renovados debates, opiniones sesgadas y con mucha desinformación, sobre el futuro de los pueblos Taromenane y Tagaeri que viven en aislamiento voluntario, así como de las otras poblaciones que viven bajo la presión de actividades destructivas y contaminantes.

El enfrentar la existencia de pueblos y respetar su derecho a existir conforme su decisión a vivir aislados es algo muy reciente, aunque hay instrumentos internacionales, convenios, tratados o declaraciones, que los protege. A nivel nacional, con el reconocimiento del territorio intangible, 1999(1), fue la primera vez que se tomaba en cuenta de su existencia para una decisión y desde abril del 2007 existe la Política Nacional de los Pueblos en Situación de Aislamiento Voluntario (2). También la constitución de Montecristi los reconoce expresamente en su artículo 57 que dice que “los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas y hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidios, que será tipificado por la ley”(3).

También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en mayo del 2006, otorgó medidas cautelares a favor de los pueblos Tagaeri y Taromenane(4) y, como respuesta, Rafael Correa presentó la mencionada Política Nacional de los Pueblos en Situación de Aislamiento Voluntario. El día de su lanzamiento, el presidente preparó un discurso que acotaba: “El Oriente pasó a ser un mito oficial, hasta que el descubrimiento petrolero rebasó toda conjetura y llevó a colonos a rebautizar un territorio que tenía dueños, una tierra que tenía propietarias, y una Madre Naturaleza que hasta entonces fue abrigo y cómplice, refugio y escondite, gracias al bosque de aguaceros que impedía a intrusos acercarse a sus dominios de misterio y selva.../.

Queriendo estar acorde con sus palabras, el Gobierno ha impulsado algunas actividades para proteger a estos pueblos, sobre todo en el control del madereo, pero no está enfrentando a fondo el otro problema que es la extracción de petróleo; tampoco está tomando en cuenta en las políticas de control y delimitación territorial, a la posesión ancestral Waorani que incluyen sus áreas habituales de circulación. Todos los pueblos Waorani, antes de la invasión de sus territorios, eran pueblos libres, y también guerreros porque debían mantener cuidadosamente las normas sobre sus territorios. Con la invasión de las madereras y petroleras, su territorio está siendo devastado y está alterándose su forma de vivir.

Salvar a estos pueblos libres supone salvar integralmente al Yasuní y vice versa, pues ellos, desde la más sabia de sus realidades, han protegido para si, para nosotros y para la humanidad, una de las zonas más ricas del planeta.

Hoy el Yasuní está fragmentado en bloques petroleros que implican condiciones de extrema presión, sobre todo para los Tagaeri y Taromenane, e incluso para los colonos que han llegado a vivir alrededor de las carreteras, atraídos por las actividades petroleras.

El Yasuní es más que el Bloque 43 (ITT), por lo que es imperativo tomar medidas para extender la propuesta de dejar el crudo en el subsuelo a todos los bloques dentro de la Reserva de la Biósfera Yasuní, y esto implica incluir las zonas que están en manos de Repsol (España), Petroamazonas (Ecuador) y Petroriental (China).
E investigar el papel de esta última empresa en los hechos violentos ocurridos el 10 de agosto.

Una vez más nos encontramos ante el apetito desmedido de la civilización occidental frente a una cultura alegre y de abundancia que hasta hace poco era la guardiana de uno de los últimos patrimonios de la humanidad. Los ecuatorianos y ecuatorianas debemos ser conscientes de que el Yasuní es quizás más importante que Galápagos por su biodiversidad y porque allí habitan los últimos pueblos libres del Ecuador y de los pocos que quedan en el mundo (5).

Es el momento de reforzar el control al madereo pero también iniciar el retiro de las operaciones petroleras que actualmente hay dentro del Yasuní. La meta es hacer del Yasuní un territorio libre para pueblos libres.

NOTAS:

(1) Mediante Decreto Ejecutivo N. 552, publicado en el Suplemento del R.O. 121 del 2 de febrero de 1999, aproximadamente 700.000 hectáreas dentro y alrededor de la zona sur del “Parque Nacional Yasuní (PNY)” y de la “Reserva Étnica Waorani” fueron declarados como Zona Intangible Tagaeri-Taromenane (ZIT) “ vedada a perpetuidad a todo tipo de actividad extractiva”, por ser las tierras de habitación y desarrollo de los grupos Tagaeri y Taromenane.

(2)Política Nacional de los Pueblos en Situación de Aislamiento Voluntario: Aquí

(3) Ver

(4) Ver

(5)De acuerdo a una encuesta de opinión de mayo del 2009, frente a la pregunta de si estarían de acuerdo con explotar el crudo del Yasuní, un 67,2% dicen que no, aunque solo el 56% reconoce que se trata de una área protegida. Encuesta de DATANALISIS. Perfiles de Opinión. Informe mensual, septiembre del 2007. Universo: Hombres y mujeres ecuatorianos de 18 años y más en Quito – Guayaquil. Muestra: 512 entrevistas. Margen de error: ± 4.4. Intervalo de confianza 95%.

Temas: Petróleo, Pueblos indígenas

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