Eliane Hauri Fuentes

Clara Yoxom López, agricultora de la granjita “El Abuelo”, Momostenango, enseñándome especificidades de su milpa. Fotografía: Red de Escuelas Interculturales por la Soberanía Alimentaria, REISA

"Por la globalización que no ha aportado ninguna solución al hambre, por la pandemia que lo ha venido a agudizar todo aún más, nos toca ahora más que nunca, como lo dijeron en el seminario arriba citado, «fortalecer los territorios desde los saberes propios, desde la construcción y el respeto por la biodiversidad. Toca también pensar en la función social de la tierra. Como un elemento fundamental para alimentarnos realmente".

La fuerza de los territorios

Ilustración: Dénnys Mejía

Creer que con adicionar un mineral a la dieta se va a "combatir" el hambre es tapar el sol con un dedo. Es cortar las ramas de un árbol que seguirá creciendo torcido mientras no se discutan sus raíces.

Las "Semillas Nuevas" no son la solución al hambre en Guatemala

El maíz transgénico importado será más barato. Y nos traerá mil problemas

En 2017 fui la aprendiz de una pequeña granjita en el Cantón Choquí, cerca de Xela. Un día, era la hora del almuerzo, estábamos a punto de comer con doña Lulú, la niña Madeline y don Checha. Justo antes de tomar el primer bocado, observé mi plato, me fijé en los tantos colores que lo componían y de pronto, se me humedecieron los ojos. Me conmoví, veía todo en lo cual yo creía.

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