Fracking geopolítico entre el “Norte” y el “Sur” de “Latinoamérica”

Idioma Español
País América

Hace poco más de dos años impartí una conferencia magistral –en la Universidad de Finanzas y Economía de Shanghái (SUFE, por sus siglas en inglés) bajo los auspicios de la Academia de Ciencias Sociales de China– sobre el nombre nada apropiado (“misnomer”) de “Latinoamérica (LA)”, desde el punto de vista de la nueva realidad geopolítica/geoeconómica del siglo XXI y su posicionamiento ante mi hipotético “nuevo orden geoestratégico tripolar” de Estados Unidos (EU), Rusia y China.

Los contenciosos de Ucrania y Siria exponen el fracking geopolítico regional/global entre dos bloques antagónicos –EU/OTAN/Unión Europea frente a Rusia/China/Grupo de Shanghai– que también luchan por su preponderancia en “LA”, donde brota el nuevo concepto de “North America ( aquí)”, promovido por los supremacistas hacedores de la política de EU –de la talla del Gral. David Petraeus (anterior director de la CIA defenestrado y hoy instalado en KKR Global Institute) y Robert Zoellick (anterior director ejecutivo del omnipotente cuan pestilente banco de inversiones Goldman Sachs, ex-presidente del Banco Mundial y hoy prominente becario de Harvard)–, y colisiona con el concepto reactivo de "Sudamérica" de los geoestrategas de Brasil, miembro conspicuo de los BRICS.

Implícitamente, "Centroamérica" pertenece al concepto de "North America", donde los intereses nacionales de EU prevalecen en el Golfo de México –destinado a ser rebautizado "Golfo de EU"– y el Mar Caribe: el "Mar Mediterráneo Estadunidense" que asciende a una superficie de 4.2 kms2.

La geoeconomía y la seguridad nacional de defensa también chocan dentro de la añeja "LA" entre el UNASUR –y su integración económica y política que incluye al MERCOSUR –frente a la Asociación Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés), diseñado para contener a China: pivote de la “doctrina Obama”.

La regional “Alianza del Pacífico” –Chile, Perú, Colombia y México– forma parte ya, con la notable excepción de Colombia, del TPP.

“LA” exhibe otras subdivisiones que se han profundizado a raíz de la muerte del presidente Chávez, impulsor del ALBA, hoy alicaida y en vías de pulverización, cuya evolución natural era su acoplamiento al MERCOSUR.

En Shanghai referí que “Algunos ‘think tanks’ de EU definen su ‘fuente de poder’ y su última frontera del hemisferio hasta el Amazonas, mediante una división entre el norte y el sur con el Gran Caribe: de Yorktown pasando por el Océano Atlántico hasta las Guyanas”.

El geopolítico israelí-estadounidense Robert Kaplan de Stratfor ( aquí) explaya sin rubor que "El poder geopolítico de EU históricamente tiene su origen no en Europa o Asia, sino en el Gran Caribe” que “es el mundo de Yorktown a las Guyanas; es decir, de los Estados del Atlántico-medio a las selvas del norte de Sudamérica. El hemisferio occidental, como el estratega holandés-estadounidense Nicholas J. Spykman explicó en 1942, no se divide entre el Norte y América del Sur. Se divide entre las latitudes norte de la gran barrera de la selva amazónica y las latitudes más al sur de la misma. En otras palabras, desde el punto de vista geopolítico, Venezuela no es un país de América del Sur en absoluto. Es un país del Caribe: la mayor parte de su población de 28.8 millones habita en el norte a lo largo del Mar Caribe, a salvo de las selvas del sur".

¿Pretende recuperar el Pentágono lo que perdió en la última década, en la antigua "LA", mediante el concepto “Gran Caribe”?

Dos años más tarde a mi conferencia de Shanghái, EU recupera o neutraliza al “Gran Caribe”: desde su golpe de Estado triangulado en Honduras pasando por su espectacular reconciliación con Cuba –gracias a la mediación de Francisco, el Papa jesuita/argentino– hasta la desestabilización de Maduro en Venezuela mediante el abrupto desplome especulativo del precio del petróleo por los bancos de Wall Street –guerra de alcances geoestratégicos contra Rusia e Irán–.

Allí cité que del “lado brasileño su escuela de geoestrategia desarrolló una ‘Nueva Visión Estratégica’, escrito en la Estrategia Nacional de Defensa (2008), con sus tres pilares: nucleares, espaciales y cibernéticos; y con sus dos áreas básicas del Atlántico Sur y el Amazonas”.

En la óptica brasileña, el concepto “Sudamérica” colisiona con los conceptos hegemónicos de EU: “Norteamérica” o al "Mar Mediterráneo estadunidense" –que incluye el Golfo de México y el Mar Caribe–, acuñado por el Almirante Alfred Thayer Mahan.

The Saker, muy cercano a Rusia, aborda tres rubros para “LA” en este año y su “prospectiva” para el “periodo próximo ( aquí)”.

Considero exageradamente optimista su perspectiva de “LA” para 2016, en el caso de un triunfo a la presidencia del candidato socialista Bernie Sanders del partido Demócrata.

Juzga que el “presidente (sic) Sanders” someterá la gran influencia de los neoconservadores straussianos, en cierta medida, lo cual “impactaría al TPP, al Plan Colombia y su proceso de paz, la normalización de las relaciones con Cuba y la guerra contra las drogas” y sus “inmensas ramificaciones en México y en la región”.

La llegada de otro candidato que no sea Sanders es para The Saker la prolongación del status quo.

El retorno triunfal de EU

Bajo la óptica reduccionista de la dicotomía decimonónica entre “izquierda” y “derecha” –a mi juicio, necesaria pero insuficiente para el siglo XXI–, aduce que la “izquierda” se encuentra a la defensiva en Venezuela, Brasil y Argentina.

Enuncia que “Brasil se encuentra en turbulencias, Argentina tiene un presidente neoliberal y en Venezuela la oposición neoliberal ostenta una doble (sic) mayoría en el Parlamento”.

El regreso neoliberal en tres de las principales geoeconomías de Sudamérica constituye un retorno triunfal de EU que ahora practica un neo-monroísmo geoeconómico y geofinanciero bajo el modelo atroz del devaluado neo-peñismo del “México neoliberal itamita” que practica la entrega total de sus recursos estratégicos para integrarse como esclavo (literal) del modelo “Norteamérica”.

La añeja dicotomía “izquierda-derecha” del siglo XIX ha sido superada en el siglo XXI por una nueva entre globalistas –que practican muchos travestis de seudo-izquierda– y humanistas.

Los globalistas colocan al “mercado” por encima de todas las cosas, en detrimento del ser humano, y en cuyo modelo caníbal han sucumbido muchos “izquierdistas”: desde el laborismo de Tony Blair pasando por los socialistas españoles del PSOE hasta los mercenarios “Chuchos” [1] del “México neoliberal itamita”.

En contrapunto, los humanistas colocan al “ser humano” en el centro de la ecuación universal y rememoran el axioma del filósofo cartaginés Terencio (“nada de lo humano me es ajeno”) iluminado por el Renacimiento florentino: la “ciencia sin conciencia es nesciencia”.

Bajo la raquítica dicotomía de “izquierda” y “derecha”, al menos en los tres países citados, Sudamérica está polarizada, para no decir fracturada.

Fracturas en América del Sur

En Argentina, el presidente neoliberal Macri, íntimo de los intereses sionistas de Nueva York y la City (Londres), obtuvo una victoria apretada sobre el candidato de Cristina Fernández, cuyo sueño era integrarse a los BRICS.

No se puede soslayar que Macri carece del control sobre el Congreso, todavía a mayoría del peronismo que es tan acrobático como el PRI de México en sus oscilaciones pendulares de un polo a otro.

La situación es más crítica en Venezuela debido al desplome del petróleo en casi 70%, lo cual ha creado una situación de emergencia cuando la mayoría opositora busca la revocación del mandato de Maduro.

¿Podrá un rebote esperado de precio del barril del petróleo sostener la endeble situación económica de Venezuela?

The Saker destaca la colisión propagandista entre CNN y TeleSUR, una nueva opción de información para la “izquierda latinoamericana”. Se le pasa por alto que TeleSUR, HispanTV y Russia Today son boicoteadas en México donde SKY/Televisa ostenta el control monopólico de las señales.

The Saker da mucho vuelo al proceso de paz en Colombia y a la “desmovilización de miles de paramilitares controlados por la oligarquía colombiana apoyada por EU”.

Brasil, máxima potencia de “LA” y “Sudamérica”, es todo un capitulo, donde los escándalos teledirigidos han puesto contra la pared a la presidenta Dilma Rousseff (DR).

La última carta que le queda a Brasil, miembro de los BRICS, y a su gobierno de “izquierda” es el difícil retorno al poder deLula quien también tiene la espada de Damocles de una investigación por presunta corrupción.

DR criticó en la ONU el espionaje cibernético de EU así como la captura ilegal de los datos estratégicos de Petrobras.

Brasil se encuentra ahora detrás de la creación del nuevo cable de Internet BRICS para cesar su dependencia a EU en Internet. No es un asunto menor. Se trata de una liberación cibernética del siglo XXI.

La caída de Brasil, como líder “independiente” de Sudamérica, al unísono de su membresía a los BRICS, marcará el rumbo real de toda “LA”, cuya parte “norte” –con el neo-peñismo del “México neoliberal itamita” y la absorción paulatina del Gran Caribe, incluida Centroamérica y el bloque del CAFTA– ha sido controlada por EU.

El portal filo-ruso otorga demasiada influencia a la CELAC –donde EU y Canadá han sido excluidos y que, a mi juicio, comporta en su seno todas las semillas de fractura a tres niveles conspicuos en “LA”: 1- El bloque geopolítico/geoeconómico de “Norteamérica” –dominado por EU, con sus vasallos Canadá y el “México neoliberal itamita”, donde los intereses de China han sido repelidos– frente al UNASUR/MERCOSUR encabezados por el gigante brasileño; 2- Los neoliberales filosionistas frente al nacionalismo de izquierda del ALBA; y 3- El MERCOSUR, apuntalado por Brasil, frente a la Alianza del Pacífico, dominada por EU, para cerrar el paso del océano Pacifico a la conectividad de Brasil y China.

Cada uno de estos tres niveles propende más a la fractura que a la unificación, cuando no a la absorción forzada por vía de la letal guerra geofinanciera de Wall Street y la City (Londres).

Cuando parece haber sido sellado el destino del “norte” de la añeja “LA” –el “México neoliberal itamita” y Centroamérica hasta el canal de Panamá y el Gran Caribe– absorbida por “Norteamérica”, el futuro de “Sudamérica”, hoy en franco declive libertario, dependerá del epílogo de la colisión entre EU y Brasil –que pasa por un momento crítico– y cuya caída en las manos neoliberales filosionistas significaría una gran derrota geoestratégica periférica de Rusia y China – y hasta de India.

Por Alfredo Jalife-Rahme - Geoestratega y profesor de PostGrado en Globalización y Geopolítica de la UNAM (México).

Nota

[1] NdE: “Chuchos”, referencia al Partido de la Revolución Democrática, PRD.

Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento: América Latina en la coyuntura mundial, marzo de 2016

Fuente: ALAI

Temas: Geopolítica y militarismo

Comentarios