Transgénicos en el Cono Sur. Boletín N° 485 de la RALLT

Idioma Español

En este número: Chile: ¡Etiquetado de alimentos transgénicos ahora!; Argentina: aprueban nuevo evento biotecnológico en maíz; Malvinas dijo no a Monsanto; Nueva publicación: "La producción de soja en el Cono del Sur: Actualización sobre Uso Suelos y Plaguicidas"; Patria grande y sojera. Boletín N° 485 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

RED POR UNA AMÉRICA LATINA
LIBRE DE TRANSGÉNICOS
BOLETÍN 485

Contenido:

Chile: ¡Etiquetado de alimentos transgénicos ahora!

Argentina:

Argentina: Aprueban nuevo evento biotecnológico en maíz

Malvinas dijo no a Monsanto

NUEVA PUBLICACIÓN:

"La producción de soja en el Cono del Sur: Actualización sobre Uso Suelos y Plaguicidas"

Patria grande y sojera

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CHILE: ¡ETIQUETADO DE ALIMENTOS TRANSGÉNICOS AHORA!

COMUNICADO DE PRENSA

Yo No Quiero Transgénicos en Chile

Exigimos vivir sanos:

Santiago de Chile, 26 de julio de 2012.- Como el gobierno chileno y los parlamentarios siguen negándonos nuestro derecho a saber y a elegir qué comemos, decidimos etiquetar los alimentos transgénicos del supermercado Híper Líder (Walmart) de Santiago, ubicado en Avenida Libertador Bernardo O´Higgins 5199, Estación Central. Nuestra campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, es llevada delante de norte a sur del país por organizaciones sociales, de consumidores y ambientales así como por personas conscientes, para promover el debate ciudadano y alertar sobre los riesgos y posibles daños crónicos derivados de comer estos productos, autorizados sin análisis toxicológico alguno. Exigimos al presidente Piñera que ponga urgencia al proyecto de ley sobre etiquetado que duerme en el Senado, y conminamos a los parlamentarios a votar favorablemente esta iniciativa a pesar del millonario lobby. Hasta ahora todos los gobiernos han cedido a las presiones y chantaje de las corporaciones transnacionales productoras de semillas transgénicas y de plaguicidas asociados a estos cultivos, como el Roundup (cuyo principio activo es el glifosato, altamente peligroso).

Los alimentos transgénicos no son naturales: son alimentos procesados y producidos a partir de una semilla a la cual se le han incorporado en laboratorio genes extraños tales como virus o bacterias y/o genes de una o varias especies animales o vegetales, para producir ciertas características.

Es imposible a simple vista distinguirlos de otros alimentos, si no se etiquetan luego de un análisis de laboratorio. El Ministerio de Salud, no ha regulado, SERNAC y ACHIPIA – reparticiones de gobierno- no informan y tampoco lo hace la industria alimentaria. María Elena Rozas de RAP-Chile explica: “Por ello nos hemos visto obligados a elaborar una guía que actualiza la información disponible sobre estos productos transgénicos importados, fabricados por las marcas Mazola, Kelloggs, Nestlé, Danone, Kraft, McCormick, Nutrasweet, Great Value, Hellman’s, Kikkoman, Kraft, ADES, Bon o Bon, Bagley, Matarazzo, Sadia, Pringles, Lay’s, y Knorr”.

Toda la información con productos que pueden contener transgénicos y residuos de los plaguicidas asociados a ellos; y también la lista de algunas marcas libres de transgénicos, se puede bajar del sitio de RAPAL Chile

Entre las marcas que no contienen transgénicos están Ecovida, Afe, Natura, Edensoy, Nutra Bien, miel de Chiloé junto a los productos agroecológicos, biodinámicos y orgánicos producidos en Chile sin transgénicos ni agrotóxicos.

Por nuestros niños y niñas

Queremos alertar especialmente a las madres, por el efecto de este experimento inconsulto a escala global, con impactos negativos en la salud, el ambiente y la sociedad, en los niños y las futuras generaciones. Las empresas transnacionales fabricantes de transgénicos han hecho ellas mismas las evaluaciones de riesgo, sosteniendo que sus alimentos manipulados genéticamente son iguales (equivalentes) a los no transgénicos. Esa afirmación es un invento sin base científica, para inundar el mercado con maíz, soya, raps (canola o colza) transgénicos sin análisis toxicológico ni etiqueta. Pero no existe ningún estudio de vigilancia de vigilancia epidemiológica y consumo a largo que demuestre que los transgénicos no son dañinos a la salud.

Lobby transgénico y lobby tabacalero

El lobby para impedir el etiquetado es feroz. Las tabacaleras también decían que el cigarrillo era inofensivo. Hoy después de miles de enfermos y muertos por cáncer la advertencia sale en las cajetillas de cigarrillos y nadie discute que fumar es dañino para la salud. Nosotr@s creemos que no hay que esperar 10 años para etiquetar los transgénicos porque ya se han comprobado efectos crónicos y subcrónicos en los órganos y sistemas reproductivos de los animales de laboratorio alimentados con transgénicos por periodos cortos y medianos (90 días de tiempo). En Argentina la soya transgénica fumigada por décadas con Roundup (glifosato) ha causado muertes de niños y adultos por cáncer, enfermedades crónicas y aumento de las malformaciones congénitas, por lo cual actualmente está en curso el primer juicio interpuesto por las comunidades afectadas, contra los responsables del daño a la salud producido en el barrio Ituizangó, de Córdoba. ( www.juicioalafumigacion.com.ar)

El etiquetado de los alimentos transgénicos es determinante para dar transparencia al uso de esta riesgosa tecnología alimentaria y facilitar la decisión soberana de los consumidores y consumidoras de ELEGIR VIVIR SANO.

Exigimos nuestro derecho a decidir si queremos para nosotros y nuestras familias alimentos que nos permitan vivir sanos o correr el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, alergias u otros problemas.

Contactos:

María Elena Rozas, coordinadora Red de Acción en Plaguicidas ( RAP-Chile) fono 699 7375

Lucía Sepúlveda, encargada transgénicos 6997375, celular 900 23 729

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Argentina:

APRUEBAN NUEVO EVENTO BIOTECNOLÓGICO EN MAÍZ

Martes 31 de Julio de 2012

El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Lorenzo Basso, anunció la firma de la resolución que aprueba la liberación comercial y el uso de un nuevo evento biotecnológico de maíz de Dow AgroSciences que contiene cinco genes, tres de resistencia a insectos y dos de tolerancia a herbicidas.

Se trata de PowerCoreTM*, el primer apilado quíntuple en el que se han incorporado tecnologías de maíz, desarrollado para las condiciones del campo argentino. Las características incorporadas incluyen una disminución de los daños y pérdidas producidos por insectos plaga, y la eliminación de la competencia de las malezas que afectan el cultivo. El control de estas adversidades permite obtener mayores rendimientos y mejor sanidad del grano cosechado.

Dow AgroSciences Argentina SA anunció la inminente comercialización de los primeros híbridos de maíz que contienen cinco características modificadas a través de la biotecnología. El nuevo producto de Dow combina dos genes de tolerancia a herbicidas y tres genes de resistencia a insectos plaga de importancia económica para nuestro país.

La resolución 382/2012 que lleva la firma del secretario Basso afirma que la autorización para la comercialización de la semilla y de los productos y subproductos derivados, está enmarcada en las exigencias de la Resolución 763/2011, en la que el Ministerio de Agricultura establece los lineamientos para la regulación de las actividades que involucran a organismos genéticamente modificados (OGM).

También indica que se han realizado todas las evaluaciones pertinentes, relacionadas con la bioseguridad para el agroecosistema (a cargo de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria, Conabia), la evaluación de aptitud para el consumo humano y animal (a cargo de la Dirección de Calidad Agroalimentaria del Senasa), y la evaluación de los impactos en la producción y comercialización que pudieran derivarse de la autorización comercial (por la Dirección de Mercados Agrícolas).

La tecnología multievento PowerCore® fue desarrollada por Dow AgroSciences y Monsanto.

Fuente: ElDiario.com Argentina.

ARGENTINA:

MALVINAS DIJO NO A MONSANTO

Más de 300 vecinos se reunieron anoche para debatir los antecedentes de Monsanto, los riesgos locales y regionales de la planta acondicionadora de semillas y formas para resistir su instalación.

Rechazaron además en forma unánime la crónica aplicación de plaguicidas en los cultivos transgénicos que bordean la ciudad.

El titular de Funam, Raúl Montenegro, fue invitado por vecinos autoconvocados de Malvinas Argentinas para disertar sobre los antecedentes de Monsanto, el modelo extractivo a base de semillas transgénicas y los métodos de resistencia ciudadana, legal y técnica. Después de su exposición se generó un amplio debate.

Durante la conferencia se repasaron los antecedentes de Monsanto, en especial su participación en numerosas actividades incompatibles con la vida, como haber contribuido desde dos de sus laboratorios a la construcción de las tres primeras bombas atómicas, haber sido uno de los grandes productores del Agente Naranja, el herbicida y desfoliante que aplicó Estados Unidos en Viet Nam (compuesto por un 50% de 2,4 D y un 50% de 2,4,5 T), ser uno de los fabricantes históricos de PCBs y sobre todo, haber creado y comercializado sin evaluación suficiente numerosos organismos genéticamente modificados, como la soja RR y el maíz Bt, y plaguicidas como el glifosato.

Montenegro sostuvo que había sido "una falta de respeto para los vecinos de Malvinas Argentinas y una clara violación de normativa vigente haber anunciado primero desde Nueva York y luego desde la gobernación de Córdoba que se instalaría una planta de Monsanto, cuando no tiene autorización alguna, ni se han hecho las Evaluaciones de Impacto Ambiental, ni se realizaron Audiencias Públicas". Un vecino asistente a la reunión denunció que la página Web de Monsanto "considera un hecho la instalación", tras lo cual Montenegro agregó que gobierno y empresa "hasta anticiparon fecha de inauguración en 2014. Todo esto es simplemente ilegal. Primero hay que cumplir la ley".

Del intercambio entre el expositor y los vecinos quedó claro el riesgo de que se instale una planta de Monsanto en Malvinas Argentinas o cualquier otro lugar de la provincia, no solo por los pésimos antecedentes de la corporación, sino también –según lo indicado por Montenegro- porque "consolidaría un modelo extractivo que terminará destruyendo las últimas hectáreas de bosque nativo y enviando, junto a los porotos y los biocombustibles para exportación, nutrientes valiosos que los ecosistemas, deforestados y maltratados, no reemplazarán".

Los vecinos acordaron que se trabajaría en un doble no, "la negativa a que se sigan aplicando plaguicidas en los alrededores de la ciudad y la negativa a que se instale Monsanto en Malvinas Argentinas".

Finalmente se repasaron estrategias de lucha "contra grandes corporaciones como Monsanto, que piensan más en los beneficios económicos que en la salud de las personas" y se acordó iniciar "un activo proceso de debate comunitario", para lo cual se solicitará a las autoridades "que suspendan toda gestión vinculada a la instalación de Monsanto".

Fuente: http://www.lmcordoba.com.ar/

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NUEVA PUBLICACIÓN

"La producción de soja en el Cono del Sur: Actualización sobre Uso Suelos y Plaguicidas"

Por este mensaje les hago llegar el enlace de un nuevo informe titulado "La producción de soja en el Cono del Sur: Actualización sobre Uso Suelos y Plaguicidas" de Georgina Catacora, Pablo Galeano, Sarah Zanon Agapito, Darío Aranda, Tomás Palau y Rubens Nodari

El libro puede ser descargado aquí

Este reporte está publicado en la página web de GenØk - Centro para la Seguridad de la Biotecnología (en ambas versiones Inglés y Español).

Resumen

Producción de Soya en el Cono Sur de las Américas: Actualización Sobre el Uso de Tierras y Plaguicidas

Este informe tiene por objeto contribuir a una mejor comprensión de las implicaciones de la producción de soya. Para ello, recopila y analiza datos específicos sobre el uso de la tierra y pesticidas en los principales países productores de soya del Cono Sur de las Américas: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Este documento se basa en estadísticas generadas por organismos oficiales nacionales, instituciones especializadas y organizaciones que producen datos de primera mano sobre el cultivo de soya. Estadísticas del Programa de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) e información complementaria disponible en la literatura también se han incluidos.

Las conclusiones de este informe, apuntan a que se requiere un análisis más exhaustivo de las implicaciones del cultivo de soya para evaluar los costos ecológicos y sociales reales de su producción.

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PATRIA GRANDE Y SOJERA

6/08/2012

Este informe que se acaba de hacer público hoy, pero que MU anticipó en su edición de julio, revela cómo el monocultivo de la soja avanza en Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, provocando desmontes, concentración de tierras y desalojos. Darío Aranda traza en esta nota la cartografía geopolítica y económica del modelo.

La patria grande sojera está conformada por Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Los cinco países cuentan con 47 millones de hectáreas con soja transgénica, pilar del modelo de un modelo más amplio: los agronegocios, con alto consumo de agroquímicos y en el cual las principales beneficiarias son empresas transnacionales del agro. Este modelo, con mayor incidencia del capital concentrado y consecuencias sociales y ambientales, se ejecuta en momentos donde la región tiene gobiernos autodenominados de “izquierda” o “progresistas”.’

La soja abarca:

El 66% de la tierra cultivada de Paraguay.

El 59% de Argentina.

El 35% de la tierra cultivada de Brasil.

El 30% de Uruguay.

El 24% de Bolivia.

Entre los cinco países, el 44% de la tierra cultivada tiene un sólo cultivo: soja.

Agricultura industrial

La historia de la soja en la región se remonta a más de cien años atrás. Sin embargo, ha sido en los últimos 40 años, y particularmente en los últimos 20, que ha experimentado una rápida transformación y expansión a través de un modelo de agricultura industrializada”, explica la investigación Producción de soja en las Américas: actualización sobre el uso de tierras y pesticidas, producido por la reconocida Fundación Centro para la Bioseguridad de Noruega, de reciente publicación. Allí se aborda por primera vez en clave geopolítica la sojización como problemática regional.

El trabajo analiza en detalle la situación de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia. Y encuentra similitudes: la soja transgénica avanzó en todos los países, implicó el avance sobre nuevos territorios (desmontes mediante), hubo retroceso de otros cultivos, incrementó notablemente el uso de agrotóxicos y los cinco países han puesto amplios sectores de su territorio a disposición de las necesidades de Europa y Asia. Algunos datos:

Desde 1996, cuando se aprobó la soja transgénica en Argentina, el área sembrada aumentó en 25 millones de hectáreas en 14 años.

Brasil y Argentina son los alumnos más aplicados del modelo de agronegocios. Concentran el 90% de la superficie de soja de la región: 23 millones de hectáreas en Brasil, 19 millones en Argentina.

“En el 2009, Brasil, Argentina y Paraguay registraron los mayores índices nacionales de incremento de la superficie sembrada con este cultivo”, precisa la investigación, y detalla:

En 2010, los cinco países sembraron 47 millones de hectáreas con soja. De este total, Brasil representó el 50%, Argentina el 40%, Paraguay el 6, Bolivia y Uruguay el 2, respectivamente.

El 36% de la tierra arable de Brasil, el 59 de Argentina y el 66 de Paraguay estuvieron ocupadas con soja.

“La etapa de crecimiento acelerado se inició con las aprobaciones de variedades de soja genéticamente modificada para producción comercial”, afirma el trabajo y fija la fecha en 1996, cuando en Argentina se aprobó (sin estudios del Estado nacional) la soja transgénica.

Consecuencias:

En 1991, en Argentina se sembraron 5 millones de hectáreas son soja. En 2010, fueron 19 millones de hectáreas.

En el mismo periodo, Bolivia pasó de 190 mil hectáreas a 920 mil.

Brasil pasó de 9,6 millones de hectáreas a 23 millones.

Paraguay de 550 mil a 2,7 millones.

Uruguay de 20 mil hectáreas a 860 mil.

Entre los cinco países, se pasó de 15 millones de hectáreas a 47 millones.

Al aumentar el área sembrada, también se aumentó el volumen de la cosecha. En 2009, la producción total del Cono Sur fue de 116 millones de toneladas, de las cuales 57 y 52 millones fueron cosechadas en Brasil y Argentina, respectivamente. Estos volúmenes de producción posicionaron a Brasil como el segundo y Argentina como el tercer productor de soja a nivel mundial. En el 2010, ambos países aumentaron su producción: 68 millones en Brasil y 50 millones en Argentina.

Menos bosques

El Centro para la Bioseguridad de Noruega precisa que:

En 1991 Argentina contaba con 34,5 millones de bosques. Y en 2009 se había reducido a 29,6. Una disminución del 14%.

En Bolivia disminuyó un 8%: de 62 a 57 millones.

Brasil bajó un 9%: de 571 a 521 millones de hectáreas.

Paraguay, un 15%: de 21 a 17 millones.

En base a datos de la Dirección de Bosques Nativos de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, se establece que en Argentina, entre 2003 y 2004, 550 mil hectáreas de bosque fueron reemplazadas por soja en las provincias de Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. “Mientras el área cultivada con soja incrementa rápidamente, las zonas de bosque se reducen”, resume el informe.

En nuestro territorio y en 1991 el área de bosque era casi 7 veces mayor que la cultivada con soja. Antes de la fiebre del monocultivo la relación era la siguiente: por cada hectárea de soja, existían casi 7 hectáreas de bosque. En 1996, el año de aprobación de la soja transgénica, la relación bosque-soja descendió a 4,96, y en el 2009, a 1,62.

Retroceso de cultivos

A medida que aumenta la superficie sembrada con soja, además de los bosques, disminuyen otros cultivos:

El área sembrada con soja en Brasil se incrementó en un 67% entre 2001 y 2010, mientras que el maíz se incrementó sólo un 4%.

En Bolivia, el área total cultivada con maíz se redujo en un tres por ciento en tanto la soja se incrementó en un 50%.

En Paraguay, durante el mismo período, el cultivo de yuca disminuyó en un 27% y el de soja se incrementó en 99%.

“El caso más dramático se ha registrado en Uruguay, donde el girasol se redujo en 72% mientras que la soja incrementó 70 veces del 2001 al 2010”, alerta la investigación. En Uruguay, en la última década, las pasturas destinadas a la producción de ganado lechero se han reducido en un 15% (150 mil hectáreas), mientras que las pasturas para la producción de ganado de carne se han reducido en un 30%. “Los principales países productores de soja en el Cono Sur han reducido su suministro local de alimentos desde 1996”, afirma la organización noruega.

Pocas manos

La mayor parte de la producción de soja en el Cono Sur se practica en predios mayores a 500 hectáreas.

En 2006 en Brasil, el 5% de los productores de soja concentraron el 59% del total del área sembrada con este cultivo.

En Bolivia, en la temporada 2009/10, el 2% de los productores ocuparon el 52% del total de la superficie con soja.

“Este proceso de concentración de tierras en pocos propietarios ha ido acentuándose. En consecuencia, un número cada vez menor de productores manejan superficies cada vez más extensas, llegando a unidades de manejo hasta de 2.500 a 5.000 hectáreas en Argentina, Brasil y Paraguay”, señala la investigación.

El informe ratifica lo que organizaciones campesinas y numerosos investigadores alertan desde hace una década: la producción de soja y concentración de tierras van de la mano. Y obedece a un círculo vicioso: la mayor parte de la producción proviene de sistemas agrícolas altamente industrializados (semillas transgénicas, agroquímicos, maquinarias). La intensa industrialización de la producción implica el incremento de la capacidad de inversión de los productores, lo que deriva en la paulatina marginalización de los agricultores de pequeña escala o con reducida capacidad de inversión.

En Paraguay, en el 2005, el 4% de los productores de soja manejaron el 60% del total de la superficie con este cultivo.

En Brasil, en el 2006, el 5% de los productores de soja manejaron el 59% del total del área dedicada a ese cultivo.

En Bolivia, durante la temporada 2009/10, el 2% de los productores de soja controlaron el 52% de la superficie de producción.

En Argentina, en el 2010, más del 50 % de la producción de soja estuvo controlada por el 3% del total de productores, a través de extensiones de más de 5.000 hectáreas.

En Uruguay, en 2010, el 26% de productores controló el 85% del total de tierras con soja. En ese mismo año, el 1% del total de los productores tuvieron a su cargo el 35% de la superficie cultivada con soja.

Más veneno

La amplia adopción de la soja transgénica y la implementación de la siembra directa son las principales causas del aumento geométrico del uso de agroquímicos, en particular del glifosato. Otro factor es la aparición de malezas resistentes al herbicida, lo que provoca el aumento del uso de otros agrotóxicos complementarios y más tóxicos (24D y paraquat). “El herbicida paraquat ha sido prohibido en Europa, pero su importación y aplicación en el Cono Sur va en ascenso”, denuncia la investigación.

El paraquat es el ingrediente activo de uno de los herbicidas más utilizados: gramoxone, desarrollado por la compañía suiza Syngenta. “Estudios toxicológicos han vinculado al paraquat con desórdenes neurológicos (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson) y reproductivos. Por esta razón, en el 2003, paraquat fue prohibido en trece países de la Unión Europea”, afirma el trabajo y recuerda que, finalmente fue prohibido en 2007 en toda la UE.

En Argentina, en el 2010, se utilizaron 1,2 millones de litros.

En el Bolivia, en 2008, 1,7 millones de litros.

En Brasil, sólo en los cinco mayores Estados productores de soja se usaron 3,3 millones de litros de paraquat durante 2009.

Geopolítica

La investigación resalta que la producción masiva de soja en el Cono Sur es “ampliamente influenciada por la globalización de la economía”, ya que la demanda se origina “en regiones geográficamente distantes”: Europa y China. ¿Cuál es el destino de esa soja que azota los suelos latinoamericanos? Alimento animal y materia prima de agrocombustibles. Concluye este informe: “La demanda de soja en Europa impacta la dinámica del uso de tierras y pesticidas en América del Sur”. Y detalla las implicancias socioeconómicas directas: “Las necesidades locales (por ejemplo, la demanda de productos no destinados a la exportación) pierden su relevancia en la dinámica productiva. Un ejemplo claro es el uso de insumos peligrosos (paraquat) o tecnologías riesgosas (la producción de soja transgénica) en los países productores del Cono Sur, cuando paralelamente éstos mismos insumos y tecnologías están prohibidos en las regiones donde se origina la demanda (Europa). Existen estándares diferenciados de protección ambiental y salud pública entre los lugares donde surge la demanda y donde se producen commodities”, asegura.

Corporaciones

El modelo de agronegocios, del cual la soja es sólo su cara más visible, se caracteriza por el control que ejercen las grandes transnacionales del agro. Una situación emblemática se evidencia en el mercado de semillas: “En la primera mitad del siglo XX las semillas estaban indiscutiblemente en manos de los agricultores y en el sector público. En las décadas posteriores, las monopolizan los gigantes genéticos: el poder corporativo. Y así marcan la frontera final en la mercantilización de la vida”. Veamos cómo:

El mercado de semillas patentadas representa el 82% del mercado de semillas comerciales en todo el mundo.

En 2007, el mercado global de semillas patentadas comerciales era de 22.000 millones de dólares.

“Las diez principales compañías obtienen 14.785 millones de dólares, el 67% del mercado mundial de semillas patentadas”, precisa. Las principales empresas de semillas son Takii (Japón), DLF-Trifolium (Dinamarca), Sakata (Japón), Bayer Crop Science (Alemania), KWS AG (Alemania), Land O’ Lakes (Estados Unidos), Groupe Limagrain (Francia), Syngenta (Suiza), DuPont (Estados Unidos) y Monsanto (Estados Unidos).

“En menos de tres décadas un puñado de corporaciones multinacionales ha creado un rápido y feroz cerco corporativo en torno al primer eslabón de la cadena alimentaria”, explica el Grupo ETC y detalla que Monsanto controla el 23% del mercado mundial de semillas patentadas. “Las semillas y rasgos biotecnológicos de Monsanto (que incluyen las cedidas bajo licencia a otras compañías) representan el 87% del área total mundial dedicada a semillas manipuladas genéticamente en 2007”, detalla la investigación del Grupo ETC.

El modelo

El 15 de junio pasado, en un almuerzo en la sede del Consejo de las Américas y frente a las mayores empresas estadounidenses, la presidente Cristina Fernández de Kirchner relató:

“Hace unos instantes estuve con Monsanto, que nos anunciaba una inversión muy importante en materia de maíz (…) Y además estaban muy contentos porque Argentina hoy está, digamos, a la vanguardia en materia de eventos biotecnológicos. Aquí tengo, y esto la verdad que se los quiero mostrar porque estoy muy orgullosa, el prospecto de Monsanto. Vieron que cuando hacen prospecto es porque ya está hecha la inversión, sino no te hacen prospecto. Así que una inversión muy importante en Malvinas Argentinas, en Córdoba, en materia de maíz con una nueva, digamos, semilla de carácter transgénico, que se llama Intacta”.

Esa misma semana se desarrollaba en Córdoba el primer juicio penal por fumigaciones con agrotóxicos. Luego de diez años de lucha, la organización Madres de Ituzaingó Anexo (mujeres organizadas luego de que sus hijos y vecinas enfermaran) llevó hasta tribunales a dos productores sojeros y un aerofumigador.

La Presidenta explicó que el anuncio de Monsanto ayudaría a la concreción del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), un programa detallado de metas gestado por el gobierno nacional, las provincias, empresas y académicos que se fija como objetivo, entre otros puntos, aumentar un 60% la producción granaria: pasar de las 100 millones de toneladas (la mitad es soja) a 160 millones para 2020. Lo que implicará avanzar sobre nuevos territorios, hoy en manos de campesinos y pueblos originarios.

El miércoles 27 de junio, desde San Luis y por cadena nacional, la Presidenta dio un paso más:

“Yo sueño con que en mi Patagonia, que es una estepa, también podamos hacer producción intensiva de follaje de maíz (…) Sabemos que vamos a producir también un maíz con una variedad transgénica que nos va a permitir, precisamente en ese lugar, constituir una las zonas donde podamos extender toda la frontera agropecuaria y la ciencia y la tecnología”.

El informe:

La investigación “Producción de soja en las Américas: actualización sobre el uso de tierras y pesticidas” fue coordinado por la investigadora Georgina Catacora Vargas, del Centro para la Bioseguridad de Noruega, espacio dedicado a la investigación y la docencia en la tecnología genética y sus consecuencias en el ambiente y la salud. El relevamiento y procesamiento de información llevó seis meses de trabajo de investigadores y periodistas de Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia (este redactor fue la contraparte argentina de la publicación). De 50 carillas, repleto de estadísticas y gráficos, aborda una realidad muy conocida en cada uno de los cinco países, pero pocas veces tratado como fenómeno regional. Fechado en enero de 2012, fue difundido públicamente el 6 de agosto de 2012. Esta síntesis fue publicado en la edición de julio de nuestra revista Mu, el periódico de lavaca.

Fuente: http://lavaca.org

RALLT

Temas: Transgénicos

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