Una Vía Campesina hacia el Buen Vivir

Idioma Español
País Argentina

Del 10 al 17 de abril, Buenos Aires volverá a respirar aires de debate, propuestas y planes de acción. Tendrá lugar en la ciudad el VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina, con la participación de más de 800 delegados, representando a un centenar de organizaciones de 18 países de América Latina y el Caribe junto a la V Asamblea Continental de Mujeres y la IV Asamblea de la Juventud del sector.

El debate, esta vez, no se moverá alrededor de ideas como las de emancipación o igualdad sino que hincará sus dientes en la disputa con los agronegocios y buscará la construcción de una hoja de ruta

que permita alcanzar “la Soberanía Alimentaria sustentada en la concreción de Reformas Agrarias Integrales y Populares, para producir los alimentos que nuestros pueblos requieren y que la humanidad necesita para garantizar su desarrollo por las tierras, los territorios y las semillas campesinas e indígenas, generadas en una relación de amor con la naturaleza, con la Madre Tierra, que nos indica los caminos para el Buen Vivir”, según expresa la convocatoria.

A los bifes. Los miembros de la Coordinadora Latinoamericana no andan por las ramas. Han desarrollado el repertorio de políticas públicas que consideran imprescindibles para fortalecer la agricultura campesina e indígena y lograr la soberanía alimentaria. Al tope de las mismas, instalan una Reforma Agraria “popular e integral”, con distribución de tierras y fortalecimiento del sector productivo; límites al tamaño de la propiedad; prohibición de la venta de tierras para extranjeros y expropiación de explotaciones con trabajo esclavo.

Reclaman además una política de acopios que permitan la regulación, a través de compras estatales de la producción en período de zafra-cosecha, depósito y posterior colocación en el mercado en el período entre cosechas; precios mínimos, que garanticen la cobertura de los costos de producción y un margen de renta para las familias campesinas y limite los precios pagados por los trabajadores urbanos y créditos subsidiados para la producción de alimentos, que permita a las familias campesinas la producción de alimentos con obtención de renta y colocación en el mercado a precios accesibles para los trabajadores urbanos, además de compras estatales de esos productos, con destino a los programas de alimentación escolar, hospitales, asilos y al sistema previsional.

La lista de medidas, legislaciones, estímulos, recomendaciones y exigencias es tan larga como un verdadero plan de gobierno para el sector, destinado a hacerlo sustentable y a contribuir al desarrollo de la soberanía alimentaria, contrario al modelo de los agronegocios, considerado socialmente injusto, económicamente inviable, no sustentable para el medio ambiente y su biodiversidad y con una producción mercantil de alimentos con graves consecuencias para la salud de la población.

El concepto de Soberanía Alimentaria, desarrollado por la CLOC-Vía Campesina parte del principio de que los alimentos “no pueden ser una mercancía”, ya que la alimentación es un derecho de supervivencia de la humanidad y, por lo tanto, en todos los lugares del mundo cada pueblo “tiene el derecho y el deber de producir sus propios alimentos”.

Agricultura Familiar. El 2014 fue declarado Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la intención de visibilizar la agricultura familiar de los pequeños productores, “enfocado en la importancia de los mismos para la erradicación del hambre y la pobreza, destacando su capacidad de proveer alimentos, gestionar los recursos naturales y proteger el ambiente para el desa­rrollo sustentable puntualmente en las zonas rurales”.

Esa intención dio marco a avances que se dieron en algunos países de la región en relación a la creación de espacios institucionales o al desarrollo de legislaciones, como las producidas en la Argentina con la sanción de la Ley de la Agricultura Familiar a fines de 2014 o la creación de la Secretaría respectiva, en el seno del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, acciones que constituyen para los referentes agrarios “un avance institucional” y la posibilidad de que “el agricultor pueda sentarse, debatir y consensuar” políticas, con “la intervención del Estado en beneficio de los pequeños productores y los consumidores”. Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, es uno de los líderes mundiales que articulan los conceptos de “vivir bien”, soberanía alimentaria y cambio climático y expresa la necesidad de promover transformaciones profundas. Llevó sus propuestas y mostró las acciones desarrolladas en su país ante la Conferencia Climática de Copenhague de diciembre de 2009, desde donde reclamó ese “vivir bien”, con solidaridad, complementariedad y reciprocidad, como antítesis del “vivir mejor” capitalista que, a su juicio, lleva implícito el “explotar seres humanos”, “agotar recursos naturales”, “siempre a costa de otro” y “de la destrucción del ambiente”, con “egoísmo e individualismo”,

El presidente de Bolivia pidió que “no cambiemos el clima, ¡cambiemos el sistema!” apuntó al corazón del problema y, en simultáneo, abrió espacio para una agenda compleja y abarcativa, con muchos actores opuestos a su desarrollo. Esa visión, además de desnudar la responsabilidad negativa del cambio climático sobre la vida en la Tierra, avanza hacia el origen del mismo, concluyendo que es el propio modelo de desarrollo el que impulsa los eventos que generan los desastres socionaturales que sufren a diario los pueblos de la región, con inundaciones, sequías, incendios forestales que jamás son “naturales”.

Los organizadores de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, que se reunirá desde el próximo 10 en Buenos Aires, consideran que la CLOC expresa el ideario y las luchas organizadas de millones de campesinos y campesinas de América latina y el Caribe, muchas de ellas impregnadas de los legados de los pueblos originarios, de los trabajadores de la ciudad, de los pescadores, las batallas juveniles y las luchas estudiantiles y de las resistencias de los pueblos indo-afro-americanos, que rechazan los “sistemas productivos de monocultivos, el uso intensivo de tecnología y de agrotóxicos, que destruyen nuestra biodiversidad y acaban con la vida y la salud del pueblo”.

Buenos Aires, entonces, será escenario del diseño de esa Vía Campesina.

Carlos A. Villalba. Miradas al Sur

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05 de Abril de 2015

Hablan los organizadores del congreso

Campesinos, una batalla cultural, política y económica

Hernán Viudes. Miradas al Sur

Que más de mil delegadas/os de toda América latina y el Caribe, con representantes de África, Asia y Europa del Comité de Coordinación Internacional de la Vía Campesina (CCI) se reúnan a discutir sobre el destino de los campesinos, es un hecho político indiscutible en sí mismo. Más aún que el encuentro sea en el marco del “VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina (CLOC-VC), bajo el lema: “Contra el Capitalismo, por la soberanía de nuestros pueblos. ¡América Unida Sigue en Lucha!”. Y si a todo ello se le agrega que el encuentro se realiza en Buenos Aires, ya es inédito. “El Congreso lo convocamos cada cuatro años para acrecentar, renovar y acumular en función del Sujeto Popular de una economía que llamamos Popular y Solidaria, como ruptura de los parámetros mercantilistas con sus ganancias injustas”, según describe Ángel Strapazzón, referente de los Movimientos Campesinos de Santiago de Estero (Mocase) y del Nacional Campesino Indígena (MNCI). “Un Congreso que es memoria y desafío, ya que la CLOC-VC ha ofrecido cuadros y militantes a los procesos de cambios, tanto en los Estados como en muchos de los Gobiernos de América Latina”.

Esta Coordinadora Latinoamericana nació luchando al enfrentar una concepción cultural que era hegemónica y reivindicaba la conquista de América. Continuó durante los años ’90 con la resistencia al neoliberalismo. “En la actualidad –cuenta Diego Montón, integrante mendocino del MNCI y de la Secretaría de la CLOC–, las/os campesinas/os estamos expuestos a violaciones sistémicas de nuestros derechos. El capital financiero, de la mano de empresas transnacionales, desató una gran ofensiva para subordinar los bienes naturales, la tierra y la agricultura, a los intereses de la banca internacional, destruyendo mercados locales, desalojando campesinos, desmontando millones de hectáreas de bosques, provocando desplazados y desatando la mayor crisis alimentaria de la historia de la humanidad. La mercantilización de los alimentos y la concentración del sector agroalimentario permiten a los grupos corporativos manipular los precios y regular el abastecimiento de alimentos en los mercados, ocasionando, en muchos casos, que esos intereses condicionen y presionen a los gobiernos y lesionen las democracias”.

Frente a esta situación, la organización política avanza dando una batalla cultural y política. Para Deolinda Carrizo, también integrante del Mocase y de la Secretaría de la CLOC, “es en esta última década que se va despertando la conciencia y la lucha en las poblaciones urbanas, por la tierra, el agua y el ambiente. Durante décadas habíamos luchado casi en soledad por los alimentos y la naturaleza. Hoy, varios de nuestros movimientos están integrados por organizaciones y movimientos urbanos, y desde las urbes se toma la Soberanía Alimentaria como paradigma de vida. Estamos integrando sindicatos heterogéneos de la economía social y solidaria”.

Las organizaciones campesinas resistieron la globalización neoliberal con acciones de masas, pacíficas pero contundentes, frenando desalojos y realizando ocupaciones de tierras improductivas. “Siempre abiertos al diálogo para la construcción de alternativas, pero con la claridad de que la tierra no se negocia”. Se opusieron a quienes pretendieron responsabilizar del hambre al “atraso tecnológico y la escala de producción de los campesinos, y anunciaron “el fin del campesinado” como complemento del “fin de la historia”. La propuesta del capital para la agricultura fue la revolución verde en su versión transgénica”. Diego Montón explica cómo van a encarar la discusión que se viene: “El derecho a la tierra, por ejemplo, puede ser un aspecto determinante para el desarrollo de la vida y de muchos otros derechos. Así, una campesina, quien se siente parte/hija de la tierra y la naturaleza, al ser despojada de la misma pierde parte de su ser, además de su lugar de estar, queda con su identidad herida. Tanto las observaciones generales de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), como las recientes Directrices Voluntarias de la Tierra que aprobó la FAO, van en ese sentido. Sin embargo, al ser sólo orientaciones, los Estados no están obligados a cumplirlas. El Poder Judicial, generalmente relacionado con el poder económico, desconoce todos esos instrumentos”.

Hoy, con más de tres años de discusión en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en la CLOC “militan una Declaración de los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en el medio rural, una Convención Internacional de los Derechos Campesinos para jerarquizar los derechos existentes y consolidar los nuevos. El derecho a la tierra, la función social de la tierra y la necesidad de reformas agrarias como obligaciones de los Estados, así como la definición del sujeto de la declaración y la necesidad de garantizar la vida digna en el campo, en servicios, salud, educación. Esta Declaración será un momento histórico de América latina.”

Y todo ello en el VI Congreso de la CLOC-VC en Buenos Aires, como un reconocimiento al MNCI por haber logrado romper con el mito de que Argentina era una excepción en América latina, porque supuestamente no existen campesinos. Es así que Strapazzón destaca que esta designación “honra al MNCI. Imaginen los grandes movimientos Latinoamericanos de Centroamérica y El Caribe dándonos este mandato”.

Programa de actividades

VI Congreso Continental CLOC-VC, del 10 al 17 de abril en CeReNa, Ezeiza, Buenos Aires. “Contra el Capitalismo. Por la Soberanía de Nuestros Pueblos. América Unida sigue en lucha.”

10 de abril. IV Asamblea de la Juventud Rural. Apertura y bienvenida.
Panel: Luchas, resistencias y propuestas de la juventud rural en América latina.
Presentación de la realidad por regiones del continente. Mesas de exposición sobre ejes transversales.

11 de abril. Plenario devolución de ejes transversales de la juventud rural y de la ciudad. Lectura de la declaración final.

12 de abril. V Asamblea de las Mujeres del Campo. Acto de inauguración.
Panel: Análisis de coyuntura - Contexto político general. Presentación Subregiones.
Panel: Capitalismo patriarcal y la opresión de las mujeres.
Mística Campaña de Violencia Hacia las Mujeres. Campaña “Basta de Violencia hacia las Mujeres en el Campo”.

13 de abril. Panel: Feminismo campesino y popular. Declaración final de la Asamblea de Mujeres.

14 de abril. VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina. Acto de apertura.
Panel: CLOC 20 años. Debate de la situación de la CLOC-VC. Coyuntura política y agraria: Ofensiva del Imperio en América latina.

15 de abril. Panel: Agricultura campesina e indígena. Intervención del I Congresito. Trabajos en comisiones temáticas: Minería, asalariados, migrantes, soberanía alimentaria.

16 de abril. Panel: Socialismo y feminismo comunitario. Desafíos y lineamientos del movimiento continental.

17 de abril. Día internacional de la lucha campesina. Movilización callejera.

Es necesaria acreditación previa en moc.liamg@asnerp.cv.icnm o clocomunicació moc.liamg@n.

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05 de Abril de 2015

La región tiene 7 millones de pobladores rurales desplazados

Con amigos y enemigos precisos

Agronegocios, hidronegocios y gran minería figuran en la agenda de las organizaciones campesinas que discutirán en Buenos Aires a partir del 8 de abril.

Semanas antes del comienzo del VI Congreso se reunió en Buenos Aires la Comisión Política de la CLOC-VC. Al término del encuentro preparatorio, Marina Dos Santos, miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, aseguró que “los campesinos latinoamericanos y caribeños vivimos un momento muy parecido en todos los países, en la resistencia al modelo del agronegocio y las transnacionales, por la soberanía alimentaria, lucha que debe interesar a la sociedad en su conjunto”.

Explicó que “de un lado, están los agronegocios, los hidronegocios y la gran minería, que disputan el control de los bienes naturales para incrementar aún más sus ganancias”. Y del otro, “los campesinos, indígenas, afrodescendientes, trabajadores rurales, pescadores y todos los trabajadores del campo, con el desafío de resistir este modelo del agronegocio y las trasnacionales”. Dejó en claro que éste será uno de los temas centrales del Congreso que se realiza en la capital argentina.

Del 10 al 13 de abril, sesionarán las asambleas de jóvenes y de mujeres del movimiento, y entre el 14 y el 17 se realizará el Congreso continental. Diego Montón, secretario operativo de la CLOC-VC, adelantó que el 17 de abril, Día Internacional de la Lucha Campesina, “vamos a hacer una movilización para sacar al Congreso de la CLOC a las calles de la ciudad de Buenos Aires”.

Consideró que junto a la confrontación con el modelo de agronegocios, existen desa­fíos como la integración latinoamericana, la agroecología como componente de la producción campesina y la actualización de la reforma agraria, “no sólo la tierra para el que la trabaja sino también la vuelta al campo”.

Por su parte, Eberto Díaz Montes, presidente de Fensuagro de Colombia, señaló que el agronegocio en sus diversas variantes (como la soja y el eucaliptus transgénicos) expulsa población rural hacia las ciudades y se refirió a la situación en su país, con secuelas del conflicto armado y el paramilitarismo. Enfatizó que “hay cerca de siete millones de pobladores rurales que han sido desplazados y diez millones de hectáreas expropiadas, en lo que algunos llaman el mayor proceso de contrarreforma agraria de América latina, ya que se les quitaron tierras a pequeños productores para engrosar la propiedad de grandes terratenientes”.

Montón consideró que la realización del encuentro en la Argentina “viene a coronar una etapa de mayor visibilidad de un sujeto que estaba invisibilizado y sin voz”, con logros como el “espacio institucional en el Ministerio de Agricultura (con la constitución de la Secretaría de Agricultura Familiar, a cargo de Emilio Pérsico), una ley de la Agricultura Familiar y un Consejo de la Agricultura Familiar Campesino-Indígena”. Sobre el particular, destacó “el compromiso” de la Jefatura de Gabinete de la Presidencia de la Nación, que aseguró un presupuesto de 1.500 millones de pesos para el año en curso.

A su turno, Marina dos Santos apuntó como importante la relación de la CLOC con gobiernos como los de Venezuela y Bolivia, “que tienen una posición en defensa de los territorios campesinos y de la soberanía alimentaria”. La dirigente del MST también consignó el “diálogo” que llevan a cabo en otros países con “gobiernos más democráticos que los del pasado pero que no hacen propia la agenda del campesinado, como en el caso de Brasil, donde el 1% de los propietarios tienen el 46% de las tierras productivas”.

Fuente: Miradas al Sur

Temas: Movimientos campesinos

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