Cuando la tierra habla por sí sola

"Hay versiones que recuerdan el día 11 como el último de libertad de las comunidades indígenas. Basada en el libro de Osvaldo Maidana y documentada por Jorge Jäger, “Memorias de una piedra sepultada” intenta mostrarnos que nuestra historia sigue vigente, que las comunidades originarias no desaparecieron, que las luchas no se borran. "

Al acercarse una fecha festejada durante tanto tiempo, como lo es el 12 de octubre, ocurren cosas que nos hacen reflexionar. Hay versiones que recuerdan el día 11 como el último de libertad de las comunidades indígenas. Basada en el libro de Osvaldo Maidana y documentada por Jorge Jäger, “Memorias de una piedra sepultada” intenta mostrarnos que nuestra historia sigue vigente, que no tiene 200 años, sino miles, que las comunidades originarias no desaparecieron, que las luchas no se borran. enREDando estuvo en la presentación del documental y escuchó a sus protagonistas.

 

 

Osvaldo vive en un pueblito de Salta, pertenece a una de las comunidades indígenas que aún permanecen, que resisten a los tiempos y a los intentos de cambio. Según cuenta, su generación ya no caza con arco y flecha ni se come las lagartijas, pero sí se consideran indios. Es profesor de antropología en la Universidad de la provincia, además de muchos otros títulos que rellenan su mente de saberes. Su militancia es enseñar que siempre estuvimos acá, que América ya estaba descubierta, que era nuestra casa y que hace miles de años venimos luchando por nuestro territorio.

 

 

Se conoció con Jorge, también antropólogo e investigador casero que intenta desentramar estas historias que nos contaron, en un festival de cine en algún pueblo del norte. Y allí mismo sintió la necesidad de poder mostrar con imágenes y palabras, del propio autor del libro, esta historia que por tanto tiempo invisibilizaron los colonizadores, que tantas veces quisieron borrar, pero que aún sigue latente esperando ser contada.

 

 

Basándose en datos totalmente antropológicos, tales como cráneos y utensilios que usaban nuestros antepasados, tanto el autor del libro como el documentalista intentaron dar marco al debate que se entabló después, a sala llena en un teatro del centro de Rosario. Al que se le sumó el ingrediente de la voz viva del autor de la obra, que viajó kilómetros para descargar y transmitir su palabra.

 

 

“Dí siempre tu verdad” contaba Osvaldo que era la frase que lo seguía desde que su bisabuela se la había recitado casi como una enseñanza de vida. “Siento que este es el momento de que hablemos nosotros. Nos han callado durante más 300 años, nos han discriminado. Ahora es momento de que los pueblos originarios demostremos que aún estamos en pié, que seguimos viviendo en Latinoamérica, que no nos hemos ido nunca”.

 

 

Según relata el autor del libro en el que se basa “Memorias de una piedra sepultada”, ellos hablan de ciclos de 500 años. “Nosotros fuimos oprimidos durante todo ese tiempo. Pero ahora resurgimos. Ahora vamos a contar nuestra historia. Y nos van a respetar por eso”.

 

 

El documental realizado por Jorge Jäger se enmarcaba en el Proyecto Audiovisual Multimedial “Somos los de esta tierra”, y es por eso que el realizador no intervino en la exposición que proseguía a la filmación. Dejó que hablen las verdaderas voces de la historia, y enREDando fue testigo de eso.

 

 

Dicho por el propio autor, el film trata de confrontar la unidad de la cosmovisión de esos pueblos con la fragmentación provista por la civilización occidental. Maidana también hace eco de esto y plantea, no pensándolo como una utopía, la idea de la convivencia, el poder desarrollarnos y educarnos y aceptarnos entre las diversidades, y no sólo étnicas, sino también religiosas, de género, y tantas otras como puedan existir. Jorge Jäger intentó basarse en el desarrollo de las comunidades originarias como un francotirador de la antropología americana. Porque, según lo planteaban ambos exponentes, esa es la verdadera historia, no la que nos cuentan en la escuela, casi como una ofensa a nuestro pueblo, a nuestra Latinoamérica.

 

 

El gran disparador fue totalmente efectivo en la cantidad de espectadores que esperaban ansiosos poder emitir su postura. Desde la propia autocrítica, como pueblo, hasta el pedido de recomendación de algún otro material. El debate se hizo totalmente gustoso cuando el propio Osvaldo dijo que él prefería exponer y no que le preguntaran, para así poder hacer catarsis de ese relato injusto de nuestros hermanos, de ese darle la espalda a la cultura que nos persigue por cada rincón de América Latina.

 

 

Sintiéndose a gusto, Osvaldo contó anécdotas, relató algunos hechos que ayudaban a entender un poco más su postura y hasta recitó unas palabras en su idioma originario. No dejando que el público se ofenda, trató de responder preguntas y acompañó afirmaciones de los que estaban espectando.

 

 

El autor del documental se sintió orgulloso de ver a los estudiantes, y cantidad de gente que no pertenecía a ese círculo, apreciando su obra. También aprovechó el momento para decir palabras de agradecimiento y para plantar su postura en cuanto a la historia que debemos transmitir a nuestros seguidores. Jorge hizo su aporte para mantener a la historia viva.

 

 

Mientras tanto Osvaldo Maidana sigue dando cátedra, donde sea que lo invitan, o tal vez sólo en su aula habitual, de lo importante que es esa voz que muchos no quieren oír; de lo fuerte que son los pueblos cuando se oponen a algo; que la historia es mucho más que lo que nos muestran; y que siempre hay que decir nuestra verdad.

 

Fuente: EnREDando

Temas: Pueblos indígenas

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