Boletín N° 521 de la RALLT - Monsanto

Idioma Español

"Fueron 2 millones de personas las que el 25 de mayo se manifestaron en 52 países, en más de 430 ciudades de todo el mundo, contra Monsanto. Pero muchísimos más acompañaron ese día y protestan cada día, de muchas formas, contra Monsanto, contra los transgénicos y el robo corporativo de nuestra alimentación." Boletín N° 521 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos

RED POR UNA AMÉRICA LATINA

 

LIBRE DE TRANSGÉNICOS

 

BOLETÍN 521

 

 

Contenido:

 

Voces de resistencia:

 

DOSCIENTOS MILLONES CONTRA MONSANTO

 

Noticias de las empresas:

 

MONSANTO AMENAZA CON DEMANDAR LA AUTORIDAD EUROPEA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA (EFSA) POR LA PUBLICACIÓN DE DATOS MAÍZ TRANSGÉNICO

 

MONSANTO CONTRA EL PUEBLO

 

 

MONSANTO GANA EN EL SUPREMO DE EE UU SU LITIGIO POR LA VIOLACIÓN DE UNA PATENTE

 

 

MONSANTO SUPERA EXPECTATIVAS, ELEVA PANORAMA ANUAL

 

 

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DOSCIENTOS MILLONES CONTRA MONSANTO

 

Silvia Ribeiro*

 

Fueron 2 millones de personas las que el 25 de mayo se manifestaron en 52 países, en más de 430 ciudades de todo el mundo, contra Monsanto. Pero muchísimos más acompañaron ese día y protestan cada día, de muchas formas, contra Monsanto, contra los transgénicos y el robo corporativo de nuestra alimentación. Por ejemplo, la Vía Campesina, que tiene más de 200 millones de miembros y ahora preparan su sexta conferencia internacional del 6 al 13 de junio, en Indonesia. Cumplen 20 años y son el movimiento campesino organizado más grande de la historia y un puntal de resistencia a Monsanto, a los transgénicos y a las corporaciones de agronegocios en el planeta.

 

Monsanto tiene mucha cola para pisarle en su larga historia de fabricante de venenos desde 1901. Es un ejemplo paradigmático de codicia, control corporativo y falta de escrúpulos. Entre muchos desastres, legó al planeta la contaminación con armas químicas, como el Agente Naranja usado en la guerra contra Vietnam, donde aún la tercera generación de la población sufre secuelas. Ocultó intencionalmente que su químico PCB (incluyendo askareles) es terriblemente tóxico, envenenando por más de 40 años –a sabiendas– el agua y a miles de familias en Alabama, donde se fabricaba. Para aumentar sus lucros, creó semillas transgénicas adictas a sus agrotóxicos y compró empresas semilleras por todo el mundo, para eliminar competencia y asegurar dependencia. Controla 27 por ciento del mercado mundial de semillas de todo tipo (no solamente transgénicas) y tiene más de 80 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas, un monopolio industrial que no tiene precedentes en casi ningún rubro industrial. Solamente Bill Gates, con Microsoft, tiene un porcentaje de mercado tan alto. Pero a diferencia de los programas de computación, las semillas son imprescindibles para la vida: son la llave de todas las redes alimentarias.

 

Por ello y mucho más, 2 millones nos manifestamos en el mundo contra Monsanto. Sólo una pequeña muestra del rechazo global a esa transnacional, que se extiende a todas las otras empresas de transgénicos (Syngenta, DuPont-Pioneer, Dow, Bayer, Basf).

 

La agencia Investigative Reporter Denmark reveló que Monsanto decidió abandonar la investigación, desarrollo y experimentos de maíz transgénico en Europa (aunque siguen las plantaciones que existen en España, Portugal y República Checa, menos de uno por ciento del maíz en Europa). Nueve países europeos han prohibido el maíz transgénico. Monsanto se suma a Syngenta, Bayer y Basf, que abandonaron en años anteriores la investigación y experimentación de papa y otros transgénicos en Europa. Sus declaraciones son significativas: según Brandon Mitchener, ejecutivo de Monsanto en Europa, sólo van a seguir con transgénicos en países "donde tengamos apoyo político" y sistemas regulatorios a su favor. Como México, por ejemplo, donde las protestas contra el maíz transgénico son cada vez más amplias, pero el sistema regulatorio y el gobierno favorecen a Monsanto, contra los intereses de su propia población.

 

En la misma semana, un informe de la organización estadunidense Food and Water Watch, basado en más de 900 mensajes de Wikileaks, mostró que Estados Unidos usó cuantiosos recursos públicos para promover a Monsanto y a los transgénicos, a través de sus embajadas, de representantes del ministerio de agricultura (USDA) y de USAID en muchos países. Sus estrategias incluyen desde conferencias "técnicas" de (des)información a periodistas y funcionarios, hasta presiones bilaterales para adoptar legislaciones favorables y abrir mercado a las empresas.

 

Pese a que Monsanto reporta grandes ganancias, las resistencias globales le significan un enorme gasto, más que económico. Cada día salen nuevas evidencias de daños a la salud y ambiente, de que solamente con engaños, corrupción y falseando datos, con científicos y gobiernos comprados, se pueden defender los transgénicos. Nos imponen los transgénicos con maña y fuerza, pero no han podido ni podrán colonizar nuestras mentes ni corazones a su favor, a la larga el arma más poderosa.

 

Por eso, aunque hay muchas y diversas resistencias por todo el globo, es importante destacar el papel histórico de La Vía Campesina, que cumple 20 años de lucha y organización, derrumbando mitos y mostrando caminos. Con más de 150 organizaciones campesinas en 70 países en África, Asia, Europa y las Américas, con más de 200 millones de campesinas y campesinos, el mundo nunca ha tenido una organización campesina de tal extensión y entidad. Independientes de partidos políticos e intereses corporativos, La Vía Campesina ha profundizado el análisis y la crítica del sistema agroalimentario, desde la visión y experiencia cotidiana de sus actores fundamentales. En estas dos décadas, Vía Campesina nos mostró, junto a sus aliados, que las y los campesinos, indígenas, pescadores artesanales, productores familiares, producen más de 70 por ciento de la alimentación en el mundo, con apenas 20 por ciento de la tierra arable; que son las y los que producen y cuidan las semillas y la biodiversidad, las y los que están enfriando al planeta contra el calentamiento global que nos afecta a todos, pese a ser provocado en su mayor parte por el sistema alimentario agroindustrial y sus transnacionales de agronegocios. El camino no es fácil, la articulación intercultural, intercontinental y la equidad de género han sido grandes desafíos, pero desde las raíces, la Vía Campesina sigue creciendo, dando flores y frutos, abriendo surcos, sembrando resistencias. Contra Monsanto y otras empresas que siembran muerte, globalizando la lucha, globalizando la esperanza.

 

*Investigadora del Grupo ETC

 

www.etcgroup.org

 

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Noticias de las empresas

 

MONSANTO AMENAZA CON DEMANDAR LA AUTORIDAD EUROPEA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA (EFSA) POR LA PUBLICACIÓN DE DATOS MAÍZ TRANSGÉNICO

 

Shane Starling
Food Navigator, Francia
03/08/2013

 

Monsanto ha amenazado a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria con una acción judicial, después de que la agencia, publicara datos relacionados con el maíz modificado genéticamente de Monsanto NK603.

 

Las fuentes dijeron que Monsanto había amenazado con una acción judicial a través de una carta dirigida a la agencia, por la decisión de que la EFSA publicara en enero datos sobre su maíz transgénico NK603, el mismo que fue utilizado en un estudio muy debatido, y que fue publicado en el Journal Chemical of Food Toxicology Alimentación por Séralini et al. en septiembre del año pasado, y que fue criticado por EFSA por no tener un adecuado diseño experimental.

 

El estudio de Séralini sobre el maíz NK603, relacionaba a este maíz con un mayor riesgo de contraer cáncer que las conclusiones a las que llegó la EFSA, quien concluyó que los resultados no podían ser defendidos científicamente. En un comunicado emitido el viernes diplomáticamente redactada, la agencia dijo que “la EFSA puso en marcha una nueva iniciativa en enero de 2013 para mejorar la transparencia en el proceso de evaluación de riesgos y en el proceso de toma de decisiones. Los datos puestos a disposición del público por EFSA sin embargo no provienen de estudios hechos por científicos independientes que demuestren los posibles riesgos de este producto.

 

En el comunicado, EFSA señalaba que una parte importante de esta iniciativa es trabajar con las partes interesadas y los asociados para desarrollar formas de facilitar el acceso a los datos por parte de los evaluadores de riesgos, y que la información de las evaluaciones de riesgos estén disponibles a un sector más amplio de la comunidad científica. El comunicado añadía que la agencia entiende que puede haber oposición a esta iniciativa por parte de Monsanto. "

La Directora Ejecutiva de la EFSA Catalina Geslain-Lanéelle dijo al equipo de la iniciativa de transparencia: "La evaluación de riesgos es una ciencia en evolución y la EFSA está siempre dispuesta a revisar su trabajo anterior, desde una ciencia nueva y robusta, para traer una nueva perspectiva a cualquiera de los resultados anteriores de la Autoridad.

Ella añadió que con el lanzamiento de esta iniciativa se apunta a que los datos utilizados en la evaluación riesgo estén a disposición al público, lo que ayudará para que científicos de diferentes áreas desarrollen experiencia en investigación, que en última instancia pueda enriquecer la literatura académica y ofrecer nuevas perspectivas que pueden incluirse en las evaluaciones de riesgo, lo que hará que las conclusiones de las evaluaciones de riesgo sean aún más fuertes en asegurar protección a la salud pública y para fomentar confianza en el trabajo de la EFSA.

 

Después de la publicación de EFSA, Monsanto dijo que apoya la transparencia en el proceso de toma de decisiones con transparencia por parte de las reguladoras europeas, pero se opone firmemente a la decisión unilateral de la EFSA, y añadió que si Europa quiere atraer inversiones en biotecnología agrícola tiene que crear un entorno normativo y una legislación que sigue es predecible y basado en la ciencia en lugar de uno determinado por las demandas de los grupos de campaña.

 

Sobre este tema, Claire Robinson, editora de GMWatch y directora de investigación de Tierra Fuente Abierta, dijo: “Hemos criticado a la EFSA por sus conflictos de intereses con la industria y sus políticas regulatorias laxas en relación a los OGM, porque favorecen a la industria y van en contra del interés público, pero la EFSA debe ser aplaudida por la publicación en Internet del expediente completo del maíz NK603 de Monsanto, como parte de su iniciativa de transparencia”.

 

“La amenaza de Monsanto a la EFSA muestra claramente que la empresa es un enemigo para el público. Cualquier empresa de renombre estaría orgullosa de que se conozca la ciencia que sustenta el desarrollo de sus productos, pero el comportamiento y agresividad de Monsanto hacia la EFSA, la agencia reguladora de alimentos pública, demuestra que tiene mucho que ocultar.”

 

Fuentes:

 

Ecoagricultor.com

 

Informaciones de la EFSA sobre el maíz NK603 están disponibles aquí

 

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MONSANTO CONTRA EL PUEBLO

 

Muchos agricultores han decidido abandonar el cultivo de maíz y soja a causa de "la contaminación inevitable que provocaría".

 

La semana pasada, Monsanto les comunicó a sus accionistas los asombrosos beneficios obtenidos en 2012. Al mismo tiempo, agricultores norteamericanos hacían juicio en Washington para desafiar el derecho de los gigantes de la biotecnología a que demandaran a los agricultores cuyos sembrados habían sido contaminados por las semillas de Monsanto. El 10 de enero comenzaron las presentaciones orales ante la Corte de Apelaciones de EE.UU., para decidir si se invertía el rechazo a la causa, de febrero pasado.

 

Las ganancias de Monsanto duplicaron, casi, las proyecciones de los analistas, y el total de sus ingresos alcanzó los $ 2.94 billones a fines de 2012. El aumento de precio del herbicida Roundup siguió dominando el mercado de Estados Unidos y, quizá, lo más significativo es que los mercados de América Latina constituyen factores que contribuyen al floreciente negocio de Monsanto.

 

Al explotar su maíz, soja y algodón transgénicos patentados, Monsanto asegura un odioso control sobre las industrias agrícolas de EE.UU., y exprime con eficacia a los agricultores convencionales, o sea, los que usan semillas no transgénicas. Así elimina las posibilidades de ellos de participar en el mercado y ser competitivos. (Hasta fines de 2013, el Departamento de Justicia investigaba a Monsanto por violar las leyes anti-trust con sus actividades en contra de la competencia hacia otras compañías biotecnológicas, pero esa investigación fue discretamente cerrada antes de fin de año.)

 

Hay un proceso legal en curso, aparentemente modesto: Osgata et al v Monsanto, que había sido iniciado en marzo de 2011, y consiste en conseguir protección legal para los agricultores de cultivos orgánicos convencionales, contra el agresivo procesamiento que aplica Monsanto a la violación de sus patentes. Pero las consecuencias de este juicio son trascendentales. Si la Corte de Apelaciones del DC (capital) invierte el rechazo, se iniciará un proceso de descubrimiento que podría revelar la reserva de información que Monsanto ha venido ocultando al conocimiento público, tanto por esconderlo como por impedir la investigación independiente.

 

Monsanto abusa de las patentes

 

Entre 1997 y 2010, Monsanto inició 144 juicios contra familias de agricultores, y solucionó 700 casos fuera de la Corte. Más aun: grupos relacionados con la alimentación calculan que Monsanto investiga a cientos de agricultores en busca de posibles culpables de infracción a las patentes.

 

Las víctimas de los depredadores juicios de Monsanto son los agricultores que usaron semillas de la gran empresa sin hacer caso de la patente, y también los que jamás tuvieron la menor intención de sembrar plantas transgénicas. Osgata et al v. Monsanto se ocupa de este segundo grupo y representa a 31 granjas y agricultores, a 13 empresas de venta de semillas, a 31 organizaciones agrícolas que representan a más de 300.000 individuos y a 4.500 granjas y agricultores.

 

Los demandantes exigieron una declaración legal que asegure que Monsanto no tenía derecho a demandarlos por infracción a la patente.

 

Jim Gerritson, presidente de OSAGA (Organic Seed Growers and Trade Association: Cultivadores de Semillas Orgánicas y Asociación Comercial), y precursor de la demanda, me explicó que los agricultores de semillas orgánicas y no transgénicas son "... un ejemplo clásico de por qué el Congreso aprobó la Ley de Juicio Declaratorio: si hay un grupo que teme sufrir la prepotencia de una gran compañía, puede pedir protección contra reclamos e infracciones a patentes".

 

Crisis del maíz: gusanos provocan serios daños a la cosecha

 

Sin embargo, las cortes federales siempre han protegido los derechos de Monsanto a sus beneficios a través de un sistema de patentes que obstaculiza cada vez más la libertad individual y de mercado al permitir que Monsanto abuse de sus derechos de patente. Osgata, está representada por el abogado Dan Ravicher y por la Fundación Pública de Patentes, una organización que se dedica a crear un sistema justo de patentes, que procura un equilibrio entre la libertad individual y la emisión ética de patentes.

 

Monsanto se ha creado una reputación convenientemente intimidatoria, como implacable fiscal de los agricultores no transgénicos cuyos campos han sido contaminados por el maíz genéticamente que sembraron sus vecinos, ya sea a través de la polinización cruzada o por la mezcla accidental de semillas durante la cosecha.

 

A raíz de estos ejemplos aterradores, los agricultores ha asumido la responsabilidad de impedir la contaminación, estableciendo límites a las pruebas genéticas y, en algunos casos, directamente absteniéndose de sembrar.

 

Efecto monopólico

 

Osgata muestra en detalle cuántos agricultores convencionales han desistido de sembrar determinados cultivos, con la intención de resaltar la monopolización que es consecuencia de la agresiva persecución de Monsanto a los casos de infracción de patente. Se ha estimado que hay un 88% de maíz y un 93 % de soja modificados genéticamente, la mayoría, a manos de Monsanto. Bryce Stephens, agricultor de cultivos orgánicos del Noroeste de Kansas, es uno de esos agricultores que ha decidido dejar de cultivar maíz y soja, a consecuencia de la inevitable contaminación que ocurriría.

 

"Mi temor a la contaminación por medio de maíz y soja transgénicos y el consecuente riesgo de ser acusado de violar la patente me impiden cultivar maíz y soja en mi campo. No existe otro motivo por el cual no siembro esas plantas, aunque me gustaría mucho hacerlo."

 

Gerritson me lo explicó así: "Los agricultores han sufrido pérdidas económicas. Ya no cultivan maíz y soja porque están seguros de que sus cultivos van a ser contaminados. No pueden arriesgar sus campos y sus familias ante la posibilidad de ser procesados por infracción a la patente".

 

Monsanto sabe que los consumidores no comprarían sus productos por su propia voluntad, lección que aprendieron en Europa cuando se exigió que los alimentos transgénicos llevaran esa precisión en sus etiquetas. En Norteamérica, la compañía y sus aliados han gastado millones en impedir las iniciativas locales de etiquetamiento como, por ejemplo, hace poco, en California. Pero si bien la compañía logra dejar fuera a los agricultores convencionales, los norteamericanos no tienen alternativa... con o sin etiqueta.

 

A pesar de la creación de este peligroso monopolio, en febrero de 2012, la jueza Naomi Reice Buchwald aprobó la solicitud de Monsanto y rechazó el procesamiento inicial, calificando a las preocupaciones de los agricultores como "exageradas", e instándolos a confiar en las promesas de Monsanto (que no eran legalmente vinculantes) de no ejercer sus derechos de patentes hacia la contaminación involuntaria de rastros transgénicos en las plantas; declaró que los agricultores habían inventado una controversia que no existía, en realidad.

 

Si el caso iniciado por los agricultores logra seguir adelante, lo mínimo que va a ocurrir es de fundamental importancia: que, a través del proceso de descubrimiento, el público tendrá acceso a un hallazgo de información que la gran empresa había logrado mantener oculta. Ravicher está convencido de que, entonces, podrá determinarse que los productos traficados por Monsanto no son sanos y, en consecuencia, no son buenos para la sociedad. Citó un caso de hace 150 años, y nos lo recuerda: "... una invención para envenenar al pueblo no es patentable".

 

Es evidente que está creciendo el movimiento para derrotar a Monsanto. Gane o pierda esta vuelta, el pueblo no va a desistir en su lucha por derribar a este monstruo.

 

Charlotte Silver es una periodista radicada en San Francisco y West Bank. Obtuvo su título en la Universidad de Stanford.

 

Traducción: Ana Silvia Mazía

 

ra.moc.oohay@4721anaizam

 

Artículo original en inglés: "MONSANTO vs. the People", Al Jazeera magazine.

 

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MONSANTO GANA EN EL SUPREMO DE EE UU SU LITIGIO POR LA VIOLACIÓN DE UNA PATENTE

 

La decisión del Tribunal Supremo tiene importantes implicaciones no sólo para la agricultura moderna sino para la industria médica y la tecnológica

 

Eva Saiz Washington

 

13 mayo, 2013

 

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha protegido este lunes los intereses de la multinacional Monsanto al fallar en contra de que los agricultores puedan cosechar variedades modificadas a partir de semillas patentadas por la compañía, sin pagarle un precio a cambio.

 

La decisión, adoptada por siete votos a favor y uno en contra, tiene importantes implicaciones no sólo para la industria agrícola moderna, sino para otros campos relacionados con la biotecnología y la informática, que han visto asegurados los límites de la protección de sus patentes. La magistrada ponente, Elena Kagan, ha advertido, no obstante, de que la resolución no se puede extrapolar a otros ámbitos, más allá del relacionado con el pequeño agricultor de Indiana al que Monsanto había demandado en 2007.

 

En 1999, Vernon Bowman, de 76 años, compró una variedad de soja patentada por Monsanto resistente a un herbicida fabricado por la misma multinacional. Monsanto restringe el uso de sus semillas a una sola cosecha, lo que implica que, cada año, los agricultores deben comprar nueva simiente y no pueden replantar la producción anterior. Bowman aceptó las condiciones estipuladas en la patente, pero, en 1998, decidió adquirir su grano de un proveedor local, con la esperanza de que contendría semillas modificadas genéticamente por Monsanto. El agricultor las plantó, las fumigó con el herbicida de Monsanto y salvó la variedad que sobrevivió al químico para cultivarla en los años sucesivos. En 2007, la compañía demandó a Bowman por 84.000 dólares (65.000 euros) por violar los términos de la patente.

 

Monsanto restringe el uso de sus semillas a una sola cosecha, lo que implica que, cada año, los agricultores deben comprar nueva simiente y no pueden replantar la producción anterior

 

“Bowman desarrolló y ejecutó un sistema innovador para cosechar semillas patentadas por Monsanto sin pagar el precio establecido”, se indica en el fallo del Supremo. “Si cualquiera puede copiar una patente de Monsanto, el valor en el mercado de la invención, tras su primera venta, solo puede desplomarse, dando lugar a una desincentivación de la innovación, que es lo que protege la ley de patentes”, señala la sentencia. Monsanto invierte más de cuatro millones de dólares diarios (3,1 millones de euros) en investigación y desarrollo. Más del 90% de las plantaciones de soja en EE UU utilizan semillas fabricadas por la compañía.

 

La decisión del alto tribunal estadounidense se decanta a favor de la protección de la patente de una semilla de soja transgénica, pero sus implicaciones van más allá. Un fallo contrario habría puesto en jaque las investigaciones impulsados en otros ámbitos, como la biomedicina, la nanotecnología o la industria del software, al ver que se ponía en riesgo la protección de sus patentes y su inversión en innovación y desarrollo.

 

La defensa de Bowman siempre alegó que Monsanto permite a los agricultores vender los excedentes de sus productos a proveedores de grano al por mayor, que están autorizados a vender una mezcla de diferentes semillas destinados al consumo animal o para ser procesados por la industria alimenticia o industrial, y que la compañía no impone restricciones para su compra. El Supremo, sin embargo, ha concluido que esa circunstancia no permite a los agricultores que adquieren el grano de esta manera a “replantarlo para crear una nueva variante que infringe el material genético patentado para otros cultivos y plantas”. Los abogados de Bowman han indicado que están estudiando recurrir a la decisión de los magistrados.

 

Fuente: El país

 

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MONSANTO SUPERA EXPECTATIVAS, ELEVA PANORAMA ANUAL

 

La compañía ganó 1,480 mdd o 2.74 dólares por acción, en el segundo trimestre.

 

Negocios - Miércoles, 03 de Abril de 2013 11:33

 

Reuters

 

Monsanto Co. elevó sus expectativas de ganancias para el año tras informar datos del segundo trimestre mejores a lo esperado, debido en gran parte a la fortaleza de su negocio del maíz.

 

Monsanto, líder en el desarrollo de maíz, soja y otros cultivos genéticamente modificados, dijo que elevó su pronóstico para el año fiscal 2013 en 10 centavos por acción a un rango de 4.40 a 4.50 dólares por acción en una base continua. Eso se compara con una meta establecida en enero de 4.30 a 4.40 dólares por acción.

 

La compañía ganó 1,480 millones de dólares (mdd), o 2.74 dólares por acción, en el segundo trimestre, contra 1,210 mdd, o 2.24 dólares por acción, de un año antes.

 

En una base constante, la compañía ganó 2.73 dólares por acción en el segundo trimestre que finalizó el 28 de febrero, un alza desde los 2.28 dólares por acción un año antes. Los analistas esperaban 2.58 dólares por acción.

 

RALLT

Temas: Corporaciones, Transgénicos

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