Feministas del Abya Yala en asamblea, ¡Todas somos migrantes del patriarcado!

Nosotras, feministas indígenas, comunitarias, campesinas, populares, que habitamos el Abya Yala, estamos escribiendo juntas una nueva historia. Desde nuestros cuerpos y territorios, nos encontramos, luchamos juntas, hablamos en asamblea, bailamos, nos movilizamos y paramos.

Asamblea de Feministas del Abya Yala

Recuperamos el aporte histórico de las mujeres de Nuestra América que contribuyeron en las conquistas de derechos, que protagonizaron luchas fundamentales, que abrieron caminos para la organización del movimiento de mujeres, lesbianas, tran, travestis. Luchamos por la vida, apostamos a la emancipación de nosotras y de nuestros pueblos. Nos rebelamos frente a las injusticias que vivimos, producto del sistema capitalista, patriarcal y colonial. La tierra tiembla, porque un nuevo tiempo se abre a nuestro paso.

En este proceso asambleario que venimos transitando en el contexto de los Encuentros Nacionales de Mujeres, de las jornadas multitudinarias por Ni Una Menos, Vivas nos queremos, tejemos nuestras historias y reflexionamos colectivamente nuestros desafíos, nuestras iniciativas, nuestras preocupaciones, nuestros deseos. Denunciamos las injusticias que vivimos en este contexto de recrudecimiento de la violencia patriarcal, capitalista y colonial. Vivimos un avance feroz del conservadurismo en el mundo, que amenaza los derechos conquistados y obstaculiza nuestras iniciativas y demandas históricas. Al mismo tiempo, la potencia y el protagonismo del movimiento de mujeres, lesbianas, trans, travesti y del feminismo no deja de crecer, de hacerse visible, de enfrentar la violencia y misoginia que vivimos.

Como Feministas del Abya Yala somos parte de la creación de este hecho histórico que es el Paro Internacional de Mujeres. Con alegría formamos parte de esta trama colectiva. Estamos convencidas que la solidaridad entre nosotras nos enriquece, nos potencia, nos fortalece. Quisiéramos aportar a los diálogos necesarios para achicar los sectarismos, las posiciones que debilitan la fuerza que tiene nuestro encuentro. Nuestras diferencias nacen de experiencias diversas, de cuerpos diferentes, de historias y memoria que han hecho variados recorridos. Las mismas no pueden ser fuente de fragmentación, sino de fuerza. Nuestro aporte es tender puentes, contribuir a anudar las redes. Nos proponemos deconstruir la lógica patriarcal de la competencia, del cálculo mezquino. Las feministas podemos llevar al campo de la política nuevos modos de relacionarnos. Y lo estamos haciendo. Lo personal es político. Nuestras relaciones se insubordinan al mandato del enfrentamiento entre mujeres. Nuestros dolores y alegrías se entrecruzan. Nuestras búsquedas y sueños se encuentran y nos hacen más rebeldes, más radicales, más revolucionarias. ¡¡Todas somos migrantes!!!

Miles de mujeres vivimos un exilio político, cultural, territorial que se ha caracterizado por la xenofobia y la discriminación. Miles de mujeres somos expulsadas de nuestros territorios por las políticas extractivistas, por las guerras, por la represión, por los golpes de estado e invasiones. Somos rechazadas en nuestros territorios de origen, y criminalizadas en los lugares a los que llegamos. Quedamos vulnerables, expuestas a empleos desventajosos, a salarios desiguales e incluso a merced del crimen organizado, del narcotráfico, del comercio sexual, de las redes de trata de personas y de prostitución. Las nuevas legislaciones racistas nos criminalizan. También somos, como dicen las feministas comunitarias bolivianas, migrantes del patriarcado. Expulsadas del territorio del poder patriarcal, no queremos regresar a él. Pero necesitamos crear espacios y tiempos donde nuestros cuerpos y vidas no estén constantemente amenazados. Por eso, esta Asamblea de Feministas del Abya Yala buscar aportar a la invención de esos territorios antipatriarcales, comunitarios, de poder de las mujeres, lesbianas, trans, travestis, haciendo nuestra la historia.

Nuestro Abya Yala duele cuando pensamos en los rostros de las mujeres que cotidianamente son víctimas de feminicidios políticos por defender sus ríos, sus bosques, sus semillas, sus culturas, sus saberes. Duele cuando nos criminalizan a las mujeres por defender la vida y denunciar los impactos del extractivismo, el agronegocio, la minería, y todos aquellos proyectos que atentan contra la soberanía de nuestros territorios y de nuestros cuerpos.

Nuestro Abya Yala no deja de mostrarnos que nuestros cuerpos son los primeros en ser expropiados por la violencia colonial, patriarcal y capitalista. La violencia sexual no cesa, las prácticas de empalamiento, las violaciones colectivas, la tortura sexual son prácticas que se intensifican.

El capitalismo transnacional recoloniza el continente a través de la violencia extrema. Su poder está asentado en el militarismo, en el control de los cuerpos, y en la impunidad de la violencia machista, debido a la complicidad de las fuerzas de inseguridad y los tribunales. Ha aumentado sobre nosotras la presión, pues tanto el Estado como las transnacionales han profundizado el afán extractivista a través de los agronegocios y la megaminería contaminante. Cuentan para ello no sólo con los sicarios de los aparatos privados de seguridad, sino con los Estados y sus militares y paramilitares, para perseguir y reprimir a las activistas, tal como lo sabemos por el asesinato de Berta Cáceres y Margarita Murillo en Honduras, de Laura Leonor Vasquez Pineda en Guatemala, de Bety Cariño y Nadia Vera en México, de Nataly Salas Ruiz, Yaneth Calvache, Emilsen Manyoma, Ruth Alicia Lopez Guisao, Yornas Isabel Bernal, Maricela Tombé, y Luz Angela Anzola Tejedor -asesinadas durante el proceso de paz en Colombia, de Macarena Valdés en Chile, de Diana Sacayan y Pepa Gaitán en Argentina, y de tantas otras hermanas de todos los pueblos del Abya Yala que han sido brutalmente violentadas, violadas, asesinadas, que viven amenazadas, como Máxima Acuña en Perú o sufren la prisión, como la joven Fabiana Braga, militante del Movimiento Sin Tierra de Brasil. Para todas ellas exigimos justicia. ¡Basta de impunidad. ¡Libertad a Fabiana y a todas las presas políticas! ¡Ni una menos! ¡Vivas y libres nos queremos!

En nuestro Abya Yala nos enfrentamos a la falta de acceso a la educación, a la salud, a la justicia, al empleo, a la posibilidad de igual pago en igualdad de condiciones. La mortalidad de mujeres gestantes es alarmante, y el embarazo no deseado persiste en el tiempo. Se consolidan políticas conservadoras que nos impiden decidir sobre nuestros cuerpos.

Denunciamos especialmente el retroceso en muchos países en el ejercicio de nuestros derechos sexuales y reproductivos y las políticas de prohibición absoluta del aborto en los estados femicidas de El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Honduras, Haití y Surinam, los únicos 6 países en América Latina con prohibición absoluta del aborto, responsables de las muertes y graves violaciones al derecho a la salud de cientos de niñas y mujeres en sus territorios.

Las feministas del Abya Yala abrazamos el proceso de paz con justicia en Colombia, a las que enfrentan las amenazas golpistas y desestabilizadoras en Venezuela, a las que cuidan y defienden su revolución en Cuba, a las que en todos los rincones del Abya Yala, hacen comunidad, sanan cuerpos y territorios, y crean poder popular.

Somos territorio. Somos cuerpos en movimiento. Somos lucha y alegría. Somos feministas en revolución.

Asamblea de Feministas del Abya Yala

Temas: Feminismo y luchas de las Mujeres, Tierra, territorio y bienes comunes

Comentarios