Glifosato y Monsanto: Los quiere la Bayer pero no la UE

Idioma Español
País Europa

“La propuesta de ampliación de la licencia temporal para el producto químico glifosato utilizado en herbicidas, sigue sin obtener suficiente mayoría en la votación del parlamento europeo, porque la sombre del cáncer se cierne sobre el RoundUp. Mientras, Bayer pugna por quedarse con el negocio completo”.

Que no y no:

Los países de la UE se han negado a respaldar una extensión limitada del uso del glifosato como pesticida, amenazando retirar el Roundup de Monsanto del mercado si no se adopta ninguna decisión antes de fin de mes. Los resultados contradictorios sobre los riesgos carcinogénicos que podría tener el uso de este producto han generado una disputa entre los políticos, los reguladores y los investigadores de la UE y de los Estados Unidos.

El ejecutivo de la UE, después de no poder ganar el apoyo en dos reuniones a principios de este año para renovar la licencia del glifosato durante un máximo de 15 años, había ofrecido una extensión limitada de 12 a 18 meses para que haya tiempo para su estudio científico. Confían en que un estudio realizado por la Agencia de la Unión Europea para Químicos (ECHA) sea capaz disipar las preocupaciones acerca de la salud, que están planteándose en todo el mundo en general y entre muchos europeos en particular (incluidos los europarlamentarios).

No hay mayoría:

A pesar de dicho compromiso, la propuesta no pudo obtener la mayoría necesaria o sea el apoyo de los estados miembros que representen al menos al 65% de la población de la UE y que resulta necesaria para su aprobación. En la última votación a principios de esta misma semana, siete estados miembros se abstuvieron, veinte apoyaron la propuesta y uno votó en contra, por lo que no se consiguieron los porcentajes necesarios y el glifosato sigue siendo motivo de discordia.

A falta de una decisión que sea adoptada por parte de la mayoría, el ejecutivo de la UE podrá presentar su propuesta ante un comité de apelación de los representantes políticos de los 28 estados miembros dentro de un mes. Si una vez más no hay una decisión, la Comisión Europea puede adoptar su propia propuesta.

Bayer quiere comprar:

En medio de todo este guirigay está presente la controvertida oferta de la empresa alemana Bayer, que puso sobre la mesa 62 billones de euros para comprar la empresa estadounidense de semillas y pesticidas Monsanto, con lo que prácticamente conseguiría el monopolio del mercado. No hay que olvidar que Alemania fue una de las naciones que se abstuvieron durante la última votación, aunque ya en el pasado se ha opuesto firmemente a las semillas de Monsanto genéticamente modificadas por varias razones, entre las que aducen que podrían ser peligrosas para la salud.

Posiciones encontradas:

Por un lado tenemos a los que consideran que hay que mantenerse firmes y denegar de manera radical y terminante la autorización para que este controvertido herbicida que ya ha probado ser tóxico, siga comercializándose en Europa.

Para ello explican que existen claras señales y pruebas fehacientes acerca de los riesgos de salud que corren los europeos al usar glifosato, especialmente en lo que respecta a que es un carcinógeno y un disruptor endocrino. Pero por otra parte afirman que solamente por el impacto devastador que tiene el glifosato sobre la biodiversidad ya debería haberse prohibido en todo el mundo. Son los que aplauden y agradecen la movilización pública y la oposición política significativa que se ha planteado en el seno de la UE, para volver a aprobar el glifosato lo cual indica que por fin los gobiernos clave de Europa se han tomado en serio este tema y han obligado a la Comisión a dar marcha atrás.

Pero también están los que siguen votando a favor, amparados en que no ha sido suficientemente demostrado que el glifosato sea cancerígeno, que si no se tiene este producto se deberá recurrir a otros que podrían ser peores y que romperían el delicado equilibrio que tiene en sus agriculturas (que son dependientes del glifosato). Los hay hasta que justifican que si bien el glifosato podría ser bioacumulativo, tener sinergia tóxica y provocar problemas en animales y personas, en los suelos de desnaturaliza, por lo que en realidad la tierra no se contamina porque no deja residuos (y barbaridades peores).

Una reflexión final:

Bayer es una multinacional que está viendo que se pierde una parte importante del pastel de los transgénicos y obviamente no quiere quedarse fuera del negocio. Y hablamos de una organizacion que dentro de todo tiene una reputación bastante buena (ha sabido guardar y esconder muy bien sus “trapitos sucios”) que quiere comprar otra que es poco menos que el “diablo” hecho empresa, para la mitad del mundo.

Y no piensa pagar unos euros, sino que está dispuesta a desembolsar más de 60 millones de millones con tal de quedarse con el “paquetito”, que además de incluir las patentes de cientos de semillas transgénicas, herbicidas, pesticidas y quien sabe que más (se habla de bacterias trans, de mosquitos GM, etc.), pero que además incluye una enorme “mala fama” y la peor de las publicidades, tanto que uno de sus productos estrella está actualmente a punto de ser prohibido en Europa. Da para sospechar, ¿no?

- Imagen reproducción.

Fuente: Eco Noticias. com

Temas: Agrotóxicos, Salud

Comentarios