El clima en jaque

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La reunión de las Naciones Unidas sobre cambio climático en Barcelona, previa a la cumbre de Copenhague (COP15) a principios de diciembre, ha tenido un resultado muy negativo y pone de manifiesto la falta de voluntad política para llevar a cabo medidas significativas en la lucha contra el cambio climático.

Una vez más, los intereses corporativos han primado por encima de las demandas de los países del Sur y de los movimientos sociales.

La cita, que tuvo lugar del 2 al 6 de noviembre y que reunió a cuatro mil delegados/as de 180 países, terminó con la negativa de Estados Unidos por comprometerse y cifrar sus reducciones de CO2, al mismo tiempo que la Unión Europea daba pasos atrás en sus compromisos y los países en desarrollo exigían medidas reales de reducción por parte de las principales potencias, a la vez que denunciaban los efectos perversos de instrumentos como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD) y los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). Como afirmaba Milena Ràfols de la campaña El clima no está en venta: “Todo el mundo está pendiente de que el otro mueva ficha y se utiliza al otro como excusa. Estados Unidos no se moja, pero dice que esto no es inconveniente para que otros sí se comprometan”.

De este modo, sigue sin haber respuesta al total de reducción de emisiones que asumirán los países industrializados, ya sean emisiones domésticas o al “mercadeo” de las mismas a través de la adquisición de créditos de carbono por reducciones realizadas en otros países. Tampoco se han dado avances en las cuantías que los países industrializados tendrán que aportar para financiar la adaptación y los mecanismos de apoyo a los países del Sur. En la sesión plenaria, estos últimos exigieron a los primeros un compromiso de reducción de emisiones de un 40% para el año 2020 y que les apoyen económicamente en la lucha contra el cambio climático.

Acuerdos vinculantes
Otro de los frentes de batalla fue la “obligatoriedad” de los acuerdos. Estados Unidos rechazó cualquier posibilidad de un acuerdo legalmente vinculante. Mientras que el Tratado de Kyoto es vinculante legalmente, se apuesta por un nuevo Tratado que sólo sea vinculante “políticamente”. En palabras de Salvador Pueyo de la campaña El clima no está en venta: “Por muchos defectos que pueda tener Kyoto, y teniendo en cuenta que ésta no es nuestra opción, al menos Kyoto obliga legalmente a los países ricos a cumplir ciertos objetivos. Ahora, EEUU y compañía quieren forzar un nuevo acuerdo más flexible para ellos”.

Otra novedad a tener en cuenta fue la negativa de los estados africanos, al principio del encuentro, a seguir con las negociaciones si los países ricos no asumían un compromiso claro de reducción de emisiones y si no se centraban los debates en dicho tema. Este amago de boicot pone de manifiesto la situación límite a la que están llegando las negociaciones y la incapacidad para obtener resultados vinculantes y efectivos.

Barcelona se moviliza contra el cambio climático

En Catalunya, la campaña El clima no está en venta, que agrupa a diversas organizaciones ecologistas, sindicales, de consumo, políticas, ONGs, en defensa del territorio, fue el marco unitario, creado en motivo de la reunión de las Naciones Unidas, que organizó algunas de las principales acciones que se llevaron a cabo en el transcurso de la semana.

El momento de máxima visibilidad fue la manifestación del sábado 31 de octubre, antes del inicio de la reunión, donde cuatro mil personas salieron a la calle para denunciar las falsas soluciones al cambio climático y exigir un acuerdo justo, vinculante y transformador. El miércoles 4 de noviembre, un grupo de unas cincuenta personas de la campaña bloqueó la entrada del centro de negociaciones y desplegó una pancarta donde se leía: "Sin reducción drástica no hay salida". Asimismo, se llevaron a cabo charlas con ponentes internacionales sobre justicia climática y el impacto de la agroindustria en la generación de gases de efecto invernadero. Éstas y muchas otras actividades se realizaron estos días en Barcelona

A principios de diciembre, Copenhague acogerá la cumbre COP15 de las Naciones Unidas que tendrá que tomar acuerdos sobre estos debates. Allá miles de manifestantes se han dado cita para dejar claro que “el tiempo se acaba”, que son necesarios acuerdos firmes, así como un cambio radical de modelo, si queremos parar el cambio climático.

Esther Vivas

Artículo publicado en Diagonal, nº 113. Esther Vivas es miembro de la campaña El clima no está en venta.

Temas: Crisis climática

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