La CE reclama a Syngenta el método para detectar el 'Bt-10' y descarta prohibir ahora el autorizado 'Bt-11'

Idioma Español
País Europa

La Comisión Europea (CE) indicó hoy que ha pedido a la empresa Syngenta que le facilite el método de detección de la variante 'Bt-10' de maíz transgénico, después de que la sociedad le informase el pasado 31 de marzo de la introducción en el mercado europeo de alrededor de mil toneladas de este producto prohibido en la Unión Europea

El portavoz de Sanidad y Protección de los Consumidores en el Ejecutivo comunitario, Philip Tod, señaló en rueda de prensa que, una vez que Syngenta aporte la información necesaria, Bruselas la transmitirá a los Estados miembros para que puedan realizar los controles necesarios a la llegada de maíz transgénico de esta compañía a los mercados europeos.

Tod dejó claro que la prohibición ahora del autorizado 'Bt-11' sería una medida 'desproporcionada' en estos momentos. 'No creemos que el sistema de control en cuestión esté en entredicho por este deplorable caso', subrayó.

Asimismo, indicó que la CE no estudia medidas de sanción contra Syngenta ya que este paso lo tendrían que dar las autoridades de Estados Unidos, país desde el cual se procedió a esta importación de maíz 'Bt-10' pese a que Washington tampoco ha autorizado esta variante.

'Si se toman medidas contra Syngenta, ello corresponde a Estados Unidos', manifestó Tod antes de facilitar el dato de que el millar de toneladas del ilegal 'Bt-10' que entró en la UE entre 2001 y 2004, suponen el 0,27 por ciento del total de exportaciones de maíz proveniente de territorio estadounidense.

Estas mil toneladas de 'Bt-10' sirvieron esencialmente para consumo animal, aunque Bruselas ha pedido información suplementaria a Syngenta y las autoridades estadounidenses para conocer en qué lugares se distribuyó este organismo genéticamente modificado (OGM).

Tod explicó el pasado viernes que el 'Bt-10' y el 'Bt-11' tienen la misma proteína aunque genéticamente son diferentes. El primero contiene un gen que es resistente a un tipo de antibiótico denominado 'ampicilina' y por ello su comercialización no ha sido autorizada por las autoridades sanitarias de la UE y Estados Unidos.

Preguntado por las consecuencias para la salud humana o animal que puede tener este hecho, el citado portavoz indicó que las autoridades estadounidenses ya han explicado que no debe existir 'ninguna preocupación' alimentaria o medioambiental.

Syngenta informó, en paralelo, de la importación de diez kilos de 'Bt-10' a España y Francia en 2004 destinados a trabajos de investigación. España recibió dos de ellos y el resto fue a parar a Francia. Tod dejó claro que esta partida de 'Bt-10' fue destruida tras su utilización sin que pasase a la cadena alimentaria.

Asimismo, precisó que ambos países recibieron estos kilos de 'Bt-10' sin su conocimiento debido a que la petición a Syngenta era para suministrar 'Bt-11'. Además, la firma ha explicado al Ejecutivo comunitario que el gen en cuestión del 'Bt-10' 'no está activo'.

La Unión Europea puso fin el 19 de mayo de 2004 a cinco años de su controvertida moratoria de transgénicos que se autoimpuso en junio de 1999, una vez que la CE autorizó la importación del maíz genéticamente modificado 'Bt-11', diseñado por la citada empresa a pesar de las presiones de los ecologistas.

Terra Actualidad, Europa, 4-4-05

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