A pesar de las presiones de Dow AgroSciences Bolivia le dice no al maíz transgénico

Por APM
Idioma Español
País Bolivia

El Viceministerio de Recursos Naturales negó el permiso para introducir el maíz transgénico. En tanto un estudio indica que la ingesta de transgénicos implicaría riesgos para las madres y sus bebés

La introducción de cultivos de maíz transgénicos fue rechazada en Bolivia por una resolución administrativa del Viceministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente que niega permisos a toda solicitud para la realización de pruebas de campo, siembra, producción o liberación deliberada en el medio ambiente.

Según informó el portal electrónico Bolpress, la Resolución Administrativa VRNMA Nº 135/05 resuelve "rechazar toda solicitud sobre introducción de maíz genéticamente modificado al territorio nacional, para la realización de pruebas de campo, siembra, producción o liberación deliberada en el medio ambiente".

La Empresa Dow AgroSciences Bolivia S.A. presentó, en agosto del 2004 una solicitud para la realización de ensayos con maíz genéticamente modificado (resistencia al gusano cogollero y al herbicida glufosinato de amonio con maíz Bt, evento TC 1507).

Los hechos políticos de junio precipitaron la salida de Erwin Aguilera, el ex ministro que aprobó la liberación comercial de soya transgénica de Monsanto y que probablemente hubiera también aprobado el maíz transgénico.

La primera solicitud de Dow AgroSciences Bolivia S.A. fue anulada por no cumplir procedimientos. Posteriormente la empresa presentó una segunda solicitud, que fue analizada en base a la normativa legal y tomando en cuenta las recomendaciones técnicas que establecen la alta probabilidad de contaminación genética de las variedades criollas de maíz debido a sus características de reproducción cruzada y el potencial de riesgo que esto presenta a la diversidad genética de este cultivo, ya que Bolivia es centro de diversidad genética del maíz. Asimismo determina, rechazar toda solicitud sobre introducción de maíz genéticamente modificado al territorio nacional para la realización de pruebas de campo, siembra, producción o liberación deliberada en el medio ambiente y encarga la ejecución y aplicación de la misma a la Dirección General de Biodiversidad. (Resolución Administrativa VRNMA Nº 135/05)

Según el artículo de Bolpress, en Octubre de 2005 organizaciones de la sociedad civil se dirigieron a la Ministra Bozo para recordarle que: La región andina en su conjunto, es centro de diversidad de este cultivo; incluso para algunos investigadores, el centro de origen sería la zona chaqueña de Bolivia-Paraguay, por la presencia de maíces tunicados.

La liberación del maíz transgénico implica la seguridad de contaminación de la gran variedad de semillas utilizadas en todo el país. Ello significa afectar un patrimonio genético y cultural desarrollado en miles de años por las diferentes culturas y pueblos que los habitan, así como poner en riesgo el material genético que se encuentra en los bancos de germoplasma de instituciones y de los agricultores. Mas allá de esto, pone en riesgo toda la región andina como centro de diversidad del maíz, lo cual es absolutamente irracional tomando en cuenta los problemas que atraviesa en la actualidad el maíz en México, considerado el centro de origen.

Por la información existente, permitir el inicio de pruebas con maíz transgénico sería atentar contra uno de los principales patrimonios genético-culturales del país y la región. Pondría en riesgo no solo el cultivo en los llanos, en la región andina, en los valles y en la amazonía, sino las propias políticas nacionales y regionales de recursos genéticos y de biodiversidad destinadas a la protección de estos recursos compartidos en la región andina.

Nuestros pueblos manejan una gran variedad de maíz, de diversos tamaños, sabores, consistencia. Así, cada plato tiene su tipo de maíz y cada región tiene su propia tradición, desde el Altiplano, los Valles, la Amazonía, el Chaco, la Chiquitanía, la Llanura Beniana, hasta el Pantanal. La diversidad de platos y formas de preparar el maíz es un reflejo de la cantidad de variedades cultivadas en todas las bioregiones y de las culturas que las habitan, pero es al mismo tiempo una muestra de la biodiversidad del país.

En tanto, un nuevo estudio científico mostró que más de la mitad de las crías de ratas de laboratorio, cuyas madres fueron alimentadas con soja transgénica durante la gestación, murieron en las tres primeras semanas de vida. Esto significa un promedio seis veces más alto que otras ratas que recibieron alimentación normal.

La noticia fue difundida el 8 de enero por el diario británico The Independent, que meses antes también entregó al público un informe secreto del gigante biotecnológico Monsanto, el cual mostraba que ratas alimentadas con maíz transgénico de esa compañía habían sufrido cambios en sus órganos internos, indicando posibles daños al sistema inmunológico.

El nuevo estudio, que se estima es el primero en investigar los efectos de los transgénicos en fetos y crías, está a cargo de la doctora Irina Ermakova, investigadora del Instituto de Neurofisiología de la Academia de Ciencias de Rusia. El experimento consistió en agregar harina de soja transgénica resistente al herbicida glifosato (conocido como soja RR de la empresa Monsanto) a la alimentación de un grupo de ratas hembras, dos semanas antes, durante la gestación y la lactancia. Otro grupo de ratas recibió harina de soja no transgénica y un tercer grupo no recibió soja durante el mismo periodo. Ermakova encontró que 36 por ciento de las crías del grupo alimentado con transgénicos sufrían de peso severamente inferior a lo normal, comparado con 6 por ciento en los otros grupos. Pero lo más alarmante fue que 55.6 por ciento de las crías del grupo alimentado con soja transgénica murieron en las primeras tres semanas, comparadas con 9 por ciento de las crías del grupo alimentado con soya normal, y 6.8 por ciento en el que no recibió soja.

La doctora Ermakova declaró a The Independent que "la morfología y la estructura bioquímica de las ratas es similar a la de los humanos, lo que hace que estos resultados sean muy alarmantes... Indican que podrían existir riesgos para las madres y sus bebés".

Un artículo de Silvia Ribeiro del Servicio de Información de la Regional Latinoamericana de la UITA sostiene que en noviembre de 2005, el centro de investigación científica más importante de Australia, Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), abandonó un proyecto de diez años y 2 millones de dólares para crear chícharos (arvejas) transgénicos, luego de que la experimentación en ratas mostró una reacción alérgica que consideraron podría implicar serios riesgos para el consumo humano.

Esto muestra una vez más –dice el artículo de Ribeiro– lo que muchos científicos sospechan, pero casi nadie recibe fondos para investigar: la transferencia de genes crea proteínas similares, pero con pequeñísimas diferencias que tienen efectos en los organismos vivos, muy distintos de las proteínas originales. Actualmente, ni la soya ni el maíz transgénico que se comercializan pasan por este tipo de pruebas en animales, que solamente se aplican cuando se trata de transgénicos de uso médico.

Paradójicamente, mientras van aumentando las evidencias de que los transgénicos tendrían impactos importantes en la salud de los consumidores, Monsanto, principal productora de transgénicos del mundo, anuncia que tuvo resultados económicos extraordinarios. Y según las estadísticas de las empresas productoras de transgénicos, en 2005 estos cultivos se habían expandido a más de 400 millones de hectáreas en el mundo.

Lo que estas empresas no dicen es que esta expansión tóxica se produce con el ocultamiento de datos reales sobre los cultivos transgénicos: pueden causar daños a la salud, rinden menos, usan más químicos y son mucho más caros que los cultivos convencionales. A esto se agrega que los cultivos campesinos contaminados por éstos, como el maíz, sufren deformaciones y quién sabe qué más en los próximos años.

Agencia Periodística del Mercosur, Internet, 26-1-06

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