Alta incidencia de suicidio entre la población indígena latinoamericana

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Jóvenes mujeres indígenas han expuesto el 19 de mayo en la sede del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en Nueva York, un informe sobre el suicidio adolescente en pueblos indígenas

El estudio analizó los casos del pueblo Guaraní Kaiowá, de Brasil; Embera, de Colombia y Awajún, de Perú y contó con el patrocinio del Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA, por su sigla en inglés) y de Unicef.

De acuerdo con la investigación, a pesar de que América Latina presenta una de las menores tasas de suicidio por continente, en los grupos indígenas de la región se encuentran los mayores índices de suicidio, si se compara con poblaciones no indígenas.

La situación se atribuye a la continua discriminación que sufren las y los indígenas, enfrentando cambios graves en su entorno y violaciones sistemáticas de sus derechos. Esto genera una sensación de impotencia, falta de perspectivas y traumas individuales y colectivos, pudiendo llevar al suicidio como respuesta a los problemas.

 

En Brasil, datos de la Fundación Nacional del Indio (Funai) y del Sistema de Informaciones sobre mortalidad (SIM), del Ministerio de Salud, revelan que la tasa nacional de suicidios indígenas llega a 20 cada 100 mil individuos (cuatro veces el promedio nacional).En esos dos estados, responsables del 81% de los casos de suicidio registrados, las tasas son alarmantes. En Amazonas, hay 32,2 suicidios cada 100 mil indígenas, seis veces mayor que la tasa nacional. En Mato Grosso do Sul, la tasa de 166 suicidios cada 100 mil indígenas es más que 34 veces mayor que el promedio nacional.

 

El antropólogo y asesor de políticas públicas del Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc), Ricardo Verdum, basado en el estudio Mapa de la Violencia 2011 – Los Jóvenes de Brasil, señala que las ciudades más afectadas son justamente las que tienen mayor porcentaje de población indígena.

 

En 2008, ocurrieron 17 suicidios en el municipio de Amambia, en el estado de Mato Grosso do Sul, donde viven los Guaraní Kaiowá. De un total de 17, 15 suicidios fueron de indios, de los cuales, nueve fueron de jóvenes indígenas. En el mismo estado y período, la ciudad de Dourados registró 25 suicidios, 13 de indígenas, ocho de ellos jóvenes.

 

En el estado de Amazonas, la ciudad de São Gabriel da Cachoeira está situada en la frontera con Colombia y Venezuela y más del 90% de su población es indígena. En 2008, hubo nueve suicidios, todos de indígenas, entre ellos siete adolescentes.

 

Cuando se pasa a los números de la población indígena joven, la situación se agrava. Son 101 suicidios cada 100 mil indígenas en Amazonas y 446 suicidios cada 100 mil indígenas en Mato Grosso do Sul.

 

En el caso colombiano, el suicidio en el pueblo Embera, en el departamento de Chocó, es el más alto en el país: entre 2000 y 2010, hubo 55 suicidios y 139 intentos de suicidio, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos.

 

Entre los factores desencadenantes están el despojo territorial por parte de grupos armados, que perjudica la capacidad alimentaria de los pueblos; la militarización por parte de esos mismos grupos; el reclutamiento forzado, asedio, amenazas, discriminación racial, desplazamientos y falta de acceso a servicios básicos.

 

Para Unicef, el informe tiene el propósito, al proveer información sobre el problema, de estimular a los pueblos afectados a intentar encontrar soluciones. Por otro lado, el estudio también se dirige a los Estados, para que asuman sus responsabilidades en la prevención, reducción del daño y erradicación del suicidio.

Baserri Bizia, Internet, 20-5-11

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