Amazonia en peligro. Código Forestal aprobado por Diputados, pasa a sanción de la presidenta brasileña
Tras ser aprobado por el plenario de la Cámara de Diputados, el proyecto de ley del nuevo Código Forestal, pasará hoy a sanción de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien todo hace indicar hará uso del veto.
Pese a ser sancionado por 274 votos a favor, 184 en contra y dos abstenciones, la propuesta legal no agradó ni a sus defensores, los ruralistas, ni a los representantes del gobierno en el Congreso, ni al propio Ejecutivo, ni a los ambientalistas, que lo condenan por favorecer la deforestación.
El texto aprobado amnistía a los deforestadores y reduce de 30 a 15 metros la zona de preservación de la floresta en las márgenes de ríos y otros embalses de agua, así como la obligación de reforestar hasta 30 metros en los bordes de ojos de agua en las áreas de preservación permanente ocupadas por actividades rurales hasta el 22 de julio de 2008.
Específicamente sobre este último punto, el líder del gobernante Partido de los Trabajadores en la Cámara de Diputados, Jilmar Tatto, aseveró que las fallas en la iniciativa, que fue modificada por el relator Paulo Piau, pueden motivar una demanda judicial o el veto de la presidenta.
"El Gobierno dejó claro que no concordaba con el informe (de Piau), principalmente con ese punto. Si consideramos la opinión del gobierno en el proceso, el texto camino para veto, pero la decisión es de la presidenta", señaló Tatto, según la Agencia Cámara de Noticias.
Desde el punto de vista de la seguridad jurídica es posible que la presidenta vete todo el proyecto legal y encamine una medida provisional a la Cámara o tome los artículos considerados buenos y rechazar los restantes, indicó.
Lo cierto es que desde la campaña electoral, la entonces candidata y hoy presidenta brasileña afirmó que vetaría cualquier intento de amnistiar a los deforestadores y las propuestas que favorezcan el incremento de la tala de bosques.
Para los ambientalistas, el proyecto legal sancionado constituye una seria amenaza a la floresta brasileña, en particular a la Amazonía, el mayor bosque húmedo del mundo y considerado el pulmón verde del planeta.
Mas, resta esperar cuál será la postura definitiva de la mandataria brasileña que en cualquier momento recibirá en su oficina del Palacio de Planalto el texto aprobado por la Cámara de Diputados.