Analizan amenaza de las corporaciones transnacionales a la soberanía alimentaria

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El control de los transgénicos por parte de las corporaciones transnacionales, su interés en la dominación del mercado de la alimentación a nivel mundial y el modelo de producción agrícola y campesino, fueron algunos de los temas centrales de la conferencia pública denominada “Soberanía Alimentaria y Biotecnología”, realizada el miércoles en el marco de la Cumbre por la Amistad e Integración de los Pueblos Iberoamericanos

La actividad se realizó en el Palacio Ariztía de Santiago de Chile. Allí hicieron uso de la palabra dos representantes del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC): Silvia Ribeiro y Pat Mooney, que trabajan en México y Canadá respectivamente. Por su parte, el punto de vista campesino fue aportado por Alberto Gómez, de México, que integra la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) – Vía Campesina.

Gómez empezó su alocución diciendo que “el reflejo de la crisis en la agricultura es el hambre, la pobreza, la desigualdad y la migración campo-ciudad”.

El campesino explicó que en la actualidad existe una “disputa para controlar la alimentación” a nivel mundial. “Por un lado está la agricultura industrial, de exportación, de monocultivos, con transgénicos, que afecta el agua y los suelos”, dijo Gómez. “Por otro lado está la agricultura campesina, sustentable”, sintetizó.

El integrante de la CLOC – Vía Campesina agregó que las corporaciones transnacionales avanzan rápidamente para controlar el mercado de la alimentación, con el apoyo del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de los gobiernos nacionales.

Sin embargo,el modelo de producción de alimentos que impulsan las grandes empresas ha fracasado, dijo Gómez. Explicó que en 1996 habían 800 millones de personas con hambre en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés). En la actualidad las propias cifras oficiales reconocen que hay 860 millones de personas con hambre en el planeta, agregó.

En esta línea, Silvia Ribeiro destacó el fracaso de la llamada “revolución verde”, que no ha sido otra cosa que la “maquinización de la agricultura”, aseguró, y que tuvo como base la idea de llenar el campo de cultivos, que fuesen controlados por grandes corporaciones transnacionales. Esa revolución expulsó del medio rural a los campesinos: se promovió una agricultura sin agricultores.

Ribeiro explicó que las grandes corporaciones son en la actualidad las dueñas de las semillas transgénicas, porque las han patentado, y las propietarias de los químicos que esos organismos genéticamente modificados toleran. Destacó especialmente a la empresa estadounidense Monsanto, a la suiza Syngenta y a otras como Basf, Dow, Bayer y Dupont.

“Todo el sistema de Naciones Unidas está pensando cómo regular sobre transgénicos, qué normas de bioseguridad imponer a los países, con el trabajo que eso significa, en lugar de rechazar esa producción”, se lamentó la integrante del Grupo ETC.

Ribeiro destacó, no obstante, que la producción de alimentos sigue siendo controlada mayoritariamente por los campesinos, a pesar de la enorme presión que ejercen las grandes empresas. “Unos 1400 millones de personas en el mundo son campesinos y ellos mantienen su costumbre de utilizar y reutilizar sus propias semillas”, finalizó.

Radio Mundo Real, Internet, 8-11-07

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