Bolivia: caminante… se hace camino al andar

Idioma Español
País Bolivia

Agrupaciones indígenas y campesinas llegaron desde distintas regiones del país al Palacio Quemado, en La Paz, después de casi cuatro semanas de caminata

El logró fue la modificación de la ley INRA. El presidente boliviano, Evo Morales puso la firma a las modificaciones a Ley del Instituto de Reforma Agraria (INRA) rodeado de agrupaciones campesinas e indígenas que marcharon desde Santa Cruz, oriente del país, hasta La Paz durante más de tres semanas. Fueron muchos los hombres, mujeres y niños que recorrieron a pie más de 850 kilómetros hasta llegar al Palacio Quemado para exigir la aplicación de la normativa, donde Morales pronunció su discurso en medio del festejo de los manifestantes.

El conflicto por la tierra en Bolivia es consecuencia de la extrema pobreza rural, resultante de la desigual e improductiva distribución. Según informes del presidente de la Comisión Especial de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios, Heriberto Lázaro Barcaya, el 91 por ciento de las tierras cultivables del país están en manos de latifundistas vinculados a los partidos políticos y algunos medios de comunicación; en tanto que el 71 por ciento de la población tiene que conformarse con 9 por ciento restante. Es evidente que durante diez años la ley INRA no dio respuestas a las demandas de tierras para los sectores campesinos e indígenas, y todo quedó en un mero proceso burocrático.

Con el objetivo de paliar y erradicar esta realidad, el 19 de julio del corriente año la Comisión Agraria Nacional (CAN), órgano máximo de decisión en materia agraria creado por la Ley INRA, en sesión plenaria reunida en la ciudad de La Paz aprobó el proyecto de ley modificatoria de la Ley INRA denominado de “Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria”. Pero hasta el momento no había sido promulgado.

Para esto fue necesaria la movilización de 500 representantes de comunidades indígenas del oriente boliviano, convocados por la Central de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (Cidob), que comenzaron a marchar el 31 de octubre hacia la cuidad de La Paz. La música tradicional de los pueblos marcó el inicio de la caminata, y el primer descanso se realizó en las proximidades del aeropuerto Viru Viru.

El presidente de la CIDOB, Adolfo Chávez dijo que los indígenas estaban unidos por una sola causa: las tierras, y el sacrificio marcaría la victoria. También expresó que no se trataba de una marcha política sino que se demandaba atención y respuestas a los reclamos históricos de los pueblos originarios marginados de la tierra.

El sábado 4 de noviembre Buena Vista, capital de la provincia Ichilo del Departamento de Santa Cruz Bolivia, fue escenario de una reunión en la que se trataron siete puntos fundamentales: la función económico social, la reversión, la expropiación, la distribución de tierras, la desconcentración del INRA, los interdictos y las transferencias.

La movilización tomó fuerza a medida que fue aumentando la cantidad de marchantes, tanto así que a los cinco días se unieron alrededor de 1.000 campesinos de 25 centrales de Yapacaní. El encargado de la comisión de Comunicación del Movimiento Sin Tierra (MST), Adhemar Valda afirmó que la población de Yapacaní acogió a los marchistas y dió muestras de su solidaridad y apoyo, brindándoles alimentos, medicamentos y ropa. También se montaron centros de salud que prestaron atención básica, a cargo de médicos cubanos, a los afectados de diarrea, insolación, ampollas y calambres.

Desde Cochabamba partieron rumbo a La Paz entre 500 y 600 marchistas de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), y en igual número partieron desde Oruro representantes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa.

La marcha estuvo conformada por cuatro columnas de manifestantes, por un lado la CIDOB, que partió de su sede en Santa Cruz, la Marcha del Consejo Nacional de Ayllus y Mallkus del Qollasuyu (CONAMAQ) que salió desde la localidad de Calamarca con más de 200 personas, la tercera columna de la CSUTCB que tuvo su punto de arranque en la localidad de Patacamaya y la cuarta columna que salió de Los Yungas.

El secretario de organización de la Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (CPESC), Ramiro Galindo, expresó que nada iba a detenerlos hasta lograr sus objetivos, “la aprobación de las modificaciones al INRA, porque la Ley de 1996 favorece solamente a los gamonales y latifundistas para que comercialicen la tierra y la acaparen".

Frente a esto, el Gobierno boliviano se mostró compresivo y reiteró que no evitaría que la marcha llegue a La Paz, siendo que las demandas eran legítimas y debían ser escuchadas por el Congreso Nacional. El viceministro de Tierras, Sergio Almaraz sostuvo que era necesario aprobar una norma que permita el saneamiento y la distribución de tierras a través de la reversión y la expropiación.

Por su parte los sectores empresariales y productores de la oposición realizaron una “contramarcha” bajo la consigna “Sembrar trabajo y cosechar empleo”, caminaron 27 kilómetros desde la localidad de Warnes hasta Santa Cruz en protesta a esta nueva Ley de Tierras al que sin argumentos concretos califican de totalitaria y antidemocrática.

Mientras las agrupaciones llegaban a destino, el proyecto de Ley de Tierras se había topado en el Senado con la negativa de los opositores al Movimiento al Socialismo (MAS) presidido por Morales, quien señaló que "el pueblo se levantará para hacer modificar a la fuerza esas normas, para que beneficien a las mayorías del pueblo boliviano".

Fueron muchos los obstáculos sorteados, incluso la muerte de manifestantes. El día 14 de noviembre un vehículo particular atropelló a Betzabé Flores y Macabeo Choque, en las inmediaciones de Villa Saita en el camino Santa Cruz-Cochabamba. Días después, una mujer de 35 años que se había incorporado a la marcha de CONAMAQ murió en Caracollo al ser alcanzada por un rayo.

A pesar de esto los indígenas arribaron a la sede de Gobierno desde tierras bajas del Beni, Pando, del norte de La Paz y Santa Cruz, de tierras Altas de Oruro, Potosí, Chuquisaca, del altiplano paceño y de otras regiones del país. Muchos manifestantes ingresaron al salón principal del Palacio de Gobierno, otros esperaron en la Plaza Murillo.

En tanto el presidente Morales manifestaba que esas movilizaciones no fueron en vano. “Se hizo la marcha por los hidrocarburos y ahora por la tierra. Seguramente necesitaremos algunas más para seguir avanzando y que nuestras movilizaciones permitan transformar viejas normas neoliberales", sostuvo.

La lucha por la reforma agraria en Bolivia data de 1953, cuando el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) del presidente Víctor Paz Estenssoro la proclamó en Ucureña, departamento central de Cochabamba, y se legalizó la liberación de la fuerza de trabajo rural-indígena y el reparto de las tierras de forma individual. Pero las condiciones productivas siempre fueron desiguales, los campesinos trabajaban la tierra para beneficiar a sus propietarios.

Actualmente, tal como afirma el Viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, la nueva ley de reforma agraria permite a Bolivia emprender la distribución de las tierras comunitariamente, recuperar autonomía y dignidad. Es más que un cambio, fue el logro histórico de un pueblo cansado pero que sin embargo resiste y sigue caminando, mochila a cuesta.

ra.moc.rusocremasnerp@zepolb

APM, Internet, 30-11-06

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