Cada año se recuerda el 14 de marzo como el "Día mundial de acción sobre las represas y a favor de los ríos, el agua y la vida"

La fecha conmemora el Primer Encuentro Internacional de Poblaciones Afectadas por Represas, que culminó en Curitiba, Brasil, ese día de 1997

Allí, afectados por grandes represas de más de 20 países firmaron la Declaración de Curitiba. Además de denunciar los enormes impactos sociales y ambientales llamaron a una moratoria internacional y reclamaron la reparación de los daños ocasionados.

Las consecuencias perjudiciales son el eje de ?Doce razones para excluir a las grandes represas hidroeléctricas de las iniciativas de energía renovable?. Se trata de un documento distribuido por la Red Internacional de Ríos (International Rivers Network, IRN), en colaboración con Amigos de la Tierra Internacional (FoEI), Ríos Vivos y Oxfam America entre otras organizaciones internacionales.

El documento tiene como referente a Patrick McCully, el autor de ?Ríos silenciados: ecología y política de las grandes represas?, una obra de consulta insoslayable.

El texto es una excelente síntesis sobre los impactos de estas megaobras sobre las personas, los ecosistemas y el desarrollo sostenible. También analiza las desventajas de construir grandes represas hidroeléctricas en detrimento de proyectos de energía renovable descentralizada.

Los datos que aporta incluyen citas del Informe Final de la Comisión Mundial de Represas (CMR) presentado en Londres, Buenos Aires, San Pablo y otras grandes capitales en noviembre de 2000.

?Doce razones...? adquiere una singular importancia precisamente cuando en la Argentina los promotores de las grandes hidroeléctricas insisten en elevar la cota de Yacyretá (de su nivel actual de 76 metros a cota 83) y vuelven a impulsar la construcción de Corpus, también sobre el Paraná, y Garabí, sobre el río Uruguay.

LOS PORQUÉ. En cuanto a Desarrollo Sostenible, el documento señala que: las grandes hidroeléctricas no reducen la pobreza; agotarán los fondos para nuevos proyectos de energía renovable; los promotores de grandes hidroeléctricas normalmente subestiman los costos y exageran los beneficios; estas megaobras aumentan la vulnerabilidad al cambio climático; y no producen beneficios de transferencia de tecnología.

Respecto de los daños que deben afrontar las comunidades y ecosistemas en los lugares donde se construyen grandes represas, el estudio destaca: Grandes impactos sociales y ambientales negativos; esfuerzos de mitigación de impactos que habitualmente fallan; la mayoría de los promotores y financiadores de las grandes represas hidroeléctricas se oponen a adoptar medidas para prevenir la construcción de proyectos destructivos; y los grandes embalses pueden emitir cantidades significativas de gases de efecto invernadero.

El Diario de Entre Ríos, Argentina, 14-3-04

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