En México no se debe usar el maíz como biocombustible, afirman ONG

Idioma Español
País México

En México, el maíz debe quedar fuera por completo de la producción de biocombustibles, ya que no es posible que mientras el país tiene carencia de este grano y se especula con su precio, ya se estén instalando empresas para fabricar etanol con este producto

Primero se tiene que garantizar el abasto y los precios de los básicos a los mexicanos, antes de utilizarlos para producir energéticos, señalaron en conferencia de prensa conjunta representantes de Greenpeace, la Fundación Heinrich Boll; la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC); Oxfam y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental.

Coincidieron en que el veto presidencial a la iniciativa de ley de promoción y desarrollo de bioenergéticos es positivo, ya que el Congreso debe promover una legislación que no afecte la soberanía alimentaria y que contribuya a mitigar el cambio climático.

Iván Polanco, de la ANEC, planteó que el Congreso y el Ejecutivo deben garantizar que la nueva ley deje fuera al maíz de la producción de biocombustibles y deben asegurar además que la nueva legislación sea coherente con una estrategia nacional de soberanía y seguridad alimentaria, ya que de no hacer esto “se corre el riesgo de hambrunas y desorden en el suministro de alimentos”.

México, dijo, ya de por sí importa 30 por ciento de todo el maíz que consume y 40 por ciento de todos los granos básico. La crisis del grano que se registró demostró las consecuencias que traería un desabasto del producto.

A su vez, Jorge Villarreal, de la Fundación Heinrich Boll, planteó que la normativa deberá reformular la ley de bioenergía, sobre todo porque la mejor estrategia de transición energética y mitigación del cambio climático es la “diversificación de la generación de energía”.

En nombre de Greenpeace, Gustavo Ampugnani sostuvo que los efectos del cambio climático ya le pegan al país social y económicamente, con los grandes fenómenos meteorológicos ocurridos en territorio nacional y que han afectado la vida y la economía de los pobladores, por lo que urge la aplicación de medidas que contrarresten esta situación.

Del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Katya Pérez planteó que no se puede considerar a los biocombustibles como la única solución, ya que hay muchas otras formas de energía alternas que no afectarían tanto y que no han sido explotadas.

Patricia Muñoz Ríos

La Jornada, México, 14-09-07

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