Greenpeace acusa a alimentarias españolas de contribuir a la destrucción de la selva Amazónica

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La organización ecologista Greenpeace acusó a empresas alimentarias como El Pozo, Coren, Casa Tarradellas, Grupo Sada o Grupo Pascual de contribuir directa o indirectamente a la destrucción de la selva Amazónica brasileña a través de producir carne alimentada con soja que puede proceder de dicha selva tropical

Así, solicitó a estas compañías alimentarias a que revisaran su política de suministros para desechar la soja procedente de estos escenarios de conflictividad ambiental y social.

El responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, denunció que "la soja importada con la que se alimentan los pollos, ovejas, cerdos y vacas en este país puede proceder de la destrucción de la Amazonia, y el sector empresarial implicado está mirando para otro lado".

En este sentido, resaltó que "el consumidor tiene que saber que cada vez que consume jamón, pizza, chorizo o pollo podría estar comiéndose un bocado de selva amazónica. O que las empresas que están produciendo alimentos enriquecidos con soja están ocultando que la soja procede de contextos de destrucción social y ambiental".

Según la entidad, los gigantes agrícolas norteamericanos, Cargill, Bunge y ADM --que controlan la mayoría del mercado de la soja en Europa-- están fomentando la destrucción de la selva para plantar la soja que servirá para la alimentación animal en Europa, e incluso algunos han utilizado trabajo esclavo.

Asimismo, denunció que los puertos españoles de Barcelona, Valencia y Cartagena han recibido durante el año 2005 soja procedente de la región amazónica exportada a través de los puertos brasileños de Santarém y Ponta da Madeira.

Un reciente artículo de la revista científica ''Nature'' alertaba de que en el 2050 se habrá perdido el 40% de la Amazonia --una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta-- si la tendencia actual de expansión agrícola continúa; con ello se amenazará la biodiversidad y se contribuirá gravemente al cambio climático; además los monocultivos de soja tienen una alta dependencia de los químicos tóxicos y, en algunos casos, han llegado a cultivar soja modificada genéticamente en la Amazonia, concluyó Greenpeace.

Diario Directo, Internet, 31-8-06

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