Hacia la Asamblea Constituyente. El Sí arrasó en Ecuador

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País Ecuador

El presidente Rafael Correa consiguió un amplio apoyo popular en el referendo que aprobó, con más del 78 por ciento de los votos, la instalación de la Constituyente. En 150 días, los ecuatorianos deberán elegir asambleístas

Si bien los resultados oficiales se conocerán dentro de los próximos cinco días –tiempo previsto por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para desarrollar el conteo de votos de la consulta popular-, los datos revelados ayer por las encuestas a boca de urna permiten hablar de un contundente triunfo del “Sí” por la Asamblea Nacional Constituyente que, con plenos poderes, deberá redactar una nueva Carta Magna para Ecuador.
Según la consultora Cedatos-Gallup Internacional, autorizada por el TSE, la iniciativa oficial obtuvo el 78,1 por ciento de los sufragios, mientras que los votos contra la instalación de la Constituyente apenas alcanzaron el 11,5 por ciento, los nulos el 7,1 y los blancos el 3,3. El sondeo se realizó sobre 40 mil electores de todo el país, con un 97 por ciento de confianza y un margen de error de +/- 2 por ciento.

El propio Rafael Correa salió con estos datos a proclamar su nueva victoria, a sólo tres meses de haber asumido el poder. Luego de definir el resultado de la consulta popular como “un triunfo histórico”, el presidente ecuatoriano reconoció que aún quedan “muchas más batallas por ganar”, refiriéndose concretamente a las elecciones de constituyentes, que deberán ser convocadas en un plazo de 150 días, una vez que el TSE difunda los resultados oficiales del referendo.

“El día de hoy se ha dado la victoria más amplia que el país recuerda (…) Hoy ha triunfado ese infinito amor por la patria. Hoy, que la patria ya es de todos y de todas, no permitamos que nunca más nos la vuelvan a arrancar”, agregó Correa, tras advertir que los representantes de la partidocracia que promovieron el “No”, en base a una campaña de desprestigio y pánico, se disfrazarán ahora de “ovejas” para tratar de acaparar la Asamblea.

“El miedo quedó atrás nuevamente, esa vieja táctica de los mismos de siempre de llenar de miedo, crear incertidumbre”, dijo Correa para explicar seguidamente que el voto ciudadano es la fórmula que se impone en Ecuador para resolver sus conflictos internos.

De confirmarse el contundente triunfo del Sí en la consulta, que superó en más de 12 puntos las estimaciones previas de Cedatos-Gallup, Correa no sólo podrá poner en marcha el proyecto de redactar una nueva constitución, propuesta vertebral de su gobierno para transformar el marco institucional del Estado, sino que se asegura una amplia base de apoyo popular que le permitirá obtener una mayoría afín en la futura Asamblea.

Esto será fundamental para encauzar y legitimar las reformas estructurales que necesita el país para liberarse, por fin, del corsé neoliberal, y entrar en una nueva etapa de desarrollo que contemple los principios de soberanía, integración regional, recuperación y administración de los recursos naturales, democracia participativa y justicia social. Un nuevo contrato social que surja de abajo hacia arriba, y no al revés.

No obstante, en su discurso del domingo, el presidente buscó transmitir tranquilidad con respecto a la dolarización, un tema particularmente sensible para los ecuatorianos que fue utilizado una vez más por la derecha bananera y conservadora para tratar de vencer a Correa. El mandatario aseguró que la dolarización se mantendrá durante sus cuatro años de mandato.

La aclaración no estuvo de más porque la partidocracia, debilitada doblemente (por la destitución de los 57 diputados que conspiraron contra la consulta popular y, ahora, por un nuevo revés electoral), volverá a atacar con la estrategia del pánico frente a los comicios que definirán la elección de los 130 constituyentes.

Según estiman en el gobierno, es probable que la Asamblea comience a funcionar en enero de 2008. A partir de entonces, sus miembros tendrán seis meses para aprobar una nueva Carta Magna que reemplace a la de 1998. Luego, los ecuatorianos deberán volver por tercera vez a las urnas para ratificar o rechazar, en un nuevo referendo, el texto constitucional.

Lo cierto, por el momento, es que la transformación profunda que prometió Correa en noviembre de 2006, durante su campaña presidencial, ya está en marcha. Ayer se avanzó un paso importante en un acto genuinamente democrático que ratificó el camino adoptado por el oficialismo. Correa había puesto todas sus fichas en la consulta, amenazando incluso con su renuncia en caso de que triunfara el No. Una contundente mayoría aprobó su continuidad y el presidente pudo proclamar con toda convicción que seguirá hasta el final, “hasta la victoria siempre”.

Por Fernando M. López - Desde la Redacción de APM

APM, Internet, 16-4-07

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