México: semiesclavitud de cañeros en QR; también explotan a mujeres y niños

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País México

Viven como en ''campos de concentración'', afirma la institución; entregará informe a la STPS

La Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo asegura que en los cañaverales del sur del estado se explota mano de obra infantil.

Unos mil jornaleros de Chiapas, Oaxaca y Guerrero que cortan caña de azúcar en el sur de Quintana Roo viven hacinados en condiciones infrahumanas, en 12 galeras que pueden ser comparadas con ''campos de concentración'', denunció hoy el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Gaspar Armando García Torres.

Dijo que personal de la CEDH visitó tres galeras en la ribera del río Hondo -limítrofe con Belice-, donde hay menores de edad, algunos de cinco años, que ya trabajan como cortadores.

La mayoría de los cañeros se trasladan con toda su familia para ganar más dinero.

El ombudsman estatal aclaró que las condiciones en que viven y laboran estos trabajadores del sur del país no son nuevas, pero violan los derechos humanos y deben ser corregidas de inmediato por autoridades federales, estatales y municipales.

''En una galera de mil 250 metros cuadrados habitan 80 familias con menores de edad en condiciones de extremo hacinamiento, privadas de atención sanitaria en todos los casos''.

En la zona cañera hay 12 galeras de distinto tamaño. Son instalaciones que los propietarios de los cañaverales ponen a disposición de los mil cortadores de otras entidades.

Destacó que en las tres galeras visitadas habitan unas 300 familias que subsisten en condiciones ''infrahumanas, peor incluso que los reos del Centro de Readaptación Social de Chetumal'', donde se han detectado condiciones de sobrepoblación y hacinamiento que han sido subsanadas por el gobierno del estado.

En cada galera, según García Torres, hay entre 30 y 40 por ciento de jóvenes y menores de edad. ''Los visitadores obtuvieron testimonios estremecedores de los cortadores de caña. Incluso observaron a un niño de cinco o seis años que hizo un alto en la faena, machete en mano y todo lleno de ceniza'', comentó.

Recordó que el 21 de febrero de este año hubo un escándalo que obligó a la CEDH a intervenir. Ese día unos 16 menores de edad procedentes de Guerrero -entre ellos una niña- fueron contratados para cortar caña en el municipio de Othón P. Blanco, pero el contratista se negó a pagarles y tuvieron que refugiarse en un recinto religioso cercano a la CEDH. Al final el gobierno del estado tuvo que llevar a los jornaleros a sus lugares de origen.

Sobre la rutina diaria de los cortadores, dijo: ''Luego de tomar una tacita de café y algo de pan, inician la jornada a las cinco de la mañana y concluyen a las seis de la tarde.

Y a menores y mayores les pagan 24 pesos por tonelada cortada y acumulada, lista para ser enviada al ingenio San Rafael de Pucté''.

Es frecuente que las mujeres participen en estas extenuantes faenas, con la anuencia de los propietarios de los cañaverales.

Sostuvo que hay algunas zonas donde está prohibido el paso y se presume que hay miembros de la pandilla de origen centroamericano Mara Salvatrucha.

Dijo que la CEDH obtuvo material de primera mano para elaborar un informe que entregará esta semana a la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para que evalúe las condiciones en que laboran los cientos de cortadores de caña. ''Esta no es una recomendación, sino un informe que entregaré al delegado del Trabajo para que lo envíe a la secretaría'', y a autoridades de todos los niveles para que intervengan de inmediato, agregó.

La Jornada, México, 8-6-06

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