Paraguay: “Sin techo” y campesinos protestaron contra el gobierno

Por APM
Idioma Español
País Paraguay

Vivienda, salud y reforma agraria fueron los principales reclamos

En medio de una fuerte represión los manifestantes reclamaron el cumplimiento por parte del Gobierno de un plan de viviendas.

La movilización llevada adelante por la “Central de Organizaciones de los Sin techo”, intentaba llegar hasta la residencia presidencial Mburuvicha Róga, pero fue reprimida por efectivos policiales. Los manifestantes decidieron retroceder y refugiarse a unos 500 metros de Mburuvicha Róga.

La reprecisión por parte de las fuerzas de seguridad fue dirigida hacia los más de 1500 manifestantes, que reclamaban el cumplimiento del "Programa de Regularización contra el Hambre del Territorio Nacional", firmado por el presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos el 25 de septiembre pasado. En esa oportunidad, el Estado pautó el desembolso de 30 mil millones de guaraníes para la compra de tierras.

El programa que incluye la asistencia humanitaria para siete asentamientos precarios, debía ser ejecutado a través de la Secretaría de Acción Social (SAS), pero hasta el momento nada sucedió. Por ese motivo, los manifestantes pidieron la renuncia de la ministra de la Secretaría de Acción Social, Judith Andrasko, y de César Segovia, director de Programas y Proyectos, por incompetentes.

Durante la represión la policía antidisturbios utilizó balas de goma, gases lacrimógenos y golpes; y de acuerdo al testimonio de manifestantes, también hubo balas de plomo. La represión dejó un saldo de 27 heridos, algunos de gravedad, hecho “lamentable pero necesario”, para el comandante de la Policía Nacional, Fidel Isasa, quien alegó en defensa de sus efectivos que fueron los manifestantes quienes incitaron a la represión "porque trataron de sobrepasar el cordón policial”.

Isasa, dijo que había mantenido conversaciones con Blas Vera, dirigente de los “Sin techo”, para que no se manifestaran frente a la residencia presidencial, sino que lo hicieran a una distancia prudente y en forma pacífica.

Asimismo, sostuvo que no recibió órdenes de Duarte Frutos para comenzar la represión, ya que la institución en sí debe actuar dentro del marco de la ley para resguardar el orden.

Otro motivo de protesta, fue la exigencia de construir unas 500 viviendas populares, una parte debe ser donada por el gobierno de Taiwán, otras 1400 viviendas a construir con el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), y de unas 1000 más para un asentamiento campesino.

"Es una guerra que no vale la pena. El presidente después de una semana nos va a decir que votemos por su reelección. Nicanor así esto no se soluciona queremos llegar a un acuerdo y esa es la realidad", declaró Néstor Reyes, perteneciente a los “Sin Techo”.

En tanto, esa no fue la única protesta que debió dirigida hacia el gobierno de Duarte Frutos. Miles de campesinos también marcharon para exigirle salud, educación, pan y trabajo, y para conmemorar 8 años del estallido social conocido como el "Marzo paraguayo", producido entre el 23 y 28 de marzo de 1999, en defensa de la libertad de expresión y la democracia. El asesinato, el 23 de marzo de 1999, del vicepresidente Luís María Argaña, desencadenó la protesta.

"La realidad de nuestro pueblo es que un pequeño grupo concentra toda la tierra, tiene salud, educación y empleo, pero la mayoría carece de todo", denunció Odilón Espínola, secretario general de la Federación Nacional Campesina (FNC).

Por su parte, Porfiria Quintana, una de las manifestantes del asentamiento Huber Duré, departamento de Canindeyú, dijo que el acceso al sistema de salud y agua potable constituyen las promesas incumplidas del Estado. “Este Gobierno dijo que iba dar solución a la gente de su país pero nunca cumplió. El pasado 27 de setiembre, fue la última vez que se comprometieron a muchas cosas pero una vez más mintieron”, señaló.

La decimocuarta jornada de protesta de la FNC contra el gobierno, pidió mayor participación al sector campesino en las decisiones políticas del país y una reforma agraria. Además, rechazó el electoralismo, que aseguran, no da solución a los problemas del pueblo paraguayo.

Los campesinos consideran que el electoralismo, lejos de ser un modelo de participación, es una forma de manipulación de los sectores políticos que tienen muchos años en el poder.

Con la movilización, buscaron instalar en la sociedad el debate sobre las consecuencias que trae el “excesivo electoralismo” al que someten sin exclusiones todos los partidos políticos, oficialistas como opositores, olvidando cuestiones primarias como la seguridad ciudadana y jurídica, la situación de crisis económica y la mediocridad en el tratamiento de la salud pública.

APM, Internet, 27-3-07

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