Perú: el TLC está preparado para que se realicen experimentos de carácter secreto con seres humanos
"Ni siquiera un juez peruano podrá obtener información", denunció el Dr. Uriel García
El doctor Uriel García, ex Ministro de Salud del gobierno del arquitecto Fernando Belaunde, DENUNCIÓ que en el TLC está estipulado que las empresas farmacéuticas estadounidenses podrán realizar experimentos con seres humanos, los mismos que tendrán carácter SECRETO. Así como lo lee. Ni siquiera un juez peruano podrá obtener información. "Convoco a la prensa nacional, inclusive a la prensa internacional a investigar el caso", declaró el galeno al término de una conferencia de prensa.
El doctor García declaró así a Perú al Día:
La experimentación en humanos, de determinados productos, cada vez se va haciendo más y más numerosa, debido a que la biomedicina moderna está obviamente empeñada en que los productos de una investigación den resultados. Ya que se ha descubierto y decodificado la molécula de ADN, que produce ciertos elementos para que el organismo funcione de una manera "adecuada", entonces las grandes líneas de la investigación biomédica, tanto en las universidades como en las grandes industrias farmacéuticas, se comportan como la industria petrolera. Hay consorcios de inversionistas que ponen su capital, arriesgan millones, y contratan a los mejores científicos del mundo para buscar petróleo, oro, y en este caso, medicamentos. Cada vez se necesita obviamente investigadores que utilicen como conejillos de indias a humanos de todas las edades.
Para eso en los países desarrollados hay un cuerpo de legislación. Ustedes, los periodistas, veo que no dicen nada en el caso del Perú. En los países desarrollados se necesitan tres instancias. Una donde un jurado en el que ?OJO? nadie de los miembros de ese jurado tenga conflicto de intereses, ni siquiera el decano del Colegio Médico. Se tiene que averiguar que nadie de esos que juzga estos experimentos tenga conflicto de intereses (compromisos con laboratorios, industrias, etc.).
Segundo, tiene que haber otra instancia donde esté representada la sociedad. Es decir, en el caso del Perú, Indecopi, Defensoría del Pueblo, sociedades de protección del consumidor, representantes de los usuarios del sistema, etc., que tienen que opinar sobre el protocolo (el experimento).
El tercero, es nivel de gran magnitud, organismos como la fiscalía respectiva, los organismos como el Ministerio de Salud, etc., tengan que dar su veredicto final para que ese experimento se realice. ¡Eso no se está haciendo en este país!
Entonces, independientemente de que eso de los transgénicos tenga o no tenga valor científico, hay otra cosa más grave, que todavía tampoco ve el periodismo. Y eso sí, invoco al periodismo internacional inclusive. Resulta que los pormenores de ese experimento, es decir, los resultados del protocolo, y todas las implicancias técnicas (supongamos que haya un grupo de estos niñitos que reciba sólo placebo (por ejemplo una pastilla de almidón sin efectos), y cómo evoluciona el niño con ese placebo.
Los padres de ese niño, ¿saben que eso puede ocurrir? (o sea, que no reciba ningún tratamiento). Los resultados de eso son secreto, absolutamente nadie, ni siquiera el juez peruano puede obtener información, porque en el TLC está perfectamente estipulado que ¡ESO ES SECRETO!, y ese secreto no está resguardado por la Organización Mundial de la Salud, ¡NO! Está resguardado por la Organización Mundial del Comercio!
Es decir, la implicancia de ese experimento ?y los resultados de ese experimento? son los mismos que si yo hubiera inventado un dispositivo bonito de un carburador, la válvula aquí, el tornillito por allá, para que eso sea un secreto. Pero no, SE TRATA DE VIDAS HUMANAS.
Con cierto desconsuelo todo el mundo se abraza, se preguntan si serán buenos o malos los transgénicos, discuten. Lo básico es saber si se han seguido los pasos (éticos y legales) de este experimento o de otros.
Hace años denuncié en Caretas sobre un experimento que había realizado la Merck Sharp & Dohme, pregunté los permisos, y no me supieron contestar.
Perú al Día considera este caso un asunto muy grave, que debe ser investigado. No es posible que se juegue con la salud de los seres humanos, y mucho menos, con engaños, para favorecer a intereses millonarios. El comercio regula las actividades relacionadas a bienes y servicios, como debería ser en un tratado de libre comercio. ¡La vida humana no tiene por qué sujetarse a transacciones comerciales, sino a políticas de protección reguladas por organismos de salud y de derechos humanos!
En la era de los medicamentos tipo antibiótico, antiinflamatorio y productos por el estilo, dada la composición molecular y los conocimientos limitados que se tenían, era posible comparar la experimentación animal y deducir su aplicación en humanos, y estos experimentos duraban años y hasta décadas, y finalmente los productos resultaban exitosos o no aptos para el hombre, por sus efectos colaterales indeseables, lo cual podía acarrear pérdidas millonarias.
Ahora llegó la era del ADN y de la experimentación de los productos target y transgénicos, y la investigación toma otras características. Y en estos casos la investigación es mucho más precisa. Target (blanco) como su nombre lo indica, no abarca nada grosso modo, sino que es como un tiro al blanco.
El campo de la investigación con transgénicos (que involucra manipulación de ADN humano, animal y vegetal) ha llegado a un punto en que necesariamente se tiene que probar en SERES HUMANOS, porque debido a la sutileza de las diferencias enzimáticas, moleculares, proteicas, etc., no hay manera de transpolar y comparar los resultados en animales con los resultados en humanos. Así las cosas, las grandes transnacionales están ávidas y hambrientas de encontrar VIDAS HUMANAS con las que puedan experimentar.
La mayoría de estas transnacionales son estadounidenses y europeas, y como en sus países sólo les está permitida la experimentación en humanos en forma demasiado restringida, han buscado un MERCADER DE VIDAS, que con el TLC, les ofrezca inclusive la vida de los niños.
Así pues, no debe llamarnos la atención el interés de los Estados Unidos en que se firmen esta clase de tratados con países como el nuestro, donde pueden encontrar un presidente y políticos que se presten a estos negociados.