Por el control de sus tierras. Dirigentes aborígenes de 13 países lanzan una campaña

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Tras el reconocimiento de sus derechos por la ONU, los pueblos originarios reunidos en Bolivia piden el control sobre sus territorios

Los dirigentes de un millar de pueblos indígenas de 12 países de América más Nueva Zelanda celebraron en Tiwanaku, cerca de La Paz, el reconocimiento de Naciones Unidas de su derecho de libre autodeterminación, de autogobierno y del uso de sus territorios. La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada el pasado septiembre, fue celebrada con una ceremonia religiosa y una colorida fiesta a la que asistieron el presidente Evo Morales y la Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú.

La ceremonia ha sido el punto de partida de la campaña indígena para que los gobiernos de todo el mundo incorporen a su legislación la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. El texto, aparte de la autodeterminación, el autogobierno y el uso exclusivo de los indígenas de sus tierras y territorios, reconoce el derecho a elaborar las estrategias para el desarrollo de sus recursos naturales.

“Es un derecho que reafirma el principio de consentimiento”, es decir, que los pueblos pueden decidir si quieren o no dar un uso determinado a sus tierras y territorios, a las riquezas que están sobre o debajo del suelo, explica la quechua ecuatoriana Miriam Masaquiza, de la Secretaría del Foro de las Cuestiones Indígenas de la ONU.

Masaquiza dio como ejemplo el caso de los indígenas ecuatorianos de Sarayaku, que se niegan a autorizar la explotación de petróleo en sus tierras tras la experiencia de los shuar, que se quedaron sin el petróleo, sin agua, sin posibilidades de desarrollo y con sus tierras contaminadas. “No desean ese futuro”, dijo Masaquiza, que asiste a la reunión internacional que culminará el viernes en Chapare, cuartel general del presidente Evo Morales, indígena aymara.

Durante la reunión de los pueblos indígenas en la capital boliviana se analizó la posibilidad de exigir que se redibujaran las fronteras de América para que las naciones indígenas recuperaran los territorios como eran antes de la colonización. No obstante, tras un arduo debate, los delegados acabaron por aceptar la división territorial actual de los países americanos. A cambio, exigen el control total de sus actuales territorios.

Morales anunció que el Congreso boliviano será el primero en ratificar la declaración de la ONU e instó a los delegados indígenas a “comenzar una nueva lucha” para que este documento sea “aplicado por todos los Estados” del mundo. Rigoberta Menchú destacó en Tiwanaku que la declaración ha sido posible después de una lucha de 25 años en los que algunos Estados, muchos de ellos latinoamericanos, no querían reconocer la existencia de pueblos originarios. “Aún hoy varios países objetan conceptos como ‘pueblos indígenas’ y ‘libre determinación’”, señaló la premio Nobel guatemalteca.

“Esta declaración hay que extenderla entre nuestros pueblos”, agregó Menchú, y subrayó que “si nosotros no tenemos identidad y si no fortalecemos nuestros idiomas, por más que haya declaraciones universales no se aplicarán en la práctica.” El siguiente paso, tras la incorporación de la declaración en las leyes nacionales, “es la lucha por una convención de los derechos de los pueblos indígenas de la ONU”, finalizó Menchú. Masaquiza mencionó la importancia de iniciar un proceso que culmine con una Cumbre Mundial de Pueblos Indígenas que señale un plan de políticas y proyectos sociales para los 400 millones de indígenas.

Menchú y otros oradores coincidieron en destacar el papel que jugó el presidente de Bolivia, “como el único indígena que se sienta en la silla de los jefes de Estado” para que otras naciones apoyen la declaración de la ONU, que sólo fue votada en contra por Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Los pueblos quechuas, mayoritariamente, y los aymaras de Bolivia, Ecuador, Chile, Perú y el norte de Argentina son los que tienen la mayor representación en la reunión internacional, convocada por el gobierno de Bolivia. También un buen número de pueblos de Brasil llegaron a La Paz, junto a algunos representantes de naciones indígenas de Alaska y Oceanía.

Los guatemaltecos, presididos por Rigoberta Menchú, participan activamente en la tarea de promover la aplicación de los derechos indígenas tanto entre los pueblos como entre los países latinoamericanos que tienen segmentos importantes de pueblos originarios.

“Bolivia es el centro de los pueblos indígenas y ya sabemos que aquí está la fuerza’, dijo una de las representantes del pueblo comanche, que expresó que las 550 tribus en Estados Unidos están “cobrando fuerza en sus corazones para volver y luchar hasta que nuestro gobierno reconozca los derechos del 3 por ciento de la población.”

Por Mabel Azcui desde La Paz De El País de Madrid. Especial para Página/12

Página/12, Argentina, 13-10-07

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