Biocombustibles: crimen contra el planeta y el estómago de los pobres

Idioma Español

"Como queda claro que ni sembrando todo lo que queda en los EE.UU. va a satisfacer su exagerado consumo, siempre creciente, había que acudirse a los países del Tercer Mundo para provocar su interés en la nueva campaña. De esta forma, decorada la pretendida ambientalidad del producto más la gigantesca y ascendente demanda, se abriría paso a una nueva era productiva "progresista" de negocios entre ricos y pobres"

Gustavo Portocarrero Valda (Bolivia)

I. Introducción

II. Reacciones

III. Panorama sobre la estrategia del sistema dominante

IV. La verdad sobre la crisis energética del mundo industrializado

V. Consecuencias económico-sociales de la imposición

VI. Consecuencias ambientales de la imposición

VII. Consecuencia final.

I. Introducción

A fines de marzo de 2007, el Presidente George W. Busch, en su calidad de líder de la potencia industrial capitalista más grande del mundo, anunció pública y oficialmente su respaldo a la producción del etanol como un medio de aliviar el consumo de energía vehicular. Luego de sus acuerdos con el Presidente de Brasil Ignacio Lula Da Silva, dio luz verde al arranque de la producción –al por mayor astronómico— del denominado “biocombustible (aunque su nombre adecuado es: agro-combustible)

La medida fue adornada como un medio "ecológico" de proteger al medioambiente, dado que el etanol no produce anhidrido carbónico (CO2) en su combustión y, consecuentemente, no contamina el espacio aéreo.

Pocos días antes, el influyente diario The New Tork Times criticó por adelantado aquél arranque político-publicitario (que aún no se había producido) Expresó su desacuerdo al aumento, sin precedentes, en el cultivo de maíz en los Estados Unidos para producir etanol, porque su resultado apenas sustituiría una pequeña fracción del petróleo que consume el país.

Ante la seriedad y seguridad de las declaraciones presidenciales, los productores agrícolas de los EE.UU. se sintieron más estimulados para la producir mucho más maíz por los excelentes precios que ascienden en la demanda. Se suma a ello la existencia de otros estímulos gubernamentales (autorizaciones sobre otras tierras, subsidios a la producción, estímulos impositivos, créditos y cualquier otra forma de ayuda) No pareció interesarles que se rompa el balance agrícola de la nación, con una súbita baja de las áreas de soya o algodón, entre otras, ni el serio riesgo de usarse tierras de protección ambiental.

Como queda claro que ni sembrando todo lo que queda en los EE.UU. va a satisfacer su exagerado consumo, siempre creciente, había que acudirse a los países del Tercer Mundo para provocar su interés en la nueva campaña. De esta forma, decorada la pretendida ambientalidad del producto más la gigantesca y ascendente demanda, se abriría paso a una nueva era productiva "progresista" de negocios entre ricos y pobres.

Salta a la vista la irracionalidad de que sean los frutos de la agricultura los que generen energía, en vez de que ésta sea captada del mundo mineral inorgánico y otras fuerzas físicas que ofrece la naturaleza

Para tranquilizar a quienes se oponen a los biocombustibles y brindar una estela futura de consuelo y de esperanza verde, ahora nos hacen creer –y prometen-- que va a aparecer una segunda generación de éstos, pero obtenidos de la paja, hierba, residuos de madera, e incluso basura. Sólo faltaba --y no es burla, ironía ni falta de respeto al lector-- que los ofrezcan también de los residuos del cuerpo para que los colectores de las alcantarillas no contaminen las aguas exteriores. Esa posibilidad, técnicamente existe.

Mientras esperamos sentados que aquellas frases de consuelo se hagan realidad --si es que llegan a hacerse realidad-- los efectos dañinos de la primera generación ya le habrán hecho su daño al planeta, situación que no ha sido pensada. Sin embargo se parece a la frase del médico a su paciente: - El veneno que ingieres, aunque sea dañoso a otras partes de tu organismo, alivia tu dolencia. Ten paciencia que ya inventaremos otro mejor.

La determinación tomada por el Presidente de los EE.UU. no es un acto independiente de gobierno ni su propia decisión. La racionalidad indica que aquello es mandato de quienes negocian con el petróleo, porque se han dado cuenta que aún obtendrán más ganancias en la mezcla de su gasolina con el flamante etanol.

Las medidas que se han adoptado son visiblemente estratégicas y económicas. Son estratégicas porque les conviene reducir la dependencia en las importaciones del crudo; son económicas, porque existe una jugosa rentabilidad en aquellos negocios mezcladores.

De este modo --ya alguien lo dijo-- se produce un curioso enlace matrimonial entre petróleo y agricultura.

 

II. Reacciones

No se hicieron esperar las reacciones contra el anuncio y su adorno ecológico.

Los profesores C. Ford Runge y Benjamin Senauer, catedráticos de la Universidad McKnight de Minnesota, USA, casi de inmediato, hicieron circular sus críticas en largo viaje por el mundo. Vayamos a un extracto de su contenido:

- Llenar con etanol puro un tanque de vehículo con 25 galones de capacidad, demanda más de 450 libras de maíz; con esa cantidad se puede alimentar de calorías a una persona durante un año. ¿De dónde saldrá la inmensísima cantidad que se precisa?

- Se está provocando el desmonte y quema de inmensas áreas de selva tropical en el Asia Sudoriental; en especial para obtener palmas de aceite y producir biogasoil y otros insumos para los llamados biocombustiles.

- Los precios del maíz y otros vegetales pro etanol han elevado el costo alimentario usamericano y provocado efectos en las industrias ganaderas y avícolas porque cayeron sus ingresos. Muchos productores no podrán competir con las plantas de etanol y quedarán fuera del negocio. Los productos derivados del maíz (pop corn, corn flakes, chips, syrup y otros infinitos) sufren y aún sufrirán el impacto.

- Si por algún motivo, por ejemplo: recesión en la economía mundial, bajan los precios del petróleo, los precios del etanol se irán al suelo con el consiguiente desajuste de sus fuentes productivas.

- Ya se está considerando la producción de etanol de yuca, alimento básico de la población del Africa subsahariana que tiene más de 200 millones de habitantes pobres. Provocará consecuencias sociales.

- El maíz y la soya son cultivos en hilera que contribuyen a la erosión del suelo y a la contaminación del agua. Requieren grandes cantidades de fertilizantes, pesticidas y combustible para la plantación, cosecha y secado. Constituyen la causa fundamental del derrame de nitrógeno –la peligrosa fuga de nitrógeno de los campos- cuando llueve.

- En los Estados Unidos, el maíz y la soya se cosechan generalmente como cultivos de rotación porque la soya le agrega nitrógeno al suelo que el maíz necesita para crecer. Pero como el maíz desplaza cada vez más a la soya como fuente principal de etanol, se cultivará sólo éste, lo que a la vez requerirá aumentos sustanciales de fertilizantes nitrogenados y agravará el problema de la pérdida de nitrógeno.

Ángel Rodríguez Álvarez, desde España y en el mismo día, brinda otras luces bajo el título: Etanol contra alimentos...:

Se sabe, por ejemplo, que una tonelada de maíz puede llegar a producir 413 litros de etanol, equivalentes a unos 109 galones de ese combustible. Para hacer más integral y comprensible el resultado, añádase que con esa cantidad un moderno automóvil norteamericano puede recorrer alrededor de dos mil 800 kilómetros. La ecuación entonces no puede ser más sencilla: una tonelada de maíz se convierte en un recorrido en auto de dos mil 800 kilómetros, que estimados conservadores pueden establecer como promedio mensual de los cerca de 150 millones de autos existentes en Estados Unidos.

Con toda lógica el Presidente cubano lanzó inquietantes interrogantes. "¿Dónde y quienes - ha dicho - van a suministrar los más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de etanol que las grandes empresas norteamericanas y de otros países exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones?

¿Dónde y quiénes van a producir la soya, las semillas de girasol y colza, cuyos aceites esenciales esos mismos países ricos van a convertir en combustible?"

"Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor; présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático." (AIN, Rebelión, 8-IV-07)

Hedelberto López Blanch --que enfoca relacionando el problema con las metas de las Naciones Unidas— publica: Etanol, tiro de gracia a las Metas del Milenio. Se extracta lo más destacado:

- La producción a gran escala de etanol dará el tiro de gracia a las Metas del Milenio de las Naciones Unidas, que pretenden disminuir a la mitad el número de personas que padecen hambre en el mundo para el año 2015.

- Poderosas compañías transnacionales como Monsanto, Nestle, Cargill y otras, ya han expresado que incrementarán la obtención de terrenos en las naciones en desarrollo para dedicarlas a la producción de biocombustibles. Las futuras inversiones en esas áreas quedarán bajo su control y contarán con mano de obra barata para incrementar sus dividendos.

- El Movimiento Mundial por los Bosques, (WRM] añadió que si el proyecto se lleva a nivel mundial, la mayor parte de la superficie cultivable del planeta, más enormes consumos de agua potable y generación de electricidad) se dedicará a producir alimentos para autos y no para las personas.

- Resulta sintomático que hasta un organismo propulsor de medidas neoliberales y de privatización como el Fondo Monetario Internacional (FMI) se encuentre ligeramente preocupado por éste tema.

- El etanol hará circular por las carreteras y avenidas de los países industrializados a miles de modernos autos. Simultáneamente será culpable también de la muerte por hambre de millones de seres en el mundo en desarrollo.

( Rebelión, 19-V-07)

Para el periodista inglés George Monbiot la solución es letal y el tema no es de buenas intenciones que resulten erróneas, porque se trata simplemente de un fraude. Los impulsores saben que el remedio es peor que el daño, pero persisten en su propósito y a ambos lados del Atlántico dicen que están “descarbonizando” las redes del transporte. Sólo en teoría los combustibles producidos a partir de plantas, pueden reducir la cantidad de dióxido de carbono emitido por los coches y los camiones.

Monbiot no duda que los biocombustibles son más dañinos para el Planeta que el petróleo. Cita un informe de la consultora holandesa Delft Hydraulics la cual muestra que por cada tonelada de combustible obtenido de la palma de aceite se producen 33 toneladas de emisiones de CO2, o lo que es lo mismo, diez veces mas que las producidas por el petróleo. Textualmente insiste en el tema

Siento la necesidad de repetirlo: el biocombustible producido de la palma de aceite contribuye DIEZ VECES MÁS al calentamiento global que el diesel ordinario.

Las NNUU acaban de publicar un informe en el que dice que para el año 2022 el 98% de las selvas de Indonesia [done se destruyen selvas para plantar aquello] habrán sido degradadas o desaparecido completamente. Hace cinco años las mismas agencias predijeron que esto no ocurriría hasta el 2032.

Finalmente, Monbiot repara en una situación probable que ha hecho notar a tiempo el Departamento de Agricultura de los EE.UU.: “Si tenemos una sequía o una mala cosecha, tendremos una situación tan volátil como la de los años 70, y aunque no ocurra este mismo año, nuestras reservas continuaran siendo bajas el año que viene.” ( Rebelión, 16-IV-07)

Bajo el título de: Riesgos del etanol para la salud, el más importante medio de Inglaterra BBC News, comenta a un equipo de científicos de la Universidad de Stanford, California, que publica la revista Ciencia y Tecnología Ambiental. Según los científicos, si todos los vehículos que transitan en Estados Unidos utilizaran este biocombustible, aumentaría el número de enfermedades respiratorias.

Los investigadores desarrollaron un modelo de computadora para simular la calidad del aire en 2020, cuando se piensa que los autos de etanol estarán ampliamente disponibles en ese país. Los resultados de la proyección revelaron un posible incremento en los niveles de ozono en las zonas donde todos los vehículos usen etanol. Y el problema ya se está viendo hoy en día en ciudades donde el uso de etanol se ha incrementado en años recientes, como dijo a BBC Ciencia el doctor Héctor García Lozada, experto en Ingeniería Ambiental y Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia. "En Bogotá, desde que se inició hace un año el uso de alcohol carburante (o etanol) en la gasolina, se han incrementado dramáticamente los niveles de ozono en el aire", afirma. "Y en una atmósfera en la que coexistan problemas de material particulado y ozono, se potencializa el riesgo para la salud", señala el investigador.

"El ozono es una sustancia de un poder oxidante muy alto", afirma el doctor García Lozada. "Por esa razón reacciona con las mucosas nasales y del tracto respiratorio y provoca inflamación y reforzado con la presencia de partículas tóxicas en el aire el problema se agrava sustancialmente", agrega el experto. "Y revisando la literatura sobre este tema he encontrado que no solamente es el problema del ozono". "Sino también, cuando se quema el alcohol con la gasolina se pueden producir aldehídos y en éstos hay acetaldehídos, que son compuestos reconocidos como cancerígenos", señala.

Aunque en la investigación estadounidense el etanol redujo los niveles de dos carcinógenos atmosféricos, los niveles de otros agentes cancerígenos aumentaron. Es por eso, señala el estudio, que los cánceres asociados al etanol podrían ser los mismos que los que causan los gases que despide la gasolina convencional. ( Rebelión, 24-IV-07)

Valga destacar de nuevo al doctor García Lozada en cuanto sostiene que a la hora de tomar las decisiones se imponen los intereses políticos y económicos frente a los esquemas energéticos. Así sucedió en el siglo pasado con el problema del uso del etanol frente al plomo como antidetonante de la gasolina. Hubo de imponerse el plomo hasta que se demostraron sus efectos tóxicos y venenosos.

Ecorportal.net (29-IV-07) sostiene que el biodiesel de colza podría producir más efecto invernadero que el diesel derivado del petróleo. Oigamos su comentario sobre un estudio científico:

Mientras que el 85% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el caso del diesel derivado del petróleo se producen cuando es quemado en el motor, dos tercios de las emisiones del biodiesel de colza se producen durante su cultivo, cuando las plantas emiten óxido nitroso (N2O), cuyo efecto invernadero es de 200 o 300 veces el del CO2.

Si las conclusiones de este estudio son ciertas, se echaría por tierra el principal argumento político que se utiliza para el fomento de los biocarburantes en la UE, [Unión Europea] donde la producción principal es precisamente biodiesel de colza.

Para Edmundo Fayanás Escuer el caso es más problema que solución. Su crítica ataca desde distintos frentes.

Desde el ángulo medioambiental de las Naciones Unidas:

En este debate ha intervenido la ONU, organismo nada sospechoso, con un informe demoledor contra el etanol. Veamos algunos apartados de dicho informe.

“Las prisas por producir ingentes cantidades de energía de maíz, la caña de azúcar, la soja o la palma acelerarán la deforestación mundial, provocarán hambrunas, expulsarán a los pequeños agricultores de sus tierras y harán más pobres las regiones del planeta que ya lo son”.

Las grandes extensiones de tierras, que se requieren para aumentar la producción de bioenergía, serán arrebatados a las áreas forestales, lo que producirá una liberación de grandes cantidades de carbono del suelo o de la biomasa forestal.

Desde el ángulo de la agricultura:

Podemos comprobar que con la actual producción de cereales y oleaginosas y descontado lo necesario para la alimentación humana, sólo llegamos a cubrir el 2% de las actuales necesidades energéticas mundiales. La explotación de la agricultura para obtener energía está desajustando los cultivos en las que está basada la alimentación de muchos países y produce un aumento de sus precios, lo que origina problemas de abastecimiento.

El modelo agrícola industrializado no es rentable desde un punto de vista energético y ecológico. Se inicia una nueva escalada agrícola que agrava el problema energético y amenaza con grandes hambrunas a cientos de millones de seres humanos.

Desde el ángulo ecológico:

No es cierto que los biocombustibles no contaminen. El etanol produce menos emisiones de carbono, pero el proceso de obtención contamina el suelo y el agua con nitratos, herbicidas, pesticidas y deshechos y el aire con aldehidos y alcoholes que son cancerigenos. El supuesto de un combustible “verde y limpio” es una mentira

La Oficina Belga de Asuntos Científicos demuestra que los biocombustibles provocan más problemas de salud y de medio ambiente porque crea una polución más pulverizada y libera más contaminantes que destruye la capa de ozono

Desde el ángulo de la crisis del agua:

El autor da la respuesta lógica, y --aunque no lo dice-- la conclusión que fluye de su texto, no admite dudas: a mayor agricultura, mayor consumo de agua.

Todo el mundo sabe que el agua es uno de los grandes problemas con los que nos enfrentamos. La expansión de los biocombustibles hará aumentar exponencialmente el uso del agua, lo cual agravará mucho la situación. Asímismo al aumentar el uso de los pesticidas, hará que aumente su nivel de contaminación. Por ejemplo vemos como el maíz requiere grandes cantidades de nitrógeno químico como fertilizante y que es uno de los mayores responsables de la contaminación del agua y del suelo.

Desde el ángulo social de la salud:

Como ya estamos viendo, los problemas de salud que nos generará el etanol son muy importantes. Los científicos nos dicen que si todos los coches de Estados Unidos utilizarán el etanol, aumentaría de forma muy importante las enfermedades de tipo respiratorio.

Veamos un ejemplo, en la ciudad de Bogotá, desde hace más de un año se usa el etanol en la gasolina y se han incrementado dramáticamente los niveles de ozono en el aire.

Una mayor cantidad de ozono, que es una sustancia altamente oxidante de las vías respiratorias debido a que el otro ingrediente (óxidos de nitrógeno, hace que se produzca en mayor cantidad cuando hay más oxigeno. En una atmósfera en la que coexisten material particulado y ozono, se potencia el riesgo para la salud. Por esa razón las mucosas nasales reaccionan dificultando la respiración y provocando la inflamación de las mucosas que se refuerza por la presencia de partículas tóxicas en el aire.

Desde el ángulo de negocios y política:

Los grandes beneficiarios de esta expansión de los biocombustibles serán las grandes multinacionales del grano, Cargill, ADM, Burges, las petroleras BP, Shell, Chevron…., las compañías automovilísticas, General Motors, Ford, Wolkwagen, Toyota..., las multinacionales de la biotecnología Monsanto, DuPont….

La industria de la biotecnología intenta mejorar su imagen desarrollando semillas transgénicas la producción de energía. La biotecnología será usada para limpiar su imagen, diciendo que favorecerá el desarrollo del etanol y que no atenta a la salud humana.

Como dice The Economist, el etanol es la única iniciativa de energía alternativa que tiene amplio apoyo político.

A los agricultores les agrada esto porque proporciona una nueva fuente de subsidios. A los partidarios de la línea dura porque posibilita que estados Unidos pueda separarse del petróleo de Oriente Medio. A la industria de los coches porque considera que el cambio a combustibles verdes excluiría a los coches de las presiones por el calentamiento global. A las petroleras porque el uso del etanol como aditivo al combustible significa negocio y a los políticos porque mediante el subsidio puede favorecer a sus electores potenciales.

( CYEMH.org, 31-V-07 y Rebelión, 30-V-07)

Dominique Guillet, de Francia, es aún más cáustico: “¡A poner sangre en los motores!...”

El término “bio” significa “vida”. Resulta muy difícil descubrir que hace que los combustibles vegetales lo merezcan. Estos combustibles no son “bio”, derivan de plantas cultivadas con toda la pesada artillería de insumos agroquímicos y pesticidas. Los términos “biodiesel”, “bioetanol” y “biocombustibles” han llegado al lenguaje común en tiempo record, a causa de un enorme martilleo publicitario y mediático.

Deberíamos hablar más bien de “necro-combustibles”, “necroetanol” y “necrodiesel”. Necro significa muerte y solo este prefijo puede calificar los aspectos técnicos, ecológicos y humanos de esta farsa siniestra.

Los combustibles vegetales no son verdes, sino más bien rojos, color sangre. Van a acrecentar la inmensa tragedia de la desnutrición, de las muertes por hambre, de la miseria social, del desplazamiento poblacional, de la deforestación, de la erosión de los suelos, de la desertificación, de las penurias por el agua, etc.

En la muestra de Agricultura de 2007, una parte del salón de exposiciones se transformó en el salón del automóvil. Todos estaban allí, Peugeot, Ford, Renault, etc. Adornados con grandes planetas que colgaban del techo y florcitas pintadas en las puertas. Emocionante: gritan claro y fuerte que con el etanol y el aceite de colza salvarán al planeta.

Han lanzado enormes slogans: biodiesel, biocombustibles, oro verde, carburantes verdes “el combustible que ve la vida en verde”... La edición especial de Ford en los Cuadernos del Automóvil titula: “Bio” - combustibles, Bio con letras de 7 cm. de altura y combustibles con apenas 1,5 cm.: grandes trampas de la semántica para adormecer a la gente.

El negativo balance del etanol

Fue en Iowa (Goldfield y Nevada) donde fuimos a filmar las fábricas de producción de etanol, donde obtuvimos cifras precisas en lo referente al balance energético de este combustible vegetal. Conozcan junto a nosotros este desastre.

La fábrica de Goldfield transforma anualmente 450 mil T. de Maíz para producir 90 millones de litros de etanol pero para lograrlo quema diariamente 300 t. de carbón (que llega en camiones desde muy lejos) y arroja por lo tanto CO2 a la atmósfera, haciendo toser a los ecologistas. Sobre todo si consideramos el establecimiento de 200 centrales de este tipo como se perfila en los EEUU. El carbón no es muy limpio pero el gas es demasiado caro, por lo tanto algunos piensan hacer funcionar estas centrales de producción de etanol con leña. Además de quemarse por la sequía los bosques de los EEUU se quemarán en las fábricas de etanol, aunque el problema que se mantiene es que los bosques que se queman se hallan ubicados a miles de kilómetros.

Intentaremos realizar un balance (provisorio) de la central de Goldfield en Iowa. Para producir un litro de etanol es necesario transformar 2,37 kilos de maíz, quemar 500 gr. de carbón y utilizar 4 litros de agua.

El autor menciona una cuenta oculta, que habrá de ser pagada:

- Los agrocombustibles van a acelerar la destrucción de los ecosistemas al desparramar aún mayor cantidad de insecticidas y de pesticidas en los suelos, en la atmósfera y en el agua.

- Un litro de etanol genera una erosión de entre 15 y 25 Kg. de suelo: significando, entiéndase bien, su pura y simple desaparición.

-Y ¿que pasa con el agua? Es el ramillete final. Son necesarios, según las regiones entre 500 y 1500 litros de agua para producir un kilo de maíz, lo que significa que un litro de etanol extraído del maíz requiere la utilización de entre 1200 y 360 litros de agua.

La FAO, en la Jornada Mundial del agua de 2007, lanzó su grito de alerta: Recordemos igualmente que la agricultura consume el 90% del agua dulce del mundo.

El etanol de la vergüenza.

...El presidente Da Silva habla de una “revolución energética”. Algunas organizaciones en cambio hablan de catástrofe humanitaria y de esclavización: alrededor de 200 mil inmigrantes cortan la caña de azúcar con machetes, durante 12 horas por día con temperaturas tórridas y salarios miserables. Por la noche duermen en sórdidas barracas muriendo permanentemente de calor y de agotamiento. Esos son los efectos colaterales de la fiebre del oro verde.

En Asia la cotización del petróleo verde vira hacia la catástrofe. Según los Amigos de la Tierra “En Indonesia, por ejemplo, el gobierno prevé destruir 16,5 millones de hectáreas de selva tropical con el objeto de plantar palmas aceiteras. En Malasia serán 6 los millones de hectáreas. En Sumatra y Borneo, ya han sido convertidas en plantaciones de palmas aceiteras unos 4 millones de hectáreas. Hasta el famoso Parque Nacional Tanjung Puting en el Kalimantan, está en la mira de estos cultivadores. Ya han sido expulsados de sus tierras miles de habitantes de la región y 500 indonesios han sido torturados por intentar resistirse. Toda la región está en camino de transformarse en un inmenso campo de “petróleo” vegetal. O sea de “diesel vegetal” para el mercado europeo.

( CYEMH, 30-V-07 y Ecoportal)

Sirva el texto para desmentir a los optimistas promotores locales de cualquier país, en cuanto afirman que el etanol aumentará los empleos por miles. Si por aumento de empleos se va a entender el aumento de las tristes condiciones de trabajo y vida que imperan en la agricultura del Tercer Mundo ( braceros bolivianos, espaldas mojadas de México y otros bajo cualquier denominación, trabajo esclavo de niños y mujeres) no hay problema. Sin embargo la verdad es que se incrementará la explotación laboral y la vida de trabajo de sol a sol, sin condiciones de salud ni educación, a lo cual se sumarán otras facetas indignas para el ser humano.

Pero hay algo en lo que tampoco se ha pensado, y es que los problemas técnicos del etanol y otros biocombustibles se irán gradualmente desnudando.

Antoine Halff, analista financiero de la Federación Insular de Mercados del Agricultor, ( Telesur, 10-VI-07) nos dice que:

...entre los problemas que también se han presentado, los expertos citan particularmente los efectos secundarios por el uso de este carburante, al considerar que el etanol ataca directamente el metal de los oleoductos.

Y siguen apareciendo otros problemas. Esta vez se destaca que investigaciones realizadas en la Universidad de Hong Kong:

...requiere de grandes extensiones de tierra para su cultivo, lo que implica el uso adicional de suelos destinados a actividades agrícolas; su producción es mucho más cara que la del diesel convencional fósil; genera como producto adicional la glicerina, cuya purificación a grado técnico sólo es viable para grandes producciones.

Provoca problemas de fluidez a temperaturas menores a los cero grados; su período máximo de almacenamiento es inferior a seis meses; es incompatible con una serie de plásticos y derivados del caucho natural, por lo que su utilización demandaría la sustitución de algunos componentes del motor, como mangueras, juntas, sellos, diafragmas, partes de filtros y similares; a bajas temperaturas puede iniciar un proceso de solidificación y formar cristales que pueden obstruir los conductos del combustible.

( El Diario, La Paz, 23-V-07)

III. Panorama sobre la estrategia del sistema dominante

 

Los orígenes recónditos de la crisis energética que sufre el Primer Mundo son permanente y deliberadamente ignorados por quienes tienen la economía en sus manos y por los gobiernos. Pretenden que, tratándose de países ricos, lo que importa para ellos es conocer la solución y no el origen, no obstante de que en sus causas se encuentran el problema y la solución.

Por rehusarse a examinar sus causas --lo que equivale a dominar el problema-- ensayan soluciones de toda naturaleza, pero tampoco tienen interés en ir más adelante. El negocio del carbón y petróleo es el que más les conviene, así sea el mas dañino al medioambiente.

Su política actual de mezclar petróleo con etanol muestra una doble moral. Primero, desean seguir consumiendo los combustibles fósiles indicados hasta que se produzca su total agotamiento. Lo anterior equivale a agotar las condiciones críticas de sobrevivencia que actualmente sufre el planeta, embolsillándose hasta el último centavo de utilidad que brinde la última gota del petróleo. En segundo lugar no desean perder el barniz decorativo ecológico que ostentan, haciendo creer a la humanidad que el peligro del calentamiento climático se va a aminorar.

La estrategia mantiene muchas cosas en suspenso. Se sabe que se han propuesto formas de solución avanzada y mejorada en las tecnologías eólicas, geotérmicas y solares, pero se mantiene todo en reserva. El problema de las soluciones –así parece haberse descubierto-- ya no enriquecerá más a quienes se privilegiaron con el carbón y el petróleo. Por ello no interesan.

IV. La verdad sobre la crisis energética del mundo industrializado

Con la política del avestruz que esconde la cabeza en el suelo, aunque su fornido cuerpo quede a la vista, el problema estructural del sistema capitalista de desarrollo está condenado a encubrirse a si mismo. ¿La razones?: Primera, simplemente porque no encuentra una solución que no lo zarandee y afecte estructuralmente; y, segunda, porque si el sistema no es altamente exigente y no respeta las entrañas de su propia estructura se autodestruye.

Estas verdades le son lacerantes. Por ello sale del paso como puede, sin dañarse a sí mismo, aun que sin importarle que el costo humano y ambiental lo paguen otros.

Examinemos el problema. Las bases fundamentales del sistema son la libertad de empresa y la denominada “libre concurrencia” económica. En virtud de ello la economía marcha con su propia dinámica propia de desarrollo y, aunque puede ser estimulada por el Estado en los rubros que considere necesarios, el crecimiento de aquella es su fenómeno radical, necesario e inevitable.

Cuando la economía crece desarrolla otras fuerzas que actúan para complementarla, siendo el mercado la principal, porque éste asegura su crecimiento. Empero el mercado, si reúne todas las condiciones para tal, y, aún si ha sido modelado para constituir una obediente fuerza que demanda cada vez más producción, se constituye en la fuerza motor de la economía. La sociedad capitalista tiene la virtud de educar al mercado en la práctica de unas cuantas virtudes que se han convertido en universales: la exigencia de cantidad, calidad, variedad, eficiencia, y otras más que brindan al ser humano la felicidad de tener en su delante un mundo de bienes para disfrutarlos. Aunque no sean disfrutados efectivamente con el consumo propio, existen también hijos del sistema que los disfrutan con sólo verlos y soñar con aquellos.

El capitalismo hiperdesarrollado, ahora enfrascado en la conquista del mercado mundial, está cumpliendo con lo que le pide lo más íntimo de su naturaleza: producir más, producir nuevas cosas y lograr que la humanidad, paralelamente a aquél, no cese en su objetivo de continuar consumiendo. Consumir más es la nunca acabada e insaciable meta del sistema capitalista.

En efecto; las sociedades del Primer Mundo han aprendido a tenerlo todo porque su población está educada en los patrones consumistas. Y consumen demasiado.

¿Qué significa lo anterior? Significa que para producirlo todo y satisfacer, tanto la voracidad del consumidor como la ganancia del productor, se precisa de energía; cada vez más y más energía.

Las formas tradicionales de energía o son obsoletas o se se han agotado o son insuficientes. Hoy sólo cuenta la energía que proviene del carbón y del petróleo, cuyo uso --acelerado por el ansia consumista-- perjudica ascendentemente a la propia Naturaleza, a la propia base planetaria.

Naturalmente los gobiernos de los países ricos e industrializados están interesados en que su gente no carezca de las condiciones a las que ha llegado la clase dominante y una parte importantísima de su población. Satisfacer el mantenimiento de esas condiciones, es considerado su deber; a eso le llaman: bienestar de la ciudadanía. Significa aquello, ante su población, la expresión triunfante del sistema porque ofrece alto nivel económico y “progreso”.

Cualquiera de las palabras que siguen resultan adecuadas para calificar los hábitos consumistas del Primer Mundo porque han devenido en automáticos, mnemotécnicos, mecánicos, irracionales y viciosos. El uso del vehículo del transporte personal y familiar es insustituible y no sólo emplean el combustible del automóvil para sus necesidades efectivas de transporte sino para formas de uso exageradas. Por ejemplo, es usado hasta para transportarse distancias pequeñas y aún pequeñísimas, a veces de una sola persona. No se apaga el motor mientras está detenido; pero derrocha energía. Es más: los fabrican más grandes, más pesados y con infinidad de componentes vanidosos que, igualmente aumenta su consumo energético.

Peor aún. Los gobiernos no exigen mejor rendimiento a la tecnología vehicular ni fijan normas mínimas de ahorro energético en su uso. A ello se debe por ejemplo la aparición de monstruos vehiculares con ruedas gigantes o de alargados coches deportivos para sólo dos personas.

Dentro de casa las cosas son peores. Cuando los esposos salen en verano rumbo al trabajo y los niños a la escuela, por igual dejan funcionando el aire acondicionado y encendida la luz. En invierno sucede lo mismo con la calefacción, así nadie lo disfrute. El uso de la ducha se convierte ya no en una necesidad del aseo sino en una manía perniciosa de vicio. Está calculado, por ejemplo, que el promedio de uso diario del agua por persona en ducha en los EE.UU. con un promedio de siete minutos a razón de 8 litros por minuto es de 19,300 litros año. Multipliquemos ese monto por la población total y el resultado se podría entender en billones (OJO: sólo en el agua consumida en ducha)

Los alimentos no siempre son consumidos en su totalidad y son arrojados a la basura, la ropa se la usa por temporadas. Todo se va volviendo desechable. Hasta los muebles se los hace para cierto número de años. Toda la gente --si pudiera-- cambiaría el vehículo cada año, de acuerdo al nuevo modelo que diseña el fabricante, presentando nuevos atractivos e incentivando nuevas manías.

Bien. Llegamos a un momento en que regresamos al principio. Si se detiene el consumismo se detienen los problemas medioambientales y desparece la demanda irracional energía. A la vez, disminuye el calentamiento terrestre, la deforestación e infinidad de otros problemas ecológicos como las inundaciones que dañan la agricultura y las economías.

Empero nadie habla siquiera de disminuir el consumismo para aliviar el calentamiento terrestre; mucho peor de suprimirlo. Sería una herejía típica de la Edad Media, ya que rompería y trituraría la razón nuclear de existencia del sistema capitalista. Lo paralizaría e inyectaría la terrible enfermedad de la recesión provocando el letargo que, en tiempos de la Unión Soviética se denominaba: el inmovilismo.

Prueba lo dicho anteriormente que el sistema dominante no va a permitir ni la supresión ni la reducción del consumismo; semejante situación equivaldría al auto suicidio de los países industrializados. Estos últimos, en su afán --siempre optimista-- de salir por el lado tecnológico, van a optar por soluciones --cualquiera que sean-- así resulten destructoras del medioambiente planetario o traspasen la carga a los pueblos del Tercer Mundo

Pero debemos entender a éstos en su propio idioma y reconocerles su razón. Aquella razón obedece a su propia dogmática invulnerable e indiscutible. Esa dogmática enseña –sin profesor, por supuesto—que el capitalismo nació para crecer sin límites de ninguna naturaleza e impondrá en todo el mundo la égida mundial “civilizadoraresultante de su propia evolución selectora.

Los resultados actuales de aquella refinada selección capitalista, son las grandes corporaciones económicas.

Líneas atrás se habló de entenderlos y reconocerles su razón. Empero se trata de la razón de aquellos y no la razón de la mayoría de la humanidad.

Entenderlos no significa aceptarlos. Se trata de un conflicto que, al desnudo, significa la fuerte presión –aún a costa de invasiones militares-- para que continúen las comodidades, privilegios, estructura, riqueza, manías, gustos irracionales y otros atributos –sin piedad— de que goza el Primer Mundo civilizador y globalizado. Todo aquello es la encarnación del sacrificio, privaciones, sumisión, hambre y miseria, muertes, llanto y otras miserias e “insignificancias” --así lo dicen-- que pregona la demagogia rebelde, siempre descontenta, del Tercer Mundo.

¿Y el medioambiente? -No hay que magnificarlo. No es parte de la economía.

V. Consecuencias económico-sociales de la imposición

El poderío que ejerce el gran capital internacional, localizado tanto en la Unión Europea como en los EE.UU. de Norteamérica, --siempre avasallador pero jamás democrático con los países y pueblos del mundo pobre-- ha decidido y definido el papel futuro que corresponde a éstos últimos. Considera, además, indiscutible su derecho a imponer situaciones y fijar instrucciones:

1- Deberán continuar proveyendo las materias primas que precise consumir el mundo desarrollado, desde frutos de la agricultura hasta materiales del mundo inorgánico. En caso contrario hay suficiente poderío bélico para imponerlo.

2- Por la magnificencia y voluntad de ayuda que tiene el sistema capitalista --en realidad porque la mano de obra es barata, casi regalada-- se han abierto y continuarán inversiones en Asia, Africa y América Latina para la elaboración de productos con destino al mundo desarrollado.

Quede claro, sin embargo, que toda inversión será siempre flotante. Podrá ser desplazada a cualquier otro lugar que brinde mejores facilidades.

3- En las condiciones actuales (demanda de biocombustibles), se incentivará la producción de los insumos, preferentemente maíz y caña de azúcar con destino a la alimentación vehicular y otros rubros industriales que precisa el Primer Mundo.

4- Los riesgos ambientales y sociales son para los lugares de donde provenga la producción. Los beneficios son para el Primer Mundo y muy en especial –ya se lo dijo al principio-- para el matrimonio forzado entre el petróleo y la agricultura, cuyas empresas ya trabajan intensamente.

5- El balance muestra de un lado al amo (los países consumistas) y, de otro, los países servidores (por no decir sirvientes) que le darán al mundo industrializado, todo lo que pida a riesgo de su propia miseria social, económica y moral.

No sin razón el periodista George Moniot, citado más atrás, lo dijo en otros trabajos publicados en The Guardian de Londres:

No creas lo que los líderes de los países ricos dicen, mira lo que hacen.

En una competencia entre su demanda por combustible y la demanda de alimentos por los pobres, los conductores siempre ganarán.

VI. Consecuencias ambientales de la imposición

La primera y pronta consecuencia, será tanto el desgaste como la inutilización de las tierras por las reacciones negativas que ocasionará el cultivo intensivo y masivo de maíz, caña de azúcar, colza, palmas de aceite, etc., etc. A los efectos anteriores se sumará la acción nociva y venenosa de fertilizantes, insecticidas y otros productos químicos. Desertificarán inmensas superficies de suelos.

La segunda, y nada lenta consecuencia, será la mayor reducción en el uso del agua y los conflictos por su tenencia.

 

La tercera será el incremento de la deforestación y el mayor debilitamiento de las condiciones que exhibe la capa protectora del ozono con la aceleración de las tormentas, tornados, huracanes, inundaciones y sequías.

La cuarta está relacionada con las condiciones económico-sociales que se producirán en los países pobres, causadas por el medioambiente enrarecido. Avizorarán conflictos sociales y posibles cambios violentos de sistema.

La quinta está dedicada a los países industrializados: el grave enrarecimiento de su aire y consecuencias en su salud, vida y economía, como resultado el alcohol liberado a la atmósfera.

Tales se ven como los seguros resultados de la peor aventura irracional que se podía imaginar en pleno Siglo XXI.

Y es irracional --se vuelve a repetir-- porque en vez de obtenerse la energía del mundo inorgánico, se recurre a la agricultura, sin entender que ésta última ha sido diseñada por la naturaleza fundamentalmente para producir alimentos.

VII. Consecuencia final.

 

El consumismo del Primer Mundo y el ansia de las grandes corporaciones por producir más están acelerando las condiciones negativas de vida y existencia en el planeta Tierra.

El calentamiento terrestre, los deshielos polares, la deforestación, la desertificación, la contaminación de mares, lagos y ríos, la destrucción horrorosa de la fauna, la destrucción de la flora, la reducción del agua potable, el aire enrarecido, la proliferación de nuevas enfermedades, el peligro nuclear energético, y las mil otras causas destructivas que impone el sistema dominante, están produciendo las reacciones y respuestas planetarias terrestres. Todo apunta hacia el fin de la vida.

Pero el culpable está identificado. Testarudo como es y, obsesionado con ganancias, no lo creyó aunque usó ingentes cantidades de recursos económicos para desacreditar como “alarmistas” y “catastrofistas” las verdades que se acaban de enunciar.

Sin embargo, también fracasó en esa campaña.

Aunque hay movimientos sociales, particularmente en el nuevo mundo, que han decidido dar severa resistencia a los biocombustibles y batallar contra el sistema, por igual se aceleran las fuerzas negativas contra la vida en el planeta.

Hace pocos días, informaciones científicas .de alto nivel han reconocido que el calentamiento climático ya ha superado en el triple de lo que se pensaba sobre su acción.

Con los biocombustibles, las corporaciones económicas van a aumentar los efectos denunciados, en otro triple.

Aunque no brinda seriedad terminar un tema de esta naturaleza con materia literaria mezclada con ciencia ficción, no sería de extrañar que algún visitante poeta de otras galaxias descienda para visitarnos. Bajo un cielo de penumbra, va a encontrar un inmenso páramo sin materia verde alguna ni objeto viviente, así sea unicelular. Pero también va a encontrar infinidad de formas destruidas de “civilización” sobre la superficie: materiales de construcción, asfalto resquebrajado, secos huesos humanos y animales, letreros comerciales por millones en el suelo, monstruosas armas herrumbradas, pútridos olores, basura electrónica... ¡basta!

Quizá su poético espíritu se conmueva por todo lo que dejó de existir y, en un acto de respeto y pena, deje este epitafio sobre una blanca losa, que halló:

Yace árido este planeta,
inerte aguarda de nuevo su ser.
Algún día logrará su meta,
¡esperando siglos por renacer!

Comentarios

12/04/2010
Biocombustibles en Tucumán, por PULSO
http://pulsotuc.blogspot.com/
23/02/2009
vvvvvvvvv, por fffffff
cuchi cuchi