Revista Ambientico: impactos ambientales y sociales de la piña en Costa Rica

Idioma Español

La piña es uno de los productos agrícolas que Costa Rica en los últimos años más exporta. Aunque la hemos sembrado siempre, apenas desde los años ochenta grandes empresas transnacionales se involucraron en su plantación, y fue en los años noventa que la cantidad de terreno cultivado empezó a crecer muy rápidamente hasta constituir ahora entre 40.000 y 50.000 hectáreas, con entre 20.000 y 30.000 trabajadores empleados. De nuestras exportaciones agrícolas, solo la del banano sigue siendo más grande que la de piña. Y los principales capitales que cultivan y exportan el banano son, precisamente, los que también siembran y comercializan la piña. La participación de pequeños productores en el negocio es insignificante.

Como la demanda de piña por parte del mercado internacional va en aumento, entre los ambientalistas la preocupación por los efectos de su cultivo también es creciente. Porque el impacto ecológico de las plantaciones piñeras es severo: en ellas el suelo se mantiene completamente expuesto y se emplea mucho agroquímico. Los ambientalistas sostienen que el cultivo de la piña sigue el viejo modelo bananero, sufrido por nuestra naturaleza desde hace más de un siglo. Modelo productivo que se caracteriza por la destrucción de suelos y por la contaminación de ríos, de mantos acuíferos y de ecosistemas terrestres vecinos, con graves consecuencias sobre los animales y las plantas presentes en los alrededores. Además, denuncian daños en la salud de los trabajadores e irrespeto a nuestra legislación laboral. Precisamente por la importancia que en la economía nacional tienen las exportaciones de piña, debiéramos de poner más atención a las denuncias, investigarlas seriamente y corregir lo que sea necesario de una vez.

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