Paraguay: a Juicio por la muerte de un niño, rociado con Roundup

Idioma Español
País Paraguay

La historia de Silvino Talavera interpela sobre el papel de la soja en la economía de varios países

Silvino tenía 11 años. Mientras lavaba ropa en un arroyo cercano al rancho donde vivía, su madre lo mandó a hacer los mandados. Esto es: ir hasta un almacén ubicado a unos 3000 metros de su casa, acompañado por su primo Gabriel Villasboa. Silvino al regresar se topó con una fumigadora que lo roció completamente con un combinado químico, generándole la muerte a los pocos días tras una cruel agonía.

Ni el niño ni su mamá, Petrona Villasboa, podían imaginar que a los pocos días una espantosa agonía terminaría con la vida de Silvino, integrante de una familia campesina de Pirapey, paraje ubicado a unos 130 kilómetros de Encarnación.

Su muerte se convertiría en un caso testigo sobre las consecuencias que puede implicarle a la población la aplicación de agroquímicos, en los campos sembrados con soja.

El papel de la transnacional Monsanto es fundamental para entender cómo una empresa, que se negó a informar durante décadas las consecuencias para la salud de sus productos químicos, venda plaguicidas asegurando que son inocuos para las personas y animales.

Los dos productores que aplicaron el químico ya fueron condenados por la justicia paraguaya como responsables directos de la muerte del niño.

El caso, además, incluye las muertes de un sobrino de Silvino, que falleció por problemas genéticos generados por la intoxicación de la madre, y de un tío, asesinado a puñaladas tras realizar la familia las denuncias por la muerte del menor.

Cuenta Juan Talavera, padre de Silvino, de 51 años, «Antes que nos tiraran el veneno teníamos chanchos, conejos, gallinas, pero todo lo mató el alemán con el veneno. Perdimos un hijo, pero además ese hombre jodió económicamente a toda la familia», dice Juan.

Es difícil entender que un productor agropecuario rocíe intencionalmente a un chico de 11 años con un plaguicida porque le tiene inquina a una familia por formar parte del movimiento campesino paraguayo que se opone al monocultivo sojero.

«Nosotros nos oponemos al modelo transgénico que se promueve en Paraguay, pero nunca le ocupamos su tierra». Talavera se refiere al productor agropecuario Hernán Schlender Thiebeaud, dueño de las tierras colindantes con su lote de tierra.

También habla de Alfredo Lauro Laustenshlager Jaroszuk, capataz del campo del primero. Ambos fueron condenados por un tribunal penal de sentencia de Encarnación bajo la figura de homicidio culposo el primero, por bañar con plaguicida a Silvino. Laustenshlager fue penado por producción de riesgos comunes ya que dos días después a ser rociado Silvino intoxicó a toda la familia, fumigando la casa donde viven, produciendo una intoxicación masiva a los Talavera.

Ahora, tras demostrarse jurídicamente que el plaguicida Roundup es el responsable de la muerte de Silvino, la familia se propone denunciar a la transnacional Monsanto por informar que el producto químico no es peligroso.

Ever Velásquez, abogado de los Talavera, señaló que demandará civilmente a la empresa norteamericana y al Estado paraguayo. «A Monsanto lo denunciaremos por publicidad engañosa. Mientras la Organización Mundial de la Salud dice que el Roundup es un tóxico clase 1 (el más peligroso en la escala) la empresa sostiene que no genera consecuencias a la salud de la población.

"Al Estado lo vamos a demandar como responsable solidario ya que durante el gobierno del presidente Nicanor Duarte Frutos se le bajó la categoría de peligrosidad del Roundup de 1 a 4. Antes estaba catalogado como 1», señaló Velázquez.

Los peritos que intervinieron en el juicio de Silvino señalaron que las intoxicaciones se producen por vía de la dermis en el 95% de los casos.

Pero falta de información sobre los productos de Monsanto no es nueva. Vale recordar que la misma empresa ocultó durante 50 años que el DDT era un producto cancerígeno. Ahora está prohibido.

Entre otras perlas curriculares, la empresa norteamericana fue una de las proveedoras del famoso Agente Naranja, agroquímico que el ejército norteamericano utilizó para desfoliar millones de hectáreas de selvas en Vietnam con el objetivo de combatir a las guerrillas que resistían la invasión, y que murieron o sufrieron graves consecuencias tras intoxicarse con el químico.

Actualidad Misiones, Internet, 26-10-08

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