México: el maìz un producto humano

Idioma español
País México

Al cultivar el maíz, el hombre también se cultivó. Las grandes civilizaciones del pasado y la vida misma de millones de mexicanos de hoy, tienen como raíz y fundamento a esta generoso planta, por eso para Guillermo Bonfil el maíz es “una planta humana, cultural en el sentido mas profundo del término, porque no existe sin la intervención inteligente y oportuna del trabajo del hombre”

Cuando escuchamos la palabra Maíz pensamos regularmente en la tortilla y ubicamos por su utilización la zona centro-sur del país, ahora que si lo pensamos una segunda vez nos damos cuenta que localmente también lo comemos en forma de tamales, menudo, pozole, ponteduro, pastel, atole, crema, aceite, etc. Es decir el maíz lo consumimos cocido, asado, guisado, macerado, tostado o fermentado.

Pero poco sabemos que en cientos de productos industrializados también lo utilizamos de manera frecuente, así lo encontramos en productos de:

Perfumería (gel, jabón, lociones, pasta de dientes brillo de zapatos) Fármacos (capa de pastillas como analgésicos y antibióticos) Azucares: (golosinas, refrescos embotellados, jarabes de sabor) Materiales de construcción (yeso, pinturas, barnices), en biocombustibles y aceites para la industria automotriz y para “alegrarnos la vida” hasta en bebidas etílicas. La lista es interminable aunque poco sabemos de los productos que a diario utilizamos y que lo contienen.

El maíz no solo es un alimento que nutre al cuerpo, también es un producto que por años alimento la fe, la cultura, la integración social y nos ha dado identidad como pueblo.

Walton C. Galinat (agrónomo y etnobotànico de la Universidad de Harvard lo denomina “El grano de la Humanidad”

Los Mayas relatan que la materia prima con que los dioses hicieron al hombre fue el maíz, los Nahuas señala como origen del maíz el cuerpo de un dios: “El dios llamado Piltzintecuhtli con Xochipilli, tuvieron por hijo a Cinteotl (el dios hijo) este se hundió en la tierra para producir diferentes vegetales útiles al hombre. Así de sus cabellos salio el algodón; de una oreja la planta llamada huauhtzontli; de la nariz la chía; de los dedos, los camotes y del resto del cuerpo, otros muchos frutos. A su creación más destacada debe el dios su nombre principal, Cinteotl (el dios mazorca)”, (López Austin, 2003). Por esto, dicho dios fue el más querido de todos y le llamaron el “señor amado”Tlazopilli.

Los dioses al ir ensayando sus múltiples creaciones lograron encontrar al fin la solución que los llevó a la creación de una humanidad perfecta y un alimento perfecto.

Los antiguos pobladores de Huastecapan fueron los primeros que lo domesticaron (se considera que básicamente fueron la Mujeres quienes se encargaron de la recolección, traslado, cuidado y cultivo de esta semillas) llamándolo to-nacayo, que significa “nuestra carne”, porque su leyenda decía que el hombre fue hecho por los dioses únicamente de maíz. Los aztecas transformaron el nombre huasteco y lo llamaron tsintli, aludiendo el alimento a los dioses o teosintli.

Las investigaciones sobre el origen del maíz (Zea mexicana) aun guardan dudas sobre tiempo y localización exacta del su origen, sin embargo es una planta ampliamente distribuida en territorio mexicano, su cultivo se remonta a más de 7 000 años de antigüedad, se considera que en el valle de Tehuacan (Edo. De México) fue su cuna y de ahí se distribuyo hacia América del sur y al norte hasta Canadá, los españoles lo llevaron a Europa para consumo forrajero aunque posteriormente se incorporo para consumo humano.

Al cultivar el maíz, el hombre también se cultivó. Las grandes civilizaciones del pasado y la vida misma de millones de mexicanos de hoy, tienen como raíz y fundamento a esta generoso planta, por eso para Guillermo Bonfil el maíz es “una planta humana, cultural en el sentido mas profundo del término, porque no existe sin la intervención inteligente y oportuna del trabajo del hombre”.

En torno a su cultivo los procesos de integración comunitaria se fortalecieron ya que al igual que un hijo, eran 9 meses de limpia de la tierra, siembra (junto con chile, calabaza y fríjol), después la cosecha en colectivo, el desgrane (como un acto familiar intimo de unidad y comunicación) la selección de semilla para la siguiente cosecha, el almacenaje y el intercambio justo.

Centenares de comunidades indígenas y mestizas mantienen ritos, leyendas y tradiciones a su alrededor y su raíces históricas constituyen lo que nuestro país es hoy en día.

Sin embargo muchos son los factores que ponen en riesgo permanente a este patrimonio mundial, también clasificado por los científicos como el recurso alimentario más importante en el mundo.

El TLC ha contribuido a la perdida de la agricultura local, el bajo precio del maíz importado lo hace poco redituable y su experimentación con enfoques mercantilistas ha llevado a muchos ciudadanos a iniciar una lucha organizada. Desde el año 2002 se han generado movimientos fuertes de toda índole para rescatar, proteger y conservar nuestro patrimonio.

Existe Información en torno a que la introducción de maíz transgénico significaría un paso sin retorno y poner en riesgo la alimentación, la salud, la biodiversidad del maíz nacional y la diversidad cultural.

Tal vez es momento de hacer valer nuestro derecho a la información, ya que al igual que muchas decisiones que nuestros gobernantes toman se hacen sobreponiendo sus intereses por sobre los de sus gobernados sin pensar lejanamente en el bien de la población. Mayor sospecha desencadenan las formas sin transparencia como lo hacen, incluso utilizando argumentos discursivos que ya nadie cree, como el hecho de que “será la solución al problema de hambruna mundial” cuando es ampliamente conocido que este es un problema generado por el propio capitalismo.

El tema del maíz no es menor como nos quieren hacer crees, va de por medio la riqueza milenaria de un pueblo que los agricultores mexicanos han cuidado con devoción, cuya dimensión ha sido calificada por Octavio Paz como una invención equiparable al fuego “que nos necesita y la necesitamos para seguir existiendo”.

Dossier Político, México, 7-11-09

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