Cristina Martínez

Alter Vida considera que el sistema productivo agro exportador implantado en el país desde finales de la década del 60, el cual se basa en el monocultivo en grandes extensiones, el uso masivo de plaguicidas y fertilizantes químicos y la concentración de beneficios en una minoría de la población, ha producido, en los últimos 40 años, una impresionante disminución de la masa boscosa de la región oriental, además de contaminación y desecación de cursos de agua y la expulsión de comunidades campesinas e indígenas. Sólo estas premisas son suficientes para afirmar que el cultivo de soja, practicado en nuestro país desde la perspectiva agro exportadora no reúne mínimos parámetros para hablar de responsabilidad.

Paraguay: ¿la soja, cultivo responsable o sueño de embaucador?