Argentina: expansión de la frontera agrícola en el norte de Córdoba. Transformaciones productivas, naturales y sociales

Idioma Español
País Argentina

El corrimiento de la frontera agraria produjo grandes impactos sociales y ambientales en varias regiones de nuestro país. Desmonte, desplazamientos de pequeños productores, cercamientos de campos, conflictos por la tierra, son algunas de las principales problemáticas. Es imprescindible un cambio en la política hacia el sector agropecuario antes de que sea demasiado tarde.

Por Gustavo Soto

 

El norte de la provincia de Córdoba forma parte del ecosistema natural denominado bosque chaqueño. Con más de 1.000.000 de kilómetros cuadrados, se constituye en el segundo mayor ecosistema de América del Sur luego del Amazonas. La porción argentina representa más de la mitad de dicho ecosistema y en ella viven miles de familias campesinas y aborígenes. Asimismo existe en ella la mayor y última reserva de bosques nativos de nuestro país. El papel de los bosques es de fundamental importancia para nuestra sociedad, es el ámbito de un gran número de especies de flora y fauna nativa, fuente de fijación de dióxido de carbono, en el ciclo del agua cumple la importante función de absorción del agua, el denominado “efecto esponja”, reteniendo el agua de lluvia y liberándola luego de forma gradual. Además atenúa las temperaturas extremas y disminuye el efecto de los fuertes vientos y es fuente de productos forestales maderables y no maderables (tales como frutos y semillas comestibles, hierbas alimenticias y medicinales, miel, peces, animales, etc.).

 

La deforestación

 

Utilizado de forma racional hasta la llegada del hombre blanco al continente americano, este comenzó una actividad extractivista de tipo “minero” utilizando los recursos forestales sin ninguna conciencia de reposición y debido a ello, desde hace cinco siglos, nuestros bosques están en continuo retroceso. El siglo XX y lo que va del XXI han significado un aumento exponencial en las tasas de deforestación y en ese sentido la Argentina lidera las tasas mundiales. En la tabla 1 se observa la alta tasa de deforestación anual y la pérdida de bosques no sólo en la provincia de Córdoba sino en toda la región chaqueña.

 

El proceso de agriculturización

 

Este proceso de deforestación se ha visto incrementado de forma exponencial en los últimos veinte años debido al proceso de expansión de la frontera agrícola acompañado o causado por una fuerte transformación productiva que cambiará el paisaje de la región. Durante décadas el norte de Córdoba mantuvo una estructura agraria constituida por grandes estancias ganaderas con sistemas productivos silvopastoriles y una gran cantidad de predios de pequeños productores familiares que se distribuían como “islas” dentro del “océano” representado por las grandes estancias, muchas de ellas existentes desde la época colonial. Esos predios de pequeños productores familiares consistían (y algunos consisten todavía) en sistemas productivos mixtos donde se criaban animales de granja, ovejas, cabras, vacas y equinos, así como producción de cultivos hortícolas, frutales y granos. Constituían sistemas diversificados, de producción destinada al autoconsumo y a la venta de excedentes que complementaban sus ingresos económicos trabajando en las estancias ganaderas y obteniendo productos del bosque. Asimismo existían fuertes lazos sociales entre las diferentes familias constituyendo redes de capital social que cumplían un rol importante como estrategia de reproducción social.

 

Hacia finales de los ’90 del siglo pasado dicha estructura agraria sufrirá un cambio notable debido a que se implementa en toda la región extrapampeana una transformación tecnológico-productiva denominada “Neo Revolución Verde”, la cual consiste en la aplicación del sistema de siembra directa (también llamado labranza cero) que, sumado al efecto del aumento de las precipitaciones en buena parte del bosque chaqueño registrado en la última década, mejora sensiblemente el balance hídrico del suelo y permite realizar agricultura comercial de gran escala en una región donde históricamente no se la había realizado. Esta agricultura moderna y comercial utiliza de forma masiva semilla transgénica (en un primer momento sólo de soja, en la actualidad soja y maíz) la cual permite el uso de un herbicida total (glifosato) que se utiliza de forma masiva. Esta transformación tecnológica, que se implementa originalmente en la pampa húmeda argentina, produce significativos aumentos en la producción y por ende en la rentabilidad, razón por la cual se expande de manera creciente en forma de “ondas expansivas” hacia la región extrapampeana. Asimismo produce una sensible disminución de las tareas agrícolas ya que no es necesario la remoción de suelo (aradas y rastreadas) para la implantación de los diferentes cultivos, está ligado a un uso masivo de agroquímicos e induce el monocultivo de la especie más rentable.

 

En efecto, este proceso denominado de agriculturización del bosque chaqueño ocurrió principalmente ligado a la expansión de un solo cultivo, la soja, razón por la cual también es frecuente hablar de la sojización de la Argentina. En el Gráfico 1 podemos observar el aumento exponencial en la producción de esta semilla en las últimas décadas.

 

Una agricultura sin agricultores

 

Este cambio productivo ocurrido en la región está produciendo graves consecuencias sociales. En efecto, el proceso de agriculturización del norte cordobés ocasiona la migración de cientos de familias de pequeños agricultores familiares. Este fenómeno se debe, principalmente, a dos causas. Por un lado, la gran rentabilidad de este tipo de agricultura atrae a empresarios, agrícolas y no agrícolas, que pugnan por tierras para sembrar ocasionando una presión sobre la tierra que ha elevado considerablemente el precio de la misma, en la región, en los últimos veinte años. Frente a esta situación un elevado número de pequeños productores han arrendado o vendido sus tierras, en no pocas ocasiones de manera irregular y fraudulenta, y han abandonado su residencia rural. Por otro lado, y al constituirse en una característica tecnológica de esta transformación productiva su escasísima utilización de mano de obra, muchos pequeños productores han visto reducida drásticamente sus posibilidades de trabajos extraprediales. Estrategia de reproducción social que era muy utilizada en la anterior estructura agraria de pequeños productores conviviendo espacialmente con los grandes estancieros ganaderos. Con pocas familias de pequeños productores habitando la región, con ganaderos que han vendido o transformado sus sistemas productivos en agrícolas y con la llegada de nuevos empresarios que producen sin habitar en la zona, nos dirigimos hacia lo que tan claramente expresó Miguel Teubal cuando manifestó que avanzamos hacia una “agricultura sin agricultores”. Esta pérdida de productores agropecuarios lamentablemente no es exclusiva del norte cordobés sino que es una regla en buena parte del país, en toda aquella zona donde se ha expandido la agricultura comercial caracterizada en los párrafos anteriores. El Gráfico 2 muestra como ha descendido el número de productores en la Argentina en el último cuarto de siglo.

 

Como vemos en el Gráfico 2, la Argentina contaba con 421.221 establecimientos agropecuarios en 1988, 333.533 en el 2002 y 276.581 productores en el 2008. Es decir, una reducción del 35% en veinte años. Una buena parte de esta pérdida está representada por familias de pequeños productores del bosque chaqueño que debieron emigrar a los centros poblados cercanos y a las grandes ciudades del país.

 

Conflictos sociales

 

No todas las familias de pequeños productores migraron, una parte ha permanecido en la región y son afectadas permanentemente por conflictos de tipo socioambiental o, como expresa Martínez Allier en El ecologismo de los pobres. Conflictos ambientales y lenguajes de valoración, conflictos ecosociales. La principal fuente de los mismos ocurre entre campesinos y empresarios. Estos últimos al comprar grandes extensiones de tierra para desarrollar cultivos anuales agrícolas delimitan sus campos con alambrados. Esto ocasiona graves problemas entre los pobladores locales:

 

* Disminución de espacios de pastoreo. Tal como lo cuentan Silvetti y Cáceres en un artículo aparecido en 1998, en el número 28 de la revista Debate Agrario, titulado “Una perspectiva socio-histórica de las estrategias de reproducción social de pequeños productores del noroeste de Córdoba”, históricamente los campesinos del norte de Córdoba han realizado un uso social de los campos de pastoreo donde el acceso a los mismos era el resultado de un proceso de acuerdos y contratos sociales entre las diferentes familias, tanto para el pastoreo de bovinos como de ovinos y caprinos. Debido a ello los campos eran abiertos, sin existencias de alambrados perimetrales entre los mismos. Con la llegada de los empresarios agrícolas extrazonales, estos comienzan a delimitar sus campos para evitar la entrada de los animales reduciendo progresivamente el espacio común de pastoreo y con ello obligando a las familias campesinas a reducir el tamaño de sus rodeos y dificultar con ello sus posibilidades de reproducción social.

 

* Difícil acceso a fuentes y cursos de agua. Otro grave problema ocasionado por el cerramiento perimetral de los campos por parte de los nuevos empresarios agrícolas es el obstáculo físico que los mismos representan para el acceso a fuentes de agua para los rebaños de animales. En el norte de Córdoba, en la época de sequía (que se prolonga durante varios meses en el año), los campesinos deben trasladar sus rebaños hasta los más cercanos cursos de agua para que los mismos beban y pastoreen en un sistema de trashumancia conocido y estudiado profusamente en muchos lugares del planeta. Frente a estos obstáculos físicos los campesinos y sus rebaños deben realizar extensos rodeos para poder llegar a la zona de brebaje.

 

Estos dos problemas descriptos son fuente de graves conflictos sociales y de manifestaciones de violencia simbólica y física entre familias campesinas y los nuevos empresarios agrícolas.

 

Quebranto de redes sociales

 

A estos dos problemas mencionados y fuente de conflictos debe añadírsele uno más. Es aquel referido a que los alambrados de grandes superficies de campos obstaculizan y/o impiden el normal desplazamiento de las familias ya que ahora, y frente a esta situación, deben efectuar largos rodeos para llegar a la casa de sus vecinos. Se produce así una alteración de las habituales rutas de comunicación en la región disminuyendo o dificultando de esta manera los lazos sociales y el establecimiento y permanencia de redes sociales. Como lo indica Alicia Gutiérrez en un texto de 1994 (“Pierre Bourdieu: las prácticas sociales”) y en otro de 2004 (“De estrategias capitales y redes: elementos para el análisis de la pobreza urbana”), estas redes son una importante fuente de dotación de capital social, especie de capital sumamente importante como instrumento de reproducción social. Las familias se visitan, realizan trabajos en conjunto tales como carneadas, construcción y/o reparación de techos de sus viviendas, festejos de aniversarios, asistencia frente a enfermedades o accidentes, etc., y de esa manera logran contrarrestar el aislamiento en que se encuentran.

 

Palabras finales

 

En el norte de la provincia de Córdoba, así como en amplias zonas de la región semiárida argentina, se está dando en las últimas décadas una de las más grandes transferencias de capital natural a capital económico. Año tras año, mes a mes, día a día, miles de hectáreas de nuestras últimas reservas de bosques nativos ceden frente a las topadoras para dar paso a la producción de agricultura para la exportación. Donde antes había sistemas productivos diversificados, hoy existen monocultivos transgénicos. Donde antes había comunidades aborígenes y de pequeños productores campesinos, hoy existen viviendas abandonadas. Es imprescindible un cambio en la política hacia el sector agropecuario antes de que sea demasiado tarde…

 

Para cerrar, acudo a un viejo proverbio aborigen norteamericano:

 

Cuando hayas talado el último árbol, contaminado el último río y capturado el último pez, te darás cuenta de que no puedes comer dinero.

 

Fuente: Voces en el Fénix

Temas: Agronegocio

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