Bolivia: Invertir en la destrucción de los Parques Nacionales, Áreas Protegidas y TCOs

Idioma Español
País Bolivia

"A pesar de las intenciones medio ambientales de protección del vicepresidente y de acuerdo con su visión de respeto y cuidado a la madre tierra, las consecuencias de las explotación en parques y áreas protegidas como en territorios indígenas fueron funestas y terribles en el daño provocado, en muchos de las cosas daños irreversibles a los ecosistemas y habitad de los sectores."

LAS ÁREAS DE INTERÉS DE YPFB SUMAN 154 ESTRUCTURAS PROSPECTABLES

Por Juan Pablo Flores *

De las 22 áreas protegidas que existen en el país, al menos 10 tienen problemas por la actividad hidrocarburífera: Madidi, Pailón Lajas, Carrasco, Isiboro Sécure, Tariquia, San Matías, Kaa Iya, Iñao y Aguaragüe y Manuripi. YPFB tendrá a su cargo la exploración y explotación en más de 690 mil hectáreas al interior del Madidi; al menos 154 mil hectáreas en el área de manejo integrado de Aguaragüe; 100 mil hectáreas en el área de manejo integrado de Iñao, y más de 723 mil hectáreas en el TIPNIS.

En varias ocasiones el gobierno nacional proclamó la necesidad de ampliar la exploración y explotación hidrocarburífera a los parques nacionales y áreas protegidas en nuestro país. La sentencia la hizo una vez más el vicepresidente Álvaro García Linera en el marco del III congreso de Gas y Petróleo “Exploración y Petroquímica” realizado por YPFB en la ciudad de Santa Cruz.

García Linera indicó ante una sala llena de ejecutivos de las transnacionales del rubro que “no es una casualidad que buena parte de esas zonas altamente petroleras y gasíferas se han ido declarando con los años parques, para que no los exploremos, para que guardemos seguramente para alguien”, cuestionando indirectamente las leyes y normas de protección ambiental de los parques nacionales, áreas protegidas y de consulta previa a los pueblos afectados por las actividades hidrocarburíferas en los territorios.

En el pasado mes de enero, el director de Monitoreo Ambiental del SERNAP[1], Carlos De Ugarte, indicó que por lo menos les llega una solicitud por mes para la exploración y explotación de hidrocarburos en parques y áreas protegidas, en los cuales el SERNAP planifica, administra y fiscaliza el manejo integral de las áreas protegidas de carácter nacional, que en total son 22, pero hay otras 100 áreas en los cuales se coordina con gobernaciones y municipios[2].

La gran cantidad de nuevas solicitudes está en el parque Aguaragüe (Tarija), que tiene una extensión de más de 108 mil hectáreas, lugar donde hay por lo menos seis (6) solicitudes para efectuar labores de prospección. Otras dos zonas elegidas por las petroleras se ubican en la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, nuevamente en Tarija, con más de 246 mil hectáreas, y en el Parque Nacional-Área Natural de Manejo Integrado Iñao, en el departamento de Chuquisaca, que se extiende sobre 2.631 hectáreas.

Para el presidente de YPFB Carlos Villegas, “las licencias ambientales retrasan la ejecución de proyectos, por eso es necesario trabajar para que dejen de ser obstáculos”, y para este propósito se solicitó modificar la Ley de hidrocarburos 3058, en la cual, se pretende acelerar la obtención de licencias ambientales, que es el requisito para realizar trabajos en comunidades indígenas y áreas protegidas.

Según la ley N° 3058 de Hidrocarburos, se reservarán áreas de interés hidrocarburífero tanto en Zonas Tradicionales como No Tradicionales[3] a favor de YPFB, para que desarrolle actividades de exploración y explotación por sí o en asociación con terceros (las transnacionales). Además de que estas áreas serán otorgadas y concedidas a YPFB con prioridad y serán adjudicadas de manera directa sin llevar un proceso de licitación nacional o internacional. Pero se fue ampliando las áreas de interés hidrocarburífero para exploración y explotación de manera progresiva, mediante Decretos Supremos y correcciones a la ley de Hidrocarburos respecto a las áreas designadas a favor de YPFB.

En el Artículo 34 de la Ley N° 3058 de Hidrocarburos establece que se reservan veintiuna (21) áreas de interés hidrocarburífero a favor de YPFB (Áreas Reservadas), que se encuentran en Zonas Tradicionales y No Tradicionales. Pero en el D.S. Nº 29130 del año 2007 se amplía a otras doce (12) las áreas de interés de exploración a las zonas de Madre de dios (Pando), Río Beni (Pando, La paz y Beni), Madidi (La Paz), Secure (Beni y Cochabamba), Cedro y Almendro (Santa Cruz), Azero, Carohuaicho e Iñau (Santa Cruz y Chuquisaca) y Sauce Mayu, Iticaray y Huacareta (Chuquisaca).

Estas nuevas áreas (las 33) se ratifican mediante D.S. Nº 29226 del 9 de agosto de 2007, donde los bloques o áreas de operación nuevas deberán ser Áreas Reservadas para YPFB. Ya en el decreto supremo se daba a conocer que las áreas de interés son de un total de ciento cincuenta y cuatro (154) estructuras prospectables y por lo tanto es una necesidad de seguir ampliando las áreas de interés hidrocarburífero en el país.

Nuevamente y mediante D.S. Nº 0676 del 20 de octubre de 2010, se aumenta de 33 a 56[4] nuevas áreas de exploración y explotación de hidrocarburos para YPFB en zonas tradicionales y no tradicionales, siendo una superficie total de 14,9 millones de hectáreas, donde según datos de organizaciones no gubernamentales[5], varias áreas se encuentran en el Parque Nacional Madidi, en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure –TIPNIS (las áreas son de Chispani, Sécure zona 19 y Sécure zona 20) y en las áreas de manejo integrado Aguaragüe e Iñao. Los datos señalan que la estatal petrolera tendrá a su cargo de exploración y explotación más de 690 mil hectáreas al interior del Madidi; al menos 154 mil hectáreas divididas en cuatro bloques en el área de manejo integrado de Aguaragüe; 100 mil hectáreas en el área de manejo integrado de Iñao, y más de 723 mil hectáreas en el TIPNIS.

En el año 2011 YPFB solicitó 42 nuevas áreas más de exploración en los nueve departamentos del país. A finales del mismo año, en el mes de diciembre, el presidente interino de YPFB Carlos Villegas, durante la presentación del plan nacional de exploración de hidrocarburos para el periodo 2011-2020, señalo la necesidad de seguir ampliando las áreas ya no a noventa ocho (98) sino a ciento dieciocho (118) las áreas hidrocarburíferas, con el objetivo de aumentar las reservasde gas natural y petróleo en el país. En muchas de estas nuevas áreas de interés exploratorio nuevamente están presentes los parques nacionales, áreas protegidas y territorios indígenas ancestrales.

A pesar de las intenciones manifestadas, el 18 de abril de 2012 mediante D.S. Nº 1203 se determinó ampliar las áreas de interés hidrocarburífero de 56 a 98 a favor de YPFB, con la finalidad de incrementar las reservas de petróleo y gas en el país. Las 42 nuevas áreas se encuentran ubicadas en zonas tradicionales y no tradicionales distribuidas geográficamente de la siguiente manera: Dos (2) áreas en Pando, un (1) área en Beni, seis (6) en La Paz, tres (3) en Oruro, dos (2) en Cochabamba, diecinueve (19) en Santa Cruz, tres (3) en Potosí, tres (3) en Chuquisaca y tres (3) en Tarija.

Las razones para la inversión en dichas áreas de interés hidrocarburífero a decir de García Linera es que existe gas y petróleo en cantidades (un 49% del territorio nacional) y que solo se están explotando un 39% de eso territorios que cruza por los departamento de Tarija, Chuquisaca, Cochabamba, Beni y La Paz. Esa franja gasífera “La vamos a usar (los recursos) nosotros, con el debido cuidado, con la debida capacidad mitigadora de los impactos ambientales, con el debido cuidado para preservar la estructura natural de los bosques, de los cerros y de los ríos, gastando la cantidad de dinero que sea necesario para garantizar esa mitigación; nos toca a los bolivianos usar esa riqueza”, sostuvo[6].

A pesar de las intenciones medio ambientales de protección del vicepresidente y de acuerdo con su visión de respeto y cuidado a la madre tierra, las consecuencias de las explotación en parques y áreas protegidas como en territorios indígenas fueron funestas y terribles en el daño provocado, en muchos de las cosas daños irreversibles a los ecosistemas y habitad de los sectores.

De las 22 áreas protegidas que existen en el país, y según datos de organizaciones ambientales[7], 10 de ellos tienen problemas por la actividad hidrocarburífera: Madidi, Pailón Lajas, Carrasco, Isiboro Sécure, Tariquia, San Matías, Kaa Iya, Iñao y Aguaragüe y Manuripi.

Respecto a los territorios indígenas amenazados por los daños ambientales y contaminación por la exploración y explotación en hidrocarburos, doce (12) están afectados por la explotación de recursos hidrocarburíferos y minerales.

Las razones de ampliar las áreas de exploración y explotación hidrocarburífera están en la situación actual del sector y la necesidad mantener políticas desarrollistas y rentistas para el país. Si vemos que las reservas actuales de gas hasta diciembre de 2012, Bolivia cuantificó sus reservas de gas en 11,2 Trillones de Pies Cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés), en diciembre de 2009 tenía una reserva certificada de 9,9 TCF lo que le daba una producción de 10 años más para el país, cosa muy seria y casi catastrófica para un país que vive de este recurso. Las razones también están ligadas a la exportación y ampliación de envió de gas a los mercado de Brasil y Argentina y los posibles contratos con Paraguay y Uruguay (proyecto URUPABOL) los cuales no podrían ser cumplidos sino se aumenta las reservas de gas.

El otro motivo principal es mostrar a la industria petrolera transnacional las posibilidades de mayor inversión en el sector, sobre todo el de exploración en petróleo, ya que dichas industrias solo se dedican a la explotación del gas descubierto por YPFB[8]. Otro motivo es cubrir la demanda interna y el proceso de “industrialización” que inicio el gobierno para la cual se necesita mayores áreas de interés hidrocarburífero a cargo de YPFB, pero sobre todo la mayor razón es porque el Estado Boliviano sigue viviendo de estos recursos para las políticas de subvención nacional (bonos) y la redistribución del excedente económico a las gobiernos subnacionales.

Estos puntos que parecen lógicos y necesarios para el estado y gobierno, son rebatidos por las organizaciones indígenas, organizaciones ambientales y sectores ecológicos, por las formas y técnicas de explotación que tiene el sector extractivo y que causa daños ambientales para las áreas protegidas en las cuales se encuentra la mayoría de estos recursos hidrocarburíferos, por la mala gestión del sector (corrupción) en licitaciones directas, mala distribución del excedente económico, la baja (y en algunos casos la muy mala) inversión pública, la ausencia de verdaderos procesos de consulta en áreas protegidas y de territorios indígenas afectados por industria petrolera y la falta a las normas que regulan la protección de los parques nacionales.

La expansión a nuevas áreas de exploración y explotación son un problema por la destrucción del medio ambiente que trae consecuencias irreversibles al habitad de las áreas y de los ecosistemas existentes y, porque los beneficios económicos de dicha explotación no son suficientes para remediar la destrucción que provoca dicha industria.

Notas:

[1] En detalle las áreas protegidas: ver aquí

[2] Ver aquí

[3]Las áreas tradicionales son el Chaco Boliviano, el Pie de Monte y Subandino Sur, ubicados entre los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Cochabamba. Las áreas NO tradicionales en las cuales existen posibilidades de tener hidrocarburos son: el Altiplano, Beni, Madre de Dios, Pantanal y Subandino Norte.

[4]Las áreas son: 1. Madre de Dios; 2. Rio Beni; 3. Madidi; 4. Secure Zona 19 y 20; 5. Cedro; 6. Almendro; 7. Azero; 8. Carohuaicho “8A”, “8B”, “8C”, “8D”; 9. Iñau; 10. Sauce Mayu; 11. Itacaray; 12. Huacareta; 13. Tiacia; 14. Aguarague Sur A yB, Centro, Norte; 15. Iñiguazu; 16. San Telmo; 17. Coipasa; 18. Corregidores; 19. Buena Vista; 20. Camatindi; 21. Sanandita; 22. Astillero; 23. Sunchal; 24. Sayurenda; 25. Villamontes; 26. Isipote; 27. Carandaiti; 28. Boyuibe; 29. Yoai; 30. Cupecito; 31. Chispani; 32. Lliquimuni; 33. Chepite; 34. Isarsama; 35. Manco Kapac; 36. San Miguel; 37. Florida; 38. El Dorado Oeste; 39. Arenales; 40. Taputá; 41. Ovai; 42. Algarrobilla; 43. Yuchan; 44. Casira; 45. La Ceiba; 46. Capiguazuti; 47. Rio Salado; 48. La Guardia; 49. Iguembe; 50. San Martin; 51. Okinawa; 52. Rodeo; 53. Pilar; 54. El remate; 55. Nuevo Horizonte; 56. Puerto Grether.

[5]Noticia en Fobomade

[6] Noticia en Hidrocarburos Bolivia

[7]Datos de Fobomade y Lidema. Según el mismo informa, otras tres áreas son también afectadas por la actividad minera: Apolobamba, Eduardo Avaroa y San Matías. En total, son 12 los territorios indígenas que sufren los efectos de la explotación de recursos naturales no renovables.

[8] En el marco del III congreso de gas y petróleo en santa cruz, se promocionan 15 áreas exploratorias de los cuales 8 son de las 42 nuevas áreas otorgadas. Estas son: en el sector del Altiplano las áreas de Coipasa y Corregidores; en la Llanura Beniana las áreas de Litoral y El Chore; sector de Cuenca Madre de Dios las áreas de Madre de Dios, Cobija, Manuripi y Nueva Esperanza; Sector de Pie de Monte las áreas de Cedro, Carandaití, La Guardia, Ivirza y Alegría; en el Subandino Sur las áreas de Pelícano y Huacareta. http://www.boliviarondaexploracion.com/

* Investigador del Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local – CEADL e integrante del equipo técnico del programa Observatorio Boliviano de los Recursos Naturales.

Temas: Petróleo

Comentarios

18/02/2015
Distonía axiológica ambiental , por Juan Carlos Ponce de León Iturry
La distonía axiológica ambiental incide en el desarrollo de políticas públicas que por el carácter utilitario temporal del gobierno, no podrían llegar a convertirse en políticas de Estado, del mismo modo este divorcio entre la visión (anhelo) ambiental y su protección, control y regulación jurídica afecta la creación y planteamiento de una visión geopolítica del país apoyado en la biodiversidad considerada contemporáneamente uno de los factores de mayor importancia y relevancia a nivel no solo regional.