Deuda ecológica: desacralización de la vida, por Aurora Donoso

El origen de los problemas ecológicos es la desacralización de la vida.
Ponencia sobre Deuda Ecológica presentado en el Foro Teológico sobre jubileo, ecología y pueblos aborígenes "sagrada tierra, sagrada comunidad"

La vida es sagrada. Esto lo saben los pueblos ancestrales y sus descendientes quienes aun mantienen una relación estrecha con la naturaleza, la conocen y respetan, festejan al agua y al sol, la siembra y la cosecha, la fertilidad y la muerte, viven en armonía e interrelación con ella, la cuidan y la llaman madre tierra, abuela luna y padre sol.

Lo sabemos nosotros en lo mas profundo de nuestro corazón, ahí en donde percibimos la plenitud, la unidad y la vida en abundancia. No podemos dejar de maravillarnos de la creación: la inmensa variedad y diversidad de flores, frutos, animales, árboles, paisajes, seres humanos; las más variados e inimaginables combinaciones de colores, formas, texturas y tamaños; los sabores más diversos y exquisitos, la pureza del aire y del agua, el movimiento, los más variados olores, el olor de la tierra; el calor del sol, la frescura del viento....

Cuando se rompe la conciencia del ser humano como parte de la naturaleza, de la creación, se rompe la armonía, el respeto y se destruye y mercantiliza la vida.

Cuántos misterios habrá destruido la humanidad al separarse e interferir en la creación, sin conocerla, sin descubrir tanta diversidad, tanta sabiduría, tanta belleza!!!!!

¿CÓMO ENTENDER CUANDO SE HA TRUNCADO, ALTERADO O DESTRUIDO LA ABUNDANCIA DE LA VIDA?:

Cuando con violencia se ha saqueado, destruido y devastado a nuestros países y esclavizado, explotado y eliminado a nuestros pueblos durante el tiempo de la conquista y colonización.

Cuando se han apropiado y usufructuado del conocimiento ancestral y de las semillas.

Cuando se usa la ciencia para producir semillas híbridas o genéticamente modificadas, rompiendo los ciclos reproductivos en beneficio de Transnacionales que patentan la vida, atentando contra la soberanía alimentaria de los pueblos.

Cuando se promueven monocultivos y se elaboran agrotóxicos para alterar los ciclos naturales de vida, deteriorando la tierra, el agua y el aire, y afectando a la salud de los campesinos.

Cuando extraen bienes naturales para alimentar la industria a costa de la destrucción social y ambiental de los países del tercer mundo y del planeta en general y establecen un intercambio ecológicamente desigual.

Cuando se apropian hasta de la atmósfera del planeta y de sus sumideros de carbono sin asumir ningún compromiso ni responsabilidad sobre su destrucción y los efectos del cambio climático.

Cuando se producen armas químicas, biológicas y atómicas que son probadas y vendidas a nuestros países.

Cuando se producen desechos tóxicos que son depositados en los países del tercer mundo especialmente en las zonas más empobrecidas.

Cuando se utiliza la deuda externa ilegítima, inhumana e inmoral, y que ya ha sido pagada, para esclavizar a los pueblos al servicio del capital y sostener este flujo de bienes naturales, mano de obra barata y recursos financieros del Sur al Norte.

Cuando por este flujo barato se permiten la sobre producción, y en consecuencia el sobre consumo y sobre generación de desechos que está acabando con nuestras fuentes de subsistencia y con la vida del planeta y que ahora pretenden vendernos a través del "libre comercio".

Cuando ha llegado a tal punto la desacralización de la vida que los países industrializados han robado hasta los genes de las comunidades indígenas más aisladas para el proyecto del Genoma Humano!

Y se atreven ahora a declarar públicamente que han descifrado el lenguaje de Dios!

Todos estas formas de apropiación, destrucción y alteración de la vida ejecutadas principalmente por los países industrializados del Norte es lo que llamamos la deuda ecológica que estos países tienen con los países del tercer mundo y con el planeta en general.

Los países industrializados mantienen e imponen un modelo económico y productivo basado en el saqueo, en la destrucción de las fuentes de vida, en la contaminación del aire, el agua, la tierra, en comunidades amenazadas que han cuidado la tierra, vivido en interrelación y armonía con su entorno, en interferir en los ciclos naturales de la vida.

LA DEUDA ECOLOGICA, UNA DEMANDA POR LA VIDA

Si es que los problemas ecológicos se originan por la desacralización de la vida, lo que buscamos es recuperar el valor sagrado de ella y defenderla.

Recuperar nuestra relación con la creación, con el todo. Conocer que cuando se afecta a la naturaleza en cualquier lugar del mundo, nos afectamos a nosotros mismos, pues todos somos parte de la creación.

Tanto es así, que el daño que se ha hecho a la naturaleza se nos está revertiendo. Todo lo que necesitamos básicamente para vivir está afectado de alguna manera por esta forma de vida basada en la destrucción, la acumulación y la "comodidad": el aire, el agua, la tierra, los alimentos...

Se hace entonces imprescindible recuperar nuestros valores más profundos: el respeto a la vida, a la diversidad natural y cultural, a la búsqueda del bienestar colectivo en armonía con la naturaleza.

Respetar y defender a las comunidades que han cuidado la tierra y la diversidad y que actualmente son amenazadas por esta lógica mercantilista de la vida. Un gran ejemplo nos ha dado el pueblo Uwa de Colombia que se resiste a la actividad petrolera de la Occidental porque para ellos la tierra es sagrada.

Según Ghandi: "La naturaleza produce en cantidad suficiente lo que necesitamos cada día, y si cada uno se contentara con lo que necesita, y nada más, no habría ya pauperismo en este mundo y nadie moriría de hambre. Si seguimos manteniendo esta desigualdad es porque somos ladrones".

La deuda ecológica es sobre todo una demanda de cambios de vida insustentables y la defensa de formas de vida sustentables. Se habla ahora de las comunidades ecológicamente sustentables, en donde lo sustentable deben ser las sociedades y la naturaleza.

La deuda ecológica es la contraparte de la deuda externa. En donde los acreedores somos los pueblos explotados históricamente por los deudores ecológicos del Norte en alianza con las élites nacionales.

Se busca visualizar la magnitud de la deuda ecológica, hablar de ella, de sus causas, de sus impactos, de los responsables, de los acreedores, de la forma de restaurar los daños causados y detener su incremento.

La deuda ecológica es una deuda de vida, no así la deuda externa que es una deuda ficticia, un juego especulativo inmoral y violento, en donde han dado al dinero "vida propia" cuando es y debe ser simplemente un medio para facilitar el intercambio. La deuda ecológica es hablar en el lenguaje de la defensa y respeto a la vida, a la diversidad, y no dejarse entrampar en el lenguaje del dinero y del mercado.

De hecho la deuda externa incrementa la deuda ecológica y es por eso que se exige la inmediata Anulación de la Deuda Externa y por lo tanto de los programas de ajuste estructural, y la reparación de los daños causados por ella, como son el incremento del empobrecimiento de los pueblos del tercer mundo, el deterioro de sus fuentes de vida, la destrucción de la naturaleza y de las posibilidades de alcanzar una vida sustentable para las actuales y futuras generaciones.

Se exige detener el incremento de la Deuda Ecológica, a través de evitar créditos, programas y proyectos del FMI/BM/BID/CAF/OMC/ALCA de las Corporaciones Transnacionales, de la Banca Internacional, y de los países industrializados, que impliquen impactos sociales, destrucción ambiental y afecten a la soberanía de los pueblos del tercer mundo.

Se exige la reparación de los daños sociales y ambientales causados por los responsables de la Deuda Ecológica, pues es el momento de detener la impunidad ambiental.

Se busca evidenciar las desigualdades del modelo y promover la resistencia a la imposición de una monocultura basada en el dinero y el mercado, y que atenta contra la diversidad natural y cultural, el bienestar de las comunidades y de la sustentabilidad ambiental.

Se busca erradicar la concentración de la riqueza y los sistemas que la fomentan pues son la causa principal del empobrecimiento. La mayoría de pueblos del tercer mundo se han visto empobrecidos, sobre todo los que más biodiversidad y riqueza natural tienen, porque se promueve la concentración de la riqueza en Corporaciones Transnacionales y élites del Norte y del Sur, en formas de vida insustentables a costa de la explotación social y de la naturaleza del resto del mundo.

Se ha llegado al punto que se califica ésta como una guerra económica y ecológica, que está cobrando miles de vidas tanto por la situación de empobrecimiento económico extremo y deterioro de las fuentes naturales de subsistencia, como por las intenciones de emigrar a los países del Norte a como de lugar. Miles de familias desechas y endeudadas para buscar los medios de emigrar, porque nuestra riqueza está en el Norte. Todos ellos son refugiados de esta guerra.

ALIANZAS: UNA PRIORIDAD PARA EL RECLAMO DE LA DEUDA ECOLOGICA.

Nunca como antes estamos viviendo el momento propicio para unir esfuerzos en contra de la destrucción de la vida.

La campaña Jubileo 2000 logró movilizar a organizaciones del Norte y del Sur para sensibilizarlas sobre los graves impactos sociales, económicos y ambientales que la deuda externa ha generado y ubicar este tema en las agendas nacionales e internacionales.

El Jubileo Sur vinculó a organizaciones del Sur para analizar el problema desde la perspectiva del tercer mundo fortaleciendo las Campañas con argumentos sólidos que demuestran la esclavitud de la deuda externa y sus perversos intereses. Vinculó además la noción de que somos nosotros, los pueblos del tercer mundo, los verdaderos ACREEDORES de las deudas históricas, sociales y ecológicas.

El movimiento antiglobalización va creciendo identificando al BM/FMI/OMC/ALCA, al G7, a las Corporaciones Transnacionales, a la ciencia y tecnología de la dominación y de la guerra, y a los países industrializados del norte como los responsables de los graves impactos sociales y ambientales que sus políticas económicas están generando en todo el mundo.

Los argumentos de la Deuda Ecológica se van extendiendo tanto desde el Sur como en el Norte, el informe de John Dillon del Canadian Ecumenical Jubilee Initiative y esta invitación son un ejemplo, tanto como los aportes de Joan Martínez Alier, Christian Aid, el interés de Amigos de la Tierra Internacional, la inclusión del reclamo de la deuda ecológica como un pilar importante en la campaña del Jubileo Sur y el interés del World Council of Churches en reflexionar sobre el tema.

Un momento que marca la Campaña por el Reconocimiento y Reclamo de la Deuda Ecológica es el lanzamiento en Praga, el pasado mes de septiembre, de la Alianza de los Pueblos del Sur Acreedores de la Deuda Ecológica. Alianza que debe ser consolidada y fortalecida.

La conciencia y movilización están dadas y es por esto que este es el momento más adecuado para fortalecer las alianzas Sur-Sur y sobre esa base, convocar a las conciencias del Norte dispuestas a revertir la realidad que vivimos y que nos está llevando a la más grave crisis global que hayamos podido imaginar.

Es el momento de unirnos para fortalecer las legítimas demandas de las deudas históricas, sociales y ecológicas, para exigir que se hable de estas deudas de vida, que se identifiquen a los responsables, para demandar un cambio en las formas de vida insustentables, para detener el empobrecimiento extremo de nuestros pueblos y la destrucción de nuestras fuentes de vida y reponer los daños causados....para recuperar el valor sagrado de la vida.

Por Aurora Donoso, Acción Ecológica, Amigos de la Tierra Ecuador

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