Efectos del StarLink en la economía agraria

La Campaña Alerta contra los Alimentos Manipulados Genéticamente es una coalición de organizaciones preocupadas por la protección de los derechos de los consumidores, la salud pública y el ambiente. En un esfuerzo por generar conciencia en la opinión pública, la Campaña Alerta contra los Alimentos Manipulados Genéticamente ha lanzado una campaña en todos los países sobre los riesgos asociados con los alimentos manipulados genéticamente

En 1998 Aventis se apresuró a lanzar al mercado su maíz transgénico StarLink, a pesar que no había sido aprobado para consumo humano por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés), que sí lo aprobó en cambio para usos industriales y como alimento para animales. La EPA no lo aprobó para consumo humano, porque la poderosa proteína Bt introducida en el StarLink conocida como Cry9C presenta características comunes en alérgenos ya conocidos y los reguladores temían que el consumo de ese maíz desencadenase reacciones alérgicas. Debido a los riesgos de contaminación de los cultivos de maíz convencional con polen del Cry9C traído por el viento, la EPA exigió que se dejaran franjas de seguridad de 660 pies de ancho alrededor de los campos de StarLink. El modo en que la EPA registró el StarLink obligó a Aventis a informar a los productores acerca del uso restringido de ese maíz y sobre el requisito de emplear franjas de seguridad de 660 pies de ancho. La empresa se haría además responsable de garantizar que esas restricciones se acataran y que el maíz StarLink no llegara a la cadena alimentaria humana.

Aventis no cumplió satisfactoriamente ninguno de esos requisitos. Muchos vendedores de semillas y agricultores nunca fueron informados de dichas restricciones que, en verdad, ni siquiera estaban impresas en las bolsas ni etiquetas de las semillas StarLink.[i] Aventis no hizo nada para garantizar que se estuviesen usando franjas de seguridad.[ii] Tampoco hizo ningún monitoreo de la eficacia de esas franjas de seguridad. Además, jamás realizó ningún tipo de análisis ni pruebas para asegurarse que no estuviese ocurriendo contaminación.

El incumplimiento de Aventis a sus obligaciones legales en los tres años transcurridos desde que se comercializó el StarLink quedó en evidencia cuando Genetically Engineered Food Alert descubrió a mediados de septiembre del 2000 la presencia de StarLink en las tortillas de maíz fabricadas por Taco Bell. Desde entonces se han descubierto más de 300 productos alimenticios que contienen StarLink. Sin lugar a dudas, Aventis faltó a su obligación de informarle a los agricultores las restricciones que pesaban sobre el StarLink, y a su responsabilidad en garantizar que el StarLink no llegase a la cadena alimentaria. Las agencias reguladoras estadounidenses, por su parte, son responsables de no haber detectado y monitoreado el incumplimiento de Aventis. Estas faltas y omisiones están provocando serias repercusiones económicas en toda la economía agraria.

Alcance de la contaminación

Aún cuando la superficie sembrada con StarLink sólo representó el 0.5% del total cultivado con maíz en EE.UU. en el 2000 (362,000 acres), el ?99 (250,000 acres) y el ?98 (10,000 acres), la contaminación resultante ha afectado la economía agraria de manera significativa. Frente a la ausencia de un sistema de segregación y ante la imposibilidad de impedir la deriva del polen con el viento, el StarLink terminó contaminando buena parte de las existencias de maíz estadounidense. El costo total de esa contaminación todavía sigue computándose; sin embargo, se estima que el costo acumulado asciende actualmente a cientos de miles de millones de dólares.[iii]

Aventis calculó que los productores con licencia para sembrarlo habrían cosechado 50 millones de bushels [medida de áridos equivalente a 35,24 litros] de maíz StarLink, mientras que habría unos 20 millones de bushels adicionales procedentes de campos vecinos contaminados. Pero esas estimaciones no dan cuenta del maíz contaminado allende las franjas de seguridad de 660 pies de ancho. En marzo de 2001, Aventis declaró que había 430 millones de bushels de maíz en depósito en todo el país que registraban alguna presencia de StarLink.[iv] Eso representa un incremento importante con respecto a las estimaciones iniciales de la empresa.

La contaminación de semillas convencionales de maíz con polen de StarLink llevado por el viento indica claramente que ocurrió contaminación allende las franjas de seguridad de 660 pies de ancho. Varias variedades de semilla de maíz convencionales que se vendieron en 1999 registraron presencia de la proteína Cry9C.[v] Eso significa que hubo agricultores que cultivaron maíz con la proteína Cry9C sin saberlo.[vi]

Hasta el 25 de junio de 2001 el Ministerio de Agricultura de EE.UU. (USDA, por su sigla en inglés) había comprado y destruido 332,000 unidades de semillas [una ?unidad? es una bolsa de semilla que contiene aproximadamente 80,000 semillas, suficientes para sembrar de 2.5 a 3 acres de tierra] de maíz híbrido destinado a la venta en 2001, contaminadas inadvertidamente con la proteína Cry9C. Esas semillas provenían de 63 pequeñas y medianas empresas semilleras.[vii] El USDA todavía está estudiando las solicitudes de otras ocho empresas semilleras. Pero las empresas que poseían licencia de Aventis para vender su semilla transgénica de maíz no son elegibles para el programa de devolución reembolsable de semillas diseñado por el USDA; y otras grandes semilleras anunciaron su decisión de no acogerse al programa en una carta dirigida a la Secretaria de Agricultura Ann Veneman, fechada en marzo de 2001. La industria semillera le aseguró al USDA estar tomando las medidas necesarias para eliminar la semilla contaminada.[viii] Sin embargo no habrá información oficial al respecto, por lo cual el público nunca sabrá el verdadero alcance de la contaminación de semilla de maíz.

Por último, la FDA (Secretaría de Alimentos y Medicamentos) anunció el 3 de julio de 2001 que había encontrado StarLink en hojuelas de tortilla de maíz fabricadas a partir de maíz blanco, siendo ésta la primera vez que se encontraba StarLink en productos de maíz blanco. El año anterior, muchos fabricantes de tortillas y de hojuelas de tortilla habían empezado a usar maíz blanco para evitar la contaminación. StarLink es una variedad de maíz amarillo, y todavía no se ha esclarecido cómo se contaminó el maíz blanco.[ix]

Impactos en los intermediarios transportadores de granos

La contaminación de las existencias de maíz en EE.UU. con StarLink le ha ocasionado grandes dolores de cabeza a los intermediarios transportadores de granos (grain elevators). Embarques enteros de maíz han sido rechazados y devueltos al resultar positivas las pruebas de presencia de StarLink a las que son sometidos. Eso ha generado costos de embarque adicionales, demoras en los puertos, precios más bajos para el maíz y, algunas veces, ventas fallidas.[x] Por ejemplo, la cooperativa acopiadora y transportadora de granos en Superior (Superior Cooperative Elevator Company), Iowa, registró pérdidas por valor de U$S 22,000 (la cifra corresponde a uno solo de los dos vagones de tren que componían el embarque) al encontrarse StarLink en uno de sus embarques que contenía 600,000 bushels de maíz.[xi]

Algunos intermediarios transportadores de maíz tuvieron que romper contratos que ya habían firmado con procesadores o exportadores, ya que su maíz estaba contaminado con StarLink. Incluso algunos procesadores que iban a utilizar ese maíz para fabricar alimentos para animales rechazaron el maíz contaminado con StarLink por temor al riesgo de demandas judiciales de indemnización.

Para evitar la devolución de embarques de maíz, ahora la mayoría de los intermediarios transportadores someten sus cargamentos a análisis, tanto en origen --cuando lo recogen en las fincas de los agricultores-- como antes de liberar los embarques para su destino final. Cuando esos análisis dan positivo, el maíz debe ser encaminado hacia usos y lugares aprobados para StarLink. Aun cuando Aventis está cubriendo la mayor parte de los gastos de dichos análisis, el proceso es oneroso y puede ser costoso. Según estimaciones iniciales, el costo total de los análisis para un sólo intermediario transportador ronda entre mil y decenas de miles de dólares.[xii]

Debido a la presión de los fiscales generales de varios estados en EE.UU., Aventis aceptó la posibilidad de pagarle indemnizaciones a los intermediarios transportadores, siempre y cuando esos gastos estén debidamente documentados.[xiii] Sin embargo, Aventis no está haciendo públicas las cifras del monto de la indemnización que están recibiendo los intermediarios transportadores, ni qué porcentaje de los que solicitan la indemnización la están obteniendo. No existe ningún monitoreo independiente del proceso de indemnización de los intermediarios transportadores.

La industria de compraventa de granos estima que toma cuatro años vender todo el maíz cosechado en un año; de manera que durante cuatro años más los intermediarios transportadores seguirán incurriendo gastos asociados con los análisis, la segregación y redireccionamiento del maíz contaminado con StarLink. Existe preocupación en torno a los anuncios de Aventis del 15 de noviembre de 2000 con respecto a sus planes de venta de su división de Ciencias Agrícolas (CropScience) a fines de 2001, que de concretarse podrían liberarla de su responsabilidad de indemnización de esos gastos, que tendrían que ser asumidos entonces por los contribuyentes, los intermediarios transportadores y los propios agricultores.

Impactos en los agricultores

Las negociaciones de Aventis con los fiscales generales de 17 estados de EE.UU. (y amenazas de procesos penales en su contra) condujeron al establecimiento de un programa conjunto de Aventis y el USDA para canalizar hacia usos no alimentarios el maíz de la zafra del 2000 contaminado con StarLink que aún no se había vendido. (La mayor parte del StarLink que ya se había vendido se había mezclado inadvertidamente con cosechas de maíz convencional). Bajo este programa, los agricultores reciben U$S 0.25 adicionales por encima del precio del mercado (o por encima del precio publicado por las autoridades del condado el 2 de octubre de 2000, en caso que el agricultor opte por vender su maíz a través de la Commodity Credit Corporation, del USDA) por cada bushel de maíz StarLink y maíz sembrado en la franja de seguridad de 660 pies de ancho. Por el maíz convencional almacenado y mezclado inadvertidamente con StarLink en su propia finca, los agricultores reciben U$S 0.05 adicionales por bushel si usan el maíz como alimento de animales en su propio establecimiento, y U$S 0.10 en caso que vendan ese maíz mezclado para usos industriales y raciones o piensos animales. Para participar en ese programa, los agricultores tenían que firmar un contrato con Aventis antes del 15 de febrero de 2001, y vender o usar el maíz en su propia finca antes del 15 de septiembre de 2001.

Aventis declaró haber apartado Euros $100 millones (U$S 90 millones) (más impuestos) ?para cubrir ciertas indemnizaciones y costos asociados al retiro de esos productos [StarLink] del mercado?.[xiv] Sin embargo, Aventis no ha revelado las sumas que efectivamente desembolsó para indemnizar a agricultores e intermediarios transportadores.[xv]

Los agricultores tendrán que limpiar meticulosamente su maquinaria y herramientas para asegurarse que no quede semilla o maíz cosechado StarLink escondido en sus equipos de siembra, cosecha, transporte y almacenamiento. Eso implica limpiar las sembradoras en línea, las cosechadoras, los tornillos sin fin, los carretones para granos, los camiones y demás equipos. En los campos donde se cultivó maíz StarLink o en aquellos hasta donde voló polen contaminado con la proteína Cry9C, los agricultores deberán controlar que no haya plantas StarLink nacidas espontáneamente que puedan contaminar su cosecha de maíz del 2001. Los agricultores no están recibiendo compensación por los gastos y el trabajo adicional requerido para limpiar sus equipos y sus campos y librarlos de StarLink.

Además, el USDA está aconsejándole a los agricultores analizar sus semillas de maíz del 2001 y devolverle a los fabricantes las bolsas de semilla en las que se haya detectado presencia de Cry9C para que les reembolsen su dinero. Sin embargo, no se ha especificado quién ha de cubrir los gastos de esos análisis.

Aventis está cubriendo algunos de los gastos ocasionados a los agricultores que plantaron StarLink en sus campos y otras variedades de maíz convencional en las franjas de seguridad, pero hay muchos agricultores que sembraron semillas de maíz libres de la proteína Cry9C que han sufrido pérdidas económicas a causa de la contaminación transgénica, y que no están recibiendo ninguna compensación. Por eso se han presentado varios juicios colectivos (class-action lawsuits) contra Aventis reclamando indemnización por pérdidas económicas provocadas por la contaminación de sus campos con StarLink y por los efectos negativos de la debacle del StarLink sobre los mercados nacionales e internacionales de maíz.

Impactos en los mercados de exportación

Poco después que se desatara la debacle del StarLink, el USDA trató de apaciguar a los exportadores e importadores de maíz estadounidense declarando que el StarLink no tendría efectos adversos sobre las exportaciones de maíz.[xvi]

No obstante, en abril de 2001 el USDA contradijo su evaluación original cuando publicó un informe titulado ?StarLink: Impactos en el Mercado de Maíz y en el Comercio Mundial?, donde afirma que el StarLink provocó ?grandes trastornos en el mercado doméstico y en las exportaciones? y que ?tuvo un impacto negativo en las exportaciones de maíz de los EE.UU.[xvii]

El descubrimiento de la presencia de StarLink en productos alimenticios en Japón provocó una disminución significativa de las exportaciones de maíz de EE.UU. al Asia. Japón y Corea del Sur son el primer y segundo importador de maíz de los EE.UU. respectivamente. En ambos países se prohibe el uso del StarLink para cualquier fin, y rige un nivel de tolerancia cero respecto a la presencia de Cry9C. Japón disminuyó sus importaciones de maíz de los EE.UU. en un 50% cuando se difundió la noticia de la debacle del StarLink. Aun cuando han aumentado desde que el USDA estableció un protocolo de análisis de presencia de Cry9C para las exportaciones de maíz con ese destino, las exportaciones al Japón todavía son significativamente menores que en años anteriores. De acuerdo a la información del Servicio Agrícola Exterior del USDA, al 14 de junio del 2001 Japón y Corea habían importado 1,2 millones de toneladas métricas (47,8 millones de bushels) y 0,72 millones de toneladas métricas (28,5 millones de bushels) menos de maíz de EE.UU. respectivamente, que en la misma fecha del año anterior.[xviii]

Además de las pérdidas en la venta de maíz de EE.UU. en el año en curso, motivadas en que los importadores no quieren correr el riesgo de importar StarLink, a largo plazo la pérdida de mercados provocada por la falta de confianza en las exportaciones de EE.UU. y el descrédito de los procesos reguladores de la biotecnología en ese país, podría tener consecuencias económicas duraderas por muchos años más.

Costos para el USDA (dinero de los contribuyentes)

El USDA ha cubierto los costos del programa creado para canalizar el StarLink, y variedades mezcladas con éste, hacia usos con fines no alimentarios; asimismo cubre los costos del programa de devolución reembolsable de semillas, y de los análisis de las exportaciones destinadas al Japón. El USDA le está pagando directamente a los agricultores que deciden vender su StarLink y el maíz de la franja de seguridad a través de la Commodity Credit Corporation, y Aventis le reintegra al USDA lo que éste le paga a los agricultores. Sin embargo, Aventis no está reintegrando los costos generales de administración de este programa.

El USDA ha gastado U$S 13 millones reembolsando devoluciones de semillas de maíz híbrido contaminadas por el StarLink, y podría gastar 5 millones más. Ese dinero proviene de la agencia de préstamos de la Commodity Credit Corporation.[xix] Un vocero del USDA afirmó que ese ministerio ?no ha definido aún si solicitará a Aventis el reintegro de los gastos ocasionados por el programa?.[xx] Un vocero de Aventis se negó a declarar si resarcirán al USDA en caso que les fuere solicitado.[xxi]

Para dar cumplimiento a la tolerancia O exigida por el Japón para los cargamentos de maíz, el USDA estableció un protocolo y un programa de análisis para monitorear la presencia de Cry9C en el maíz destinado al Japón. Funcionarios del USDA están analizando y monitoreando la limpieza de los equipos de descarga de los intermediarios transportadores de granos, de sus cintas transportadoras, balanzas, recipientes de almacenamiento, etc., a fin de evitar que se mezcle inadvertidamente el maíz destinado al Japón, y también monitorearán la descarga de los vagones ó barcazas que llegan. El USDA mantendrá durante 90 días una muestra representativa de cada cargamento exportado, en cumplimiento de las reglamentaciones de ese ministerio. Esta muestra estará disponible para monitoreo.[xxii] Todavía no se han determinado los costos de administración de este programa de monitoreo.

Será necesario continuar analizando las semillas de maíz y las exportaciones durante algunos años más. ¿Se financiarán también estos costos con dinero de los contribuyentes y recortes en las partidas disponibles para los agricultores a través de programas gubernamentales?

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[i] IATP compró una bolsa de StarLink. Véase también Neil E. Harl, Roger G. Ginder, Charles R Hurburgh y Steve Moline, ?The StarLink Situation?, marzo 15 de 2001, Iowa Gran Quality Initiative, Universidad del Estado de Iowa, EE.UU., actualizado el 25 de junio de 2001.

http://www.exnet.iastate.edu/Pages/grain/publications/buspub/0010star.PDF (descargado el 26 de junio de 2001).

[ii] Brian O?Reilly, ?Reaping a Biotech Blunder?, Fortune, febrero 19 de 2001.

[iii] Ann Thayer, ?StarLink Corn Derails Ag Chain?, Chemical and Engineering News, Vol.79, Nro. 4, enero 22 de 2001.

[iv] Kaufman, Marc. ?Biotech Grain Is in 430 million bushels of Corn, Firm Says?, Washington Post, marzo 16 de 2001.

[v] Comunicación personal con un representante de StarLink Logistics, junio 26 de 2001. Véase también ?Aventis CropScience Claims Procedure for Growers with Losses Related to Non-StarLink Corn Containing Cry9C? en

[vi] Aventis no ha hecho pública la cantidad de agricultores afectados ni las sumas de dinero que ha pagado como indemnización, y un vocero de la empresa se negó a brindar esa información cuando se lo entrevistó. Comunicación personal con el director de Relaciones Públicas de Aventis-Biotech, junio 26 de 2001.

[vii] ?USDA Buys Corn Seed Affected By Bioengineering?, Food Chemical News, Vol. 43, Nro. 19, junio 25 de 2001.

[viii] Comunicación personal con el USDA, junio 25 de 2001.

[ix] Kaufman, Marc. ?Engineered Corn Found In White Tortilla Chips?, Washington Post, julio 4 de 2001

[x] William Lin, Gregory K Price y Edward Allen, ?StarLink: Impact on the U.S. Corn Market and World Trade?, Economic Research Service, USDA Feed Yearbook, abril de 2001.

[xi] Des Keller y Dan Miller, ?Biotech?s Black Eye?, Progressive Farmer, diciembre de 2000.

[xii] Sara Muirhead, ?Grain Elevators, Handlers Caught in Middle of StarLink Confusion?, Feedstuffs, noviembre 6 de 2001.

[xiii] Véase ?Aventis CropScience Elevators Claims Procedure for Losses Related to StarLink Corn?, en

[xiv] ?Aventis Reports Full Year Results?, comunicado de prensa de Aventis, marzo 2 de 2001.

[xv] El 15 de noviembre de 2000 Aventis anunció que tenía planificado vender sus divisiones de Ciencias Agrícolas (CropScience) y Alimentación Animal (Animal Nutrition) antes que terminara el 2001.

[xvi] Randy Fabi, ?USDA Says StarLink Bio-Corn Won?t Hurt US Exports?, Reuters, octubre 30 de 2000.

[xvii] William Lin, Gregory K Price y Edward Allen, ?Starlink: Impact on the U.S. Corn Market and World Trade?, Servicio de Investigación Económica, USDA Feed Yearbook, abril de 2001.

[xviii] ?Outstanding Export Sales and Exports by Country, Region and Marketing Year as of June 14, 2001?, USDA, Foreign Agriculture. http://www.fas.usda.gov/export-sales/corn.htm

[xix] Comunicación personal con el USDA, 25 de junio de 2001.

[xx] Ibid.

[xxi] Comunicación personal con Aventis, 26 de junio de 2001.

[xxii] ?Protocol for Food Corn Exported to Japan?, USDA, 20 de noviembre de 2000.

Traducción: Alberto Villarreal

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