El desembarco de la industria nórdica de la celulosa en el Sur y el Banco Mundial. Boletín N° 102 del Movimiento Mundial por los Bosques

Por WRM
Idioma Español

Con la consultora finlandesa Jaakko Poyry a la cabeza, compañías tales como UPM/Kymmene, Metsa Botnia, Stora Enso y Aracruz Celulose han comenzado a desembarcar en países de Asia y América Latina y a generar conflictos con las poblaciones locales. Dichos conflictos se originan en primer lugar en la ocupación de enormes áreas de tierras productoras de alimentos por plantaciones de eucaliptos para proveer a las plantas de materia prima. Luego vienen los conflictos por los impactos ambientales sobre el agua, la flora y la fauna, que privan a las poblaciones locales de los elementos esenciales para asegurar su sustento

WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES
Secretariado Internacional
Maldonado 1858, Montevideo, Uruguay
Correo electrónico: yu.gro.mrw@mrw
Página web: http://www.wrm.org.uy
Editor: Ricardo Carrere

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B O L E T I N 102

Enero 2006 - Edición en castellano

Este boletín está también disponible en francés, inglés y portugués. Si desea recibirlo en alguno de estos idiomas comuníquese con nosotr@s.

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En este número:

* NUESTRA OPINION

- El desembarco de la industria nórdica de la celulosa en el Sur y el Banco Mundial

* LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS

AMERICA DEL SUR

- Brasil: policía federal invade aldeas Tupiniquim y Guaraní en tierras recobradas a las plantaciones de Aracruz Celulose
- Brasil: Veracel es multada por crimen ambiental en Bahía
- Colombia: los tropiezos del proyecto de Ley Forestal en Colombia
- Uruguay: las falsedades de las empresas celulósicas

AMERICA CENTRAL

- Costa Rica: lecciones aprendidas de la lucha contra las plantaciones

AFRICA

- África: mapas del bosque realizados por sus verdaderos guardianes
- Camerún: un plan de demarcación que divide los bosques y la gente
- Ghana: una represa a costa de los bosques
- Liberia: demanda contra Firestone por esclavitud y trabajo infantil en plantaciones de caucho

ASIA

- Bangladesh: los manglares son mucho más generosos que la industria camaronera
- India: Adivasis muertos a tiros defendiendo su tierra contra la invasión de la siderúrgica Tata Steel
- Indonesia: el Deutsche Bank se retira del proyecto de celulosa de la UFS
- Tailandia: la larga marcha por los bosques comunitarios

* CAMPAÑA PLANTACIONES

- El cultivo que más destruye la tierra no es la solución para la crisis energética

* NUESTRA OPINION

- El desembarco de la industria nórdica de la celulosa en el Sur y el Banco Mundial

Hasta hace poco tiempo, los países nórdicos eran relativamente poco conocidos en el Sur. Finlandia, Noruega y Suecia eran a lo sumo conocidos por cuestiones positivas como su legislación social progresista, su solidaridad frente a las dictaduras del Sur, compositores como Sibelius, el Premio Nobel y aspectos más populares como famosos jugadores de tenis, corredores de autos, las olimpíadas de Helsinki o el mundial de fútbol en Suecia.

Lamentablemente, la situación ha cambiado y ahora hay una percepción mucho menos positiva, en particular como resultado de la acción de empresas vinculadas a la industria de la celulosa y el papel. Con la consultora finlandesa Jaakko Poyry a la cabeza, compañías tales como UPM/Kymmene, Metsa Botnia, Stora Enso y Aracruz Celulose han comenzado a desembarcar en países de Asia y América Latina y a generar conflictos con las poblaciones locales. Dichos conflictos se originan en primer lugar en la ocupación de enormes áreas de tierras productoras de alimentos por plantaciones de eucaliptos para proveer a las plantas de materia prima. Luego vienen los conflictos por los impactos ambientales sobre el agua, la flora y la fauna, que privan a las poblaciones locales de los elementos esenciales para asegurar su sustento. A ello le siguen los escasos y pésimos empleos que generan las plantaciones de eucaliptos, que resultan en un balance negativo de puestos de trabajo a nivel regional. A todo ello se suman finalmente los impactos ambientales y sociales resultantes de la puesta en funcionamiento de las fábricas de celulosa.

Por supuesto que esas empresas no actúan solas en el gran negocio de la celulosa y el papel. Muchas otras empresas, en particular europeas, les proveen de distintos componentes de las costosísimas fábricas de celulosa y de papel, en tanto que agencias oficiales de créditos a la exportación facilitan la exportación de dichas fábricas al sur.

Dados los elevados costos de una fábrica de celulosa (que ronda entre 600 y 1.200 millones de dólares según su tamaño), lo fundamental es el acceso al crédito, tanto multilateral como privado y en muchos casos con el acceso al segundo atado al primero. Es aquí donde entra a jugar la banca multilateral: el Banco Mundial y bancos regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo.

El Banco Mundial, a través de su Corporación Financiera Internacional (CFI), da créditos al sector privado, a la vez que facilita directamente el otorgamiento de préstamos de la banca privada a los emprendimientos que financia. La empresa finlandesa Botnia (asociada a la también finlandesa UPM/Kymmene) tiene proyectado instalar en Uruguay una gigantesca planta de celulosa para producir 1 millón de toneladas anuales, cuyo costo se estima en 1.200 millones de dólares. Para ello solicitó a la CFI un préstamo de 200 millones de dólares, compuesto por 100 millones a ser provistos por la propia CFI y otros 100 millones a ser gestionados con la banca privada.

Dado que la proyectada planta se instalaría sobre el río Uruguay, que es compartido por Uruguay y Argentina, tanto grupos ambientalistas y organizaciones sociales de ambos países, como el gobierno argentino denunciaron al Banco la insuficiencia de las evaluaciones de impacto ambiental llevadas a cabo por la empresa, que ni siquiera tomó en cuenta los impactos acumulados de su planta a los del ya aprobado proyecto de la empresa española Ence, que planea producir 500.000 toneladas anuales en la misma zona.

Frente a las denuncias, la CFI reaccionó contratando a la consultora japonesa Pacific Consultants International para llevar a cabo estudios adicionales. El tema también dio lugar a un viaje a Uruguay de la Ombudsman del Banco Meg Taylor, quien en su informe incorporó muchas de las críticas hechas desde la sociedad civil, tanto con respecto a las fábricas de celulosa como en lo referente a las plantaciones de eucaliptos asociadas.

El 19 de diciembre se conoció el informe de la consultora, que más que un informe parece un tratado completo de todas las falsedades que repite la industria de la celulosa y el papel (recomendamos su lectura a tod@s nuestr@s lector@s). Ya en la primera página del informe es posible intuir la conclusión, ya que allí dice que “ambas empresas son productores líderes en su sector, tanto desde el punto de vista tecnológico como en términos de sus valores, políticas y enfoques empresariales y sociales”. El solo hecho de que el informe afirme que Ence en España es líder en sus valores, políticas y enfoques sociales muestra su total falta de visión crítica al respecto, dado que la historia de esta empresa incluye destrucción ambiental, hechos delictivos y repulsa social a sus actividades.

Solo como muestra de la nula seriedad del informe, se destaca lo que dice sobre plantaciones, afirmando que “El desarrollo de plantaciones en la región es un factor positivo ya que las plantaciones proporcionan una mejor estructura de hábitat con mayores nichos para una más amplia variedad de flora y fauna, aumentando así la biodiversidad en comparación con las actuales condiciones de pasturas … Como resultado, estos proyectos mejoran la biodiversidad, en lugar de disminuirla”. Ni los más ardientes defensores de los monocultivos de árboles se han atrevido a hacer esa afirmación.

También como muestra sirve la parte del informe que se refiere a dioxinas: El informe afirma que “El blanqueo ECF … elimina esencialmente la producción de dioxinas y furanos” y luego agrega que “el reemplazo total de cloro elemental por dióxido de cloro resulta en la reducción de las dioxinas y furanos en los efluentes a niveles no detectables”. O sea, que efectivamente se generan dioxinas y furanos. El nivel “detectable” obviamente dependerá de la escala de la operación. En este caso estaríamos ante dos emprendimientos cuya escala acumulada los ubica entre los más grandes del mundo, pero igual el informe descarta que las dioxinas y furanos vayan a ser “detectables”. Por otro lado, el informe opta por ignorar la existencia de estudios recientes hechos en Suecia que prueban que las plantas de celulosa ECF han aumentado los niveles de dioxinas en el Mar Báltico.

Vinculado a lo anterior, es interesante ver lo que dicen los Lineamientos del Banco Mundial en la materia: “El uso de cloro elemental para el blanqueo no es recomendado. Solo procesos ECF son aceptables y, desde una perspectiva ambiental, los procesos TCF son preferidos”.De lo anterior se infiere que desde la perspectiva ambiental el proceso ECF tiene impactos. Sin embargo, nada dice el informe al respecto y nada le dice el Banco a la consultora.

Pese a la clara falta de objetividad del informe y a su sesgo a favor de las empresas, el Banco lo aceptó como “su” informe, aunque sostiene que aún es un borrador para consulta. La reacción de los ambientalistas locales fue inmediata, a través de un comunicado que finaliza diciendo que “dada su falta de seriedad, este informe no constituye una base creíble para la toma de decisión de la CFI en cuanto al otorgamiento de los préstamos solicitados por las empresas y menos aún para una consulta con la ciudadanía uruguaya y argentina”.

Como siempre, parece que los procesos de consulta y participación del Banco Mundial son un mero trámite para aprobar proyectos ya aprobados de antemano. Pese a que varias veces hemos tenido esa experiencia (en particular durante el proceso de consulta sobre la revisión de la política forestal del Banco), aún tenemos la remota esperanza de estar equivocados y que el Banco archivará –como corresponde- este informe y que finalmente no otorgará los préstamos solicitados.

Ver informe de la consultora en: http://www.ifc.org/ifcext/lac.nsf/Content/Uruguay_Pulp_Mills_CIS

Ver comunicado de prensa del Grupo Guayubira en: http://www.guayubira.org.uy/celulosa/Comunicado_CFI_BM.html

Ver carta abierta de Ricardo Carrere en: http://www.guayubira.org.uy/celulosa/CFI_BM_Critica_Carrere.html

* LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS

AMERICA DEL SUR

- Brasil: policía federal invade aldeas Tupiniquim y Guaraní en tierras recobradas a las plantaciones de Aracruz Celulose

La lucha de los indígenas Tupinikim y Guaraní enfrenta hoy una situación extremadamente difícil. Comenzada en febrero de 2005, cuando decidieron retomar sus tierras ocupadas por las plantaciones de eucalipto de la empresa celulósica Aracruz Celulosa, permitió que más de 100 familias volvieran a asentarse en el medio rural del que habían sido expulsadas y abrieran la puerta a la esperanza de un futuro sustentable y digno (ver boletines Nº 94, 96 y 101 del WRM).

Pero hoy esa esperanza busca ser abatida. A continuación publicamos el comunicado enviado por la Red Alerta Contra el Desierto Verde:

"Al igual que en los años 70, en la mañana de hoy (día 20/01/2006), en una acción violenta y unilateral, los tractores de Aracruz Celulose destruyeron dos aldeas indígenas, Tupinikim y Guarani, en Espíritu Santo.

Con el apoyo del Comando de Operaciones Tácticas (COT), viniendo directamente de Brasilia, de la policía federal del Gobierno Lula, y aliada al batallón de choque de la policía estadual de Paulo Hartung, Aracruz Celulose tiró por tierra todo lo que había en las aldeas indígenas de Córrego D’Ouro y Olho D’Água. ¡Las dos aldeas fueron totalmente destruidas!

Fue una acción autoritaria y unilateral, pues ni la Comisión de Caciques, ni la administración regional de FUNAI, ni el Ministerio Público, ninguno de los parlamentarios, nadie tenía conciencia de la trama policial de Aracruz Celulose. Lo que deja a todos perplejos es que había una larga negociación en proceso, involucrando a todos los actores del conflicto, el Estado, la empresa, los indios, la sociedad civil, agendada desde fines del año pasado, con relación a una nueva resolución del Ministerio de Justicia, confirmando los estudios antropológicos de la FUNAI, reconociendo el área como territorio indígena!

Tirando por tierra todo el diálogo en el ámbito del Estado y de la sociedad civil, la absurda disposición de reintegración de posesión fue dada por el juez federal Rogério Moreira Alves, de la Jurisdicción de Linhares, y fecha del día 07/12/05.

En una operación de guerra, disparando tiros por tierra y desde los helicópteros, lanzando bombas destinadas a destruir la moral, las máquinas de Aracruz Celulose destruyeron casas indígenas, devastaron sus huertas y cultivos de alimentos, tiraron al suelo sus cabañas ceremoniales. Los caciques y líderes indígenas que consiguieron llegar al lugar y que resistieron, fueron agredidos por los policías; algunos, con heridas, fueron al hospital de Aracruz (Seu João Mateus da Aldeia de Comboios y Valdeir, de Pau Brasil, entre otros).

Hay líderes indígenas que están aún detenidos por la Policía Federal, incomunicados (Paulo, líder de Caieiras Velha y Nil, de Pau Brasil). La asesora parlamentaria Vanessa Vilarinho, que consiguió estar presente en el lugar desde la mañana, perdió su auto, que fue destruido por los policías.

Hay barreras que impiden el acceso al lugar. Ya por la mañana, dos funcionarios de FUNAI habían sido detenidos y dejados incomunicados en la “casa de huéspedes” de Aracruz Celulose.

Por ahora son las informaciones que tenemos. El clima está aún muy tenso y un grupo de integrantes de la Red Alerta contra el Desierto Verde ya se trasladó a las aldeas, aunque todavía no hicieron contacto. Esperamos más informaciones.

Olho d’água y Córrego do Ouro van a resurgir, ¡siempre!”

Quienes deseen hacer llegar su solidaridad a los indígenas Tupinikim y Guaraní en su lucha contra las plantaciones de eucaliptos y por la recuperación de sus tierras, pueden dirigirse a FASE-ES, e-mail: rb.moc.arret@seesaf

- Brasil: Veracel es multada por crimen ambiental en Bahía

Veracel Celulose fue multada por el Ibama – Instituto Brasilero del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables– a fines del mes de diciembre. Utilizando imágenes de satélite y geoprocesamiento verificó irregularidades de la empresa de celulosa y la multó con R$ 320.000 por impedir o dificultar la regeneración natural de bosques de la denominada “Mata Atlántica” en 1.200 hectáreas, agravando aún más la situación de este bioma. Este hecho desenmascara una vez más la farsa de Veracel y su discurso de protectora de la “Mata Atlántica”.

Durante muchos años, ONGs del Extremo Sur de Bahía vienen denunciando y exigiendo que los organismos, federal y estatal, responsables por el Medio Ambiente— IBAMA y CRA — cumplan su papel e investiguen las diversas irregularidades ambientales cometidas por la empresa Veracel Celulose, asociada con la empresa brasileña Aracruz y la empresa sueco-finlandesa Stora Enso en la plantación de eucaliptus.

Veracel Celulose, anteriormente denominada Veracruz Florestal, carga con diversas deudasambientales, como lo comprueba la acción civil pública nº 93.01.1000399-5 de abril de 1993, presentada por diversas entidades. Greenpeace, Gambá – Grupo Ambientalista de Bahía - y Cepedes – Centro de Estudios e Investigaciones para el Desarrollo del Extremo Sur de Bahía - lograron filmar cómo la empresa destruyó zonas de la Mata Atlántica en niveles medio y avanzado de regeneración, mediante el uso de cadenas, tractores e incendios en gran escala. Todo ello supone una violación del Artículo 1º del Decreto 750 del mes de febrero de 1993, que dice: “Se prohíben el corte, la explotación y la supresión de vegetación primaria o en niveles avanzadosymedios de regeneración de la Mata Atlántica”

“Respetar el medio ambiente, generar empleo e ingresos, promover la mejoría de la calidad de vida de la población y permitir la rentabilidad de los accionistas siguiendo principios de sustentabilidad, son algunos de los compromisos de este emprendimiento”, anuncia la empresa en su sitio de Internet.

De acuerdo con el Ibama, 383 especies de fauna amenazadas de extinción pertenecen a la Mata Atlántica y de éstas, 125 especies corren el riesgo de desaparecer. En el Extremo Sur la situación es gravísima porque el monocultivo de eucaliptos utiliza grandes extensiones de tierras planas, dejando apenas algunas islas de áreas escarpadas para “refugio” de la fauna silvestre. Muchas especies no viven y no están adaptadas a zonas de relieve accidentado, por lo que se están siendo extinguidas localmente, especialmente las especies endémicas y raras. Para empeorar las cosas, no hay conectividad entre las islas de vegetación nativa, inmersas en el mar de eucaliptos. La plantación de eucaliptos no representa un corredor ecológico, porque como ya sabemos nosotr@s, ambientalistas, científicos, empresarios, técnicos del gobierno, y demás, las especies no atraviesan ni utilizan la plantación.

En nombre del “desarrollo” de la región se está destruyendo el patrimonio biológico que resta de la Mata Atlántica, causando la indignación y protestas de la sociedad civil organizada. La desconsideración y la codicia de los promotores de este modelo de “desarrollo”, gobierno y empresarios, promueven crímenes que atentan contra la naturaleza y contra la sociedad, robándole a las generaciones venideras el derecho a la biodiversidad, a la belleza del paisaje y a la calidad de vida, en favor del enriquecimiento de algunos grupos y personas. Hemos visto periódicamente al embajador de Finlandia en las emisoras de televisión brasileras diciendo que Finlandia es el país con mejor calidad de vida del mundo. Sin embargo, grupos de este país promueven en los países del sur la destrucción y la miseria a través de proyectos impuestos a la población sin transparencia ni respeto.

Otra cuestión preocupante tiene que ver con el cumplimento por parte de la empresa de todas las condiciones. Estas condiciones son elaboradas por los organismos que otorgan el permiso para la plantación de eucaliptos y la construcción de las fábricas, teniendo en cuenta los diversos impactos causados por el emprendimiento. Pero luego los organismos no hacen la fiscalización que correspondería, pues, como admiten, no tienen la capacidad técnica necesaria para hacer un seguimiento. Frente a esto, las empresas aprovechan para cometer abusos porque saben de esta deficiencia por parte de los gobiernos.

La investigación de las comunidades del entorno de la fábrica de Veracel, realizada durante la construcción de la fábrica, permitió a CEPEDES detectar que en ningún momento la empresa absorbió la mano de obra de los habitantes de estas comunidades. La empresa, con dinero de financiamientos, inclusive de BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social), construyó alojamientos en las ciudades y distritos próximos --como Itagimirim, Itapebi y Barrolandia-- y trajo trabajadores de otras regiones del país. Después que la fábrica quedó pronta muchos volvieron para su región de origen y otros se quedaron. Esto acabó provocando más desempleo, miseria y violencia.

Ese episodio demuestra, sobre todo, que el discurso ambientalista de la empresa es muy diferente de su práctica. Podemos afirmar, gracias a lo vivido en estos casi catorce años, que la única consideración verídica por parte de la empresa es la que tiene que ver con permitir la rentabilidad de sus accionistas ya que podemos verificar a través de diversas declaraciones que sus ganancias son cada vez mayores. El vicepresidente de Stora Enso, Magnus Diesen, ya está considerando la duplicación como una realidad y declara que “un gran paso para la empresa sería una probable Veracel II. La capacidad adicional de la unidad podría superar un poco la producción actual, gracias al desarrollo tecnológico. Alcanzaríamos así un poco más del doble del volumen de hoy”. Situación preocupante en la medida que el Extremo Sur de Bahía no soporta más los grandes monocultivos de eucaliptos y son incalculables los problemas ya existentes.

Por: Ivonete Gonçalves, CEPEDES – Centro de Estudos y Pesquisas para o Desenvolvimento do Extremo Sul/Bahía, correo electrónico: rb.gro.sedepec@sedepec

- Colombia: los tropiezos del proyecto de Ley Forestal en Colombia

Tal vez ningún proyecto de ley en Colombia, sobre un asunto ambiental, ha logrado despertar tantas opiniones diversas y tal revuelo como lo fue la discusión en el Congreso Colombiano de La Ley General Forestal, que fue aprobada por esta institución en el mes de diciembre. Fue tal la fuerza de los argumentos y tal la respuesta del ambientalismo colombiano, del movimiento social e incluso de parte de los medios de comunicación, que por primera vez el presidente Álvaro Uribe Vélez devuelve una ley al Congreso de la República.

El proyecto de ley fue impulsado bajo argumentos como lo indispensable que era “..para el desarrollo del país, la conservación y el manejo sostenible de los bosques naturales, además del establecimiento de plantaciones forestales”, ya que éstas son “la guía fundamental para el progreso del sector forestal”. Además, se insistió que del potencial de 25 millones de hectáreas, apenas se han reforestado 150.000 para uso comercial, es decir, 0,006 por ciento de las mismas. El gobierno resaltó que por esta razón el proyecto es de vital importancia, puesto que no se ha aprovechado el inmenso potencial forestal que tenemos en el país. Quizás estos ejemplos basten para alertarnos, aunque sea de forma mínima, sobre el espacio en que se ha ido estableciendo el discurso argumentativo. Pues estas frases comprueban que los defensores del proyecto de Ley están más preocupados por los aspectos comerciales que por la conservación y protección del medio ambiente.

Los argumentos que aducen los defensores del proyecto de Ley Forestal, desde su comienzo, se han ubicado en un espacio de interés comercial. Argumentan que se podrá aprovechar más eficazmente el potencial forestal que tiene el país aumentando los dividendos monetarios e incrementando el empleo. Sin embargo, aún en este ámbito podemos poner en duda si los beneficios económicos por los que supuestamente se encuentran discutiendo son para el país o, por el contrario, existe un interés oscuro por abrir los bosques de Colombia para la explotación por parte de las multinacionales. Pues ya sabemos para quién es el negocio; con la ley se pretenden fomentar las concesiones a empresas nacionales y multinacionales con capacidad técnica y extractiva que dan lugar a una explotación moderna y tecnificada.

Por otro lado, en este punto surge la pregunta de si la discusión acerca de lo forestal puede quedar subordinada a una mera reflexión comercial. Es decir, si el ámbito de valoración en el que se abre el debate sobre el proyecto de Ley Forestal sólo puede ser pensado desde los criterios del capital. Al parecer, esta discusión debe dar lugar a un espacio más amplio de debate, pues en este no sólo debemos tomar en cuenta intereses económicos sino, además, éticos y existenciales. Consecuencia evidente cuando se ha entendido la vida como sagrada. Sin embargo, durante el proceso de discusión en el Congreso del proyecto de Ley, los defensores del Proyecto de Ley Forestal, entre ellos el gobierno y particularmente el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y el de Agricultura, desecharon por completo abrir el espacio del debate y se conformaron con desacreditar a sus opositores de forma sistemática.

La estrategia de desacreditar, en la discusión del proyecto de Ley, tomó diversos matices; entre ellos, y tal vez el último, por parte del ministro de Agricultura, ha consistido en afirmar que los argumentos de la oposición son tan sólo una "Mitología Surrealista". Quizás nunca entendamos con profundidad, si la tiene, el significado de tal aseveración, tal vez sólo quería decir que los argumentos de los opositores intentan plasmar el encuentro de la realidad con el mundo de los sueños. La realidad es que fueron tantos los argumentos claros y contundentes de las organizaciones que nos opusimos al proyecto, que el Presidente de la República se vio presionado a regresarlo al Congreso de la República al objetar 11 artículos de la Ley que aprobó el Congreso Nacional.

Y es que son muchos los eventos que hacen ilegítimo el proyecto de ley. Como primera medida es posible subrayar el desconocimiento total que se ha tenido de las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas, que son las propietarias de más de la mitad de los bosques del país. No obstante el derecho constitucional que tienen Negritudes e Indígenas de Consulta, apenas se hicieron unos cuantos foros, donde las recomendaciones recogidas no fueron tomadas en cuenta. Los ministerios de Agricultura y del Medio Ambiente argumentaron por su parte que como no se afecta negativamente a esas comunidades, no era imperativo consultarlas.

La ilegitimidad del proyecto también puede ser explicado porque tampoco han dejado tomar parte a la comunidad académica, las organizaciones ambientalistas y sectores de la sociedad civil que trabajan por la protección del medio ambiente. Además, el Congreso de la República desconoció las voces de protesta del Procurador y el Contralor.

De esta manera, paso tras paso, la mayoría del Congreso desconoció las voces del pueblo, que es el único capaz de legitimar cualquier norma. Hasta tal punto el gobierno ha seguido esta estrategia que en la votación del proyecto de ley, en Diciembre de 2005, a los congresistas opositores de dicho proyecto, quienes reclamaban una y otra vez con fortaleza, nunca les dieron la palabra. Además, allí mismo una solicitud hecha previamente para votar artículo por artículo, no fue tenida en cuenta. De esta manera, fue aprobado el proyecto de Ley 264, con una votación de 81 a favor y 11 en contra, para darle paso a sanción presidencial, en donde ha sido revocado.

Esta pequeña mención de este proceso no sólo nos crea profundas dudas acerca del proyecto, sino que además nos produce mal sabor de boca por las estrategias que han utilizado para aprobarlo. En su intento de desacreditar a la oposición, sólo han desconocido por completo al otro, mostrando su incapacidad de crear un espacio amplio de discusión, en donde no sólo se tomen criterios económicos y comerciales sino éticos y existenciales. Ha sido penoso la forma en que se ha aprobado este proyecto de ley, ya que algunas personas que votaron a favor admitieron desconocer qué era lo que estaban
aprobando; otros ni siquiera supieron definir en qué consistía el "vuelo forestal". "Vuelo Forestal", eje fundamental del proyecto –éste si es un concepto de la "mitología surrealista", que separa el suelo de los árboles y demás elementos de la tierra, que realiza una separación que sólo en sueños sería posible entender, de dos elementos inseparables: el tallo del árbol y el suelo que es su basamento. Quizás aquí tan sólo nos encontramos de nuevo con la esquizofrenia capitalista.

Por: Diego Andrés Martínez, Censat Agua Viva - Amigos de la Tierra Colombia, correo electrónico: gro.tasnec@seuqsob, http://www.censat.org/

- Uruguay: las falsedades de las empresas celulósicas

La tradicional siesta veraniega del enero uruguayo se ha visto interrumpida no sólo por las constantes lluvias sino también porque el avance de las empresas celulósicas no tiene tregua. Continúa su campaña propagandística, a base de falsedades, que luego son repetidas como verdades. Promesas y espejismos a una población con un gran índice de desempleo, que necesita desesperadamente soluciones.

Nada demasiado nuevo, en realidad. Las transnacionales vienen apropiándose del mundo (léase, globalización) utilizando para ello el credo de que no hay desarrollo posible sin inversiones extranjeras. Sin embargo, los países del Sur que han recibido inversiones extranjeras siguen tanto o más pobres: son escenarios donde crece la exclusión, la explotación y el exterminio. ¿O acaso la riqueza se mide por la cantidad de celulares?

Uruguay se ha convertido en la mira del negocio forestal-celulósico. Sus praderas se han llenado de monocultivos de árboles que ya han hecho sentir sus efectos: concentran tierra en manos extranjeras, agotan fuentes de agua, dan lugar a la aparición de plagas, contribuyen al despoblamiento del campo, dan menos empleo que las demás actividades rurales que desplazan. Y ahora que los árboles están maduros se quiere instalar la megaindustria celulósica para la cual resultan una atractiva materia prima. La finlandesa Botnia y la española Ence ya tienen los permisos de construcción. Botnia ha empezado las obras en medio de una gran oposición regional que ha alcanzado dimensiones binacionales. Stora Enso acaba de aterrizar en Uruguay con la compra de 50.000 hectáreas para plantaciones, y pretende de aquí a 2007 adquirir 100.000 hectáreas más con el objetivo de alimentar una gigantesca fábrica de celulosa en el centro del país (ver artículos sobre esos temas en la página http://www.wrm.org.uy/paises/Uruguay.html).

Eso implica destruir desde el paisaje del Uruguay hasta sus olores, empezando por la calidad de vida de su gente y terminando por su futuro productivo y soberano. Pero no será posible hacerlo con conocimiento de causa, por lo cual es necesario pintar otro escenario. Y ocultar verdades.

* Botnia y Ence anuncian que utilizarán en Uruguay la “mejor” tecnología existente a nivel mundial –la que utiliza dióxido de cloro, o sistema ECF.

FALSO: sólo unas pocas plantas modernas de celulosa son consideradas hoy líderes en materia ambiental. Éstas incluyen las plantas de Mönsterås y Östrand en Suecia y la planta Stendal en Alemania. Todas ellas producen celulosa blanqueada con sistema totalmente libre de cloro (TCF), que permite la alternativa de circuito cerrado, la cual reduce el uso de agua limpia y permite eliminar casi por completo la descarga de aguas residuales del proceso de blanqueo. (1)

* Dicen que la fábrica no va a tener impactos negativos en el ambiente. Ni en el agua, ni en el aire, ni en la tierra. “Acá no vamos a generar ninguna sustancia que genere cáncer. Tampoco vamos a generar dioxinas y furanos, que son compuestos orgánicos persistentes que se generan indeseadamente”. “Acá no se va a generar ni un gramo de dioxina”.

FALSO: “La etapa de blanqueo es tal vez la más problemática en términos ambientales en una planta de celulosa kraft blanqueada . Se produce y se usan grandes cantidades de sustancias químicas y suele ser la única parte de la planta que genera un flujo permanente de efluentes”. “En relación con la tecnología ECF, es necesario mencionar que todos los químicos blanqueadores son oxidantes poderosos y, en consecuencia, constituyen una amenaza para los trabajadores y para quienes viven cerca de la planta”. “(...) el dióxido de cloro (ClO2) puede tener efectos tóxicos crónicos y agudos, lo que incluye irritación ocular, nasal y de la garganta, tos, dificultad para respirar (posiblemente tardía), edema pulmonar, posible bronquitis crónica y asma.Todo lo anterior, junto con el cloroformo y otros sub-productos similares del blanqueo ECF, conforma el perfil de peligrosidad del dióxido de cloro.” (1)

* Dicen que si uno va a las 300 plantas de Europa, esas plantas conviven con las ciudades y no tienen problemas de convivencia. Los ríos siguen teniendo pesca y la gente se sigue bañando.

FALSO: En el verano de 2003, unos 7.500 metros cúbicos de licor negro escaparon de la fábrica de celulosa de UPM en Lappeenranta¸ Finlandia, y contaminaron gravemente un área importante del lago Saimaa. De acuerdo con la prensa local, “la planta de tratamiento biológico no fue capaz de hacer frente a esa súbita descarga y en el espacio de unos pocos días el licor negro se esparció aguas adentro del lago”. La prensa continúa diciendo que “el licor negro consume el oxígeno del agua, causando una elevada mortandad de peces y también oscurece el agua y contamina las orillas. Además, tiene un olor sumamente desagradable. La mitad de la población de peces resultó erradicada en un radio de tres kilómetros de la planta”. El accidente generó un enojo muy grande, ya que ocurrió justo cuando empezaban las vacaciones de verano (en Finlandia el verano es muy corto) y la gente se disponía a disfrutar del lago. Para peor, la empresa no informó a nadie acerca del problema. “Era como en los viejos tiempos. El agua estaba pesada, blanca, llena de espuma. El olor era terrible. Nos estropeó las vacaciones, ya que el problema duró un mes entero”. (2)

* Dicen que los olores que emiten las fábricas de celulosa no son olores desagradables, es un olor que cambia, pero no es fuerte.

FALSO: a principios de la década de 1990, el Instituto de Karelia del Sur sobre Alergia y Ambiente, en Finlandia, llevó a cabo una serie de estudios acerca de los impactos de los compuestos sulfurosos olorosos sobre la salud humana. Estos compuestos son fundamentalmente el sulfuro de hidrógeno (H2S), el metil mercaptan (CH3SH) y los sulfuros de metilo [(CH3)2S y (CH3)2S2]. Los mismos son emitidos por fábricas de celulosa que utilizan un proceso con sulfato (el mismo que se utilizaría en Uruguay). De los varios estudios realizados surge claramente que estos olores no son simplemente desagradables y molestos sino que además impactan sobre la salud, en particular incrementando el riesgo de infecciones respiratorias agudas, problemas de la vista, cefaleas y problemas neuropsicológicos, entre otros. Los estudios, además, constataron que estos compuestos ingresan a las viviendas de los habitantes locales, por lo que la gente también está expuesta a los mismos dentro de sus casas. A su vez, varias personas preguntadas al respecto de su experiencia en materia de enfermedades que asocian a las fábricas de celulosa, inmediatamente hablaban de asma, alergias y problemas de la piel. (2)

Los planes de instalar dos gigantescas fábricas de celulosa en el lado uruguayo del Río Uruguay enfrentan una creciente movilización de los vecinos argentinos, en la provincia de Entre Ríos, quienes ven amenazadas sus actividades económicas basadas en el turismo ribereño.

En Uruguay, varias organizaciones y personas también se oponen a un emprendimiento que no solo será peligroso en cuanto a la contaminación sino que supondrá condenar al país a la condición de proveedor de una materia prima contaminante, que a través de la forestación acapara nuestros suelos, compromete nuestra agua, flora y fauna, y no da empleos genuinos. ¿Cuál será el escenario dentro de 40 años, cuando las fábricas lleguen al fin de su tiempo útil dejando enormes cadáveres de cemento, y las plantaciones hayan causado estragos en nuestro campo?

Hay mucha gente que no se cree las falsedades propagandísticas de las empresas y otra que está empezando a dudar. Es necesario dar el alerta ahora, porque cuando las fábricas de celulosa ya estén instaladas, será demasiado tarde.

Por Raquel Núñez, Movimiento Mundial por los Bosques (WRM), correo electrónico: yu.gro.mrw@unleuqar

1. Datos del Informe de Observaciones y Recomendaciones de la Misión Internacional de Evaluación de WWF ante la controversia del Santuario de la Naturaleza y sitio Ramsar Carlos Anwandter y la planta de celulosa Valdivia de CELCO. Valdivia, Chile. Noviembre 2005.

2. “Tras la huella de la celulosa en Finlandia. La otra cara de la moneda”, junio de 2005,investigación en el terreno realizada por Ricardo Carrere, http://www.guayubira.org.uy/celulosa/Finlandia.html

AMERICA CENTRAL

- Costa Rica: lecciones aprendidas de la lucha contra las plantaciones

El monocultivo es la principal herramienta que tiene el gran capital transnacional para apropiarse y tomar control del recurso tierra y la mano de obra barata de los países del Sur, causando enormes impactos sobre la diversidad biológica y cultural. La homogenización y dramática simplificación del agroecosistema le permite maximizar la explotación del suelo y de la mano de obra mediante tareas mecanizadas y de fácil control y supervisión. Su sostenimiento se define basado en los códigos de rentabilidad y, dependiendo del cultivo, se cumplen ciclos de diez, quince o veinte años y luego es abandonado. Los resultados son: un suelo agotado o envenenado, graves impactos sociales, disminución importante de la fauna silvestre, pérdida del conocimiento tradicional entre otros impactos culturales junto a impactos en la economía local derivados de una economía de enclave. Pese a lo anterior, las empresas siempre recuperan el dinero invertido y lo hacen con intereses que satisfacen tanto sus expectativas como las del mercado financiero. Luego abandonan todo y se van, como lo demuestra el caso del banano: de la costa atlántica a la costa pacífica y de nuevo en los años ochenta, del atlántico a nuevas áreas.

En Costa Rica, datos aproximados indican que existen ciento veinte mil hectáreas de plantaciones de árboles, las más extensas del país. Algunas áreas se han transformado en otros monocultivos o han sido taladas. El banano ronda las cuarenta mil hectáreas y la naranja ocupa unas veinticinco mil hectáreas. La piña es el nuevo cultivo en expansión causando graves impactos en materia laboral, social, económica y ambiental: ha pasado de nueve mil trescientas hectáreas en 1998 a veintitrés mil en el 2004.

Dentro de la historia del movimiento popular costarricense (comunitario y ecologista), la lucha contra las plantaciones ha dejado varias lecciones aprendidas. Tal es el caso de la campaña contra un proyecto industrial que incluía doce mil hectáreas de plantaciones de melina junto a la construcción de un complejo industrial en la zona sur del país. Esta lucha ocupa un lugar de importancia en la memoria popular debido a las enseñanzas que generó. Este complejo industrial se ubicaría en la zona sur del país y afectaría uno de los ecosistemas más importantes y hermosos del país: el Golfo Dulce que además es uno de los pocos fiordos que existen a nivel mundial.

Las lecciones aprendidas de dicha lucha se pueden sintetizar en:

- la resistencia local es clave y esencial en cualquier lucha, sin ésta no puede haber éxito alguno. Esta resistencia debe ser fortalecida para que una vez la lucha sea ganada, la organización comunitaria pueda trabajar en diversos aspectos locales relacionados con la sustentabilidad y la mejora de la calidad de vida de la comunidad en general. Las organizaciones externas al lugar que brindan ayuda pueden mejorar mucho su accionar si desde el inicio piensan que el éxito de su trabajo de colaboración será medido en tanto su quehacer no sea necesario y este hecho se traduzca en el fortalecimiento de la organización local.

- los planes de trabajo deben discutirse y construirse conjuntamente al nivel local desde donde emanan todas las directrices y toma de decisiones del trabajo de resistencia y construcción de propuestas sustentables.

- el trabajo internacional dentro de este esquema es de gran importancia no solo en la búsqueda de apoyo y solidaridad sino también en la construcción de relaciones que fortalezcan las propuestas sustentables y de resistencia surgidas en el nivel local. Este trabajo es de gran importancia en el contacto de recursos humanos especializados que puedan brindar su colaboración de análisis técnico en áreas donde sea requerido así como en la búsqueda de recursos financieros que faciliten el trabajo de resistencia.

- los medios de comunicación juegan un rol importante y debemos de provocar que estén de nuestro lado. No importa que al inicio los grandes medios no cubran nuestra lucha si lo hacen los pequeños ya que así iremos llegando al principal público y conocedores de que los grandes siempre monitorean las noticias que cubren los pequeños, en algún momento cubrirán la lucha de resistencia. Salir en los medios es importante pero no vital y la mayoría responde a los mismos intereses que combatimos en nuestras luchas.

- lo jurídico y lo científico son solo instrumentos, importantes pero instrumentos al fin. Esta lucha de resistencia es ante todo una lucha política de reivindicación del papel local en la definición del modelo de desarrollo que desean las comunidades.

- la institucionalidad pública no debe ser neutral aunque así lo sostengan. Por esta razón insertamos a varias de estas instituciones públicas en nuestra lucha para que estuvieran a nuestro favor. Así lo hicimos cuando analizando la coyuntura política podíamos vislumbrar que su papel se daría en este sentido. Los neutrales no ayudan en la resistencia.

- la seguridad debe de tomarse en serio en todas las planificaciones. En esta lucha perdieron su vida los ecologistas Oscar Fallas, María del Mar Cordero, Jaime Bustamante y David Maradiaga. Este aspecto debe ser parte de toda planificación de actividades.

- el sector comunal y el ecologista son nuevos actores sociales que pueden jugar un rol de liderazgo en la construcción de alianzas del movimiento popular. Las alianzas son de gran importancia y es necesario invertir todo el tiempo del mundo para lograrlas basándose en el respeto, el aprendizaje mutuo que se puede lograr y en la creación de canales de diálogo y discusión que permiten a más mediano y largo plazo, ir tejiendo lo necesario para construir el país que queremos.

Experiencias de lucha como ésta han permitido en Costa Rica trabajar mediante campañas que hoy en día enseñan que el manejo comunitario del bosque y la biodiversidad, así como la construcción campesina e indígena de los derechos que estos actores sociales poseen sobre su conocimiento tradicional, son posibles. Permiten también construir nuevos movimientos como el que hoy existe en el atlántico y zona norte del país en contra del cultivo de piña, nueva amenaza al ambiente y a las comunidades locales costarricenses. Son sueños que soñando y empujando se vuelven cada día más reales.

Por COECOCeiba-AT, correo electrónico: rc.oc.ascar@aztivag

AFRICA

- África: mapas del bosque realizados por sus verdaderos guardianes

En los bosques del norte de la República del Congo, los Mbendjele son un pueblo escondido. Esta tribu pigmea ha coexistido con su medio ambiente por miles de años, viviendo enteramente de los recursos del bosque. Su impacto sobre el bosque es tan mínimo que en las imágenes satelitales es imposible detectar cualquier evidencia de las actividades de este pueblo cazador-recolector.

Pero su “existencia escondida” se ve amenazada por las concesiones de explotación maderera otorgadas y por las empresas que llegan en busca de la madera. Sin embargo, el trabajo realizado en la selva amazónica de Brasil ha mostrado que el reconocimiento de los derechos de las comunidades puede ayudar a evitar una mayor deforestación, y se espera que el reconocimiento de los derechos a la tierra y de las actividades indígenas represente también un progreso para los bosques de Africa Central.

Dos tercios de los dos millones de kilómetros cuadrados de bosques de Africa están dentro de la República Democrática del Congo, y el Banco Mundial estima que unos 35 millones de personas dependen, al menos en parte, de estos recursos. En Gabón, la mayor parte de los bosques ya han sido asignados a concesiones madereras. En Camerún se establecieron áreas de conservación, pero es sumamente frecuente que no se reconozca en ellas a las comunidades locales, muchas de las cuales han sido desalojadas de sus territorios tradicionales.

Los bosques tropicales de Africa Central son vitales para los pueblos indígenas que de ellos dependen. Allí recolectan tanto alimentos silvestres como plantas medicinales; los productos del bosque les proveen de abrigo y combustible para el alumbrado y la cocina; de hecho, estos pueblos tribales encuentran en el bosque toda la comida, el combustible y las fibras que les son indispensables. Sin embargo, con la explotación maderera industrial, el medio ambiente en el cual viven estos pueblos se está modificando irreversiblemente y, en el peor de los casos, está siendo completamente destruido. Algunos argumentan que la explotación maderera genera empleo, educación y servicios para las comunidades locales, pero la mayoría de las veces las promesas no se cumplen y los beneficios son efímeros. A medida que las empresas madereras avanzan, aumenta la incidencia de la malaria y del virus del VIH/SIDA, y el impacto de la extracción de madera amenaza la rica diversidad biológica de estos antiguos bosques.

Aplicando técnicas cartográficas modernas, se recurrió a imágenes satelitales para definir las diferentes zonas de bosques en Camerún, a efectos de determinar las áreas de conservación y las regiones que serían destinadas para la explotación industrial. Aparentemente, todas estas áreas estarían deshabitadas, ya que las imágenes satelitales no logran registrar un nivel de actividad humana tan pequeño en la profundidad del bosque. Mientras tanto, las áreas para uso comunitario se asignaron a lo largo de las carreteras, y ya son objeto de intensa competencia para la agricultura y agroforestería. El conflicto ha sido inevitable, dado que las comunidades pigmeas Baka no han logrado obtener beneficio alguno, al no reconocerse sus derechos consuetudinarios a la tierra y por haber sido destruidos sus territorios tradicionales.

Pero los Baka están comenzando a figurar en el mapa. Trabajando con Rainforest Foundation y su socio local, el Centro por el Medio Ambiente y el Desarrollo de Yaoundé, sus miembros han sido entrenados como cartógrafos. Estos ya comenzaron a trabajar con su gente para definir zonas de importancia, incluidas tierras de caza, áreas de recolección de productos específicos del bosque, zonas de pesca y territorios sagrados. Es de esperar que estos mapas revelen el verdadero valor de los bosques, y que los mapas “oficiales” y los planes para las concesiones madereras puedan ser modificados tomando en cuenta los medios de vida reales de los pueblos Baka que habitan el bosque, así como los de las comunidades agrícolas bantúes.

La República Democrática del Congo está a punto de comenzar su propia demarcación de las zonas boscosas con el patrocinio del Banco Mundial. “Esto representa una amenaza, porque el proceso del gobierno podría simplemente repetir los errores cometidos en otros países, como Camerún, donde las comunidades del bosque han desaparecido del mapa. Pero también puede ser una verdadera oportunidad”, dice Simon Counsell, Director de la Rainforest Foundation, quien considera que la confección de mapas por parte de las comunidades en la República Democrática del Congo permitiría que se aceptaran los reclamos de tierras tradicionales a medida que se desarrolla el plan nacional de demarcación de bosques. “El procedimiento no es difícil”, continúa. “Si bien las comunidades con las que estamos trabajando son en su gran mayoría analfabetas, eso no les impide captar los principios de la cartografía y comprender algunas de las tecnologías bastante avanzadas que se utilizan en el proceso”.

Con la utilización de sistemas de información y posicionamiento geográfico (GIS y GPS), el equipo de la Rainforest Foundation capacitó, en tan solo una semana, a cartógrafos de las comunidades en el área del río Lopori, provincia de Ecuador, para cubrir una zona de más de 1.000 kilómetros cuadrados y ubicar en el mapa los lugares de importancia cultural. El resultado fue la producción de un mapa más exacto que el manejado actualmente por las autoridades nacionales. Pero para las comunidades mismas, el mapa reveló las distintas formas en que el bosque era utilizado por los diversos grupos. Por ejemplo, las zonas de caza eran invariablemente diferentes de los lugares donde las mujeres recogen alimentos silvestres y plantas medicinales. También se vio que los jóvenes y los ancianos no utilizan el bosque y sus productos de la misma manera. Sin embargo, también puede ser peligroso revelar información. La divulgación del conocimiento indígena puede llevar a una mayor explotación si la información no es usada con respeto. Simon Counsell concluye diciendo que “es importante que esta técnica sea utilizada para dar poder a los pueblos locales, por lo cual es vital que las comunidades conserven la propiedad absoluta de los mapas. Pero lo que esperamos hacer es demostrar los resultados positivos de esta iniciativa a agencias internacionales como el Banco Mundial, para que puedan ver que estas comunidades manejan los bosques de forma sustentable y decidan financiar una aplicación más amplia de estas tecnologías de comunicación por parte de las comunidades”.

Por: “New Agriculturalist online”, enero de 2006, http://www.new-agri.co.uk/06-1/develop/dev01.html, enviado por Simon Counsell, correo electrónico: moc.kutserofniar@cnomis, Rainforest Foundation, http://www.rainforestfoundationuk.org/

- Camerún: un plan de demarcación que divide los bosques y la gente

Durante las últimas dos décadas, Camerún ha vivido una importante reorganización de su sector forestal. Con el patrocinio del Banco Mundial, se implementó un proceso de reforma política del cual resultó la Ley Forestal de 1994 que modifica los impuestos y reglamentaciones forestales relacionados con el otorgamiento de concesiones, incluso la exigencia de planes de gestión y nuevas disposiciones sobre el manejo comunitario de bosques. La implementación de la ley forestal se basó en un plan nacional de demarcación conocido como “plan de zonage”, concebido en principio como un plan provisorio, pero que en la práctica fue tomado frecuentemente como definitivo y sin abrirlo a discusión.

La ley hace una distinción fundamental entre bosques permanentes y bosques no permanentes (BP y BNP respectivamente). El BP debe permanecer como bosque a largo plazo e incluye los bosques estatales, los bosques de producción (para extracción de madera), las áreas protegidas, las reservas forestales y los bosques municipales. El BNP incluye los bosques comunales (manejados generalmente según las reglas “tradicionales” locales), los bosques comunitarios (arrendados a organizaciones comunitarias) y los bosques de propiedad privada. Queda prohibido dentro del BP el cultivo itinerante, y está restringido el uso de los recursos forestales. El BNP es territorio que puede ser utilizado con fines no forestales; es por lo tanto en esta zona que todas las actividades agrícolas deben llevarse a cabo. Dentro de esta categoría, las comunidades pueden solicitar bosques comunitarios de hasta 5.000 ha en arrendamiento a 25 años; este convenio se revisa cada cinco años. Las comunidades pueden explotar estos bosques para extraer madera o para otros propósitos, sobre la base de un plan de gestión. Dentro del BNP también se pueden establecer territorios de caza de hasta 5.000 ha.

La extracción de madera es posible tanto por medio de concesiones forestales (“Unités Forestières d’Aménagement”, UFA), como a través de la venta de cierto volumen de madera en pie (“ventes de coupe”). Las UFA son concedidas dentro de la zona de bosques de producción por un período de 15 años y pueden tener una superficie máxima de 200.000 ha. Las “ventes de coupe”, que pueden ser otorgadas tanto en el BP como en el BNP, están reservadas para los nacionales y no pueden sobrepasar las 2.500 ha o un volumen dado de madera en pie.

En 1993, el Departamento Forestal, con la asistencia de la firma consultora canadiense Tecsult Inc., formuló un “plan de zonage” para el sur de Camerún. En dicho plan, la gran mayoría de las tierras fue definida como bosques estatales. El área total considerada por el plan era de 14 millones de hectáreas, de las cuales alrededor de 9 millones correspondían al BP. Dos tercios de estas últimas eran bosques de producción. A lo largo de las rutas principales se establecieron franjas de bosques comunitarios, así como también en las zonas de amortiguación que circundan los pueblos.

El “plan de zonage” fue concebido como provisorio para luego ser convertido en un sistema de demarcación definitivo a través de la reserva oficial de los bosques permanentes (ver boletín no. 93 del WRM). Esto, en teoría, debía conllevar un proceso de consulta con las comunidades locales para determinar los límites entre los bosques permanentes y los no permanentes. Pero el resultado de dicho plan refleja claramente las prioridades del gobierno y de los financiadores de este proceso, que fueron principalmente los ingresos por la producción maderera y, en cierta medida, la conservación de los bosques. En contraposición a esto, se prestó muy poca atención a las prioridades de los pueblos locales y de las comunidades dependientes del bosque. Esto se ve reflejado en la designación final de las zonas, donde casi el 65% del área total considerada fue asignada a la zona BP y la mayor parte de la misma fue definida como bosque de producción. Mas aún, las mejores regiones del bosque fueron muy a menudo incluidas dentro de esta zona. Es así que los pueblos locales se vieron impedidos de poseer o manejar con fines económicos casi dos tercios del territorio, disponiendo de un área extremadamente limitada para el cultivo o para bosques comunitarios. Incluso dentro de estas áreas, los intereses comunitarios se enfrentaban a la competencia de la industria, ya que las ventas por volumen de madera en pie estaban permitidas en las mismas.

Las zonas designadas como BNP fueron identificadas en base a imágenes satelitales y fotos aéreas. Tal método no permite identificar las áreas utilizadas para la agro-silvicultura, los antiguos barbechos ni las zonas utilizadas para la extracción de recursos. En consecuencia, muchas regiones usadas por las poblaciones locales para la caza, la pesca y la recolección de productos del bosque fueron incluidas dentro del BP, como lo fueron los antiguos barbechos y las tierras agro-forestales, incluyendo las plantaciones de cacao. Está permitida cierta extracción de recursos dentro del BP siempre y cuando sea con fines de subsistencia, pero todas estas actividades están prohibidas en las diversas categorías de áreas protegidas. Los cultivos, incluyendo la agro-silvicultura, están absolutamente prohibidos. Así, muchas poblaciones rurales vieron sus actividades severamente restringidas por esta demarcación.

El plan tampoco tuvo muy en cuenta la naturaleza dinámica del uso de la tierra; por ejemplo, no consideró los modelos de agricultura itinerante y el carácter nómade de los establecimientos. Por otra parte, si bien las zonas de amortiguación que rodean los pueblos fueron asignadas para cubrir las futuras necesidades agrícolas, estas no eran suficientes. Muy poca consideración fue dada a otras necesidades como la extracción de recursos, la caza o la agro-silvicultura. Tales actividades pueden tener lugar dentro de los bosques comunitarios, pero como deben desarrollarse en el BNP, compiten con las necesidades agrícolas y con las “ventes de coupe”. Las zonas de amortiguación no eran lo suficientemente extensas como para cubrir estas diversas actividades. De hecho, al restringir los bosques comunitarios al BNP se están marginando los métodos locales de explotación forestal ya que esta distribución favorece claramente a los modelos tradicionales de producción maderera a gran escala. La hipótesis subyacente es que el uso del bosque disminuirá dando lugar a una agricultura más intensiva y sedentaria.

Los más desfavorecidos fueron los pueblos pigmeos Baka, Bakola y Bagyéli, ya que ninguna concesión fue hecha considerando su particular modo de vida. Aquellos que viven dentro del bosque se encontraron con que sus territorios fueron incluidos en el BP, dentro del cual no pueden solicitar bosques comunitarios. Y aunque pudieran hacerlo, el tope máximo de 5.000 hectáreas para los bosques comunitarios no sería suficiente para su estilo de vida de caza y recolección. Incluso aquellos grupos que están oficialmente “establecidos” en aldeas continúan haciendo uso extensivo de los recursos del bosque, pero esto no fue reconocido.

La división establecida entre BP y BNP ha creado una división entre la administración y las poblaciones locales, fomentando el desarrollo de estrategias competitivas de uso de la tierra. Por ejemplo, el proceso de determinar los límites entre BP y BNP promovió la tala de zonas boscosas por parte de los pueblos locales que intentaban reclamar estas áreas y así correr el límite propuesto del BP. Además, la existencia de legislaciones diferentes para cada una de las zonas, con reglamentaciones más estrictas para el BP, alentó la explotación del bosque dentro del BNP.

De esta manera, el “plan de zonage” creó las condiciones perfectas para generar conflictos en torno a los recursos del bosque. En efecto, los conflictos entre las comunidades y las empresas de explotación forestal, entre las autoridades locales y nacionales y entre las comunidades mismas, se volvieron endémicos y se esparcieron por los bosques cameruneses.

Sería necesario tener un enfoque más integrado para el manejo de los bosques, que tomara cada una de las diferentes zonas como parte de un todo y que las manejara sobre esa base. Sin un cambio de este tipo, los bosques comunitarios podrían terminar siendo “islas en un mar de explotación forestal sin reglas” dentro del BNP. Del mismo modo, las zonas de conservación y las áreas agrícolas podrían convertirse en islotes en medio de los bosques de producción.

Este enfoque más integrado fomentaría un sentido de propiedad común de los recursos, y evitaría que las distintas partes interesadas se replegaran en sus áreas de gestión respectivas dentro del BP o el BNP.

Adaptado de: “Divided Forests: Towards Fairer Zoning of Forest Lands”, The Rainforest Foundation, http://rainforestfoundationuk.org/files/Divided%20Forests.pdf

- Ghana: una represa a costa de los bosques

El gobierno de Ghana y Syno Hydro, una empresa constructora china, han firmado un memorándum de entendimiento y un contrato de 500 millones de dólares para llevar a cabo la construcción de la represa de Bui. Dos millones de dólares están destinados a la evaluación del impacto ambiental (EIA), el cual deberá preparar el terreno para el despegue del proyecto que ha estado en estudio por décadas. A pesar del desastre ambiental causado en Ghana por la represa de Akosombo, del Banco Mundial (utilizada para reducir el costo de la energía necesaria para procesar la bauxita extraída en Jamaica), y de su incapacidad para satisfacer las expectativas de generación energética, el nuevo proyecto de represa ha sido retomado con el objetivo de evitar el costo cada vez mayor de las centrales térmicas que funcionan con petróleo crudo.

El embalse de la represa proyectada inundaría una vasta superficie del Parque Nacional Bui, incluido el último hábitat de los hipopótamos de Ghana, destruyendo el refugio de unos 150 ejemplares y de muchas especies de anfibios, mariposas, aves y varios primates en peligro de extinción (ver boletín № 46 del WRM). “En oposición a lo expresado por los defensores de la represa, quienes sostienen que los hipopótamos y otras especies en peligro de extinción en el parque serán realojadas cuando comience la construcción de la represa”, un comentario anónimo presentado a la Comisión Mundial de Represas (CMR) argumenta que los “conservacionistas entrevistados sostienen que los hipopótamos en particular, por su naturaleza única, no pueden sobrevivir fuera del Parque Nacional Bui. Por otra parte, el Ministerio de la Caza y la Fauna de Ghana está demasiado en quiebra como para enfrentar los costos que implicaría rescatar a los animales en Bui y enviarlos a los supuestos ‘refugios seguros’”.

El proyecto de represa de Bui requeriría la reubicación forzada de más de 2.500 personas y pondría también en marcha otros efectos graves sobre el ambiente, como el cambio de régimen del río que dañaría los hábitat ubicados río abajo. Un estudio reciente realizado por la Universidad de Aberdeen reveló que en el Volta Negro viven 46 especies de peces de 17 familias, todas de importancia económica. Estas colonias de peces nativos podrían verse severamente afectadas por los cambios en la temperatura del agua, la contaminación y las barreras que bloquearían su migración a lo largo del río. Los bosques que sirven como zonas de desove también serían destruidos. Los críticos sostienen además que si la represa se construyera también podrían aparecer enfermedades transmisibles por el agua. En especial la esquistosomiasis podría invadir el lago, implicando severos riesgos para la salud de las poblaciones locales.

La región ya ha vivido desplazamientos y epidemias. En 1965, 80.000 granjeros fueron desplazados a causa de la construcción de la represa de Akosombo, que en aquel momento inundó más tierra que cualquier otro proyecto hidroeléctrico: aproximadamente 8.500 kilómetros cuadrados. Esto provocó brotes de malaria, bilharzias y otras enfermedades que se transmiten a través del agua. Entre 1978 y 1981, la represa de Kpong desplazó a 6.000 personas, causando conflictos de reubicación aparentemente peores que los vividos anteriormente.

El parque Bui está ubicado en la región centro-oeste del país, contra la frontera internacional con Costa de Marfil, y es atravesado por el río Volta Negro. La vegetación es predominantemente de montes de sabana, con áreas de pradera y de bosques ribereños a lo largo del Volta Negro y de otros ríos más pequeños del parque. Estos bosques ribereños son los mejores preservados a lo largo del río, y probablemente los únicos que quedan en todo el sistema fluvial del Volta.

Además, existe también preocupación sobre los aspectos prácticos de una represa hidroeléctrica en un río del que se dice que varía mucho según la estación. ¡Todo indica que los ghaneses terminarían pagando un precio bastante alto por la electricidad!

Artículo basado en información obtenida de: “Ghana: All Set For Bui Dam To Take Off”, Graphic Ghana, distribuido por Pambazuka News 228, http://www.pambazuka.org/index.php?id=30110; “Dams Incorporated. The Record of Twelve European Dam Building Companies”, Chris Lang, Nick Hildyard, Kate Geary y Matthew Grainger, publicado por la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza, http://www.thecornerhouse.org.uk/item.shtml?x=52008#index-01-03-00-00-fn019ref

- Liberia: demanda contra Firestone por esclavitud y trabajo infantil en plantaciones de caucho

En noviembre de 2005, el International Labor Rights Fund (ILRF), amparado en la ley de reclamaciones denominada Alien Tort Claims Act, presentó ante la Corte del Distrito de California de los Estados Unidos un pleito contra la empresa Bridgestone, alegando “trabajo forzado, el equivalente moderno de la esclavitud”, en la plantación de caucho de Firestone en Rabel, Liberia, de la cual es socio Bridgestone.

Según se establece en la demanda, “los trabajadores de las plantaciones alegan, entre otras cosas, que permanecen atrapados por la pobreza y la coerción en una plantación congelada en el tiempo, que Firestone maneja de manera idéntica a como era operada cuando la abriera en 1926”. Y lo peor es que las condiciones se han deteriorado aún más desde esa fecha.

La plantación de 404.700 hectáreas fue establecida aquel año, cuando Harvey Firestone obtuvo un contrato de arrendamiento de 99 años por la tierra, a cambio de un préstamo blando de 5 millones de dólares destinado a ayudar al gobierno de Liberia a pagar su deuda con el gobierno de los Estados Unidos. De hecho, el territorio pertenecía originalmente a las tribus Mamba Bassa que allí habitaban; éstas fueron expulsadas de su tierra natal por la empresa y el gobierno de Liberia, sin beneficio alguno para sus pobladores (ver boletín N˚ 94 del WRM).

El director ejecutivo del ILRF, Terry Collingsworth, presentó la demanda en nombre de 12 trabajadores liberianos y sus 23 hijos, quienes permanecen en el anonimato para protegerse de represalias.

Emira Woods, investigadora liberiana del Institute for Policy Studies, informó sobre las condiciones en la plantación de Firestone. Según Collingsworth, “los puntos fuertes del caso son, desafortunadamente, las violaciones extremas de los derechos humanos en la plantación; el trabajo infantil está presente en todas partes y el trabajo forzado de los adultos es la norma”.

El caso se ve también reforzado por una entrevista realizada en noviembre de 2005 por CNN Internacional a Dan Admonitis, presidente de una subsidiaria de Firestone, donde se discute la cuota diaria de extracción (sangrado) de caucho. “Cada operario extrae aproximadamente 650 árboles por día; esto le lleva tal vez un par de minutos por árbol”, expresó el Sr. Admonitis. “Seiscientos cincuenta árboles por día, a dos minutos por árbol, son 1.300 minutos, o más de 21 horas de trabajo por día”, señaló Femi Oke, anfitriona de CNN.

Dan MacDonald, director de relaciones con los medios de comunicación de Bridgestone-Firestone, buscó contextualizar la declaración del Sr. Admonitis señalando que “un par de minutos” es “una manera de hablar”. El Sr. MacDonald explicó que los trabajadores extraen el caucho de los árboles en la mañana y luego regresan en la tarde a recogerlo, lo cual significa que deben visitar dos veces cada uno de los 650 árboles. “La mayoría de los ‘sangradores’ trabaja de siete a ocho horas por día”, dijo el Sr. MacDonald. “La cuota diaria es suficiente para obtener un salario decente”.

Una jornada de ocho horas tiene 480 minutos, durante los cuales deben visitar dos veces 650 árboles, además de realizar otras tareas requeridas, como limpiar los cortes, aplicar pesticidas y fertilizantes a los árboles y acarrear baldes de látex de 75 libras hasta los puntos de recolección, ubicados hasta a una milla de distancia; todo por $3,19 por día. La demanda (que sostiene que la cuota actual diaria de 650 árboles “no es la verdadera” y ubica el número real muy por encima) señala que, en realidad, las condiciones se han deteriorado desde 1926, y hace referencia a estudios de 1956 y 1979 que informan sobre una cuota diaria de 250-300 y 400-500 árboles respectivamente.

“Sin mejoras tecnológicas y con una cuota de dos a cuatro veces mayor que las de los informes previos, el sistema requiere hoy en día que cada trabajador, para lograr su cuota diaria, deba conseguir uno o más ‘ayudantes’ no pagos”, señala la demanda. “Obviamente los únicos ayudantes disponibles bajo esos términos son sus propios hijos”. “Los capataces y supervisores de la plantación de Firestone no sólo saben esto sino que lo fomentan y lo exigen”, agrega. “Tal vez anticipándose a esta demanda, a comienzos de setiembre de 2005 la plantación de Firestone emitió una directiva estableciendo que ya no se permitiría el trabajo infantil”.

El Sr. MacDonald refutó esta afirmación. “Por muchos años hemos mantenido una política contraria al trabajo infantil; tenemos pautas estrictas que prohíben el empleo de niños”, dijo. “Emitimos una directiva porque quisimos reiterar y reafirmar la política existente, porque queremos que la gente sepa exactamente cuáles son los lineamientos y las expectativas”.

El Sr. Collingsworth, quien espera que la compañía responda formalmente en la corte dentro de dos semanas, resume sucintamente su opinión sobre el caso: “Este caso muestra, en la era de las relaciones públicas, los códigos de conducta y los negocios ‘socialmente responsables’, lo que una importante multinacional es capaz de hacer si nadie se lo impide”.

Basado en el artículo: “Alien Tort Claims Act Lawsuit Alleges Slavery and Child Labor on Liberian Firestone Plantation”, William Baue, SocialFunds.com, 30 de diciembre de 2005, News and Press, http://www.laborrights.org/press/Firestone/socialfunds_123005.htm

ASIA

- Bangladesh: los manglares son mucho más generosos que la industria camaronera

Los manglares, el equivalente costero de los bosques tropicales en tierra, también llamados “bosques de agua salada”, han provisto de sustento a numerosos lugareños (ver boletín № 51 del WRM). Los Sundarbans, el manglar costero más grande del mundo, se extiende sobre casi más de 15.000 km2 a través de la India y Bangladesh, y constituye una barrera natural contra los tsunamis y los frecuentes ciclones que soplan desde la Bahía de Bengala. Con raíces que toleran el agua salada, los mangles alcanzan una altura de 20 metros o más, sobre islas de capas de arena y arcilla gris, depositadas por los ríos que corren por más de 1.600 km desde el Himalaya hasta la Bahía de Bengala.

Durante los últimos 20 años, los exportadores de camarones y langostinos tigre negro han ocupado miles de arrozales y otros cultivos, y los han inundado con agua salada para poder criar dichos crustáceos.

Comprimidos entre la jungla y miles de granjas de camarones y langostinos en expansión, al menos 100.000 aldeanos de Bangladesh se arriesgan al ataque de los tigres de Bengala para pescar, cortar árboles y juntar miel en el bosque Sundarbans. “Para miles de familias que se niegan a irse, la única opción que les queda es la peligrosa tarea de juntar miel, pescar o cortar árboles en el manglar”, dice Abdul Haque, maestro de un pueblo de la isla de Gabura, ubicada en una de las regiones de Bangladesh con mayor concentración de granjas de camarones y langostinos, las cuales se extienden hasta casi 80 km tierra adentro.

“Al arrendar nuestra tierra a los ricos empresarios camaroneros, hemos sido las peores víctimas”, dijo. “Recibimos una única entrega de dinero por la tierra, que gastamos rápidamente”. “Ahora, cuando todo está dicho y hecho, ya no podemos plantar árboles o legumbres aquí. Es indudable que la gente tiene miedo de entrar en la selva. Pero cuando comienzan a sentir hambre, se ven forzados a hacerlo.”

Muchos aldeanos entran al bosque para cortar árboles con los que construir botes de pesca, o vender su madera a fábricas de paneles para muebles o edificios y otros productos. Los recolectores de miel son quienes suelen correr los mayores riesgos, buscando los panales en una vegetación tan densa que la única forma de atravesarla es andando a gatas. Cada primavera, los recolectores de miel se endeudan para alquilar botes para su viaje a través del vasto laberinto de ríos y canales de agua salada y fangosa, que serpentean alrededor de miles de islas de la jungla. Deben aprovisionarse de la comida y los elementos necesarios para viajes que duran hasta tres meses. Y deben además sobornar a los funcionarios forestales corruptos.

Forzados a entrar en la profundidad de los manglares por las granjas camaroneras, los recolectores de miel de la aldea deben luchar para obtener este oro líquido, vigilado de cerca por animales de la selva como la serpiente pitón y la cobra real, los cocodrilos y los tigres de Bengala devoradores de hombres. A pesar de todo, el manglar es mucho más generoso que la industria camaronera…

Artículo basado en información extraída de: “The Lure of Liquid Gold”, Paul Watson, Los Angeles Times, distribuido por Mangrove Action Project (MAP), http://www.earthisland.org/map/ltfrn_166.htm

- India: Adivasis muertos a tiros defendiendo su tierra contra la invasión de la siderúrgica Tata Steel

El año recién había comenzado cuando una tragedia sucedió en el distrito Jajpur de Orissa, en Kalinga Nagar.

Hace ya varios meses que las tribus y otros aldeanos del lugar participan de una amarga lucha para evitar ser desplazados a causa del proyecto siderúrgico de Tata Industries, una empresa con un largo historial de desplazamientos de pueblos y expoliación de sus recursos naturales. En mayo del año pasado, las poblaciones locales evitaron el inicio de obras en Kalinga Nagar.

El 2 de enero, los lugareños se reunieron en el sitio previsto para la planta siderúrgica de Tata Steel. Cuando los bulldozers entraron en acción, hombres y mujeres con armas tradicionales se acercaron al lugar. Sin embargo, la Secretaría de Estado había dado estrictas instrucciones para facilitar la construcción. Balas de goma y granadas de gas lacrimógeno fueron lanzadas contra los agitadores. Doce Adivasis cayeron muertos.

Mientras el gobierno intentaba por todos los medios neutralizar la crisis, la gente mantenía las barricadas con los 12 cuerpos aún en la carretera. Al caer la tarde algunos activistas sociales los convencieron de cremarlos. Las muertes unieron a los miembros de las tribus, quienes juraron en el lugar del funeral que no cederían una pulgada de sus tierras ancestrales a ninguna industria.

El gobierno había decidido entregar miles de hectareas de tierras de los Adivasis para la construcción de minas, industrias y otros grandes proyectos similares. Si este plan se lleva a cabo, solo en Jharkhand más de 55.000 Adivasis serán desplazados. En respuesta a esta amenaza, en los pasados seis meses aquellas aldeas formaron Bhumi Suraksha Sangatans (organizaciones para la protección de nuestras tierras), que al día de hoy han organizado toques de queda populares (“janata”), evitando que el personal de cualquier gobierno o empresa minera entre en sus pueblos. Así nació un nuevo movimiento de resistencia.

En una carta enviada el año pasado por Chakradhara Haibru, presidente de la Visthapan Virodhi Manch – organización que dirige la resistencia al desplazamiento – a la oficina estatal de control de la polución de Orissa, quedó clara la posición de las poblaciones locales: “La zona más importante [de la planta de Tata Steel] no es un baldío. Está constituida por verdes ondulaciones con ricos bosques, asentamientos tribales de más de diez mil personas distribuidas en dos gram panchayats (consejos electivos de la aldea), tierras agrícolas, antiguos pozos de agua, pasturas, tierras comunales y caminos”. “Un 20% del área del proyecto tiene bosques de gran valor donde abundan diversas especies madereras: Sal, Kuruma, Vandan, Ashan y Piasal, además de Mahula y Kendu”. “El área total de la zona desierta es de menos de 5 acres [2 hectáreas] en el lado norte. ¿Por qué la zona principal es descrita como BALDIO, ignorando la realidad del suelo?” “Lamentaríamos que se diera la impresión de que los miembros de las tribus de Kalinga Nagar fueron asesinados porque exigieron una mayor compensación o mejores condiciones de reubicación. La cuestión es bastante diferente de lo que dicen los medios de comunicación”.

Habiendo aprendido de amargas experiencias, la carta continuaba diciendo: “El informe [de la oficina estatal de control de la contaminación] trata de hacer creer que el proyecto de TSL (Tata Steel) creará puestos de trabajo directos e indirectos y que tendrá un impacto beneficioso para el ambiente humano. El informe trata de señalar que las personas en las zonas de amortiguación deberían tener una vida desarrollada y próspera, con mejores alimentos, mejor salud, mejores condiciones de alojamiento, instalaciones educativas y culturales. Esta es una imagen falsa para la gran mayoría de los trabajadores del área.

Este plan ‘secreto’ de expansión de Kalinga Nagar por el gobierno de Orissa, que decidió adquirir casi 200 kilómetros cuadrados para el complejo industrial, infraestructura y otros propósitos, dejará sin tierras a todos los habitantes de la zona. La mayor parte de ellos perderá su hogar y deberá buscar refugio en las colonias del gobierno. Habrá una gran escasez de agua y una contaminación generalizada del aire a consecuencia del complejo industrial. Mientras tanto, algunas empresas privadas están comprando tierras agrícolas de excelente calidad a través de negocios ilegales, dejando a los campesinos sin tierra. Los funcionarios del gobierno están en connivencia con los agentes inmobiliarios para adquirir tierras de los campesinos pobres.

Muchas de las tribus que enfrentan los desplazamientos carecen de derechos formales sobre sus huertas y tierras agrícolas. Entonces, el paquete de compensación compuesto por una pequeña parcela en una colonia de reubicación y 50.000 rupias (US$ 113) para construir una casa de una habitación, no les da seguridad ni por un solo día ya que no tienen un empleo regular para poder disponer de un salario. Arrancados de su vida tradicional y de sus actividades agrícolas y de recolección, esta gente no puede, por más esfuerzos de imaginación que haga, ser capaz de ganar en la colonia lo suficiente como para esperar por un trabajo en las fábricas. Después de todo, no entran dentro de los criterios para obtener un tratamiento preferencial en el mercado laboral de Kalinga Nagar ya que, según el gobierno, no han perdido sus tierras. Hemos aprendido la lección a partir de los problemas de las personas desplazadas que viven en la colonia de reubicación de Gobarghati; tanto hombres como mujeres y niños ganan su sustento en las fábricas de triturado. Se lamentan por su desgracia actual y maldicen a las autoridades de la planta de Nilachal por quienes perdieron sus hogares y sus tierras.

Nosotros, que somos 10.000, y otros 50.000 miembros de tribus que están en las zonas de amortiguación, nos oponemos a ser desplazados de nuestros hogares y nuestras tierras agrícolas. También los 50.000 Dalit están en contra de los proyectos en Kalinga Nagar. En este sentido, no estamos de acuerdo ni aceptamos el sueño de ‘desarrollo’ que nos propone el informe. No estamos dispuestos a quedarnos sin hogar, sin tierra y sin trabajo. No queremos perder nuestra vida tradicional, nuestra cultura”.

Artículo basado en información obtenida de: “We don’t accept the ‘development dream’ put before us!”, Chakradhara Haibru, Bistapan Virodhi Janamancha, http://www.minesandcommunities.org/Action/press864.htm; “People’s Version Of Kalinganagar Firing On 2nd January, 2006”, Independent Media, http://samajwadi.blogspot.com/

- Indonesia: el Deutsche Bank se retira del proyecto de celulosa de la UFS

Los planes de la firma United Fiber System para construir un imperio de la celulosa en Kalimantan recibieron un duro golpe en enero de 2006, cuando el Deutsche Bank confirmó que abandonaba su rol como asesor financiero de la empresa. Cinco años antes la UFS había anunciado que había contratado a la filial de Singapur de dicho banco como asesor financiero para la adquisición de la fábrica de celulosa de Kiani Yertas, en Kalimantan oriental.

El director general del Deutsche Bank, Michael Hoelz, confirmó en una declaración a diferentes ONG alemanas que “el Deutsche Bank ya no tiene ningún compromiso con UFS”.

El banco se retiró luego de las presiones ejercidas por Urgewald, Robin Wood, Rettet den Regenwald y Global 2000 (Amigos de la Tierra Austria). En noviembre de 2005, los activistas de Robin Wood colgaron una pancarta en la sede del banco en Frankfurt. “Estamos convencidos de que los clientes y accionistas del Deutsche Bank no estarían de acuerdo con la participación del banco en un negocio que destruye los bosques tropicales”, dijo Peter Gerhardt, miembro de Robin Wood.

La fábrica de Kiani Kertas, que produce 525.000 toneladas de celulosa por año, fue establecida por el magnate de la madera y hoy caído en desgracia, Bob Hasan, quien fuera amigo cercano y ministro del gobierno del dictador indonesio Suharto. Luego de la caída de Suharto, Hasan fue encarcelado por corrupción. Kiani Kertas nunca funcionó en toda su capacidad y contrajo una deuda de más de 1.100 millones de dólares.

Stephanie Fried, una científica de alto nivel que trabaja con Environmental Defense, vivió dos años con el pueblo indígena Bentian, en Kalimantan oriental, a comienzos de los años 90. Ella documentó cómo se establecieron las plantaciones que alimentarían la fábrica de Kiani Kertas. Lo primero que escucharon los Bentian sobre las plantaciones propuestas fue el sonido de las motosierras en su bosque familiar. La empresa destruyó sus huertas, sus árboles frutales y sus bosques. Los trabajadores arrasaron y saquearon sus tumbas ancestrales. La empresa tomó toda la madera de buena calidad, y entre el 70 y el 80 por ciento de la tierra fue simplemente quemado y abandonado. No hubo compensación alguna.

Un grupo Bentian se dirigió al vivero de la empresa para poder hablar con sus representantes, pero en lugar de estos, aparecieron unos 200 militares. Los Bentian fueron tomados prisioneros y torturados; pusieron cañones de armas de fuego en sus bocas y orejas, los quemaron con cigarrillos y amenazaron con matarlos.

Además de tomar control de Kiani Kertas, la UFS planea construir la fábrica de celulosa de Satui, con una capacidad productiva de 600.000 toneladas por año, en Kalimantan del sur, y una fábrica de chips de madera de 700.000 toneladas por año en Pulau Laut, una isla frente a la costa sudeste de esta misma región.

En 2002, la UFS firmó un contrato con la empresa estatal China National Machinery and Equipment Import and Export Corporation (CMEC), para construir la fábrica de celulosa de Satui. Bajo los términos del contrato, la CMEC financiará el 80 por ciento del proyecto mientras que la UFS se hará cargo del 20 por ciento restante. Dos años atrás, el presidente de la UFS, Sven Edström, dijo a los investigadores del Centro de Investigación Forestal Internacional de Bogor, Indonesia, que no sabía nada sobre el historial de la CMEC en materia de medio ambiente. De hecho, la CMEC nunca antes construyó una fábrica de celulosa.

A fines del año 2003, la UFS solicitó un seguro de riesgo político a la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) del Banco Mundial. Pero luego de una campaña de una ONG retiró dicha solicitud. En 2002, una subsidiaria de la firma holandesa Akzo Nobel se retiró del proyecto de la fábrica de celulosa de Satui poco después de que Amigos de la Tierra Holanda protestara frente a las oficinas principales de la empresa en Arnhem.

La construcción de la fábrica de chips de la UFS ha comenzado, financiada por la CMEC y el banco austríaco Raiffeisen Zentralbank. La empresa austríaca Andritz, que fabrica maquinaria para la producción de papel y celulosa, firmó un contrato con la UFS para proveer las máquinas necesarias tanto para la fábrica de chips como para la de celulosa de Satui.

La UFS está inscripta en Singapur y pertenece a una serie de empresas registradas en las Islas Vírgenes británicas. Una de esas empresas, Tektronix, es propiedad de los directores y ejecutivos en jefe de la empresa sueca CellMark, la mayor empresa comercializadora de papel y celulosa del mundo. CellMark acordó con la UFS que compraría el 90 por ciento de la producción de la planta de Satui durante los primeros diez años de funcionamiento.

En una conferencia de prensa en Frankfurt, en enero de 2006, las ONG aplaudieron la decisión del Deutsche Bank de cortar todo vínculo con la UFS. Lydia Bartz, miembro de la ONG alemana Urgewald, dijo que “el Deutsche Bank debería desarrollar criterios sociales y ambientales” para poder evitar verse involucrado en proyectos como la UFS.

Longgena Ginting, de Amigos de la Tierra Internacional, explicó que el problema es la enorme capacidad ociosa de la industria del papel y la celulosa en Indonesia. Cada año, más de tres millones de hectáreas de bosque son talados de forma destructiva o ilegalmente, en su mayoría para alimentar la industria de la celulosa. “Las empresas financieras, consultoras y proveedoras de maquinaria en Europa están directamente relacionadas con la destrucción de los bosques y los medios de vida en Indonesia”, dijo.

Daniel Hausknost, de Global 2000, agregó que Andritz y Raiffeisen Zentralbank están todavía involucrados en los proyectos de la UFS. Deberían seguir el ejemplo del Deutsche Bank y dar un paso al costado.

En enero de 2005, Andreas Ecker, encargado de las comunicaciones del Raiffeisen Zentralbank, dijo a Global 2000 y a Environmental Defense que desearía que el banco no se hubiera involucrado nunca con la UFS. “Estaríamos felices si no hubiésemos invertido en este proyecto”, dijo. “Trae muchos problemas”.

Por Chris Lang, correo electrónico: ed.enilno-t@gnalsirhc

- Tailandia: la larga marcha por los bosques comunitarios

Phrue ha estado caminando durante 49 días. Junto con noventa y ocho personas más, el 7 de noviembre comenzó una marcha épica desde Chiang Mai hasta Bangkok para salvar el componente popular del proyecto de ley de Tailandia sobre bosques comunitarios (Community Forest Bill, CFB).

Dicho proyecto de ley, originalmente concebido por organizaciones de granjeros y distintas ONG para que las comunidades pudieran proteger sus bosques, se encuentra ahora en peligro de convertirse en lo opuesto. En setiembre de 2005, el comité encargado de supervisarlo decidió prohibir los bosques comunitarios en zonas especiales de conservación (ver boletín no. 99 del WRM).

Para Phrue, un Chgor Karen de la provincia de Chiang Mai, esto equivaldría a institucionalizar décadas de injusticia por parte del Departamento Forestal Real (DFR) y pondría a su comunidad en peligro de expulsión, lo cual afectaría radicalmente su modo de vida.

Su aldea, Ban Pa Khuanai, tipifica el conflicto entre los dos modelos de manejo forestal contradictorios que han predominado en Tailandia por más de un siglo. Los Karen han explotado los bosques de manera sostenible desde mucho tiempo antes de la creación del DFR. Según Phrue, la naturaleza, el bosque, la tierra y el agua tienen alma. Las creencias culturales y las supersticiones protegen ciertas áreas, como los cementerios y lugares sagrados. La utilización del bosque y la tala de un árbol se hacen respetando la interconexión de todas las formas de vida.

Pero esta relación con el bosque se vio amenazada, primero por una concesión otorgada por el DFR a una empresa forestal y luego por el anuncio de que sus bosques y sus hogares se encuentran dentro de una reserva forestal nacional y de un parque nacional. Los aldeanos, dirigidos por el maestro activista Nit, se defendieron. Nit fue asesinado por encabezar la lucha contra los madereros pero, finalmente, los aldeanos vencieron y ganaron el derecho a manejar sus bosques con el permiso de las autoridades locales.

La CFB en su forma actual privaría a Phrue y sus vecinos de toda seguridad legal, y socavaría sus esfuerzos por proteger el bosque. Por este motivo, los aldeanos del norte emprendieron su “marcha por la naturaleza” (Thammachat Yatra), para mostrar que estaban decididos a luchar por su estilo de vida. Cuando se fijó para mediados de diciembre una reunión de gabinete con el fin de discutir el proyecto de ley, los participantes de la marcha decidieron viajar a Bangkok en camión luego de llegar a Phitsanulok. A ellos se sumaron miles de granjeros más, provenientes del norte y el noreste.

Sin embargo Phrue, que había jurado caminar desde su casa hasta Bangkok, continuó la marcha solo. Luego de un tiempo se le unieron seis personas más. Su viaje recibe muestras de una solidaridad impresionante. Cada noche son invitados a dormir en el templo local o en la oficina municipal. Los pobladores de la zona les traen comida y a menudo se organizan reuniones o intercambios donde los caminantes explican cuál es el propósito de su lucha y por qué los bosques son más que un simple recurso a ser explotado. Su objetivo es llegar a Bangkok sobre fines de diciembre y organizar allí una serie de eventos en busca de apoyo a los bosques comunitarios del pueblo.

Por: Oliver Pye, correo electrónico: ed.nnob-inu@eyp.revilo. Fuente: Entrevistas y seguimiento participativo de miembros de la marcha y activistas de las ONG que los apoyan. Por más información, ver: www.pachumchon.com.

* CAMPAÑA PLANTACIONES

- El cultivo que más destruye la tierra no es la solución para la crisis energética

Durante los últimos dos años hice un descubrimiento desagradable. Como la mayoría de los ambientalistas, estuve tan ciego respecto a los problemas que afectan nuestra provisión de energía como mis oponentes respecto al cambio climático. Ahora entiendo que creí en la magia.

En el año 2003, el biólogo Jeffrey Dukes calculó que los combustibles fósiles que quemamos en un año estaban formados por materia orgánica “que contenía 44 x 1018 gramos de carbono, lo cual es más de 400 veces la productividad primaria neta de la biota actual del planeta”. Para decirlo claramente, significa que cada año utilizamos el equivalente a cuatro siglos de plantas y animales.

La idea de que podemos simplemente reemplazar la herencia fósil – y la extraordinaria densidad energética que nos da – por energía ambiente, es cosa de ciencia ficción. Sencillamente no hay substitutos, pero se los sigue buscando por todas partes. Hoy en día son promovidos por los estados, como el nuestro [Reino Unido], en las conversaciones sobre el clima en Montreal, buscando evitar las duras decisiones que el cambio climático requiere. Y al menos uno de los substitutos es peor que la quema de combustible fósil que éste reemplazaría.

La última vez que señalé los peligros de fabricar combustible diesel a partir de aceites vegetales recibí tantos insultos como cuando planteé mi posición sobre la guerra de Irak. Descubrí que los misioneros del biodiesel son tan estridentes en su negación como los ejecutivos de Exxon. Ahora estoy preparado para admitir que estaba equivocado en mi artículo anterior, pero a ellos no les va a gustar. Estaba equivocado porque subestimé el impacto destructivo de este combustible.

Antes de continuar debo aclarar que es bueno convertir aceite de cocina usado en combustible para motores. Las personas que pasan el día hurgando en contenedores de basura están prestando un servicio a la sociedad. Pero el aceite de cocina usado en el Reino Unido alcanzaría para cubrir 1/380 de la demanda de combustible para el transporte.

Cuando escribí sobre el tema el año pasado, pensé que el mayor problema causado por el biodiesel era que generaba una competencia por el uso de los suelos. La tierra arable que de otra forma hubiera sido utilizada para cultivar alimentos, sería usada para cultivar combustible. Pero ahora descubro que algo aun peor está sucediendo: la industria del biodiesel ha inventado accidentalmente el combustible que libera mayor cantidad de carbono del mundo.

Al promover el biodiesel - como lo hacen los gobiernos de la Unión Europea, del Reino Unido y de los Estados Unidos y miles de ambientalistas - podríamos imaginar que estamos creando un mercado para el aceite de cocina usado, el aceite de colza o el aceite de algas cultivadas en estanques en el desierto. En realidad estamos creando un mercado para el cultivo más destructivo de la tierra.

La semana pasada, el presidente de la autoridad federal malaya de desarrollo territorial anunció que construiría una nueva fábrica de biodiesel. Era la novena vez en cuatro meses que tomaba una decisión de este tipo. Cuatro nuevas refinerías se están construyendo en la península malaya, una en Sarawak y dos en Rotterdam. Dos consorcios extranjeros – uno alemán y otro norteamericano - están estableciendo plantas rivales en Singapur. Todas ellas fabricarán biodiesel de la misma fuente: aceite de palma.

Según informa el Malaysian Star, “la demanda de biodiesel provendrá de la Comunidad Europea…Esta nueva demanda…absorbería como mínimo la mayor parte de las existencias de aceite de palma crudo de Malasia”. ¿Por qué? Porque es más barato que el biodiesel obtenido de cualquier otro cultivo.

En setiembre, Amigos de la Tierra publicó un informe sobre el impacto de la producción de aceite de palma. Según dicho informe, “entre 1985 y 2000, el desarrollo de las plantaciones de palma aceitera fue responsable de alrededor del 87% de la deforestación en Malasia”. En Sumatra y Borneo, unos 4 millones de hectáreas de bosques fueron convertidos en plantaciones de palma aceitera. Ahora está prevista la tala de otros 6 millones de hectáreas en Malasia, y de 16,5 millones en Indonesia.

Casi todo el bosque que queda está en peligro. Incluso el famoso parque nacional Tajung Puting en Kalimantan está siendo destrozado por los cultivadores de palma aceitera. El orangután probablemente desaparezca del bosque. Los rinocerontes, tigres, gibones, tapires, monos narigudos y miles de otras especies de Sumatra podrían correr la misma suerte. Miles de indígenas han sido expulsados de sus tierras y unos 500 indonesios fueron torturados cuando trataron de resistir. Los incendios forestales que tan a menudo sofocan la región con la humareda son en general provocados por los cultivadores de palma. La región entera se está transformando en un gigantesco campo de aceite vegetal.

Antes de plantar las palmas aceiteras, que son pequeñas y achaparradas, los enormes árboles del bosque, que contienen una cantidad de carbono mucho mayor, deben ser derribados y quemados. Habiendo agotado las tierras más secas, las plantaciones se están desplazando hacia los bosques pantanosos que crecen sobre la turba. Una vez que cortan los árboles, los cultivadores drenan el suelo. Cuando la turba se seca se oxida, liberando aún más dióxido de carbono que los árboles. En lo que refiere a su impacto sobre el medio ambiente tanto local como mundial, el biodiesel de palma aceitera es más destructivo que el petróleo crudo de Nigeria.

El gobierno británico lo sabe muy bien. En un informe publicado el mes pasado, donde anunció que obedecería a la Unión Europea y que se aseguraría de que, para el año 2010, el 5,75% del combustible para el transporte fuera de origen vegetal, admitió que “los mayores riesgos ambientales son probablemente aquéllos que implican cualquier gran expansión en la producción de materia prima para el biocombustible, particularmente en Brasil (la caña de azúcar) y en el sudeste asiático (las plantaciones de palma aceitera).

El informe sugería que la mejor forma de manejar el problema era evitar las importaciones de combustibles que dañan el medio ambiente. El gobierno consultó a sus asesores para saber si una prohibición infringiría las reglas del comercio mundial. La respuesta fue afirmativa: “[establecer] criterios ambientales obligatorios…aumentaría en gran medida el riesgo de una acción judicial internacional contra la política en su conjunto”. Así, descartó la idea de prohibir las importaciones y en su lugar se volcó hacia “alguna forma de iniciativa voluntaria”. Aun sabiendo que la creación de este mercado llevará a una oleada masiva de importaciones de palma aceitera, que no hay ninguna forma eficaz de evitarlo y que en lugar de reducir el cambio climático lo agravará, el gobierno decidió seguir adelante de todas maneras.

En otros momentos desafía alegremente a la Unión Europea. Pero de hecho, lo que la Unión Europea quiere y lo que el gobierno quiere son la misma cosa. Según dice el informe del gobierno, “Es esencial que equilibremos la creciente demanda de transporte con nuestros objetivos de protección del medio ambiente”. Hasta hace poco, nuestra política era reducir dicha demanda. Ahora, si bien no se han hecho anuncios al respecto, tal política ha desaparecido. Al igual que los conservadores a comienzos de los años 90, la administración laborista intenta satisfacer la demanda, por grande que sea. Las cifras obtenidas la semana pasada por el grupo activista Road Block muestran que solo en el ensanchamiento de la autopista M1 el gobierno pagará 3.600 millones de libras, más de lo que está gastando en la totalidad del programa contra el cambio climático. En lugar de tratar de reducir la demanda, está tratando de alterar la oferta. Está dispuesto a sacrificar los bosques tropicales del sudeste asiático con tal de mostrar que está haciendo algo y para que los automovilistas se sientan mejor consigo mismos.

Todo esto ilustra la futilidad de los arreglos tecnológicos discutidos en Montreal. Tratar de satisfacer una demanda creciente de combustible es una locura, sea cual sea la fuente. Las decisiones difíciles han sido evitadas, y otra porción de la biosfera se está yendo en humo.

Por George Monbiot, 6 de diciembre de 2005, The Guardian, http://www.guardian.co.uk/climatechange/story/0,12374,1659037,00.html

Comentarios

12/07/2006
palamas en Colombia desastre anunciado, por jairo ortiz
Los empresarios de la palma aceitera destruyeron las selvas de Indonesia y Malasia y VIENEN POR LOS BOSQUES TROPICALES MAS IMPORTANTES DEL MUNDO: LA ORINOQUIA Y AMAZONIA.
Hay un enorme proyecto en marcha: destruir 90 mil hectareas de bosque e Colombia para producir biodiesel en Asturias, España. Va dindeor privado Y PUBLICO ¡¡¡ y con él dos temores: los enormes costos humanos (en Colombia la palma se siembra sobre los cadáveres de los indígenas y los campesinos afrodescendintes a quienes los paramilitares de la extrema derecha narco latifundista les quitan las tierras) y los cadáveres de miles de especies animales y vegetales.

FALTAN PALABRAS PARA GRITAR QUE PAREN ESA MIERDA, QUE NO HAY DERECHO ALGUNO A MALRTATAR ASI A LOS PUEBLOS Y A LA NATURALEZA.