Una aproximación a la relevancia biocultural del maíz entre las mujeres campesinas en el Valle Alto de Cochabamba

El maíz ingresó a Bolivia en etapas tempranas de su trayectoria de domesticación, como resultado, el país es parte de la región andina de diferenciación genética secundaria de este cultivo. Desde estos tiempos ancestrales, el maíz ha sido fundamental en la dieta nacional.

A manera de introducción: el contexto del maíz nativo en Bolivia
Diversidad de maíces

La trayectoria del maíz en Sudamérica se registra desde, aproximadamente, 6500 años a. C. (Kistler et al., 2018), y desde entonces, ha sido incorporado en la cultura y lingüística de las culturas andinas y amazónicas. A partir de diferentes expresiones, el maíz cuenta las historias de los pueblos y de la vida cotidiana. En los Andes, como en el resto del Abya Yala, hombres y mujeres indígenas han sido protagonistas en la domesticación, manejo y custodia de variedades de maíz, por ello, desde tiempos ancestrales, forma parte de las sociedades a través de su alimentación, entre otras manifestaciones socioculturales como las expresiones artísticas, festividades y rituales (Ortiz, 2012). 

El maíz es una especie con particular importancia biológica y socioeconómica en Bolivia, país que, con base en los registros históricos y actuales, se constituye como uno de sus centros de diversidad genética (Ávila Lara, 2008). Según información registrada en diferentes publicaciones, en Bolivia se han documentado a lo largo del tiempo setenta y siete complejos raciales, superando a los registros de los demás países latinoamericanos (Serratos Hernández, 2009).

La producción del maíz nativo está especialmente concentrada en la agricultura tradicional, siendo las comunidades indígenas y campesinas las que principalmente conservan las variedades nativas y las producen mediante técnicas ancestrales en distintos pisos ecológicos, desde los 150 hasta los 3800 m s. n. m. (Ávila Lara, 2008).

En este contexto de amplia riqueza y dispersión, el maíz nativo cumple un papel fundamental en las dinámicas de soberanía alimentaria a nivel local y nacional, por ser el alimento básico de comunidades campesinas, indígenas y urbanas a través de diferentes preparaciones y bebidas.

El Valle Alto de Cochabamba, ubicado en la parte central del departamento y con altitud entre los 2550 y 2800 (GAD de Cochabamba, 2014), es una zona de conservación y producción de variedades nativas de maíz. En la provincia Punata, su producción es una de las actividades principales en términos de superficie y población dedicada a su cultivo (Municipio de Punata, 2007).

El Censo Agropecuario 2013 indica que en Punata se destinan más de dos mil hectáreas a la producción de diversas variedades de maíz, una superficie considerablemente mayor en comparación a otras actividades agrícolas con casi el 50 % de la superficie cultivada en la temporada de verano (Instituto Nacional de Estadística, 2015a; 2015b).

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Fuente: ReseachGate

Temas: Biodiversidad agrícola, Feminismo y luchas de las Mujeres, Soberanía alimentaria

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