El agro que no miramos: Qué es la UTT, una organización con más productores que la Sociedad Rural

Entrevista al coordinador nacional de la UTT, Nahuel Levaggi: La UTT nació en 2010 en el cinturón hortícola del Gran La Plata y luego se extendió a varias provincias. Agrupa a pequeños productores hortícolas, muchos de ellos de la colectividad boliviana.

Si los hombres valemos por lo que somos y no por lo que poseemos, queda claro que la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) representa un abanico mucho mayor de “hombres de campo” que la histórica Sociedad Rural Argentina (SRA). Nahuel Levaggi, coordinador nacional de esa agrupación creada en 2010, dice que ellos actualmente agrupan a unos 16.000 pequeños productores que están concentrados sobre todo en los cordones hortícolas de las grandes ciudades. La SRA tiene 153 años de historia, fue fundada en 1866. Sin embargo, en su más reciente elección, los socios que votaron apenas superaron los 1.200.

La UTT ha pasado a ser bastante conocida en el publico urbano gracias a los “verdurazos”, una efectiva manera de instalar la agenda de reclamos de este segmento de agricultores familiares y además de ganarse unos pesos, porque venden a los vecinos sus verduras a un precio algo mayor del que obtendrían en el mercado tradicional. En febrero, una de estas ferias fue reprimida por la Policía porteña y eso los instaló todavía más. De todos modos, bien lejos está todavía la UTT de poder poner a uno de los suyos como ministro de Agroindustria, como sí hace la Sociedad Rural.

Levaggi, que no es agronómo ni productor pero sí se asume como militante social, se fastidia cuando Bichos de Campo le sugiere que la buena prensa que lograron con los verdurazos se debe a que los canales de TV que responden al kirchnerismo los difunden porque ven en ellos una manera de pegarle al gobierno de Mauricio Macri y que en realidad no les interesa demasiado abordar la agenda de la pequeña agricultura familiar.

Se fastidia Levaggi, que aclara que los verdurazos nacieron mucho antes del cambio de gobierno. Pero lo acepta porque sabe bien que los medios de comunicación suelen dar visibilidad a ciertas cosas cuando les conviene como también callan otras. Ellos mismos, los integrantes de la UTT, han pedido esta posibilidad de explicar en Bichos de Campo quiénes son y a qué sector de productores representan, cuáles son sus necesidades y también cuáles son sus anhelos.

Cuenta Levaggi que la UTT nació en 2010 en el cinturón hortícola del Gran La Plata y luego se extendió a varias provincias. Agrupa a pequeños productores hortícolas, muchos de ellos de la colectividad boliviana.

¿Cómo define Levaggi al productor que representan? Como “un sujeto que por un lado tiene niveles de precariedad y autoexplotación muy fuertes en el trabajo pero por otro lado es el actor que garantiza los alimentos, las verduras, sobre la mesa de todos los argentinos”.

Las asociaciones gremiales tradicionales del campo, empezando por la SRA, suelen excluir de sus demandas a este tipo de productor, pues las agendas de uno y otro sector “tienen algunas cuestiones similares por estar ambas atadas a mercados o a insumos, pero también la realidad es distinta: el nuestro es un sector sin tierras, es un sector muy pauperizado”, define Levaggi.

Y añade: “A veces incluso se encuentran contrapuestos los intereses. En territorios más ‘monte adentro’, por ejemplo, a veces hay productores sojeros de la Sociedad Rural que quieren avanzar sobre tierras de comunidades campesinas”.

Que haya intereses contrapuestos no significa para la UTT, al menos en las palabras de su cordinador, que no se pueda construir un modelo agropecuario que pueda contener a todos. “Nosotros planteamos la necesidad de una vida digna para el pequeño productor que produce los alimentos”, resume.

Pero aclara el dirigente que “en algunos casos si habrá que decidir entre una agricultura o la otra”. Se refiere a la necesidad de optar por un modelo agrícola “basado en los agroquímicos, atado al dólar y a la especulación” frente a otro modelo agrícola “que produce alimentos sanos para el mercado interno”. Pero que los modelos sean diferentes, aclara, no significa que los actores deban tratarse como enemigos.

En este tramo de la conversación se cuela por primera vez la palabra “agroecología”. Cuenta Levaggi que en la UTT han comenzado a trabajar en la producción de verduras bajo esta modalidad productiva, y que los resultados son alentadores porque incluso han podido mantener y mejorar los ingresos de los productores que siguen trabajando del modo convencional.

Para van más lento de lo que quisieran, pues de las 16.000 familias que agrupan solo unas 300 producen bajo los mandatos agroecológicos. La aspiración es ir extendiendo paulatinamente ese modelo para todos. Porque han descubierto, según afirma Levaggi, que las familias ganan así no solo mayor autodeterminación sobre lo que hacen (al quebrar la dependencia de un paquete tecnológico) sino que además les resulta rentable. “Todos nuestros productos siguen vendiéndose a precios populares, porque ahora nosotros tenemos control sobre nuestros costos”, indica.

Levaggi dice que “una problemática común” de los socios de la UTT, y uno de los mayores condicionantes para su desarrollo, es no contar con tierra propia: la inmensa mayoría alquila las tierras en las que produce, y a valores de mercado que usualmente surgen de la competencia con countries y otro tipo de desarrollos urbanos. “El problema es que nunca llegan a poder comprar un poco de tierra, pero es lo mismo que les pasa a un montón de chacareros”, iguala.

La UTT presentó en diciembre de 2016 un proyecto de ley para crear una suerte de Plan Procrear Rural, pero no tuvo siquiera debate. Proponía generar un fondo fiduciario para financiar a las familias que pudieran comprar 1 o 2 hectáreas de campo para hacer horticultura. “Esto es totalmente realizable con voluntad política, pero hay una decisión de que esto no avance. Nos lo han dicho”, cuenta Levaggi.

El dirigente agro-social dice que el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, pese a haber lanzado un plan hortícola con miras a 2020, poco los ayuda a recorrer el camino que se han trazado. “Por el contrario, tiene políticas retardatarias”, advierte. Apunta a ciertos errores de concepción en los planes oficiales del ministro Leonardo Sarquís. “Uno de sus objetivos es hacer que los productores exportemos lechuga. Nosotros decimos que los objetivos deben ser la tierra propia, la vivienda digna y dar de comer bien al pueblo. Una vez que logremos eso hablamos de exportar lechuga”, retruca Levaggi

En un tramo de la charla hablamos sobre el tema ríspido de los residuos de agroquímicos que a veces aparecen en las verduras. El coordinador nacional de la UTT reconoce el problema, pero también denuncia que el Estado es uno de los grandes responsables de que esto suceda, no solo por la precariedad productiva a la que los condena sino también porque no controla como es debido a los distribuidores de esos productos.

Levaggi no desmiente que a veces se hagan “cagadas” con el mal uso de productos químicos. Pero aclara que los grandes resonsables no son las familias productoras que componen la UTT sino que el problema es más de fondo. “Es el modelo agrícola el que hace cagadas. Y es el Estado el que permite las cagadas cuando no regula bien la entrada de agroquímicos que están prohibidos”, afirma, poniendo como ejemplo el caso del bromuro de metilo. Para el dirigente hay que controlar mucho más los canales de venta de las corporaciones dedicadas a los insumos más que “salir por el campo a hacer una caza de brujas con pequeños productores que dejan su sangre en el surco”.

Comenzamos a despedirnos del líder de la UTT invitándolo a imaginar que Macri se despertaba un día y descubría que los pequeños productores de esa agrupación no eran adversarios políticos sino que podían ser aliados para el desarrollo de la Argentina y de su gente.

Levaggi contesta que ellos venían intentando dialogar hace años y que no anteponen “rispideces ideológicas” sino una serie de reclamos gremiales concretos que deben ser atendidos. Cuenta que en febrero, luego de la represión al “verdurazo” que hacían en Constitución, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recapacitó y los invitó a trabajar juntos para fortalecer distintas ferias barriales.

“Hablar se puede hablar, pero después hay que ver si suceden las cosas”, cierra el directivo de la UTT, que tiene claro que lo mucho o poco que han conseguido hasta ahora ha sido más por fruto de su propia lucha gremial que por los aciertos de la política pública. “En este y en el gobierno anterior”, aclara por las dudas.

Fuente: Bichos de Campo

Temas: Movimientos campesinos

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