Agricultores de Karnataka logran una victoria histórica tras tres años de lucha por la tierra
Tras 1.198 días de protesta ininterrumpida , personas agricultoras de Devanahalli —a las afueras de Bengaluru, en el sur de la India— lograron una victoria significativa. Esta semana, el jefe del gobierno estatal anunció la cancelación de un controvertido plan para adquirir 1.777 acres de tierras agrícolas fértiles para un parque aeroespacial y de defensa. La decisión pone fin a una lucha de tres años y medio liderada por comunidades rurales y activistas por los derechos a la tierra.
El proyecto, ubicado cerca del Aeropuerto Internacional Kempegowda, formaba parte de una estrategia más amplia para expandir el sector aeroespacial del estado. Pero para quienes han cultivado estas tierras durante generaciones, la iniciativa amenazaba su sustento, seguridad alimentaria y vínculo ancestral con la tierra.
“Se ha retirado completamente la notificación para adquirir las 1.777 acres”, declaró el jefe del gobierno estatal, aclarando que sólo se aceptarán tierras ofrecidas voluntariamente. Quienes lo hagan recibirán una compensación mayor al valor de mercado y parcelas desarrolladas.
La fuerza de la solidaridad
La protesta se destacó no sólo por su duración, sino por la amplia coalición que movilizó: unió a agricultores locales, sindicatos, activistas, artistas, escritores y figuras públicas.
El Bhooswadina Virodhi Horata Sa mithi (Comité de Lucha de Resistencia a la Adquisición de Tierras) y el Samyukta Horata Samiti (una alianza de agricultores, dalits, trabajadores sin tierra y varios movimientos de la sociedad civil) encabezaron la protesta. El movimiento ganó reconocimiento nacional con el respaldo de Samyukt Kisan Morcha, la coalición que encabezó la histórica protesta de los agricultores en 2020-21.
Karehalli Srinivas, coordinador del comité y líder del Dalit Sangharsha Samiti, destacó que este esfuerzo unido fortalece la solidaridad y ha allanado el camino para defender la tierra y los derechos a la tierra de los agricultores y las comunidades marginadas.
Más del 72% de los propietarios afectados se habían opuesto formalmente a la adquisición. La tierra admite una amplia variedad de cultivos, incluidos mijo, verduras, mangos, uvas y flores, además de producción de productos lácteos y seda. Más de 6.000 personas dependen directamente de esta economía agrícola local, con pocas alternativas viables de empleo.
Lxs manifestantes también señalaron el impacto desproporcionado sobre las comunidades marginadas: 386 familias, muchas de ellas pertenecientes a grupos históricamente oprimidxs, se habrían quedado sin tierras, según los informes. Las adquisiciones de tierras anteriores para proyectos aeroportuarios e industriales ya habían desplazado a muchas personas de la zona, empujándolas a la pobreza. Esta última propuesta, advirtieron, empeoraría tanto la desigualdad social como la degradación ambiental, amenazando los cuerpos de agua locales, la calidad del aire y la salud pública.

La expansión urbana tiene un costo
El caso de Devanahalli refleja un patrón más amplio que se desarrolla en las zonas rurales de Bengaluru. El desarrollo inmobiliario está convirtiendo rápidamente tierras agrícolas en comunidades cerradas, rascacielos y zonas industriales. Los medios de vida agrícolas tradicionales están siendo desmantelados y reemplazados por trabajo informal y acuerdos de tierras a corto plazo que no ofrecen seguridad duradera.
Según los informes , más del 35% de los agricultores del norte de Bengaluru han vendido sus tierras en las últimas dos décadas. Los resultados son desalentadores:
- El 34% de los hogares desplazados siguen desempleados
- Sólo el 17% consiguió empleo formal
- El resto depende de trabajos irregulares y mal remunerados.
El aumento de los precios de la tierra y el creciente costo de vida están llevando a muchos a endeudarse o obligándolos a vender tierras ancestrales a precios infravalorados. Mientras tanto, los costos ambientales de la expansión descontrolada están aumentando: pérdida de biodiversidad, mayor riesgo de inundaciones y disminución de los niveles de agua subterránea.
Los observadores dicen que la lucha de Devanahalli ha llamado la atención, muy necesaria, sobre la difícil situación de las comunidades agrícolas desplazadas, y eso hace que esta victoria sea aún más significativa.
“Es un recordatorio raro y poderoso de que cuando las comunidades se organizan y resisten por la soberanía alimentaria, pueden reformular la trayectoria del desarrollo”, dijo el líder campesino Chukki Nanjundaswamy del Karnataka Rajya Raitha Sangha, quien encabezó la protesta. Es necesario redefinir el concepto mismo de desarrollo. El verdadero desarrollo debe incluir a los agricultores y a la agricultura, y empoderarnos, no empobrecernos.
Fuente: La Vía Campesina