Áreas naturales del Perú, hogar de pueblos en aislamiento, bajo la mira de industria petrolera
La industria petrolera busca incrementar su producción en la Amazonía y para ello apunta a operar en Áreas Naturales Protegidas (ANP) del Perú.
En esa dirección, un proyecto de Ley del Congreso peruano propone la exploración y extracción de hidrocarburos en zonas intangibles, lo que violenta a los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI), quienes habitan por lo menos quince áreas naturales del territorio nacional.
“La explotación de hidrocarburos ocasiona en los PIACI huidas intempestivas, abandono de viviendas, alteración de rutas de desplazamiento, así como conflictos y enfrentamientos, que puede implicar una mayor probabilidad de riesgos de contactos no deseados y el contagio de enfermedades letales para los PIACI”, advierte la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).
La propuesta legislativa fue derivada en julio a la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Parlamento. Se pretende incluir las Áreas Naturales Protegidas de uso indirecto en actividades extractivas, sin mencionar a los pueblos en aislamiento, obviando su existencia.
“La iniciativa legislativa respondería a fuertes intereses económicos sobre estos territorios ancestrales de los pueblos indígenas. Permitir actividades extractivas en estos territorios tradicionales podría desencadenar el exterminio de pueblos PIACI. La vulnerabilidad se agrava, aún más, ante las violaciones de derechos humanos que sufren habitualmente por actores que buscan explotar los recursos naturales en sus territorios y ante la impunidad que generalmente rodea a las agresiones que sufren estos pueblos y sus ecosistemas”, observan las organizaciones amazónicas peruanas.
El desconocimiento de la existencia de los pueblos en aislamiento es una narrativa normalizada en los últimos años desde el Ejecutivo, Congreso y gobiernos locales. Las autoridades regionales niegan su existencia para liberar sus jurisdicciones al extractivismo de minerales, hidrocarburos y monocultivos. Con el pretexto del desarrollo de los pueblos originarios, los gremios privados promueven, en alianza con las instituciones públicas, un discurso que suprime las evidencias documentadas durante más de dos décadas de la presencia de estas comunidades.
En este contexto, los pueblos amazónicos señalan que las intenciones de explorar petróleo en áreas naturales es un riesgo de genocidio para los PIACI.

Ofensiva petrolera en la región
El reciente convenio entre PetroPerú y PetroEcuador, que implica la ampliación del oleoducto norperuano, es una grave amenaza para las comunidades nativas y PIACI que habitan en las fronteras de ambas naciones.
“Los Estados de Ecuador y Perú y sus empresas tienen una deuda histórica con nuestros pueblos afectados por las unilaterales e inconsultas decisiones de explotar petróleo en territorios de la Amazonía. Además, no podemos confiar en gobiernos que no cumplen con el mandato y la voluntad democrática de dejar de explotar el Yasuní en el Ecuador”, subrayan en un comunicado organizaciones indígenas de ambos países.
Este acuerdo binacional fue concretado sin consultar a las comunidades. El oleoducto norperuano, considerado ilegítimo por los pueblos amazónicos, debido a que fue construido sin su consentimiento, tiene una historial de cientos de derrames y fugas, la mayoría por corrosión de la infraestructura y fallas operativas.
“Rechazamos los intentos políticos y económicos de avanzar con este anuncio para aumentar la producción petrolera en ambos países. Nos declaramos en alerta y anunciamos que a partir de la fecha iniciaremos una campaña internacional para advertir a cualquier empresa petrolera que quiera invertir en este proyecto, así como a los grandes bancos y otros posibles inversionistas que quieran convertirse en cómplices de estas iniciativas”, agregan.
Ante este panorama, en el Encuentro Regional Amazónico, realizado del 18 al 22 de agosto en Bogotá, los líderes de pueblos originarios de los ocho países que comparten el territorio ancestral demandaron declarar la Amazonía zona de exclusión de hidrocarburos y minería, priorizando los territorios de etnias indígenas y de PIACI.
Desde los territorios se buscan consensos para intentar contener el ecocidio de la Amazonía, con miras a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 30), que por primera vez se celebrará en una ciudad amazónica, Belém do Pará (Brasil), en noviembre.
En el marco de una transición urgente hacia economías libres de combustibles fósiles y actividades extractivas, plantean la creación de un grupo de trabajo de transición justa, cuyas medidas se reflejen en los planes nacionales de atención al cambio climático, así como fijar un plazo para este proceso.
Fuente: Avispa Midia