Argentina: Tucura, el Azote de Dios. Cultivos arrasados por langosta

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País Argentina

Una alarma generalizada se ha lanzado hoy, desde el sector agropecuario, en las provincias de Córdoba y Santiago del Estero, Argentina. Ello por causa de la Tucura Quebrachera, langosta de voracidad inmensurable, que está arrasando los cultivos de soja y de todo otro tipo en la región

Ahora bien, si esta langosta, como su nombre lo indica, debería alimentarse sólo con quebrachos... ¿por qué ataca los cultivos (cosa que antes no había hecho)?... La respuesta es muy simple: porque los agricultores y los ganaderos han aniquilado el quebracho, para desarrollar cultivos "económicamente rentables".

El vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Pablo Karnatz, avisó a los medios que el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (SENASA) ya ha remitido a Santiago tres equipos unimog para realizar fumigaciones "con el objeto de tratar de reducir la población de tucuras en los departamentos Moreno, Taboada e Ibarra".

Por su parte la Agencia Córdoba Ambiente comprobó que "la invasión del insecto afectó 110 mil hectáreas de Córdoba, en la cual se mezclan monte nativo, plantas silvestres y exóticas presentes en la región, tales como olivos, citrus, entre otros".

Lo que no dicen Karnatz ni la gubernamental agencia cordobesa, es que la causa de la plaga no es una inexplicable desviación biológica de las tucuras, sino la depredación del bosque natural, donde normalmente estos animalitos solían ver saciadas sus necesidades alimentarias, año a año, sin meterse para nada con los cultivos.

La octava maldición

Desde fines de marzo, la Tucura Quebrachera está atacando varios campos de los departamentos Moreno y Taboada. En algunas explotaciones, ubicadas entre Añatuya y Los Juríes, Santiago del Estero, ya arrasaron centenares de hectáreas de soja y sorgo.

En todos los campos ubicados entre Añatuya y Los Juríes, en la localidad de Pozo Herrera, la Tucura Quebrachera está aniquilando los cultivos desde finales de marzo.

“Son 10 kilómetros -explicó a la revista El Productivo un agricultor-: Pensábamos que se había prendido fuego, porque estaba todo pelado. Pero entramos al campo y nos encontramos con una cantidad impresionante de langostas, que son las mismas que están en Córdoba, para la zona de Quilino... aquí, de 50 hectáreas de sorgo no ha quedado nada, solamente han dejado el tronquito, 10 centímetros…”

"Hay mucho temor entre los agricultores -dice el redactor de la revista-, porque la Tucura Quebrachera no murió, como se esperaba naturalmente, durante este invierno... y su nuevo ciclo recomenzó en septiembre..."

Cultivos como el maíz, el sorgo, soja, pasturas de gatton panic, fueron alimentos sustitutos a los que no hicieron ascos las nubes langostas. En el departamento Moreno, un propietario se lamentó de que los insectos "arrasaron con una franja de 350 hectáreas de sorgo, maíz y pasturas". En otro campo del departamento Taboada, se comieron 300 hectáreas de sorgo.

Un operario de una empresa de electricidad local, cuenta que en Quimilí "por la noche nos fuimos a cenar... veíamos los palos de la luz en las calles cubiertos por una especie de caparazón verde, que los tapaba por entero... eran las langostas".

“Me dijeron que es muy voraz y que es raro que baje de los árboles. Pero yo la he observado comiendo todo: pastos naturales, cultivos de la zona, maíz, sorgo… también allí se hace ganadería y se siembra gatton panic, también han comido las pasturas para los animales”, relató un agricultor de Taboada, al diario El Liberal. Además señaló que las langostas se alimentan además de todo tipo de árboles, lapacho, paraíso, quebracho, eucaliptus, algarrobo, etcétera.

La presencia de la plaga es tal que, según cuentan los productores, cuando una camioneta avanza por el camino se siente el chasquido de las langostas bajo las ruedas.

Un productor del departamento Moreno, al momento de realizar la cosecha de sorgo que le quedó sin que se lo comieran las langostas, "cuando la cosechadora ingresó al campo para realizar su trabajo tuvo que detener la zafra, porque la cantidad de langostas que ingresaron por las plataformas de la cosechadora era tal que impedía el continuar con esa faena".

La tucura afecta 110 mil hectáreas de Córdoba

La Agencia Córdoba Ambiente comprobó que la invasión del insecto afectó al monte nativo, plantas silvestres y exóticas presentes en la región, tales como olivos, citrus, entre otros.
En el caso de las pasturas, no han sido detectadas afectaciones. La mayor defoliación ocupa 20% de la superficie, según estudios en el norte provincial.

Recientemente, autoridades provinciales, especialistas y productores rurales en Quilino, departamento Ischilín, mantuvieron una reunión para analizar la marcha del plan para el control y manejo de la "Tucura Quebrachera" en el norte cordobés.

Técnicos de la Agencia, miembros de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, del SENASA Córdoba, Inta, autoridades de la Municipalidad de Quilino y alrededor de 40 grandes y pequeños productores de la zona, participaron de la reunión. Se hizo la presentación del diagnóstico de situación y avances del relevamiento científico realizado por un equipo de técnicos encabezado por el ingeniero Daniel Igarzábal, especialista en plagas.

Durante el encuentro, se explicó a los productores las características de este insecto. "No es una langosta, sino una variedad de tucura (de 10 a 12 centímetros); ella se alimenta principalmente de quebracho blanco pero, ante la falta de éste, se van colonizando otras zonas", dijeron los técnicos.

Se pudo comprobar que la invasión afectó al monte nativo, plantas silvestres y exóticas presentes en la región, tales como olivos, citrus, entre otros. En el caso de las pasturas, no han sido detectadas afectaciones.

Se mencionó, por otro lado, que en la provincia de Córdoba no existen antecedentes de ataques semejantes de la tucura. Y por lo tanto no hay estudios con base científica, "necesarios para elaborar el manejo a largo tiempo de esta plaga". Las actuaciones coordinadas por la Agencia Córdoba Ambiente son supervisadas por el ingeniero agrónomo Daniel Igarzábal, especialista en el manejo de plagas, consultor internacional y docente de la Universidad Católica de Córdoba.

Estrategias de la muerte

Según la Subsecretaría de Agricultura y Ganadería "las tucuras son insectos cercanos a las “langostas”. Como ellas, poseen un aparato bucal masticador y un régimen alimentario específicamente fitófago. "Se reproducen sexualmente, enterrando sus huevos en los primeros centímetros del suelo. Poseen dos pares de alas bien adaptadas para vuelos prolongados y un tercer par de patas de tipo “saltador”, lo que les confiere una excelente capacidad de traslado.

"Estas características, junto a su elevada capacidad de multiplicación, su voracidad y su régimen alimentario puramente fitófago, hacen que, cuando las condiciones naturales les resultan adecuadas, puedan convertirse en serios enemigos de la producción vegetal".

Por su parte el SENASA nos informa que "debido a la frecuencia no periódica de ocurrencia de la misma se han establecido itinerarios de vigilancia en las zonas de alto riesgo y un plan de pronóstico tratando de maximizar los recursos económicos y evitar una alta contaminación por tratamientos masivos con agroquímicos."

Es decir, se apela como siempre a atacar las consecuencias pero no las causas de los problemas. Tanto en Santiago del Estero como en Córdoba, se padece un voraz avance, no de las langostas sino de los humanos, sobre la naturaleza y su equilibrio natural. Ellos están destruyendo el ecosistema, no desde la aparición de las tucuras, hace cinco meses, sino desde el inicio de la explotación capitalista intensiva en el campo, hace algo más de cien años.

Santiago del Estero tuvo una primera oleada invasiva -regenteada por capitales ingleses- hacia fines del siglo XIX. Entre 1890 y 1930, se depredaron millones de hectáreas de quebracho colorado, un árbol prácticamente irrecuperable por su larguísimo ciclo de evolución. De hecho, jamás se lo recuperó y la inmensa región, que fuera llamada por Ricardo Rojas "El País de la Selva", es hoy un desierto espantoso por el que se deslizan como fantasmas sus pobres habitantes, descendientes de los hacheros ya sin trabajo. Despojados de los árboles y los animalitos que les daban sustento por sus propios abuelos, estos pobres campesinos hoy deben conformarse con algarroba y mistol, que junto al matecocido pueden proveer como única alimentación a sus muy degradados hijos.

Por el contrario, los descendientes de quienes se beneficiaron con la destrucción hoy viven lejos, disfrutando hasta ahora de rentas millonarias en grandes ciudades. Y muchas calles santiagueñas o plazas llevan nombres de los gobernadores o miembros de las clases dominantes que vendieron esas tierras comunales, con todo lo que tenía dentro, para provecho propio.

Hoy una nueva oleada de agricultura irracional, aniquiladora, se abate sobre el ecosistema argentino. Ya ha destruido casi toda la Pampa Húmeda. Desde hace unos veinte años, se abate sobre lo que queda de aprovechable en el Centro, Norte y Oeste argentino.

Cual nuevos Aguirres se lanzan sobre millones de hectáreas de bosques argentinos. En muchos casos les prenden fuego, directamente, con todo lo que tienen dentro. Esto incluye animalitos como corzuelas, quirquinchos, tatú carretas, tupinamis, e innumerables insectos y aves únicos, algunos de ellos de origen prehistórico. Estimulados por la "siembra directa" y los agroquímicos, que les permiten sacar 10 donde antes obtenían 5, los llamados "productores agropecuarios" ni siquiera dejan descansar los campos y los agotan a veces en seis o siete años.

Entonces, quienes de verdad queremos un mundo habitable y equilibrado, no sólo para nosotros sino para nuestros hijos, debemos preocuparnos, no por las "plagas de insectos" que se abaten cada tanto sobre los cultivos, sino por quienes realmente las provocan, agrediendo de un modo salvaje la naturaleza y provocando, con sus prácticas lucrativas, una demoledora reacción. Preocuparnos, y hacer algo para poner algún freno a estos perseguidores del lucro. Lo cual empieza por difundir estas verdades y exigir a las instituciones genuina protección ante sus embates. [ www.elortiba.org]

Por Julio Carreras (h)

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