Argentina: por la libertad y la justicia, contra la usurpación de los territorios campesinos

Por MOCASE
Idioma Español
País Argentina

En un contexto signado por la persecución y represión policial llevada adelante por las fuerzas de seguridad de Santiago del Estero, con la complicidad de la justicia y los empresarios, el Mocase estuvo realizando escraches frente al Ministerio de Justicia de la provincia y reclamando la libertad de los compañeros encarcelados. Difundimos un texto elaborado por la organización campesina

El miedo ha muerto en el monte

Hay un ronco silencio en los montes, pasó la guerra, quedó girando la sangre, se oyen murmullos y voces. El miedo se ha muerto en el monte. Los seis de enero, los veinte de enero, los siete de febrero, los diecisiete de febrero serán memoria que sofoquen como el calor de las huellas de verano, los pasos conspiradores de empresarios, jueces, sindicalistas, abogados y funcionarios.

Ya no hay miedo en los montes, ni en Sol de Mayo, ni en Villa Unión, ni en el naciente, ni en el poniente del chaco santiagueño. Que los sepan y les quede claro, como se han convencido policías y miembros de infantería, y Getoar de Santiago del Estero. No hay más miedo, que se vengan con todas, esta vez nos agarraron desprevenidos, otras no va a ser así. Haremos valer el artículo 2468-2470 del código civil o penal. Nosotros. Porque a los jueces los hace valer la plata de empresarios clandestinos. Lo vamos a probar donde quieran. Nuestros precedentes hablan de miles de denuncias en todos los estrados del planeta. Estamos lejos, muy lejos, legitimados por esos precedentes. Legitimados para resistir por la fuerza de la inteligencia del monte.

El siete de febrero atacaron unos cuarenta, porque habían quedado de los nuestros cinco varones y doce inteligentes, guapas, hermosas mujeres. Y aún así no pudieron. Por supuesto pudieron sin poder, porque encarcelaron a dos. Porque Basbus, el Juez del Crimen de Segunda, no se atrevió a encarcelar a todos Y TODAS, porque sino, tendría que encarcelar al Juez Bata Juárez del Crimen de Cuarta, que recibe un sobre bajo la manga, y luego todas las denuncias de los seudo empresarios. CONEXA, MADERA DURA DEL NORTE S.A. Tiene gerentes, cuentan en Campo Gallo, un tal Ezeiza, otro Pellegrini, Pero el Dueño, Dueño, es el ex presidente.

Raúl Alfonsín: ¿del juicio a Genocidas a Genocida de campesinos e indígenas?

Andaba justo ese día siete de febrero, de este año, uno de los móviles del MOCASE, el de los sachayoj. Para que los que quieran conocer, sachayoj son grupos de duendes, o espíritus de muertos agrupados protectores de los bosques chaqueños. Y muchos no los han visto, pero que andan, andan. Ahí no entra eso de conciencia ingenua o conciencia crítica. Se trata de esa porción de azar, suerte o milagro del que hasta Fidel y el Che mencionan para los buenos resultados.

Andaba un Sachayoj, entonces, con Luis Bordón, si el papá del Sebastián, ese otro víctima del sistema facho argentino. Sistema genocida. Luego de las vueltas por los campos de batalla, donde las topadoras no han pasado, ni destruido, por el coraje, por la dignidad, nos llegamos por Campo Gallo. Y nos sentamos al frente del hospital y de la comisaría. Qué carajo, después de todo, ni nos ven. Como algunos de los nuestros se ocupaban de heridas y heridos para que los atiendan, otros por la comisaría, el calor apretaba las sienes, no dejaba lucidez a los dormidos inocentes y necios. Era un aliado ese calor para nosotros, nos agilizaba neuronas.

Así que los sueltos, o los al pedo del grupo indagábamos y observamos. Y así que una de esas mujeres de la guerra, de esas primeras en los reinos celestiales, nos pasaron el santo y seña: MADERA DURA DEL NORTE S.A. QUE PRETENDE 135.000 HAS. Si así escuchaste lindo, ciento treinta y cinco mil hectáreas. Esa es del expresidente Raúl Alfonsín de la U.C.R. El radical. El que juzgó a la junta de militares genocidas. El que se quedó a medio camino. Se quedó corto. No se animó. O no lo dejaron animarse. Ese es el dueño de esa S.A. Ahora que sea dueño de la tierra. Jamás. Me dice la mujercita, convertida ya en leyenda. Andaban dando vuelta veintena de camionetas 4 x 4 de la policía, de la empresa, de los bandidos Londeros, empresa de topadoras. Y un viejo dice al pasar: “Así tendrían que moverse todos y todas cuando una topadora quiere voltear la vida. Pero al revés, andan así porque andan los del mocase, sabía?” No, le digo, haciendo me el otro. No sabía, quiénes andan. Los del MOCASE. Por eso están cacao los milicos. Tienen miedo que vengan a rescatar a los detenidos y heridos, tienen cagaso de que le quemen la comisaría”. Aahh Se me hinchaba el pecho de orgullo.

Agregó el viejo: “pero sabe don, acá todos somos del Mocase”. “Ya van a ver”. Mientras esto me decía el viejo, cuatro canas levantan por la fuerza a un Chango Santillán del Pueblo. Hijo y hermano de Antonio y Juan Santillán. Delante de muchos ojos que custodiaban curiosos en frente del hospital, un milico gordo y transpirado le da palos en las costillas y se lo llevan detenido, así como así.

Silencio en las calles, murmullos y conspiración en las esquinas. Aparece la mujer y el hijo del detenido bajo apremios ilegales a los ojos de todo el mundo. Se había corrido la noticia muy rápido. Ya no se cree la noticia
de los periódicos El Liberal y Nuevo Diario. El MOCASE vive en los pueblos también.

Comienza el viento, la tormenta. Grito de los montes, grito natural, grito de presagios. Ha habido un niño muerto, en otras partes.

Fuente: MOCASE

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