Brasil: Nominación de ruralista para Ministerio de Agricultura genera indignación entre los movimientos sociales

Idioma Español
País Brasil

La invitación de la presidenta reelecta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores - PT) a la senadora ruralista Katia Abreu (Partido del Movimiento Democrático Brasilero - PMDB) para asumir el Ministerio de Agricultura en su próxima gestión ha repercutido entre los movimientos sociales como la primera gran lucha del sector agrario con miras a la segunda gestión de la mandataria de Brasil. Entidades sociales y sectores del propio partido de la presidenta rechazan vehementemente el nombre de la ruralista para el cargo y presionan para que se revea la nominación.

El último sábado 22 de noviembre, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin-Tierra (MST) llegó a ocupar la Hacienda Pompilho, en el interior del Estado de Río Grande do Sul, que mantiene 2 mil hectáreas de cultivo de maíz transgénico. Cerca de 2 mil miembros del MST y otros movimientos campesinos protestaron contra el posible nombramiento de la senadora que actualmente ocupa la presidencia de la Confederación Nacional de la Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA), actúa en defensa de los intereses de los productores rurales brasileros ante el gobierno federal, el Congreso Nacional y los tribunales superiores del Poder Judicial.

La organización dijo haber ocupado la hacienda a causa del uso de semillas transgénicas en la propiedad. El objetivo de la ocupación fue denunciar al agronegocio, que "envenena la tierra y contamina la producción de los alimentos y el agua”. En texto publicado por el propio MST, la protesta fue irónicamente bautizada como "Bienvenida, Katia Abreu”.

Katia Abreu es empresaria, pecuarista y, actualmente, cumple mandato en el Senado Federal por el Estado de Tocantins. En los últimos años, ella se convirtió en líder entre los agropecuaristas, representando a entidades sindicales rurales por todo el país y generando animosidad entre ecologistas y el Ministerio de Medio Ambiente. Ella llegó a ser rotulada por los activistas ambientalistas como "Miss Deforestación”.

Además, es criticada por actuar en contra de la actual política de reforma agraria en Brasil, entre otros motivos, por mantener terrenos improductivos que concentran 2,5 mil hectáreas de tierra. Katia también defiende la política de uso de semillas alteradas en laboratorio (sobre las cuales no se sabe el nivel de perjuicios sobre la población), patentadas por grandes corporaciones de biotecnología, como la Monsanto, multinacional situada en Estados Unidos, que concentra los beneficios del comercio internacional de alimentos y es líder mundial en la producción del herbicida glifosato, que puede destruir ecosistemas nativos y provocar enfermedades como el cáncer.

La senadora es considerada por los dirigentes del MST un "símbolo del agronegocio”, que deja pequeños productores al margen del proceso y provoca degradación ecológica, además de acumulación de tierras improductivas. "Katia Abreu es símbolo del agronegocio, que tiene como lógica la tierra para la producción de mercaderías, con uso intensivo de agrotóxicos y semillas transgénicas, destruyendo los recursos naturales y la salud de los trabajadores y de toda la población”, afirmó Raul Amorim, de la coordinación de la Juventud del MST, a la revista Carta Capital.

Falta de diálogo con las bases

En entrevista con Adital, el Padre Flavio Lazzarin, miembro de la coordinación nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), afirma no hay medios para disuadir al gobierno federal sobre la invitación a Katia. Según él, este tipo de incidencia es negada a los movimientos sociales hace algunos años. "No existe esa posibilidad. Nosotros no estamos de acuerdo con este tipo de política y esta incidencia no funciona", dijo.

Lazzarin dice ser pesimista en relación con la próxima gestión de Dilma Rousseff en lo que respecta a la agricultura. Para él, el gobierno señala una continuidad con el papel del agronegocio exportador en la economía brasilera. "Con todas las agresiones, principalmente a las comunidades tradicionales, quilombolas y campesinas en forma general. Agresiones catastróficas al Cerrado y a la Floresta Amazónica”, afirma.

Para él, las luchas sociales deberán centrarse en el protagonismo popular. "Quien decide las agresiones no es, necesariamente, el voto democrático popular, sino las bolsas de valores, el mercado mundializado, que dictan sus leyes a los gobiernos. En ese sentido, la CPT apuesta al protagonismo popular del campo. Las buenas nuevas no vienen del Planalto, vienen de la planicie, de la lucha de los pueblos”, agrega el coordinador de la entidad.

Fuente: Adital

Temas: Agronegocio, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades

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